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miércoles, 30 de septiembre de 2020
Dead Lord : una rendición al hard rock sueco
jueves, 24 de septiembre de 2020
Daily Thompson : desde Dortmund para el Universo
Cuando una banda define su sonido desde sus primeros segundos, lo único que tiene que hacer enseguida es desarrollarlo para los mismas bases acústicas para llevarlo a nuevos lugares sin perder aquella esencia alcanzada. Habrá momentos en que ciertos ingredientes sean más acentuados que en otros, pero en ello estriba la importancia de tener muy claro qué es lo que se busca ofrecer mientras se disfruta su camino para alcanzarlo. Sin embargo, existen pocas agrupaciones pueden presumir de este estado de equilibrio que oriente su trabajo sonoro, por lo que es importante resaltar a aquellas que lo han logrado. Es por eso que Daily Thompson ha encontrado un espacio dentro de Earthquaker...
Daily Thompson tienen sus orígenes en el año 2012 cuando se conformó a través de la base de un power trío inspirado en el grunge y el noise rock de los 90's que con el paso del tiempo ha sumado a su combo sonoro varios elementos de la psicodelia espacial, el rock desértico y hasta el blues electificado. Así es como encontramos el día de hoy a Danny Zaremba en las guitarras, Mercedes Lalakakis en el bajo y Matthias Glass, quienes no han abandonado Dortmund, Alemania como base de operaciones.
Lejos de la referencia olímpica que ofrece su nombre bajo el recuerdo de aquel decatlonista inglés, el trio alemán siempre ha buscado colocar un velo sobre sí con la intención deliberada de ocultar su sonido en base a un título obvio. Por si fuera poco, al escuchar un tema de la banda ésto podría resultar engañoso, pues su estilo sonoro no queda atrapado en una sola cápsula auditiva; obligando así al escucha a terminar de recorrer los surcos del vinilo para hacer un intento por descubrir todas las influencias musicales que se resguardan en su interior.
Dentro de la misma lógica misteriosa que ha empleado Daily Thompson desde su origen, en agosto de 2020 a través de Noisolution Records han publicado su cuarto álbum completo titulado Oumuamua, que más allá de la referencia mimética al Ummagumma de Pink Floyd, logra una nula idea sobre lo que podemos encontrar en su interior. Una vez que bajamos la aguja sobre el plano negro nos encontramos con un largo track de once minutos y medio de duración llamado "She's so cold" que bien podría espantar a cualquiera, pero tras tomarnos suavemente de la mano entre tenues marismas que hipnotizan, la banda logra subir la intensidad de manera perfecta hasta construir un típico tema stoner bajo la escuela de Fu Manchu que con el tiempo recuperaron los griegos 1000mods, no sin antes ofrecernos un embeleso bajo la hermosa y enigmática voz de Mephi con aquel tufo a Sonic Youth o las sosegadas caminatas sonoras de All Them Witches.
viernes, 11 de septiembre de 2020
Kitchen Witch : una tormenta de arena sobre Adelaide
Aún están en nuestro recuerdo aquellos acordes secos de "Slipstream", aquel tema desgarrador de imágenes panópticas que hacía coincidir el lamento femenino con un stoner robótico bajo las premisas del Queens of the Stone Age de principios de siglo. Los responsables de aquel track venenoso eran cuatro chicos de Adelaide que bajo el nombre de Kitchen Witch nos ofrecían una mirada propia de aquel sonido californiano que transformaba al desierto en un áspero elixir lisérgico que se deshace de manera aletargada en nuestras débiles bocinas saturadas.
Aquel álbum publicado en abril de 2017 titulado de manera homónima (reseña-review) recuperaba algunos tracks presentados previamente en dos EP: el Trouble de enero de 2015 y el Back to the mud de junio de 2016. Sin embargo, es hasta agosto de 2020 cuando Kitchen Witch nos comparte un álbum completo construido de manera íntegra a través de siete temas que dota de una personalidad más definida a la banda por medio de un sonido más trabajado y composiciones más definidas a través de un concepto.
Bajo el nombre de Earth and ether podemos encontrar una colección de siete temas que logran su coherencia sonora a través del uso de acordes desgarradores que entonan melodías hipnóticas y que al mismo tiempo alcanzan su deleite por medio de una poderosa voz femenina que hechiza de manera irremediable. Más allá de esta esencia poderosa, Kitchen rescata su gusto por el blues rastrero que queda bien definido en la impresionante "Sunrise" y su pesado letargo que asemeja a una insolación obtenida por una larga exposición al sol desértico, pero el este álbum encuentra su clara definición en el stoner rebuscado de efectos alucinógenos que se escuchan de manera determinante en la inaugural "Lost", una oda que habla del extravío de la razón ante el enfrentamiento contra la incomprensión.
