Vistas de página en total

viernes, 28 de junio de 2019

Mount Atlas : el futuro de una promesa alemana


Si existe una banda en Alemania que sabe retomar la influencia del hard rock setentero de teclados profundos para crear melodías crudas en el nuevo siglo, es sin duda Mount Atlas. Si llegar ha ser considerados "revival", el quinteto originario de Oldemburgo ha construido un sonido propio a partir de clásico sonido del Hammond de Deep Purple o Uriah Heep mientras nos ofrecen melodías directas que recuerdan el ligero heavy metal que ha hecho en los últimos años Spiritual Beggars y Belzefuzz. Sin embargo, es necesario escuchar detenidamente su propuesta para deleitarse con los elementos que logran desprenderse del resto.

Mount Atlas ya había despertado nuestro interés cuando publicaron Titan, su álbum debut de abril de 2017 (reseña-review). En aquel momento sorprendía la intensidad de cada una de sus armonías que era potenciada por el uso de los teclados vintage mientras las melodías te tomaban de la mano para levantar la voz junto con los estribillos. Sin embargo, la salida del bajista Thomas Greenway para ser suplido ahora por Florian Eckey, obliga a la banda a replantear su sonido hacia nuevas posibilidades acusticas a partir de lo alcanzado con su primer disco.


El resultado final de esta metamorfosis al interior de Mount Atlas se puede escuchar en Mistress, un EP compuesto por cuatro temas antagónicos entre sí que permiten a la banda expandir sus horizontes sonoros más allá del estilo definido del Titan. Para esta ocasión la banda alemana reafirma su hard rock por medio de instrumentaciones más fuertes, ritmos ambivalentes que corren en direcciones contrarias y temas llenos de veneno que llegan directo a las neuronas sin mediación alguna.

Los cuatro temas de Mistress pueden ser comprendidas como entidades independientes con vida propia más allá de estar incluidas en un mismo envase. El tema que le da nombre al EP mantiene la línea trazada por el Titan donde podemos escuchar una fuerte melodía basada en teclados atmosféricos y líricas que inyectan el dolor causado por una desilusión amorosa, pero cuando escuchamos Pace nos encontramos con un track lleno de metal que recuerda el poder y la velocidad de las clásicas bandas alemanas de los años ochentas.


Sin embargo, si no estuviéramos sorprendidos con esta propuesta sonora, Mount Atlas nos demuestra todas sus posibilidades en una sola canción a través de "The unknow", tema que inicia con un demoledor riff heredado de los sonidos más clásicos del hard rock setentero pero que con el paso de los segundos se va transformando se torna en una balada ochentera que se aferra al uso de los teclados que van desde los órganos ambientales hasta los futuristas sintetizadores del krautrock. De la misma manera, la entrecortada "Evil side" configura una melodía sencilla de seguir conforme su estribillo nos engancha irremediablemente, cerrando el círculo perfecto de un material bien definido.


"Tú eres el amor mío, áspero y divino
con una canción y vino, verdad y mentira
pero el cuento no terminará hoy
pero el cuento no terminará aquí

Oh, mi cruel amante que se aferra a la soledad
Hay un mejor lugar donde podemos escondernos
Bienvenida a mi noche...

Sé que nuestro amor no es real
No cambies la forma como me siento
No hay manera tranquila para pelear
Bienvenida a mi mente...

Las promesas que hiciste ya no valen nada
Una platica a mi espalda, perdón y olvido

Ahora no tengo a dónde ir
No queda nada qué mostrar

Oh, mi cruel amante, siento este malestar
Hay un mejor lugar donde podemos escondernos
Bienvenida a mi noche..."


Como sencillo promocional del EP, Mount Atlas escogió precisamente "Mistress", para lo cual presentó un video realizado por Daniel Pi que cuenta con algunos extractos de la película The naked witch, filme realizado por Larry Buchanan en 1964. Entre teclados hipnóticos y acordes concretos que rompen la tranquilidad, la banda alemana nos ofrece un tema que habla sobre los demonios que giran dentro de la mente de los amantes, entre el placer y el rompimiento, entre la realidad y la imaginación.

Mistress apenas nos sirve de una pequeña probada con respecto a todo lo que nos puede ofrecer en un futuro muy próximo. Aquellos teclados profundos jamás abandonarán al sonido propio de Mount Atlas, sin embargo la banda tiene dentro de su sombrero muchas más sorpresas guardadas que pueden presumir. Sin lugar a dudas, los alemanes tienen las condiciones para convertirse en una referencia obligatoria si se trata de hard rock europeo, pero será el tiempo quien ponga las cosas en su lugar correcto.



miércoles, 26 de junio de 2019

Nebula : un ritual satánico dedicado al heavy psych


¿Qué más nos puede ofrecer una banda con una larga carrera de 22 años y con más de 10 años desde el lanzamiento de su último disco? Nebula formó parte de aquella primera ola de bandas californianas de la escena de Palm Desert  que fueron etiquetadas bajo el concepto de desert rock tras la desintegración de Kyuss como Slo Burn, Fu Manchu, Unida, Fatso Jetson o Yawming Man, y que con el paso de los años se convirtieron en referente obligatorio de lo que hoy conocemos como stoner. Sin embargo, como si se trata de un exorcismo, el nuevo álbum de Nebula publicado por medio de Heavy Psych Sounds Records logra romper las etiquetas para ofrecernos un multifacético disco lleno de crudeza.

