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lunes, 31 de agosto de 2015

En versión lunática: "Black Night" de Deep Purple: sus orígenes y sus ácidos covers


En junio de 1970 fue lanzado el sencillo de Deep Purple, uno de los primeros  de la llamada Mark II, la alineación más aclamada y reconocida de la banda inglesa, aquella que posicionó al grupo en el triunvirato del hard rock de principios de los setenta (junto con Black Sabbath y Led Zeppelin). Luego de que el guitarrista Ritchie Blackmore despidiera al vocalista Rod Evans y al bajista Nick Simper tras la falta de éxito en Reino Unido y la intención de darle mayor fuerza al grupo, se eligió la poderosa voz de Ian Guillan para hacerse cargo de las vocales. Como condición para incorporarse a Deep Purple, Guillan propuso a Roger Glover como bajista, el cual fue aceptado por su capacidad como compositor y por sus habilidades en los estudios de grabación.

"Black night" nació durante el proceso de grabación del disco In rock, pero por la lógica comercial que todavía reinaba en Inglaterra, se escogió esta canción como sencillo para preparar el lanzamiento del LP sin que fuera incluída en la placa. Este disco dejaba a un lado el sonido pop psicodélico y progresivo de la Mark I para convertirlo en un hard rock al estilo del Zeppelin de sus primeros dos disco, pero con la fuerza interpretativa de Jon Lord en sus hipnóticos teclados, la velocidad y genialidad de Ritchie Blackmore en su clásica guitarra Fender Stratocaster y la brutalidad del zurdo Ian Paice en la batería.


Según cuenta la leyenda, tras varias sesiones de grabación, los integrantes de Deep Purple se fueron a un bar cercano para liberar la tensión y buscar un poco de inspiración que les ayudara a crear una rola que pudiera funcionar de sencillo. Entre copa y copa, Roger Glover tomó su bajo tras escuchar "Summertime" de Ricky Nelson y comenzó a seguir la línea melódica. Esta rola fue escrita por George Gershwin para la ópera Porgy y Bess de 1935, convirtiéndose inmediatamente en un éxito que ha sido interpretada por grandes artistas del jazz y del rock como Charlie Parker, Miles Davis, Louis Amstrong, John Coltrane, The Zombies y Janis Joplin.


Con la melodía creada por Ricky Nelson en la canción original de Gershwin, Roger Glover le añadió algunas figuras de bajo hechas por Ron Gilbert en una canción de mediano éxito llamado "We ain't got nothin' yet" del grupo neoyorkino de rock psicodélico Blues Magoos. Al mostrar este collage Glover a sus compañeros de Deep Purple, ellos escucharon gancho musical que estaban buscando.


Un intenso remate de batería de Paice en conjunto con el bajo de Glover marcan el inicio de la canción para dar paso a un riff que mezclan la guitarra de Blackmore y el teclado de Lord para tomar el control de la melodía de Roger Glover, logrando mayor intensidad a través de su cortado ritmo y la fuerza que buscaban para el nuevo concepto musical de Deep Purple. El solo de guitarra es un verdadero monstruo salido de las manos de Ritchie Blackmore que serpentea en una cascada de notas agresivas que son cortadas por una salvaje palanca de trémolo como si se tratara de una ametralladora que no dejara de disparar. La letra fue escrita entre Ian Guillan y el propio Glover inspirados en el éxito del cantante norteamericano de soul y country Arthur Alexander de 1964, donde se habla de la confusión, de la soledad y de la búsqueda de la libertad de pensamiento y de sentimiento.


La mayoría de los sencillos que hasta ese momento había lanzado la banda correspondían a versiones y adaptaciones hechas por ellos a otros artístas. "Black night es primer sencillo de Deep Purple "original" que llegó a las listas de popularidad en Gran Bretaña, alcanzando el #2 y sirviendo de presentación para la flamante Mark II y su exitoso In rock.


Para esta edición de En versión lunática, presentaremos dos distintas caras del clásico de Deep Purple hechos por bandas que se encuentran en la palestra de Earthquaker: Egypt y Ape Machine. Sin embargo, es necesario recordar las versiones hechas por Bruce Dickinson (en su proyecto solista tras un descanso con Iron Maiden), y  por la banda de death metal Deicide (incluída en su The stench of redemption de 2006).

Ape Machine es una banda de Portland, Oregon que toca hard rock bajo la influencia del rock setentero con la intensión de transportar a sus escuchas hacia la época de la psicodelia pesada. Bajo esta premisa y tomando el stoner como medio principal, esta banda ha publicado tres discos de estudio y uno en vivo. Precísamente en el segundo, de nombre War to head de 2011, nos presentan su versión a "Black night", la cual busca respetar el sabor del riff orginal que mezcla la atmósfera de los órganos Hammond y la agudeza de las guitarras Fender. El solo de guitarra hecho por Ian Watts rompe con el original de Ritchie Blackmore para transportarnos a un viaje ácido stoner donde los dobles tracks se cruzan para confundir nuestra mente y hacer un pleno homenaje a Tony Iommi de Black Sabbath.