Las guitarras de Conor Kinsella mantienen ese tufo a desierto psicotrópico durante la totalidad del Earth and ether, pero al combinarse con las percusiones poderosas de John Russo y el pantanoso bajo de Simon Elliot, los temas que conforman el álbum tienen la posibilidad de viajar hacia dos ambientes que en podrían ser considerados contradictorios. Por un lado podemos saborear algunas texturas cósmicas que nos hacen perder la noción del suelo, pero por el otro tenemos la oportunidad de deleitarnos con fangosas melodías que nos ahogan con su misterio y zozobra; aunque ambas posturas logran dotar de versatilidad al material discográfico y convertirlo en una pieza digna de escucha detenida y deleitable.
Parece obvio que nuestra atención sea robada por las voces de Georgie Cosson, algo que ocurre de manera frenética en aquel tema que le da nombre al álbum, un track de melodía que poco a poco nos rodea hasta abandonarnos a nuestra suerte; pero la voz de la bruja australiana sabe tomarnos de la mano para mostrarnos de manera detenida todo el abismo sonoro que es provocado por la banda. Algo semejante ocurre con la eléctrica "Chase the sun", pues la rubia cantante logra atravesar el muro de ruido para enseñar lo que se guarda en su interior más allá de las distorsiones insistentes.
El riff asesino de "The frontal lobe" se acerca peligrosamente a un stoner metal infeccioso que al mismo tiempo ofrece mayores posibilidades acústica a la banda australiana, una rabia sin contención que explota frente a nosotros y que sólo nos permite unirnos al violento frenesí. Por si ello fuera poco, el Earth and ether concluye con la sombría "Many moons" que nos ofrece algunas notas de didgeridoo que son transformadas en una armonía sumamente electrificada que satura el audiorama hasta logar la perdición definitiva de nuestras neuronas.
de cuando estaba de piernas cruzadas por la luna y las luz de las velas
las ratas, los murciélagos y las arañas también estaban allí
No bromeo, era una imagen psicópata
Quemé esas palabras que me detuvieron en una barbacoa
Oh, tan lindo y rizado y negro.
El humo que se elevó de esa ceniza
limpiaba el aire y lavé mi cabello
no tenía idea cuánto cambiarían las mareas.
Evocando esas buenas intenciones, las otras las quemé.
Una cueva de malicia bajo el árbol de la vida.
Un santuario que alberga murciélagos en la noche.
La fruta permanece latente en lo profundo de sus extremidades.
La primavera trae cosecha y muchas asambleas."
El tema que ha servido de promoción para el lanzamiento del Earth and ether es "Cave of Mischief", un track que de manera irónica escapa del sonido general del álbum al sumergir dentro de un pozo el sonido general de los instrumentos, conteniendo su furia más allá de la intensidad que contienen la propia melodía. Mientras observamos a la banda entre múltiples colores y ruido blanco a través de un trabajo visual realizado por Capital Waste, la música nos va arrastrando con ella a su abismo hasta que nos obligar caer rendidos a su propuesta ahogada. Aquel stoner que distingue a Kitchen Witch queda reducido a un hard psych que logra su explosión definitiva en un interesante solo de guitarra de infinitas notas y una aceleración adictiva.
Siempre será reconocido y valorado el esfuerzo que realizan algunas bandas por retomar algún género sonoro con la intención de alimentarlo hasta hacerlo llegar hacia nuevos senderos dentro de un esfuerzo arriesgado que rompe reglas y clichés. Earth and ether logra romper las cadenas del rock desértico hasta ofrecer una personalidad propia a Kitchen Witch, pero es necesario tener pies de plomo al recorrer sus rincones si uno desea realmente saborear sus posibilidades más allá de los elementos distintivos de un estilo musical muy socorrido en las últimas dos décadas. Hay que permitir que los acordes del último álbum de la banda australiana escapen por las bocinas hasta que nos dejen hablar con su propia voz...
martes, 8 de septiembre de 2020
Ball : el ácido retorno de los adoradores de Satán
Bajo el impresionante título de Like you are... I once was... Like I am: You will never be, Ball nos ofrece una dosis satánica y alucinante de odas diabólicas donde las melodías saturadas ahogan nuestras bocinas mientras nuestras neuronas pierden el control a través de un sopor de ruido y colores estridentes. Una colección de ocho ritmos que hipnotizan por medio del trance del ritmo venenoso, el mensaje enfermo y un ambiente mágico que sabe seducir más allá de las incontables capas de sonido distorsionado y analógico.