Nebula nació tras la salida del baterista Ruben Romano y Eddie Glass de Fu Manchu tras la grabación del In search of... de 1996, aunque su sonido era una obvia continuación de lo hecho en dicha banda. Tras el largo y sinuoso camino de la áspera agrupación, la figura de Eddie Glass ha sido quien mantiene el nombre de esta leyenda desértica tras el paso de gente como Scott Reeder (Kyuss, Sun & Sail Club y Fireball Ministy), Rob Oswald (Karma to Burn y Mondo Generator) o Adam Kriney (The Golden Grass); sin embargo el sonido de Nebula se ha modificado con el paso de los años hasta el día de hoy que han confeccionado un álbum lejano a ese legendario Let it burn de 1998.


Bajo el nombre de Holy shit recibimos el sexto álbum de Nebula con grandes expectativas, pero con la duda sobre lo que podemos encontrar dentro de él. Si bien su última producción Heavy Psych se acercaba a los agresivos sonidos fuzz de Black Rainbows, diez años después tenemos una obra desgarradora que juega con todas las posibilidades sonoras de la psicodelia más ácida sin abandonar la rabia que ha caracterizado a la banda. Todo comienza con la búsqueda de un sonido como si se sintonizara una estación de radio hasta que sentimos la fuerza de un riff criminal que cimbra el suelo mientras escuchamos una desvergonzada lírica dedicada al líder de los ángeles rebelados contra Dios. Siguiendo la misma tendencia malévola, la aletargado ritmo de "Messiah" se arrastra por los suelos hasta mordernos para soltar su tóxico veneno y preparar el terreno para la hipnótica melodía de "It's all over" mientras construye a su alrededor un ambiente francamente lisérgico.

Cuando llegamos a "Witching hour" con su insistente figura ahogada en heavy psych como si se tratara de un himno lleno de redobles y armonías hirientes, pareciera que Holy shit será un disco que se mantenga bajo la misma lógica de guitarras ásperas, voces lastimeras y melodías tribales dedicadas al maligno; sin embargo, cuando se escuchan los primeros acordes de "Fistful of pills" todo se transforma. Al llegar al meridiano del sexto disco de Nebula nos enfrentamos con un infeccioso baile instrumental al cual sólo le hace falta las chicas a go-go contoneándose en una jaula y bellas odaliscas con el vientre al aire.


Tras el parte-aguas que significa "Fistful of pills", Nebula nuevamente capta nuestra atención en espera de nuevas sorpresas durante la segunda parte del álbum. Primero nos encontramos con "Tomorrow never comes" entre filtros de sonido y guitarras acústicas que logran crear un ambiente psicoactivo a través de fuertes cambios de velocidad que de manera inmediata lograr un enamoramiento.  Mientras escuchamos la entrecortada "Gates of Eden" con su sabor proto-punk que termina transformándose en un ácido que se deshace en las manos, "Let's get lost" nos retorna a la esencia cruda del disco como en sus temas iniciales hasta que finalmente escuchamos una sórdida balada llamada "The cry of a tortured world" que poco a poco se torna en un vals lacónico que abandona sin remedio en algún lugar olvidado de la galaxia.

Como resulta obvio, Holy shit está construido a partir de los riffs de Eddie Glass y sus enfermos cantos, pero el nuevo álbum de Nebula se distingue por las figuras que reptan creadas por el bajo de Tom Davies y la insistencia de las percusiones en las manos de Michael Amster; logrando de esta manera que la banda californiana abandone el sitio común y cómodo del llamado stoner desértico para investigar todas las posibilidades sonoras del heavy psych más allá de lo hecho en su álbum anterior. El resultado final es un material discográfico lleno de aristas diferentes que logra atrapar la atención del escucha sin perder perder el hilo conductor que guía al trabajo sonoro.


El primer sencillo de promoción del Holy shit es "Man's best friend", su track inaugural. Con un trabajo visual realizado por Tomfoolery que muestra extractos de las efervescentes presentaciones de Nebula mezcladas con fragmentos de diversas películas antiguas. Este tema habla sobre Lucifer en aquella faceta como el demonio que le dotó al ser humano de conocimiento tras la tentación que provocó la expulsión del paraíso. El tema está basado en una figura ruidosa que se repite con insistencia como si se tratara de un aquelarre a la mitad de la noche que logra alcanzar un escape sonoro y satura las neuronas con sustancias psicotrópicas. Bajo la lógica que hace coincidir al rock con la transgresión de lo establecido y lo políticamente correcto, Nebula toma el estandarte del pecado y la violencia para crear una melodía infecciosa llena de energía y lujuria.


 Holy shit  es un golpe directo a la mandíbula, pero al mismo tiempo es un viaje lisérgico que sobrevuela los temores más profundos del hombre y confiesa su inspiración demoníaca como si ésta se tratara de luz y energía pura. Lo que es un hecho, es cómo Nebula creó un disco fundamental dentro de los sonidos de esta década a partir de romper cadenas y clichés sobre su propio estilo. Quizá podríamos decir que esta Nebula no es la misma que formó parte de aquella escena de Palm Desert, pero lo que tenemos hoy con su Holy shit es un álbum impresionante que muerde para no soltar mientras al mismo tiempo demuestra cuál es el camino ha seguir dentro de los sonidos del heavy psych...


viernes, 21 de junio de 2019

The Devil and The Almighty Blues : una sombría y fría provocación noruega


Los fríos bosques noruegos resguardan la magia de una banda de sonidos enigmáticos mientras  aprovecha la atmósfera que la rodea para crear descomunales melodías que logran desgarrar las neuronas del osado escucha. Si bien con sus dos primeras producciones discográficas The Devil and the Almighty Blues había logrado asegurar un espacio dentro la impresionante escena de hard rock escandinavo, su último álbum tiene los elementos suficientes para considerarlos como una de las bandas más importantes gracias a su estilo definido y a su hipnótico ambiente que atrapar al oyente para ahogarlo en sus densos abismos imposibles de abandonar.