Incluída en su Become the sun de 2013, la banda de stoner y doom Egypt hace un versión de "Black night" . Originarios de Fargo, North Dakota, lanzaron este disco de manera independiente y poco a poco se han hecho de un lugar en la escena más dura del stoner al mezclar rock desértico, doom y una pizca de psicodelia. En esta interpretación de Egypt, "Black night" queda muy cercana a la original de Deep Purple, ya que el trabajo de la guitarra y el teclado busca respetar la idea y el sonido de Blackmore y Lord, aunque lo que cabe resaltar aquí es que ambos instrumentos son interpretados por Neal Stein, quien acababa de entrar a la banda para sustituir al guitarrista Ryan Grahn; además de hacer el trabajo de producción y mezcla del disco. Hay otros dos elementos que caben resaltar: la voz del bajista Aaron Esterby no busca igualar a Ian Guillan, permitiendo que su color de voz raspe sobre todo el track; y así mismo, el último solo de guitarra de Stein se permite una improvisación que nos demuestra son grandes cualidades en el instrumento. Finalmente, para cerrar la rola, Egypt logra ir subiendo el tono de los instrumentos hasta la explosión final.




miércoles, 26 de agosto de 2015

"Astral sabbat" de Jess and the Ancient Ones: un paso hacia adelante dando uno hacia atrás


Dentro de la serie de bandas que han retomado el rock psicodélico de finales de los años sesentas y lo han mezclado con letras obscuras y místicas como lo hicieran las bandas de hard rock setenteras, encontramos varios grupos que no sólo se han caracterizado por ello, sino porque además han colocado a mujeres al frente como vocalistas e imagen principal. Entre ellas se han destacado Blood Ceremony de Canadá, The Oath de Alemania y Suecia, The Devil's Blood de Holanda o Purson de Inglaterra, cada una con su sonido muy definido y una legión de fieles seguidores. Hoy queremos presentar a otra banda que durante los últimos años han ido conformado su estilo y creando un espacio dentro de este espectro sonoro: Jess and the Ancient Ones.

Originarios de la pequeña ciudad de Kuopio, Finlandia, esta banda se formó como proyecto en paralelo de Thomas Corpse y Antti Boman, quienes forman parte de las bandas de death y trash metal Deathchain, Demilich y Winterwolf.  La idea de Corpse y Boman era crear un grupo que pudiera recuperar el sonido de las bandas de hard rock setentero que a ellos les gustaba, pero que se encontraban alejados del metal que han tocado en sus grupos. Es así que invitaron para esta idea al otro guitarrista de Deathchain, Thomas "Cult" Fiend, y Boman tomó la guitarra de acompañamiento, además de cambiarse el nombre por el de Von Stroh. 


A toda esta experiencia de la escena metalera de Finlandia, se unió la juventud de tres nuevos valores que compartieran ese gusto por la ola vintage que ha azotada la Europa de Escandinavia. Abraham en los teclados, Yussuf en la batería y Jess en las vocales, una chica con un color de voz que mezcla la fuerza e intensidad de Grace Slick de Jefferson Airplane y la melodía de Mariska Veres de Shocking Blue. Publicaron su primer álbum en el 2012, el cual cobra factura por los orígenes metaleros de los integrantes de la banda y que termina siendo comparado con el sonido de bandas como Therion o Nightwish debido al uso de los sintetizadores. 


Sin embargo, Jess and the Ancient Ones publicaron durante 2013 un EP que lleva como título Astral Sabbat. Con tan solo tres canciones, la banda encontró su sonido gracias a echar la mirada hacia atrás y la búsqueda de construir un sonido realmente retro, mágico, obscuro y hasta psicodélico. Los sintetizadores criticados del primer álbum fueron cambiados por teclados y órganos bajo la estética ácida de las bandas sesenteras. Bajo la producción del sueco Tore Stjerna realizada en su Necromorbus Studio y quien a trabajado con gente de la talla de Watain, Arctic Frost y los propios Deathchain, la banda logró un equilibrio entre su pasado metalero y su deseo por construir un audio que trasladara hacia el hard rock pesado y lisérgico. Publicado y distribuido por Svart Records, marca filandesa que ha dado lugar al rock vintage a gente como Brutus, Astral Sabbat se colocó rápidamente en los medios electrónicos.


De dicho EP se desprendió como single la propia "Astral Sabbat", una rola mística que en su combinación de teclado y guitarras distorsionadas nos transporta a la magia psicodélica. Uno no puede evitar mover la cabeza al ritmo pegajoso mientras una extraña sensación de misterio y obscuridad nos arrastra poco a poco hasta dejarnos en un abismo sin final. Las escalas suben y bajan mientras el riff se ahoga en un fuerte viaje ácido. En algunos momentos se deja oír una guitarra llena de fuzz que nos recuerda esas viejas películas de serie b y que el rock surf usó como estandarte de su género a principios de los sesenta. Por si fuera poco, un tétrico órgano distorsionado logra que nuestros pies dejen la tierra mientras el bajo nos encadena al piso con su marcada melodía.


En perfecta armonía con la música y su logrado escape mental, las líricas nos hablan de un viaje a través de la obscuridad. Comparando el universo y el mundo de los sueños, entramos en un mundo desconocido donde las almas colisionan entre los astros sus secretos nombres. Las estrellas bailan como si de un aquelarre se tratara alrededor del caos y del vacío total. Ante nuestra absorta mirada, todo es devorado por este agujero negro y sólo se escucha el eco del final. Mientras observamos la danza de las estrellas devoradas por su propio fuego, Lucifer, el rey de los sueños, hace su acto de aparición. Ante la nada, sólo la muerte quedará para mirar el espectáculo final.


Entre el aquelarre estelar y la psicodelia que genera fuertes viajes lisérgico, Jess and the Ancient Ones logra transportarnos a su místico universo que con el esfuerzo y el trabajo sonoro que han construido, que sin lugar a dudas, ha alcanzado su cenit gracias a este EP. Les dejamos a continuación el video de más de seis minutos con este escape que seguramente los atraerá a su campo gravitacional del cual será imposible escapar.




lunes, 24 de agosto de 2015

En versión lunática: del glam de T. Rex y su "Buick Mackane" hasta sus reformulaciones


A principios de la década de los 70, Inglaterra vivió un fenómeno musical que llevó nuevamente a las jovencitas a abarrotar los auditorios para gritar, bailar y ver a sus artistas en el escenario, tal y como había sucedido en la beatlemanía diez años antes. Frente al virtuosismo y los viajes ácidos derivados de la psicodelia, algunas bandas buscaron regresar a la frescura y espontaneidad del rock n' roll. Es en ese momento donde encontramos a gente como David Bowie, Gary Glitter, Roxy Music, Slade y a T. Rex.

