Un cráneo quebrado nos permite observar en su interior las alimañas que en él ahora habitan, animales rastreros que emergen entre la sangre que escurre por todos lados. Tétrica imagen que remite al castigo, al sacrificio y a la muerte. Pero al final, todo queda reducido a un cúmulo de restos inertes de algo que tuvo vida. Subimos la mirada y tan sólo miramos un nombre que nos recuerda aquel ruidoso ente que logró estremecernos hace un tiempo: Beastmaker.
Del melancólico penar de almas condenadas y ofrendas dedicadas a los poderes malignos que escuchamos en Lusus Naturae (reseña-review), ahora la banda originaria de Fresno, California nos ofrece en su recién publicado Inside the skull el enfrentamiento del hombre con la llamada vida eterna, con el esfuerzo y el sacrificio por el deseo de alcanzar aquella entidad metafísica que queda reducida en la nada, en la soledad de una tumba que resguarda las cenizas de lo que fue un día, en el vacío que jamás terminará.
Del melancólico penar de almas condenadas y ofrendas dedicadas a los poderes malignos que escuchamos en Lusus Naturae (reseña-review), ahora la banda originaria de Fresno, California nos ofrece en su recién publicado Inside the skull el enfrentamiento del hombre con la llamada vida eterna, con el esfuerzo y el sacrificio por el deseo de alcanzar aquella entidad metafísica que queda reducida en la nada, en la soledad de una tumba que resguarda las cenizas de lo que fue un día, en el vacío que jamás terminará.
Beastmaker construyó en su propio cuarto de ensayos el estudio donde grabaron el Inside the skull, un lugar lleno de memorabilia sobre antiguas películas de horror que sirven de inspiración para los temas compuestos por la banda, aunque un poco de hierba ayuda a terminar de encontrar el riff ideal. El grupo buscó recrear el mismo sonido logrado en su debut, aunque la atmósfera de este material logra una mayor profundidad e intensidad gracias a una mejor masterización.
Inside the skull se distingue por su sonido crudo, quizá rasposo. Encasillados en la tendencia doom, Beastmaker tiene una cercanía melódica con el primer Black Sabbath y aquel mítico Pentagram de los años setentas. Sin embargo, dentro de su estilo podemos escuchar al Danzig de sus primeros discos en mezcla perfecta con la obscuridad lo-fi que han logrado Uncle Acid & the deadbbeats o Electric Wizard. Pero si uno pone más atención en lo logrado en este segundo álbum, la banda ha expandido su universo sonoro hasta hacerlo más pesado debido a su gusto por el metal más denso hecho en los años ochentas por Diamond Head o Metallica, y obviamente los doomers Witchfinder General y Saint Vitus.
La agresividad en los acordes del Inside the skull denotan la desesperación por el estado de vacuidad alcanzado tras la muerte, ese paso hacia adelante sin retorno posible. Bajo este concepto, el vocalista Trevor Church construyó una serie de líricas alrededor del horror y el morbo que existen al término de la vida, ese lugar donde se pierden los límites entre el bien y el mal. Para completar la escena, el bajo de John Tucker repta por el suelo para ofrecer un soporte a los ahora escritos e intensos solos de guitarra de Trevor mientras la batería de Andy Saldate golpea sin piedad hasta dejarnos sin pulso ni respiración.
En Lusus Naturae se escuchan las voces que nos acosan a nuestro alrededor (en un efecto estereofónico), pero en este nuevo disco se escuchan los lamentos de quienes extrañan a los que se han adelantado y los rumores de quienes han cruzado el umbral como si estuvieran encerradas o atrapadas en algún lugar desconocido (en un efecto monoaural). Para construir este juego de voces que hablan desde el interior de cada tema, la banda contó con la participación de Johanna Sadonis (ex-vocalista de The Oath y ahora líder de Lucifer) y de Nate Bahn (guía espiritual de Salem's Pot).