Mientras un ave rapaz sobrevuela un obscurecido y lúgubre firmamento, The Devil and the Almighty Blues nos receta seis temas de dimensiones colosales con la intensión de hacernos perder dentro de sus tinieblas. Las sombras que acechan desde la portada, nos han la advertencia de lo que resguarda en su interior. Bajo el nombre de Tre, escuchamos una serie de sombrías melodías que juegan con la intensidad y el volumen para hechizar a quien se aventura entre sus surcos hasta provocar su pérdida entre ellos sin posible escapatoria. Por medio de la disquera Blues for the Red Sun, desde el último día de marzo de 2019 tenemos la oportunidad de embrujar nuestros tímpanos con el misterio y la zozobra que ha caracterizado al quinteto de Oslo.


Como si se tratara de una pesada neblina que poco a poco se levanta hasta abarcar todo nuestro alrededor, el tercer disco de The Devil and the Almighty Blues construye un áspero muro de sonido que se levanta sigiloso frente a nosotros hasta que es inevitable chocar con él; algo que queda demostrado con los impresionantes doce minutos y medios de la inaugural "Salt the Earth" y su hipnótico riff que se repite como si fuera un insistente loop al cual se agregan instrumentos hasta que nos aplasta sin remedio mientras la letra nos habla sobre lamer las heridas aunque la luz jamás rompa con las sombras que lo cubren todo. De la misma manera, la concluyente "Time ruins everything" conforme un lúgubre ambiente que termina quebrado por los fuertes acordes eléctricos que aprovechan su fuerza para deslumbrar como si fueran relámpagos a la mitad de la noche.

Si bien Arnt Andersen, Petter Suee, Kenneth Simonsen, Kim Skaug y Torgeir Waldermar Engen se han distinguido con el paso de los años por basar su sonido en contradictorio blues enigmático que torna desde la melancolía hacia la explosión como lo ha logrado gente como All Them Witches o The Blackwater Fever; pero los noruegos han aderezado su estilo con algunos elementos del hard rock clásico de los años 70's nacido directamente de la electrificación del blues nacido en el delta del Mississippi. Si bien podemos escuchar los cánticos rituales característicos de las viejas ceremonias dedicadas a lúgubres deidades en "One for sorrow", "Lay down" nos golpea de manera directa como si se tratara de un fuerte viento huracanado mientras nos recostamos en el helado suelo y observamos como los últimos rayos del sol desaparecen entre la obscuridad... Estas son parte de las diversas posibilidades que contiene Tre en su interior.


Quizá para este momento ustedes hayan logrado detectar otro elemento fundamental dentro del tercer álbum del quinteto de Oslo. Cada una de las líricas de los seis temas del Tre contienen referencias directas a la naturaleza y su fuerza sobre el el hombre, ya sea como elemento físico que deja caer su peso o como elemento psicológico que acompaña a una torturada y adolorida alma humana en sus momentos de mayor debilidad emocional. Bien podemos escuchar en "Heart of the mountain" una metáfora sobre el abandono entre melancólicas armonías, ya sean los gélidos ambientes trazados en "Lay down", así como esa mágica referencia sobre el manto estelar y el eterno invierno que cubre los bosques nórdicos que son retratados en "No man's land".

De manera contradictoria, "No man's land" quizá sea el tema más infeccioso del Tre gracias a su riff directo y su ritmo sostenido como si se tratara de una pertinaz y helada lluvia. Ese distorsionado bajo araña el alma mientras la figura de las guitarras nos obligan a seguir con la voz aquel estribillo adictivo, que como plegaria, solicita salvación y destierro. Tras la solicitud, todo se torna obscuridad y misterio como si hubiéramos sido abandonados en algún frío abismo que poco a poco se derrumba ante un impresionante solo eléctrico que sacude los cimientos del suelo.

"Me cubro con un manto de obscuridad, un manto de estrellas.
Me cubro con un manto de luz de luna para cubrir todas mis cicatrices.
Me cubro con un manto de hielo, un manto de nieve.
Me cubro con un manto de invierno que vive donde nada crece.
Me cubro con un manto de colmillos, un manto de cuernos.
Me cubro con un manto de garras y una piel con espinas.
Me cubro con un manto de trueno, un manto de lluvia.
Me cubro con un manto de relámpagos porque las tormentas no sienten dolor.
Mantenme tranquilo, envíame a la tierra despoblada..."


Tre significa para The Devil and the Almighty Blues su consolidación, pues una vez alcanzada la definición de su estilo, la banda ha logrado construir una base para crear una serie de líricas introspectivas donde la naturaleza toma el control de las sensaciones y los sentimientos. El álbum nos toma de la mano de manera sencilla y confiada para dejarnos al filo del precipicio con la intención de provocar el enfrentamiento con nuestros propios demonios, un reto lanzado imposible de evadir, un desafío que nace desde lo sonoro y termina en lo emocional...



lunes, 17 de junio de 2019

J A V A : un sonoro paseo por la inmensidad del Universo


La gran ciudad logra coincidir a la costa mediterránea y las dunas desérticas. El seco ambiente se aferra a resistir al calor del día mientras el frío de la noche nos alcanza para permitirnos observar el cielo estrellado con toda su magia y misticismo. Teniendo la música como único vehículo para traspasar las fronteras de nuestra galaxia, extensos paisajes cósmicos se tienden frente a nuestra mirada como si se tratara de un salvaje espectáculo difícil de comprender e imposible de abarcar. Sonido que acompaña al enfrentamiento entre la luz y la obscuridad eterna, ruidos ambivalentes que juegan mientras los astros se aferran a su brillo contra la nada.