En contradicción a la búsqueda por la recuperación de la sencillez musical, la estética que construyeron estos artistas fue romper con el concepto "machista" establecido por el hard rock dominante de esa época. De esta manera, y en plena coincidencia con la revolución sexual y la experimentación, los grupos adoptaron elementos femeninos para su imagen hasta crear un look andrógino  que fuera provocativo, arriesgado y desvergonzado. Y sin duda, Marc Bolan (guitarrista y vocalista de T. Rex) fue el primero en atreverse en recurrir a dichos elementos en su búsqueda de renovación para deshacerse de su pasado hippie que no le había generado reconocimiento artístico ni comercial. Fue así que a su vestuario adoptó estampados de leopardo, colores encendidos, estolas de plumas, maquillaje excesivo en el rostro, brillantina, spray para lograr peinados imposibles y hasta sombreros o chisteras de mago (recordando su pasado cirquero que vivió Bolan durante su juventud en Francia).

Fue así que en el año de 1970, Bolan cambió su guitarra acústica por una Gibson Les Paul y transformó su Tyrannosaurus Rex en T. Rex. Dejando atrás el folk rock, el músico inglés retomó el rock n' roll al estilo de su ídolo Chuck Berry hasta derivarlo en un boogie pegajoso de memorables riffs de guitarra con sabor sexual. De esta manera, Marc Bolan reclutó a Mickey Finn como percusionista  (en sustitución de Peregrin Took), al bajista Steve Currie y al baterista Bill Legend para conformar a T. Rex. Bajo la producción de Tony Visconti (quien ha trabajado con Bowie, Thin Lizzy , Iggy Pop y actualmente con Kashmir) y con el apoyo en coros de las voces imposibles de los fabulosos Flo & Eddie (vocalistas en The Turtles y que fueron parte de The Mothers of Invention de Fran Zappa).

Gracias a este cambio de estilo y de imagen, Marc Bolan y su T. Rex conocieron el éxito de la mano de sus discos Electric warrior y The Slider. Grandes ventas discos, difusión radial en ambos lados del Atlántico, conciertos repletos, presentaciones de televisión y hasta la grabación de una película dirigida por Ringo Star (baterista de The Beatles). 


Dentro de la esta etapa de euforia por la música de Marc Bolan, encontramos una colección de canciones que se convirtieron en hits de una época y clásicos para la posteridad rockera. Una de ellas es "Buick MacKane", quizá la rola más ruda del The Slider de 1972. El poderoso riff de guitarra eléctrica que da estructura a toda la rola es matizada con un grupo de cuerdas dirigido por David Katz como pleno tributo al "muro de sonido" que hizo famoso al productor Phil Spector a finales de cincuentas. 

Así como en muchas rolas de Bolan, la lírica de "Buick MacKane" hace una comparación directa en las mujeres y los automóviles, dos de sus mayores pasiones . Los coches de esta marca de la General Motors tiene como caracterísca ser de lujo, pero con la capacidad de lograr gran capacidad de arranque y velocidad en los caminos, además de lograr seguridad en los terrenos húmedos (muy comunes por el clima británico y que, irónicamente, fue motivo del accidente automovilístico que causo la muerte de Marc en 1977). Estos elementos son usados por Bolan para describir a una mujer que puede despertar los más bajos instintos de un hombre por su poder y belleza, al grado de considerarla diosa sexual y reina del rock. Es por ello que la melodía está llena de fuerza, estruendo y ritmo, para que finalmente llegue a una explosión y un orgasmo que logren hacer perder la cabeza. 


Es curioso que con el paso de los años sólo ha existido dos movimientos que valoraron el sonido y las características del glam rock, retomándolo y reconfigurándolo a su momento: el punk de finales de los setenta y el heavy metal de mediados de los ochenta. Es por ello que deseamos compartir dos versiones al clásico de T. Rex que nos dan una idea de la influencia de este género para otras bandas que construyeron su propio sonido, pero que curiosamente fueron presentadas en recopilaciones o álbumes de versiones y no como parte de sus discos oficiales.

En el primer caso presentamos a Guns n' Roses, que tras el apabullante éxito de los discos Use your illusion I y II , el grupo comenzó a desboronarse en su estructura, pero que su necesidad de cumplir con las obligaciones de su disquera y aprovechar su momento comercial, lo que los obligó a grabar un disco. Eta placa terminaría siendo una colección de versiones de las grupos favoritos de los integrantes G'nR, donde podemos encontrar canciones de artistas tan variados como The Skylinners, The Stooges o Nazareth, las bandas punks de Misfits, New York Dolls, The Sex Pistols o The Damned, y hasta una rola escrita por el mismísimo Charles Manson. Dentro de este collage podemos escuchar "Buick MacKane" de T. Rex, una de las bandas favoritas de Slash (guitarrista de la banda), en una extraña combinación derivada de la improvisación con "Big dumb sex" de Soundgarden, grupo enmarcado con el grunge y el llamado sonido Seattle de principios de los noventa.



Incluída en el The Spaguetti Incident? publicado a finales de 1993, esta versión de "Buick MacKane" logra mezclar la esencia original de T. Rex con el sonido que había construido Guns n' Roses a principios de los noventa, momento en el cual estaban ya establecidos como una banda para conciertos en estadio. Dos guitarras de alto volumen, la búsqueda de espacio para lucimiento propio entre los diferentes integrantes de la banda, juegos vocales y un bajo muy definido. Aprovechando el indefinido e improvisado final de la rola original, Slash aprovecha el espacio para llenarlo de un solo de guitarra lleno de wah en su más fiel estilo. Quizá lo curioso sea que Guns tomó mucho de su sonido original de los ochentas, así como su imagen estética, en lo que en su momento se le conoció como "el nuevo glam rock", teniendo en T. Rex mucha de su inspiración.