El retorno del power trio dirigido por Syrék Ball fue anunciado en noviembre de 2019 a través de la presentación del single "Debauched", un track de sonidos cósmicos y figuras rastreras que merodea por la obscuridad hasta que lanza su venenosa mordida para hacernos caer bajo su tentación. Este himno dedicado al poder de Lucifer es un éxtasis que valora el riff de una guitarra áspera mientras los graves sonidos del bajo construyen una esfera que lo envuelve todo en un sorprendente efecto circular que logra ahogar la atmósfera a nuestro alrededor. Este tema es colosal gracias a su intensidad que es lograda con la suficiente paciencia y repetición de sus acordes, aunque quizá sea su obvio tufo a lo-fi lo que provoca aquella sensación de saturación e irremediable perdición.miércoles, 2 de septiembre de 2020
The Atomic Bitchwax : el beso de la mujer escorpión
La veterana banda The Atomic Bitchwax está de regreso con su llamado super stoner rock, es decir, aquel rock áspero de velocidad sostenida, guitarras desgarradoras y aquella herencia innegable de la psicodelia más pesada y el heavy metal ochentero. El grupo norteamericano se ha distinguido por ofrecer en cada una de sus producciones una colección de temas directos y venenosos que obligan de manera inmediata a mover los pies y agitar la cabeza, pero más allá de su fórmula más que patentada, el trío de New Jersey encuentra la manera de ofrecer algo nuevo con cada lanzamiento.
De aquel salvaje Force field de diciembre de 2017 nos queda el recuerdo de un misil espacial que surcó el universo bajo un constante e insistente ritmo meteórico (reseña-review), pero ahora tenemos la oportunidad de saborear otras texturas sin perder la esencia a través del Scorpio, un álbum editado por Tee Pee Records en los últimos días de agosto de 2020 con el objetivo de ofrecer una selección de tracks incendiarios que se han olvidado del tufo cósmico para retornar al rock infeccioso sin contemplaciones.
Como lo hemos platicado en ocasiones anteriores, la historia de The Atomic Bitchwax siempre ha estado ligada a la reconocida banda Monster Magnet, pero con el paso del tiempo, el trío comandado por el bajista y vocalista Chris Kosnik ha sabido mantener su independencia de Dave Wyndorf; permitiendo de esta manera crear una colección de álbumes de alto octanaje con personalidad propia más allá de aquel espíritu stoner muy característico de la costa este norteamericana.
Scorpio es una granada que sabe bien cómo explotar en nuestras bocinas a partir de melodías aceleradas construidas por medio de riffs constantes y golpes secos que no permiten recuperar el aliento. Aun así, el álbum arranca con un track entrecortado que ofrece el espacio suficiente para que la voz de Kosnik nos grite sin piedad. "Hope you die" es una prueba fehaciente de que The Atomic Bitchwax sabe utilizar el silencio como recurso para dotarle de mayor intensidad a su propuesta sonora mientras las sorprendentes figuras de guitarra en las manos de Garrett Sweeny y la lluvia de meteoros provocada por la batería de Bob Pantella construyen una muralla de sonido que por momentos parece impenetrable.
Sin embargo, el resto del Scorpio es una desbocada carrera que obliga al escucha a levantar la mano cornuta mientras los acordes salvajes saturan el ambiente a nuestro alrededor. Es innegable que "Energy" es muy cercana al estilo de Monster Magnet, el rock tóxico de su melodía logra incrustrar su aguijón para soltar su veneno en el torrente sanguíneo. Aquel bajo saturado con el que arranca "Easy action" retoma los ingredientes elementales del stoner comercial de principios del siglo XXI, pero al bajar la velocidad quizá no sirva de ejemplo perfecto con respecto al resto del material discográfico; algo que notoriamente podemos escuchar cuando "Super sonic" nos golpea sin piedad con su huida sonora imposible de alcanzar.
El octavo álbum de The Atomic Bitchwax ofrece tres balas instrumentales demuestran la capacidad interpretativa de la banda, ya sea en "Ninja" para enseñar como el trío puede ejecutar distintos cambios melódicos y temporales, en "Crash" para señalar la potencia de un power trio en el nuevo siglo o en "Instant death" para escuchar la colección de recursos técnicos que tienen para explotar. Sin embargo, Scorpio resguarda en su interior un amplio panorama armónico que permite al escucha no extraviarse ante el ruido y la velocidad para finalmente ofrecer canciones muy concretas como "Betting man" que son contrastadas con la intensidad del tema que le da nombre al álbum con aquel ritmo incontrolable y efectos sonoros que nos dan la sensación de correr a toda potencia mientras dejamos todo atrás.