A través de la reconocida disquera Reality Rehab Records, en el mes de mayo de 2019 fue publicado en una limitada edición de cincuenta piezas el álbum debut de J A V A, una banda originaria de la metrópoli conformada por Tel Aviv y Yafo, en Israel. Dicha etiqueta discográfica se ha distinguido por compartir al mundo parte de lo que ocurre en la escena judía alrededor del hard psych y sus derivaciones (con agrupaciones como Love your Witch, Warp, Heavy Stone o The Great Machine); pero en esta ocasión, el material rompe con todas las etiquetas sonoras para transportarnos a los confines del Universo.


J A V A surge del encuentro entre el guitarrista Gilad Kessler, el bajista Jonah Helfman y el baterista Dan Deutsch con la intención de hacer música que fluyera de manera natural a partir de la coincidencia de diversos géneros musicales como el funk, el free jazz, la psicodelia y hasta el progresivo inspirado en el space rock. El resultado final lo podemos escuchar en Interstellar Translator, una colección de seis temas instrumentales que sirven de telón de fondo para un paseo galáctico que al mismo tiempo incluye el misterio que provoca la ausencia de gravedad, la ensoñación producida por desoladora imagen de la inmensidad espacial y hasta la violencia que surge por el choque de materia y la energía que los cuerpos contienen cuando ocurre su implosión.

El debut de J A V A se inscribe dentro de la búsqueda de muchas bandas en el mundo por alcanzar una experiencia estética a partir de la imaginación provocada por el cosmos y todos los misterios que resguarda. Para el caso del trío hebreo, su propuesta sonora está hecha de ensoñaciones e improvisaciones que encuentran su destino por medio de los senderos que recorren, demostrando a l mismo tiempo la capacidad interpretativa con la que cuenta cada uno de los integrantes de la banda.


Interstellar Translator funciona de manera orgánica como si se tratara de un soundtrack interno para el viajero e intergaláctico que vaga por la inmensidad del espacio sideral, música de fondo para el astronauta que descubre las infinitas posibilidades de un universo en expansión lejos de su comprensión. Cuando escuchamos la inaugural "Goosefeet" nos enfrentamos a largas notas que aprovechan la aspereza de la distorsión para crear una sensación de arranque, un inicio de vuelo hacia las estrellas sin retorno. Si bien su continuación  "Zeus ligthning" nos azota con el golpe de un rayo cósmico a través de fuertes acordes y riffs certeros, el álbum contiene de manera opuesta temas oníricos y hasta sombríos como "Pfs" que logran trasmitirnos el vacío total que forma parte del cosmos.

Asimismo, el primer material discográfico de J A V A se permite desarrollar paisajes sonoros diversos con temporalidades variantes. Por un lado podemos tener un track breve y conciso como "Paging" con su sus juguetonas figuras de fácil asimilación, pero al mismo tiempo podemos escuchar un tema colosal con diversas posibilidades auditivas que demuestran la lógica de travesía e investigación que se respira durante la totalidad del Interstellar Translator, como en "Zucchini Town Massacre" con su inminente tufo a Medio Oriente o "Chilean seabass" con sus tenues atmósferas que hechizan poco a poca hasta lograr la hipnosis total y, ¿por qué no?, un orgasmo auditivo.


Para comprender un álbum como Interstellar Translator, se requiere captar la esencia que tiene su química en el ensamble y la improvisación, la magia de los sonidos que fluyen a través de un concepto que mira a las estrellas y provoca sensaciones a partir de ellas. El trabajo auditivo logrado por J A V A es intuitivo, pero el resultado es integral y orgánico como si se tratara de una entidad con vida propia que sabe cuando arrancar y cuando desaparecer. La combinación de tonos que se enfrentan entre sí hasta crear un soporte preciso para el despegue y la travesía mientras olvidamos el tiempo y el espacio.


J A V A logra transportar al escucha hasta galaxias desconocidas, pero quizá el principal logro de su Interstellar Translator es crear una herramienta sonora que permite confluir múltiples estilos para conformar diversas atmósferas que logran mantener al filo del asiento a ese viajero cósmico. Mientras fluyen los sonidos construidos con diversas intensidades y ritmos desafiantes, la imaginación de tres jóvenes hebreos se refleja junto con el brillo del manto estelar. El transbordador a comenzado su cuenta regresiva... ¿desean tomar un boleto y comenzar el viaje?


jueves, 13 de junio de 2019

HombreHumano : entre percusiones y el eterno regreso de las cosas


Tuvieron que pasar cuatro largos años para que tuviéramos nuevas noticias discográficas de aquella banda argentina que encontró en el fuzz y el stoner su forma de expresarte mientras las doble H se convertía en su signo inconfundible. Aquel primer rock valvular que sirvió como punto de arranque requería ser alimentado con nuevos ingredientes, así que la nave se lanzó hacia aguas azarosas en búsqueda de los sonidos que le dotaran de una mutación necesaria sin que ésta significara un abandono de sus raíces...

Desde que HombreHumano publicara su álbum debut (reseña-review) y éste fuera re-editado por etiquetas importantes como Ozium Rocords y South American Sludge Records, la banda originaria de Villa Devoto, Bs.As. se convirtió en referencia obligatoria del stoner inspirado en el rock desértico; sin embargo, en dicho material ya se podía detectar las directrices que finalmente el grupo tomaría para dirigir su sonido. El tiempo ha pasado y no fue sino hasta hace unas semanas que pudimos descubrir directamente los nuevos senderos sónicos de los argentinos por medio de su Crepuscular.


Aquel primer disco de HombreHumano contenía varios pasajes instrumentales generados por la gran capacidad de improvisación del grupo a partir del duelo constante entre las cuerdas electrificadas de Nahuel Rivas Pallares y Pablo "Bruja" Reif, aunque el verdadero soporte de dicha potencia sonora estaba en la magia de golpes y los truenos de Sergio Díaz. Poco a poco aquel espacio de sonido tribal de tambores primitivos fue requiriendo de un espacio propio hasta que hizo inevitable la integración de un nuevo miembro a la banda. Tras algunos intentos fallidos, las percusiones quedaron en las manos de Gabo Fritzler, logrando dotar de nueva identidad al grupo al ampliar las posibilidades compositivas más allá de un género por de más definido.