Uno de los íconos del punk al estilo americano y el hardcore es Glenn Danzig, quien fuera vocalista de Misfists en sus primeros años de formación. Tras su salida por diferencias de concepción musical con el bajista Jerry Only, Danzig formó en 1988 una banda de hard rock con influencia del blues, el metal y el doom a la que llamó con su propio nombre artístico. Tras varios discos de éxito durante los noventas con la formación original del grupo (Eerie Von en el bajo, John Christ en la guitarra y Chuck Biscuits en la batería), Glenn da un giro al sonido del grupo y rompe con el resto de los miembros. Desde entonces, una larga lista de músicos han formado parte del proyecto, como Joey Castillo (conocido por ser baterista de Queens of the Stone Age), Dave Kushner (guitarrista de Velvet Revolver) o Kenny Hickey (guitarrista de Type O Negative).


En 2007, Danzig lanzó un disco recopilatorio con muchas grabaciones de su banda y que habían quedado enlatadas durante los casi veinte años de formación del proyecto. Con el título de The lost tracks of Danzig, el disco fue presentado tras el largo silencio del grupo en el cual Glenn definía nuevamente su orientación musical. Fue así que tuvimos la suerte de escuchar su versión a "Buick MacKane", la cual fue grabada durante las sesiones de grabación del disco How the gods kills realizadas en los estudios Record Plant de Los Ángeles, California con la alineación original de Danzig a finales de 1991 y principios de 1992.  


En esta versión podemos escuchar una poderosa melodía marcada por guitarras metaleras que respetan la línea original de T. Rex, pero que en su parte media, Danzig cambia la orientación de la improvisación de la versión de Bolan hacia una línea melódica marcada por la guitarra para dotar de mayor intensidad a la rola. Así mismo, Glenn cambia la frase "Buick MacKaine, will ya be my girl?" por "Buick Mac Kaine, will ya be my whore?", cambiando el sentido de la lírica a una mujer de bajo por mundo y no de gran nivel.


¿Qué opinión les genera las versiones hechas por Guns n' Roses y Danzig al clásico de T. Rex? ¿Marc Bolan estaría satisfecho con el cambio a su idea musical?   

viernes, 21 de agosto de 2015

“Behind the mountains” de Brutus: el sonido vintage de Escandinavia


La mirada no se puede ignorar una portada tan lisérgica, tan psicodélica y tan espectacular. Una ilustración nos muestra a cinco muchachos observando un volcán en erupción a través de un valle cóncavo lleno de colores y una mágica noche cósmica. El interés crece y nos hace indagar por los creadores de una imagen tan seductora hasta que los ojos se detienen en un extremo de la misma. Una extraña mariposa plasma en sus alas el nombre de la banda: Brutus. 

¿Qué es lo que podríamos escuchar con una portada como ésta? Pues precisamente lo que podría resultar obvio: un hard rock de sabor vintage que nos remita a las bandas psicodélicas de finales de los 60 y aquellas de llenas de guitarras pesadas de principios de los 70, aquel encuentro entre el blues y el rock que sentó las bases para el heavy metal. Y sin duda, este material está lleno de esta atmósfera. Entre amplificadores de bulbos y grabadoras analógicas, Brutus logra transportarnos a ese añorado pasado sonoro donde las bandas tocaban juntas en el estudio de grabación para dejarnos la sensación al escuchar el acetato de estar frente al grupo tocando en vivo para nosotros.


Tres suecos y dos noruegos publicando su disco a través de una marca finlandesa: Escandinavia en pleno. Witchcraft, Graveyard y Horisont han sido la punta de lanza en esta invasión nórdica, sin embargo existen otras bandas vikingas y barbadas como Brutus que nos hacen entender que la recuperación de este hard rock de guitarras no sólo se quedan en una época revival, sino en un movimiento que crea a través del pago de tributo a los dioses (Blue Cheer, Led Zeppelin, Thin Lizzy, Deep Purple, Pentagram o Black Sabbath). Todo esto es Behind the mountains, un disco que no puede decepcionar.

¿Pero quién carajos son estos tipos?

A principios de 2007, tres chicos se reunían regularmente en los bares de la ciudad donde discutían sobre Black Sabbath, Jimi Hendrix y las razones por las cuales los discos se escuchaban mejor que en la actualidad. Sin llegar a alguna conclusión, terminaron por decidirse en hacer una banda ellos mismos. Esos muchachos eran los suecos Johan Forsberg  y Christian “Krille” Hellqvist en las guitarras eléctricas y el noruego Knut-Ole Mathiesen en el bajo. Tras algunos ensayos y con la necesidad de conformar la banda con los instrumentos necesarios de la misma, Knut-Ole se vuelve baterista y “Krille” se transforma en bajista… esta es la semilla que dio origen a Brutus.


Con la obsesión de lograr recrear aquel sonido clásico de las bandas de hard rock que adoraba, Johan Forsberg aprendió a tocar la guitarra eléctrica y con el tiempo se armó de una Gibson Les Paul y un amplificador Orange de bulbos. Siendo originario de Ulricehamn, un pequeño poblado sueco, Johan decidió trasladarse a la cercana Gothenburg para estudiar y acercarse a la escena musical que se estaba gestando ahí. Después de un tiempo, decidió mudarse a Noruega y su destino lo llevó a la formación de una banda con otro migrante sueco.


Christian “Krille” Hellqvist estudiaba en la universidad de la ciudad sueca de Karlstad cuando decidió mudarse a Oslo, lugar donde conoció a Johan Forsberg y con quien inmediatamente encontró una amistad gracias a sus afinidades musicales. “Krille” tocaba la guitarra, sin embargo, por las necesidades que la banda exigía, decidió pasarse al bajo. Con la idea de alcanzar el sonido vintage que deseaban, “Krille” se armó de un clásico Rickenbacker, un Fender Precision y un Gibson EB2, además de un obligado amplificador Ampeg. Sin embargo, su capacidad como guitarrista hizo con el bajo no se quedara de forma pasiva como alguien que solo marcara el tiempo y los tonos, sino que tuviera la posibilidad  de improvisar y se luciera en el escenario tal y como lo hiciera Geezer Butler de Black Sabbath.