Como inicio a este paseo lúgubre hacia el inframundo, Beastmaker arranca su Inside the skull con "Evil one", tema de aletargado riff que rasga las bocinas como si quisiera escapar de un entierro prematuro. La figura marcada por los instrumentos se engancha inmediatamente a las neuronas, se enquista para no abandonar al cuerpo y lograr que perezca por la enfermedad y el vicio. Su melodía heredera al Ozzy de sus tiempos con Black Sabbath nos hipnotiza mientras nos habla de cómo el maligno tiende sus redes para que entreguemos la vida en su honor, aunque el pago por hacerlo será una eternidad condenada al sufrimiento y al olvido. Las cuerdas rugen para expresar la maldad que nos acecha, las percusiones delatan al hereje ritual que se avecina, los coros se hacen escuchar para entregarse a los poderes de la obscuridad.
A través del canal de YouTube de Rise Above Records, la disquera del líder de Cathedral y With the Dead que publicó el Inside the skull, Beastmaker presentó el video promocional para "Evil one". En este trabajo visual realizado por el director Dan Fisk podemos observar los preparativos para la realización de un sacrificio ritual entre túnicas, cráneos y veladoras mientras la banda explota sus amplificadores y muestra la iconografía hecha por Branca Studio. Como si se tratara de una vieja película de horror, las escenas a blanco y negro se tiñen en una misteriosa atmósfera de solemnidad, devoción y muerte hasta que la sangre corre por el altar pagano, última frontera para lograr una visión del más allá.
Una vez editado el Inside the skull, el obscuro tercio de Fresno girará por Estados Unidos y Europa durante el resto del año para madurar el sonido logrado por medio de las presentaciones en directo y la respuesta del público. En estos momentos están alternando con el proyecto de Zack Wylde (guitarrista de Black Label Society) que tributa a Black Sabbath, siendo esta la primera muestra de lo que esconde el cráneo sangrante de Beastmaker, por lo que sólo disfrutar de su aquelarre sonoro y observar como esta banda se gana un lugar propio dentro del llamado "old vintage metal"...
Inside the skull se distingue por su sonido crudo, quizá rasposo. Encasillados en la tendencia doom, Beastmaker tiene una cercanía melódica con el primer Black Sabbath y aquel mítico Pentagram de los años setentas. Sin embargo, dentro de su estilo podemos escuchar al Danzig de sus primeros discos en mezcla perfecta con la obscuridad lo-fi que han logrado Uncle Acid & the deadbbeats o Electric Wizard. Pero si uno pone más atención en lo logrado en este segundo álbum, la banda ha expandido su universo sonoro hasta hacerlo más pesado debido a su gusto por el metal más denso hecho en los años ochentas por Diamond Head o Metallica, y obviamente los doomers Witchfinder General y Saint Vitus.
La agresividad en los acordes del Inside the skull denotan la desesperación por el estado de vacuidad alcanzado tras la muerte, ese paso hacia adelante sin retorno posible. Bajo este concepto, el vocalista Trevor Church construyó una serie de líricas alrededor del horror y el morbo que existen al término de la vida, ese lugar donde se pierden los límites entre el bien y el mal. Para completar la escena, el bajo de John Tucker repta por el suelo para ofrecer un soporte a los ahora escritos e intensos solos de guitarra de Trevor mientras la batería de Andy Saldate golpea sin piedad hasta dejarnos sin pulso ni respiración.
En Lusus Naturae se escuchan las voces que nos acosan a nuestro alrededor (en un efecto estereofónico), pero en este nuevo disco se escuchan los lamentos de quienes extrañan a los que se han adelantado y los rumores de quienes han cruzado el umbral como si estuvieran encerradas o atrapadas en algún lugar desconocido (en un efecto monoaural). Para construir este juego de voces que hablan desde el interior de cada tema, la banda contó con la participación de Johanna Sadonis (ex-vocalista de The Oath y ahora líder de Lucifer) y de Nate Bahn (guía espiritual de Salem's Pot).
Una vez editado el Inside the skull, el obscuro tercio de Fresno girará por Estados Unidos y Europa durante el resto del año para madurar el sonido logrado por medio de las presentaciones en directo y la respuesta del público. En estos momentos están alternando con el proyecto de Zack Wylde (guitarrista de Black Label Society) que tributa a Black Sabbath, siendo esta la primera muestra de lo que esconde el cráneo sangrante de Beastmaker, por lo que sólo disfrutar de su aquelarre sonoro y observar como esta banda se gana un lugar propio dentro del llamado "old vintage metal"...