El puerto de origen de Crepuscular es de manera obvia el rock desértico con su aspereza característica, pero la banda de la doble H logra sobrevolar otros estilos como si se tratara de un caminar sobre el filo de un abismo, un riesgo constante entre mantener el equilibrio o caer irremediablemente en el fondo. Sin embargo, tras el correr de sus densas aguas, Crepuscular se convierte en un álbum rico en posibilidades que niega las reiteraciones, navega por mares desconocidos y sortea tormentas inimaginables hasta que rompe con todos los prejuicios creados.


Un constante aire sopla por las bocinas mientras unas percusiones delatan un sabor medio-oriental innegable. Este es el arranque del segundo disco de HombreHumano titulado "Nómada", un tema instrumental que busca transitar por aquellos sonidos desérticos arábigos sin renunciar a los californianos que le dieron su origen. Luego de siete minutos a la deriva, la banda nos ofrece un melancólico riff  bajo el nombre de "Primaveras del olvido" con la intención de crear atmósfera de zozobra que pareciera difícil de disipar, sin embargo la fuerza de la batería nos sacude la hipnosis para demostrarnos que aquel estilo que definió el álbum debut de los argentinos aún persiste. "Rolito" es un retorno a los caminos arenosos que sirven de soporte al correr de salvajes motores V8, por lo que era lógico que dicho track se convirtiera en el perfecto puente de transición entre ambas producciones discográficas.

Cuando el navío de Crepuscular llega a "Puerto gris", la banda de la doble H logra desprenderse de cualquier etiqueta y demuestra que es capaz de tocar cualquier cosa. Su lúgubre atmósfera cercana al blues eléctrico se transforma en una embarcación fantasmal que queda varada en altamar sin remedio como si se tratara de un denso sueño. Bajo el mismo ambiente también escuchamos "Metamorfosis", un largo y misterioso track que sube de intensidad poco a poco hasta romper cualquier cadena de pasado, quizá una confesión que hace la banda con respecto a los cambios que ha conquistado con el paso del tiempo. Por si fuera poco, HombreHumano llega a su destino final con la onírica "Del ensueño" con su tenue melodía que alcanza el remanso de aguas someras que permiten el anhelado desembarco.


Los ritmos tribales característicos de las sangrientas ofrendas dedicadas a dioses vengativos toman el control de los altavoces por medio de "Zombakice" gracias a su herencia afro/latina que recuerda inevitablemente al primer Santana del mítico Woodstock donde el uso primordial de las percusiones un elemento se torna en fundamento de la propuesta sonora; lo que sin lugar a dudas distingue al Crepuscular como queda claramente demostrado en este tema, en el final de "Primaveras del olvido" con su cadencia autóctona, y de manera sublime en "Ouroboro" con su salvaje sonido que nos remite hacia antiguos rituales ocurridos en algún lugar oculto de la gran selva amazónica.

La serpiente que se muerde la cola, el eterno retorno de lo mismo, la lucha eterna entre contrarios. La guitarra áspera entona su melodía hiriente mientras la música toma el control de nuestras neuronas. Aquella figura recursiva de la portada se transforma en canción bajo el nombre de "Ouroboro" entre un rock venenoso y una lírica que habla del tiempo, la contradicción y la repetición. Una vez hechizados por la fuerza melódica, todo se transforma en una danza ritual que nos habla de épocas remotas, pueblos olvidados y ceremonias llenas de magia y poder. El fluir de la vida corre sin freno, pero tras su largo recorrido, regresa inevitablemente al punto de origen como si se tratara de una travesía sin fin, circular y eterna...


Crepuscular significa para HombreHumano el quiebre de cadenas, un salto al vacío sin cuerda de seguridad, un viaje en círculo sin inicio ni final, una continuidad que abre nuevas posibilidades. Sin perder la esencia del stoner desértico, la banda argentina de la doble H logra despegar hacia nuevas constelaciones para construir atmósferas distintas que al mismo tiempo abren las posibilidades armónicas hacia infinitos destinos. Los tambores tribales suenan como preludio al salvajismo ritual que se encuentra contenido en el segundo álbum del grupo argentino, un material discográfico que de manera íntegra se comprende como una mutación que genera imaginación, creatividad y deleite. En cada rincón del Crepuscular existe escondida una razón para quien ose navegar por sus turbias aguas tenga la posibilidad de sentirse interpelado y termine varado en búsqueda de nuevos secretos ocultos. Inevitablemente, la aguja cae de regreso al surco inicial para recorrer los paraje de esta imprescindible obra sonora...


lunes, 10 de junio de 2019

Partícula Amplificada : una mota de polvo en la vasta arena cósmica


"Si se cambian las reglas de nuestro universo sólo un poco,
¡las condiciones necesarias para nuestra existencia dejan de cumplirse!"
El gran diseño (Stephen Hawking y Leonard Mlodinow, 2010)

Lejos de aquellas ideas que hablan de un gran inicio, existen diversas teorías que buscan explicar el Universo más allá de los conceptos antes/después. Contra todas las leyes que ha construido el intelecto humano conforme a sus observaciones y experimentaciones, proponer una teoría del big-bang es incongruente debido a que solicita el cumplimiento de muchos factores específicos como si se tratara todo de un gran diseño planificado previamente. No se puede crear algo de la nada, así que el desarrollo lógico de esta idea sería que el Universo siempre ha existido y siempre va ha existir... pero entonces, ¿cómo es que funciona hasta lograr que estemos pensando sobre ello?