Originalmente Knut-Ole Mathiesen tocaba el bajo, pero el trío no lograba encontrar un baterista que quisiera formar parte del proyecto revival que deseaban hacer. Un poco desesperado, Knut-Ole se transformó en baterista. Lejos de ser una pasajera opción o una mala decisión, Mathiesen se convirtió en la base sonora que requería el proyecto y elemento fundamental del grupo.


No fue sino hasta 2008 que la banda comenzó a definir su sonido al integrarse Kim Molander como segunda guitarra. Al igual que Johan, Kim es originario de la pequeña Ulricehamn, Suecia. Él decidió ir a estudiar fotografía a Oslo y ahí fue donde coincidió con el incipiente Brutus. La unión de las guitarras de Johan y Kim logró que el grupo tuviera más colorido en sus composiciones, pasando de una copia sonora de Black Sabbath a un intento por crear el sonido de bandas como UFO y Thin Lizzy.

Ya consolidado el sonido de la banda, Brutus requería de un vocal que lograra plasmar las ideas del grupo y dotara de identidad a la misma. Tras ver un concierto de la banda The Ritual, Krille se acercó a su cantante para convencerlo de que se integrara a su proyecto. El bajista estaba impresionado con el carisma y la diversión que Nils Joakim Stenby irradiaba en el escenario (siempre con una cerveza en la mano), además de su posibilidad de jugar con su voz (su color va desde los tonos chillones de Ozzy Osbourne hasta el grave y rasposo de Johnny Winter). Sin pensarlo dos veces, Jokke aceptó la propuesta e inmediatamente se puso a trabajar en las letras para las estructuras musicales que tenían armadas el resto de la banda.

Para finales de ese mismo 2008 grabaron un demo y en el transcurso de 2009 publicaron su álbum debut tras grabarlo en los legendarios estudios Music-A-Matic en Gothenburg (lugar donde han grabado gente como The Hellacopters) bajo la producción y mezcla de Henryk Lipp y Micke Nilsson (quienes han trabajado con las bandas suecas de Sator, Dead Man y Burst). Luego de un EP compartido con la banda sueca de stoner y doom The Graviators publicado en 2011, Brutus comenzó los trabajos para su segundo disco. Para ello, logró firmar con el sello finlandés Svart Records y se metió a una larga sesión de grabación en los Subsonic Society de Oslo durante dos años. Con las cintas bajo el brazo, la banda decidió entregarlas a Lipp y Nilsson para que las mezclaran y las masterizaran bajo la lógica sonora de los grupos de hard rock de los años 70. El resultado final fue el Behind the mountains publicado en junio de 2013.


El concepto

Fácilmente uno podría esperar que un disco obsesionado con la recuperación del sonido y las técnicas de grabación hechas en décadas pasadas tendría que quedar atrapado en tan solo una colección de canciones. Dos años en los estudios de grabación nos darían la razón en ello, pero afortunadamente nos equivocamos con esta creencia.

Behind the mountains escudriña, rasca y desentierra las verdaderas intenciones que tienen todas las cosas a nuestro alrededor, y ¿por qué no?, de nosotros mismos. Arranca la careta para mostrarnos el verdadero rostro del individuo que se esconde tras de ella. Es la búsqueda de luz que despejen las sombras, aquellas que ocultan y esconden todo a su paso. Al fin desnudo y liberado, el individuo irremediablemente se dejará ver tal cual es.


El disco busca ser una droga introspectiva que se interna en el ser para develar todos sus secretos. Sobrevuela el alma y echa un vistazo a la confusión, el dolor, la tristeza y la maldad con la intención de desmarañar el interior para sacarlo a flote y comenzar a buscar respuestas y alternativas.

Es por ello que a cada paso que da el Behind the mountains, encontramos una puerta que se abre y una sorpresa atrás de ella. Una vez eliminados los misterios, todo es aclarado y liberamos la mente de sus ataduras. El amor, la pasión, la naturaleza y la humanidad pueden tomar otro rumbo si el individuo traspasa los muros y los desmenuza en su interior. Esa es la apuesta que hace Brutus con este disco, una obra que habla de los misterios que nublan al hombre y su intento por abrir la percepción y encontrar las respuestas a sus secretos.


Canción por canción

The witches remains: El momento es ideal para que las brujas salgan a lanzar gritos, maldiciones y hechizo. A la sombra del bosque y con la tenue luz de la luna, la mágica mujer de fuego en los ojos y que se oculta en las montañas se muestra ante nuestra mirada  con su negro vestido… Unos golpes de batería abren paso a una fúnebre marcha, que tras algunos segundos, se agita y nos relata una historia sobre brujas y mujeres que hechizan. Inmediatamente nos viene a la mente aquel Black Sabbath de melodías aletargadas de sus primeros discos, pero esta sensación aumenta todavía más con el efecto de “double track” en la voz de Jokke.


Personal riot: La gente te observa y se burla de ti y sólo queda preguntarse por las razones. No es fácil pelar con los demonios que tiene uno adentro. Miedo, soledad y confusión golpean la mente. El mundo se colapsa a nuestro alrededor y el alboroto se arma en nuestra cabeza. El final está cerca… Un contagioso riff de guitarra hecho por Johan nos engancha sin remedio a la melodía. Las líricas siguen exactamente la misma idea de “Paranoid” de Black Sabbath, aunque la esperanza por salir de aquel trance quizá sea menor en la versión de Brutus. Canción del Behind the mountains escogida por la banda como sencillo debido a que en ella se resume el sonido de la banda y el concepto del disco. Con el objetivo de tener difusión, se elaboró un video promocional con la canción donde podemos observar chamarras de mezclilla, barbas, cabellos largos, cervezas y a Brutus durante las grabaciones del disco y explotando en los escenarios.