Partícula Amplificada es un proyecto nacido en la Ciudad de México a partir de tres músicos experimentales inspirados en diversas teorías sobre el universo para crear diversos paisajes sonoros que provocaran un fuerte viaje a través de las neuronas del escucha. Tras el encuentro del guitarrista Oliver Asencio, el baterista Xavier Galván y el bajista Adán Nájera, los planos de la realidad fueron trastocados hasta abrir una dimensión alterna, un portal construido a través del encuentro musical que ha logrado ser condensado en una banda con conceptos claros e imaginación fértil.


Utilizando principalmente la teoría planteada por el científico mexicano Yair Goldin, Partícula Amplificada nos sumerge en su propuesta acústica con la intención de invitarnos a la reflexión sobre el cosmos más allá de las tendencias de pensamiento establecidas por escuelas reconocidas, medios de comunicación y posturas filosóficas aceptadas por la llamada opinión pública. Todo surge a partir de la teoría del "3+1" la cual propone la comprensión del Universo como una gran burbuja en expansión donde coinciden tres dimensiones espaciales y una temporal mientras se resienten los efectos de la diferencia entre adentro y afuera. 

Cuenta la leyenda que durante un ensayo de la banda, la improvisación desarrollada a partir de una base sonora provocó que los tres integrantes se encontraran frente a aquella cuarta dimensión; un momento único que dio origen al concepto que terminó condensado en lo que sería 3 + 1: el álbum debut de Partícula Amplificada. De esta manera, la música fue el medio para alcanzar el espacio-tiempo y provocar un acontecimiento, una coincidencia provocada por el sonido que ha sido encapsulada en cinco esferas auditivas que permiten el deleite, la reflexión y bagaje.


3 + 1 logra la simultaneidad del stoner más ruidoso con las múltiples posibilidades armónicas del progresivo y la psicodelia lisérgica que provoca fuertes viajes en el inconsciente. Cada uno de sus cinco elementos constitutivos contienen en su interior esta tríada que sirve como punto de fuga para voltear al cielo mientra ocurre una implosión en el interior del cuerpo. Sin lugar a dudas, los cinco horizontes son alcanzados a partir de largos recorridos, pero gracias a ellos logramos penetrar su enigmático velo mientras los ásperos acordes se desintegran en datos electrónicos que serán re-interpretados por nuestra mente.

El debut de Partícula Amplificada arranca con el tema que lo nombra, una misteriosa figura eléctrica que se repite constantemente mientras los acordes golpean sin piedad hasta que todo se desintegra para transportarnos a una realidad alterna. De la misma forma, la línea de bajo construida sobre el amparo de la zozobra nos consume poco a poco mientras nos cae de manera irremediable el energético "Mantra Kah" de esencia fluida y cánticos espectrales. Como si fuera sacado directamente de las míticas historias de Robert E. Howard, la colosal y escandalosa "Maldek" nos ubica en pleno conflicto entre antiguas razas que alguna vez dominaron el sistema solar hasta que provocaron la destrucción de un planeta hasta dejar sus restos en aquel anillo de asteroides que vigilan Marte y Júpiter. Sin embargo, bien podemos entender las intenciones sonoras del trío mexicano gracias a "Particula" con su melodía hipnótica que cumple con la profundidad, el ancho y la altura mientras juega con el tiempo hasta implosionar sin remedio mientras nos reímos del egocentrismo de la humanidad ante la inmensidad cósmica...


"Todos los que amas, todos los que conoces, todos de los que has oído hablar, cada ser humano que alguna vez fue, vivieron sus vidas. El agregado de nuestra felicidad y sufrimiento, miles de religiones confiadas, ideologías y doctrinas económicas, cada cazador y forrajeador, cada héroe y cobarde, cada creador y destructor de la civilización, cada rey y campesino, cada pareja joven enamorada, cada madre y padre, niño con esperanza, inventor y explorador, cada maestro de la moral, cada político corrupto, cada superestrella, cada líder supremo, cada santo y pecador en la historia de nuestra especie vivía ahí en una mota de polvo suspendida en un rayo de sol... La Tierra es un muy pequeño escenario en la vasta arena cósmica "

Fuertes acordes sacuden los suelos mientras los seres que los habitan buscan un refugio donde esconderse ante la inminente destrucción. Sin embargo, el hombre se siente seguro al buscar la forma de mantener a flote su esférico hogar sin tomar en cuenta la insignificancia de éste ante la inmensidad del Universo. Una lluvia de asteroides hace callar su boca, percusiones y golpes sobre un planeta sin resguardo posible. Un lamento eléctrico clama por la raza desaparecida y un grave estertor permanece en el fondo intentando luchar contra el silencio eterno del cosmos...


"The Earth" nos remite hacia el hogar concebido como único y privilegiado dentro de la inmensidad del Universo, aunque el peso de la gran burbuja rompe con cualquier idea de supremacía, Sin embargo, este tema tan sólo sirve de punto de partida para que  3 + 1 funcione como una declaración de intenciones así como una invitación a la reflexión que jamás abandona la ensoñación. Crudo por momentos y tenue en otros, el debut de Partícula Amplificada se inscribe en los ejercicios instrumentales que bandas como La Iglesia Atómica o Vinnum Sabbathi han practicado, pero si algo  puede distinguir al este trío es su invitación por hacernos partícipes del intento por cruzar la dimensión delimitada por el tiempo más allá de cualquier coordenada. Mientras observamos galaxias en colisión y agujeros negros engullendo estrellas, nuestras neuronas penetran las neblinas sonoras que rompen con lo pre-establecido en búsqueda de respuestas distintas sobre nuestra existencia...



viernes, 7 de junio de 2019

The Mothercrow : rock, revolución y libertad


Nuestros tímpanos ya estaban al acecho de The Mothercrow desde aquel momento en que la banda española presentó su EP homónimo en febrero de 2016 con el apoyo del Taller de Músics y el proyecto Cabal Musical (reseña-review). De aquella fusión entre funky, rock salpicado de soul y blues electrificado todo fue trnando hacia el hard psych y otros sonidos vintage como lo constata el single "On the road" de marzo de 2017 hasta que hace unas semanas tras mucho tiempo de espera,  tenemos la oportunidad de escuchar el tan ansiado álbum debut.

El camino que ha recorrido de The Mothercrow desde su formación hasta la grabación de Magara no ha sido sencillo. Aquel encuentro entre la vocalista Karen Asensio y el guitarrista Sergio "Ram Lorenzo" en el ya lejano 2014 provocó el inicio del proyecto, al cual se sumó al poco tiempo la bajista Claudia González. Mientras buscaban mantener a flote la idea, el par de chicas vieron desfilar a varios músicos hasta que en enero de 2018 se integraron de manera definitiva el guitarrista sueco Max Eriksson y el baterista Pep Carabante; logrando de esta manera conformar una fórmula llena de magia y pasión por el rock de vieja vena.


Sin mayor tiempo qué perder, el cuarteto afincado en Barcelona se dedicó a conformar su estilo hasta logra conjuntar las suficientes composiciones para condensarlas en un álbum completo. Para lograrlo, The Mothercrow solicitó el apoyo a sus seguidores a través de una campaña de financiamiento colectivo bautizado crow-funding para tener el capital requerido para la grabación de su primer material. Una vez logrado el objetivo, la banda se metió en diciembre de 2018 a los estudios Sol de Sants bajo la supervisión técnica de Alberto Pérez para registrar lo que sería Magara, un álbum lleno de blues hirviente y hard rock retro del que se editaba en vinilo.

Sin decepcionar a los que aportaron sus ahorros y sorprendiendo a quienes no sabían de su trabajo de años, The Mothercrow logra con su debut colocar su nombre entre las mejores bandas del sonido revival de su país, pero al mismo tiempo han construido un disco bien armado que logra transportar al escucha hacia antiguas épocas sin abandonar la visión del nuevo siglo. Gracias al equilibrio alcanzado entre el melancólico sentimiento del viejo blues electrificado con las figuras venenosas del hard rock de inspiración psicodélica, Magara desarrolla diversas posibilidades sonoras que los colocan directamente entre lo hecho por bandas reconocidas como Blues PillsSpiders o Psychdelic Witchcraft.


El debut de The Mothercrow nos puede ofrecer temas ásperos como "Stone" mientras vira en dirección opuesta como lo escuchamos en la tenue "Forevermore" con toda su sombría atmósfera. Si bien todo el Magara es nostálgico, el álbum se debate entre melodías adictivas que logran enamorar como la groovie "Mantis" o la rocanrolera "Swat it!" y los tracks melancólicos de suaves rasgueos como la impresionante "Gauan (Lo-Kanta)" con sus enigmáticas flautas o la exótica "Magara" con su mágica cítara inicial, tema que termina por quebrar con sus ritmo entre cortado y su teclado envolvente.

De manera constante durante sus cuarenta y tres minutos de duración, Magara deriva entre la energía y la depresión. Quizá los temas que definen de manera más clara cada una de las cara de la moneda es "Ashes" con su poderoso blues de gran calidad interpretativa que remite directamente al final de la década dorada de los 60's, y "Lizard queen" con su desenfrenada figura de hard psych que corre desbocada y sin freno mientras Karen se desgañita hasta enamorarnos con su potencia vocal.


"¡Cuidado! Estás siendo utilizado. Se aprovechan de tu mente mientras un demonio vestido de traje te roba tu pan y tu vida. De ninguna manera puedo explicar cómo todos nosotros ignoramos todo mientras ellos no representan a la gente que lucha. Observa hacia atrás, no hay nadie; pero puedes sentir cómo controlan tus pasos y cualquier cosa que digas. Como perros, buscan para cazar a quienes no piensen las mierdas que ellos piensan. Pueden burlar la ley, pero pagarán por ello. Ahora sabemos que es hora de pelear, de demoler su ley falsa a través de una revolución como nunca ha habido antes. Nunca ha habido una revolución para vengar toda la traición... una revolución, ahora!!"

El primer single de promoción de Magara es su inaugural "Revolution", tema de riff asesino y directo que se acelera de manera valvular mientras todo se agita con su ritmo adictivo. Mientras escuchamos una lírica que busca derribar lo establecido, un solo de guitarra hace volar las bocinas en mil pedazos como si se tratara de una granada. La batería mantiene la furiosa velocidad y el bajo construye a su alrededor la línea armónica que dota de soporte a la violenta voz que intenta convencer al escucha de luchar por un anhelado cambio.


Mientras la reina lagarto observa el desolador paisaje, en los polvorientos surcos de Magara se escucha un lamento que clama por cambio y libertad. La música naufraga entre ritmos feroces y melodías ansiosas, pero al final del camino todo termina en una lucha contra las cadenas que frenan la acción y contra los demonios internos. El álbum debut de The Mothercrow es rabioso porque libera como volcán todo el esfuerzo tras años de trabajo, es doloroso porque demuestra los errores y los aciertos, es poderoso porque finalmente alcanza su objetivo final. Ha sido una larga espera, pero el resultado ha valido los años de espera. Te lo dije, Barcelona... en The Mothercrow tienes una joya entre las manos!!
Diseño: Carlos Rousselot

miércoles, 5 de junio de 2019

Salem's Bend : entre brujas y cúmulos de galaxias


"¡Bruja, arpía, demonio! -exclamó-,
te exhorto, por el poder de Dios que vuelvas
a la tierra, si estás muerta
o al infierno, si estás condenada."
Thrawn Janet, Robert Louis Stevenson (1881)

La noche ha cubierto con su obscuro manto hasta donde alcanza nuestra vista. Levantamos la mirada y una sombra ha roto de manera veloz el brillo de la luna sobre el cielo. El frío recorre la piel al comprender la mente qué es lo que ha ocurrido. Correr se convierte en una opción, sin embargo el hechizo de aquella maligna presencia ha caído de manera irremediable. Sin remedio ni salvación, lo único que queda es unirse baile frente a la ritual hoguera, aquelarre que hace coincidir a demonios y brujas en un mismo momento de orgía y ceremonia...