Big fat boogie: ¿Qué pasa por la mente del gordo que se ha dado cuenta de su propia fuerza? Una rola que parece dedicada a Christian “Krille” Hellqvist, bajista de la banda… Riff agitado que guarda la misma intensidad al de “Personal riot”, por lo que sirve perfectamente como continuación de la misma. Las guitarras de Johan y Kim se alternan en figuras que terminan en un ritmo tribal alrededor de la repetición de la frase que da título a la canción.


Blues pills: La píldora azul ha hecho su efecto y ha liberado el alma del amargo sentimiento que la tenía atada. Se puede observar en los ojos que se ha dado cuenta de ello. La tormenta se acerca… Melodía de ritmo pasmado que deja su poder en la voz de Jokke y en un sentido solo de guitarra salido de las manos de Johan muy el estilo del irlandés Gary Moore (aquel que tocara con Thin Lizzy).

Square headed dog: Vagando por las solitarias calles, la mente se agita ante el abandono y la soledad. El individuo ha cerrado los ojos para escuchar aquellos sonidos y voces encerradas en su cuadrada cabeza… Hard blues de denso paso con un solo de guitarra de Johan ahogado en pedal wah y un eco distorsionado, tal y como si estuviera escondido en la mente de aquel solitario al que hace referencia la letra de la rola.

Mistery machine: Industria, tecnología y maquinaria dejan caer sus pesadas manos sobre el hombre. La ciencia al servicio de la rápida máquina como si de gasolina, con la intención de acelerar su paso. El destino es ahora… Pesado riff de cinco tiempos que rompe el plano mientras el bajeo se luce en escalas y figuras. La voz es un pleno tributo a Ozzy Osbourne en su efecto sonoro y remarcada melodía. Sorprendente duelo de solos de guitarra entre Johan y Kim sobre un ritmo cortante semejante al de una máquina pesada, lo que recuerda el origen del sonido de Black Sabbath hecho por Tony Iommi y la famosa historia de la pérdida de sus falanges.


Crystal parrot: ¿Esto es la realidad o sólo un sueño? Los problemas en la mente fluyen a través de un viaje ácido que atraviesan la obscuridad gracias al loro de cristal…  Un sucio rock nacido directamente de los locales de ensayo de The Rolling Stones o de Led Zeppelin gracias a la armónica de Per Riihiaho, músico invitado. Esta rola puede ser en la que Jokke se acerque más al color de voz de Ozzy Osbourne, aunque el ritmo sea el más alejado a Black Sabbath de todo el disco. Realmente genial el duelo final entre la armónica y el solo de guitarra el cual realmente nos hace levantar el vuelo.

Reflections: El sol se ha ido a dormir. La obscuridad se postra sobre las almas. Ha llegado el momento para que las reflexiones del ser se agolpan en su mente. La verdad se sabrá… Este es el punto climático del Behind the mountains: un pesado blues de guitarra eléctrica que llora y un atmosférico teclado que logra llenar todos los vacíos posibles. Como en una caída libre, la rola se va acelerando y nos arrastra a su caos y explosión, jugando con nuestras sensaciones y llevándonos al éxtasis total. Finalmente, la canción termina en una loca persecución donde el solo de guitarra es espectacular.

Can´t help wondering why: Todo ha sido muy rápido y la vida se ha escapado como arena entre las manos de manera estúpida y alocada. Es momento de recuperar el tiempo perdido y la capacidad de sorpresa y asombro ¿Cómo podemos describir un pedazo de canción como este donde la piel se eriza en cada nota? El ritmo marcado por las guitarras “muteadas” y su riff de cinco notas ascendentes simplemente te vuelan la cabeza. De la nada surge un teclado eléctrico en manos de Gustaf Gimstendt y ¡kabum!, todo se convierte en un terremoto que sacude todo a su paso: guitarras en desenfrenados solos que chocan entre sí, un bajo que serpentea por todo el mástil y una batería que golpea salvajemente. Esta es la forma perfecta de terminar de sacudir la cabeza tras una revisión a ella.


Esto es el Behind the mountains, un poderoso disco lleno de hard rock vintage y letras que buscan desenterrar los misterios que cunden a nuestro alrededor...




martes, 18 de agosto de 2015

“Electric mistress” de Stoned Jesus: la forma en cómo se toca el stoner en Ucrania


Cuando hablamos de rock stoner  y sus diversas variantes (desert, metal, doom…) pensamos en Estados Unidos con el lugar de origen para dicho género y después damos espacio a Inglaterra, Alemania y hasta Argentina  como países donde existe un nicho para su creación y sus seguidores. Pero si rascamos un poco en el panorama, podemos localizar excelentes propuestas. Una de ellas nos llega desde Kiev, Ucrania: Stoned Jesus.

Conformados desde 2009 alrededor de la figura de Igor Sydorenko, guitarrista y vocalista del grupo, Stoned Jesus se fue abriendo paso en los escenarios europeos de la mano de la publicación en 2010 de su First communion.No fue sino hasta 2011 que la banda estableció su sonido y su concepto a través de la inclusión de Sid en el bajo y a Vadim Matiiko en la batería. Con esta alineación, Stoned Jesus se metió a grabar durante los meses de agosto y septiembre de 2011 lo que sería su segundo álbum completo, el cual llevaría por nombre Seven thunders roar y que sería publicado hasta marzo de 2012 a través de Moon Records. Con sesiones de grabación en los Destroy the Humanity Studios de Moscú, Rusia y en Zvukocech de Kiev, Ucrania, el grupo conformó el disco que terminó por llevarlos a gira de promoción en los Estados Unidos, permitiéndoles una difusión en los diferentes medios de comunicación.

Precisamente del Seven thunders roar se desprende el sencillo “Electric Mistress”, una rola poderosa donde la guitarra Gibson les Paul de Igor juega con diversas distorsiones en su figura principal hasta que truena sin freno a la par del resto de los instrumentos. Un impresionante bajo sacude el terreno como un trueno que cae sobre la tierra. Las percusiones retumban y nada puede quedarse en calma. Escalas pentatónicas suben y bajan hasta que todo se vuelve grave, pesado, lento y misterioso.


Siguiendo los cánones del stoner, “Electric Mistress” es una canción de fuerte estructura musical que versa sobre la metáfora de una mujer mágica que comparada con lo deslumbrante de las luces generadas en la tormentas desérticas. Ella será la dama que logre liberar el alma a través de su encantador embrujo, su pasión carnal y su fugaz paso por nuestros brazos. La obscuridad que lo envuelve todo sólo podrá ser eliminada por la amante eléctrica. Ella viene hacia nosotros y no tenemos opción.

Más de nueve minutos de un fuerte viaje ácido donde la melodía básica es rota por una ensoñación densa de la cual podemos escapar por medio de una dosis más fuerte de guitarrazos de volumen alto. Sin embargo, para la publicación de esta rola como single en abril de 2013,  “Electric Mistress” fue editada en unos cortos 4 minutos (sin la impresionante parte media) para la grabación de un video promocional elaborado por Victor Priduvalov donde podemos ver a Stoned Jesus tocando en un obscuro antro mientras vemos una fantasmal historia de amor con imágenes inspiradas en David Lynch y un Igor Sydorenko sirviendo tragos ataviado de un penacho de plumas como un viejo indio americano.

Este es el video dirigido por Victor Priduvalov con la versión editada de “Electric Mistress”:


Y con la intención de que tengan la oportunidad de disfrutar esta rolota, les compartimos la versión completa de “Electric Mistress” de nueve minutos incluida en el Seven thunders roar:

viernes, 14 de agosto de 2015

El primer EP de Desert Suns: el nuevo stoner californiano


Un aparato radiofónico intenta captar alguna señal. Vuelta tras vuelta sobre el dial hasta que un feed back se deja escuchar y nuestros oídos prestan atención. Las guitarras se dejan oír en un riff fuerte con la intención de atravesar la atmósfera, de cruzar la galaxia y de dejarse escuchar hasta el infinito. Así es como abre el EP que sirve de debut discográfico a Desert Suns.

Un extraño ritual de personas encapuchadas frente a un calavérico y fálico templo durante una cósmica noche nos recibe como portada del disco. El logo de la banda nos ubica en la ilustración y nos anuncia de qué va esta placa: un rock stoner mezclado con la acidez psicodélica y el misticismo doom  que es inundado de referencias desérticas y galácticas.


Las rolas se van dejando escuchar y es inevitable recordar a bandas californianas como Kyuss o a Sleep, pero una vez saboreado el primer trago, un tufo a Black Sabbath aparece por medio de los riff de guitarra inspirados en el omnipresente Tony Iommy. Seis cortes que nos sirven de aperitivo para despertar nuestro deseo por escuchar más y lograr un ascenso mayor.

La advertencia está hecha: el viaje será fuerte y no será sencillo regresar los pies a la tierra. Desert Suns muestra sus cartas con una fuerte mano. El ritmo se acelera a cada segundo hasta que las alucinaciones atascarán el ambiente. Sólo quedará soltar el cuerpo y permitir que la mente vuele sin remedio.

¿Pero quién carajos son estos tipos?

Desert Suns se formó en San Diego, California a mediados de 2013. Chicos con la inquietud de crear música, formaron parte de diversas bandas hasta que coincidieron en una donde pudieron concretar sus gustos musicales y sus ideas. Sin esperar un segundo, la banda se metió a los American Sound Studios y publicó en enero de 2014 a manera de sencillo la rola “Burning temples”, utilizando la plataforma de Bandcamp para difundirla. Con esta carta de presentación, el grupo tuvo la oportunidad de tocar en diversos foros de la Costa Oeste de los Estados Unidos, afinar los detalles de lo que habían grabado y firmar con la pequeña disquera independiente Ripple Music Records para la publicación del EP en agosto de 2014.

Tras la desintegración de Revenge Death Ball, el guitarrista Woogie Maggard buscó inmediatamente a gente que comulgaran con él en la intención de crear una banda de rock stoner que tuviera la posibilidad de incorporar algunos elementos de otros géneros musicales para enriquecer el concepto. De esta manera, su guitarra podría tener la posibilidad de explotar a través de las distorsiones, saturar las bocinas con un ácido fuzz o relajar el ambiente con una ligera guitarra electroacústica.


Con esta lógica, David Rusell se integra al proyecto de Maggard. El poder de un salvaje y saturado bajeo está en sus manos en contraste con una voz media y rasposa perfecta para versar sobre mujeres, imágenes psicodélicas y elementos cósmicos.


En la batería encontramos a Ben McDowell, quien formara parte de una pequeña banda amateur de stoner y metal llamada Green Saturn. Estructuras exactas de gran potencia que logran el despegue necesario en cada melodía es su marca personal.


Tras la presentación de single Burning temples, se incorpora como segunda guitarra Anthony Belluto. Su inclusión en Desert Suns es la de dotar de mayor potencia sonora al grupo, logrando crear un muro de sonido al combinarse con Maggard. Así mismo, al tener una guitarra de acompañamiento, Woogie tiene la posibilidad de soltar sus solos sin abandonar los riffs que marcan las canciones.


Con esta formación, Desert Suns terminó de grabar su primer EP de la mano de Brandon Jenson, quien realizó la producción, grabación y mezcla de las seis canciones que lo conforman. Finalmente, con un mágico trabajo, Jimmy Ovadia creó el arte del disco; el cual incluye la portada, un poster y cuatro imágenes más que en la re-edición de la placa en vinil hecha por HeviSike Records fueron incluidas como postcards. Cabe mencionar que precisamente para la publicación del disco en vinil, el trabajo de remasterización fue elaborado por Tony Reed, guitarrista y vocalista de Mos Generator.