Cuando escuchamos por primera vez a la banda californiana Salem's Bend, sabíamos bien que teníamos la oportunidad de disfrutar a una de las grandes promesas del hard rock dentro de la gran marea creada durante la última década alrededor del hard psych y los sonidos vintage. Aquel debut de octubre de 2016 (reseña-review) se escapaba como agua entre las manos, despertando al mismo tiempo el deseo por escuchar más y más. Ahora ha llegado por medio de Ripple Music su continuación bajo el nombre de Supercluster, un álbum que merece ser escuchado detenidamente para descubrir cada una de las maravillas de las que se compone mientras sus misteriosas líricas nos erizan la piel.


Tras el paso de diversos compañeros de viaje, el guitarrista y vocalista Bobby Parker consolidó el sonido de su Salem's Bend a partir del ingreso del bajista Kevin Schofield y el baterista  Zach Huling, lo cual quedó comprobado en aquel EP de julio de 2017 grabado de manera directa en el garage donde ensayaba la banda que incluía "Cold Hand" y "Winter Sunn", temas que bebían directamente del hard blues obscurecido y aletargado que sembró las semillas del doom.

Supercluster está siendo considerado por blog especializados y revistas electrónicas del género como el álbum del momento, sin embargo es necesario desmenuzarlo poco a poco para descubrir los elementos que lo colocan de manera más que merecida en dicho lugar. El segundo disco de Salem's Bend retoma lo alcanzado en su debut para alimentarlo con dos ingredientes principales: la potencia de un hard rock creado a partir de riffs directos y venenosos más el misticismo sonoro que por momentos se pasea por galaxias sin explorar o simplemente nos abandona en algún panteón olvidado.


Además de dicha ambivalencia sonora, Supercluster se bifurca entre dos tendencias líricas muy claras: por un lado tenemos aquella referencia inevitable hacia lo maligno como lo constata "Thinking evil" con su densa melodía y sus tétricos cantos iniciales, pero por otro lado tenemos diversas historias inspiradas en la inmensidad del espacio sideral como podemos escuchar en la potente "Heavenly Manna" con sus mágicos ritmos tribales que nos hablan en su estribillo (¡cantado en español!) sobre una plegaria a las estrellas para que sirvan de guía frente a la eterna obscuridad del universo.

Con una tétrica figura de bajo como si fuera sacada de un pozo lleno de fango, Salem's Bend nos da una bienvenida a su segundo disco, pero inmediatamente nos azota con un tema incendiario heredero del estilo directo de su debut lleno de riffs y cambios interesantes de melodía. Sin embargo, la banda californiana nos sorprende con canciones poderosas como la desoladora "Infinite horizont" bajo su esencia cósmica de gravedad cero, la colosal "Ride the night" con su impresionante coro que obliga a levantar el puño junto con el ritmo o la infecciosa "Catamount" con su estribillo de notas descendentes que simulan un cuerpo celeste atravesando un horizonte de sucesos para ser engullido por un agujero negro. Asimismo,  Supercluster respeta lo hecho en su antecesor al ofrecernos en la sombría "Winds of Ganymede" un track instrumental; pero al mismo tiempo el álbum busca pisar nuevos territorios como lo escuchamos en la acústica "Beltaine chant" que escuchamos como un dulce regalo final.


Para identificar plenamente el desarrollo de Salem's Bend entre sus dos materiales discográficos, escogemos como tema ideal a "Show me the witch", track venenoso y asesino que muerde desde sus primeros segundos para jamás soltarnos. Su entrecortada figura permite que Bobby nos relate su cuento de brujas mientras podemos detectar perfectamente cada uno de los instrumentos que conforman su muralla sonora hasta que todo se transforma en una sórdida orgía que inevitablemente nos obliga a seguir mientras nuestras neuronas se pierden en el viaje. Bajo una tormenta eléctrica de solos de guitarra, poco a poco nos olvidamos del suelo y terminamos flotando ante la potencia mágica del trío californiano con su melodía infecciosa imposible de abandonar.


Tras un lanzamiento existoso, muchas bandas corren el riesgo de estancarse al publicar su segundo álbum. La larga espera que vivimos para tener ante nuestros tímpanos el Supercluster sin duda ha valido la pena porque permitió a la banda de Bobby Parker colocar cada uno de sus elementos en su lugar preciso hasta crear un disco de gran importancia para el hard rock del nuevo siglo. Sí, el segundo disco de Salem's Bend es el álbum de momento, sin embargo el material tienen todos los elementos necesarios para convertirse en un clásico instantáneo de su género más allá de cualquier opinión. Su facilidad para ofrecer golpes poderosos, crear atmósferas llenas de zozobra o brindarnos paseos oníricos entre cúmulos de galaxias, Supercluster es un disco que tienen la capacidad de sacudir las almas de manera imperecedera, sumando al mismo tiempo a los amantes del hard rock de vieja cepa como a los buscadores de sonidos potentes de la nueva generación. Sólo podemos utilizar una palabra para calificar esta pequeña maravilla de cuarenta y cuatro minutos que requiere ser valorada desde este instante: ROCK!!