El concepto

Si la intención es recuperar el stoner perdido con el cambio de siglo, Desert Suns logran rescatarlo con su EP debut. Para ellos, la banda se dio a la tarea de crear melodías con fuertes ganchos que no son fáciles de soltar a través de ritmos de ácidas atmósferas que permiten divagar a cualquier cerebro que presuma de sano juicio.

Y si de stoner se trata, el grupo construye sus líricas en base a temas ya masticados por las bandas clásicas del género como Kyuss, Sleep, Nebula y Fu Manchu. Tomando como punto de partida el desierto (ya sea como entorno, ya sea como metáfora para las alucinaciones), la banda juega con el concepto del cosmos y el espacio exterior (idea nacida por la magia que se crea al admirar las noches desérticas llenas de estrellas y silencio sepulcral).


Con el ácido y viajado soporte construido, las letras de las canciones del Desert Suns EP versan sobre el abandono del hogar, mujeres que orillan a la lujuria, recorridos astrales y el anhelo de lo perdido. Ahogados en imágenes y palabras, al escuchar la placa nos quedamos con la idea que aventarse un escape psicotrópico puede ser una experiencia liberadora de los sentidos, pero que en él podemos correr el riesgo de perder algunas cosas (la familia, el amor, el control y hasta la memoria).

De esta manera, el coctel explosivo hecho por los californianos termina logrando su objetivo: crear una colección de canciones clavadas en el recuerdo stoner y el sonido de la escena de Palms Desert que buscan despegar los pies de la tierra hasta explotar en un juego de colores e imágenes con ganchos adictivos que irremediablemente provocan que el disco comience una y otra vez.


Canción por canción

Burning temples: Un nuevo sol se levanta en el horizonte y poco a poco se acerca hacia nosotros. Ha cruzado la galaxia para liberarnos de todo, quemando los templos desde sus cimientos. Abandonados ante el astro, sólo queda la resignación. Girando alrededor de este mundo y abrazando todo a su paso, el sol acabará con todo y sólo quedará el polvo de nuestros cansados huesos… Un lento y fuerte riff nos sacude ante la interferencia de sonido, pero tras unos segundos, la rola baja totalmente de intensidad sin cambiar la melodía. El calor desértico se siente a cada paso, a cada nota, a cada sílaba. A la mitad de la rola, el ritmo se acelera mientras todo a nuestro alrededor se quema. Esta una melodía digna heredera del viejo sonido de Black Sabbath.


Space pussy: Paralizados ante su imagen, no queda otra cosa que observar y esperar. Ya sin sangre en las venas, la nave ha perdido el control. Estamos fuera de la atmósfera, estamos enamorados espacialmente… Aprovechando el eco de Burning temples, las guitarras comienza su riff sin piedad y sin freno. Una cascada de notas reptantes se arrastran sobre la base de la melodía. La forma de cantar las estrofas de David Rusell recuerda mucho el estilo característico de Scott Hill, vocalista de Fu Manchu. El repetitivo ritmo se vuelve hipnótico, logrando que nuestra mente se pierda en su pesadez. Gran trabajo de Woogie Maggard en los solos de guitarra. Lanzada como single del EP, Space pussy tiene un video hecho por Stephen Finn donde se puede ver a la banda tocando mientras se mezclan imágenes de luces líquidas muy psicodélicas y el baile sensual de Tori, una modelo de la marca The Seam Ripper.

Passing through: Corriendo a través de la medianoche, apretamos el pedal hasta el fondo  para alcanzar la bóveda celeste. El cielo se ilumina y la tierra explota. Hemos atravesado la atmósfera, pero aún así nos sentimos en casa…Una guitarra distorsionada marca la melodía con un ritmo acelerado, a la cual le sigue otra guitarra ahoga en un pedal fuzz. Tras marcar con los platillos la velocidad, la batería entra para hacernos explotar junto con la rola. La velocidad no cede hasta que cerca del final nos hace sentir que hemos cruzado el límite y hemos dejado atrás la gravedad. Una rola stoner en toda la extensión del género. Vale la pena resaltar el trabajo de Ben McDowell en los golpes de la batería y la voz de David Rusell que busca emular a Ozzy Osbourne.

Ten feet down: Melodía acústica de ritmo relajado, tal y como si unos vaqueros hubieran decidido hacer un poco de southern rock. La guitarra de Woogie Maggard resbala las notas sobre la melodía rasposa de David Rusell y la blusera armónica de Edward Nies. El recuerdo de Led Zeppelin puede llegar a nosotros sin problema alguno.


Memories of home: Hemos perdido el boleto de regreso a la tierra. Al abandonar nuestro cuerpo, la mente ha quedado abandona en la inmensidad del universo. Sin embargo, los recuerdos se agolpan en nuestra agitada cabeza, los cuales se convierten a final de cuentas en agrios reclamos: “Madre, duermo con arañas”… Hipnótica melodía que en su acidez termina dejándonos a la deriva del espacio sideral. El sonido stoner es utilizado para entonar una melodía totalmente doom como lo estableciera Black Sabbath en sus primeros discos. Aprovechando el cambio de velocidad en el puente de la rola, la guitarra eléctrica explota en un genial solo de galáctico efecto.

Run through my roots: Una tenue guitarra sin efecto entona una sencilla melodía, la cual es interrumpida por un redoble militar que marca su marcha sobre efectos sonoros de viento cósmico y que termina dando entrado a un riff lento de guitarras pesadas y un juguetón bajeo. Con una voz cercana a la de Jack Bruce de Cream en las estrofas, David Rusell transforma la intensión en el coro al seguir los cánones de Ozzy Osbourne. La pesadez del riff inicial es equilibrado con instantes suaves e hipnóticos de guitarras en pedal wah.



Esto es Desert Suns, una banda que regresa a las raíces del rock desértico californiano con la intensión de colocar nuevamente bajo los reflectores al viejo stoner y permitir a las nuevas generaciones gozar de un viaje cósmico a través de su propia mente. Felices 30 minutos de escape…