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miércoles, 17 de mayo de 2017

Prisma Circus : recordando cuando Barcelona era ácida


2013 fue el año en que la ola vintage terminó por arrasar con todos los rincones del planeta. Grandes bandas publicaron hermosos discos bajo una estética retro que tenía la obsesión de rescatar los sonidos que encumbraron al rock y lo convirtieron en un género de múltiples posibilidades. Los jóvenes dentro de los cinco continentes comenzaron a formar proyectos musicales basados en el jam-session a través de la magia de la psicodelia y el hard blues nacida a finales de los años sesentas, logrando así que regresaran al trono aquellos íconos de la explosión ácida como The Jimi Hendrix Experience, Cream y Blue Cheer.

Durante ese año, la escena musical catalana se encontraba en efervescencia por el rumor de la existencia de un poderoso power-trio que estaba creciendo como la espuma gracias a su increíble sonido y su incendiaria forma de tocar sobre los escenarios. El nombre de Prisma Circus poco a poco se escuchaba más hasta que la publicación del disco Reminiscences en agosto de 2013 terminó por develar ese secreto que guardaba celosamente Barcelona, una joya española de salvaje heavy rock psicodélico que podría compararse con bandas del nivel de Radio Moscow, Wolfmother o Brain Pyramid. 


Sin embargo, la lisérgica detonación de Prisma Circus no se quedó contenida a Las Ramblas, pues su álbum debut los llevó de gira por varios países europeos y sus acordes cruzaron el Atlántico para admiración de muchos buscadores de tesoros sonoros y uno que otro clavado en el pasado musical. La calidad interpretativa de los tres jóvenes españoles era tan grande que rápidamente compartieron tablas con gente importante del género como Blues Pills, Graveyard, Samsara Blues Experiment, The Socks y Cheap Wine

Todo comenzó en septiembre de 2010 cuando el baterista Alex Carmona Blanco y el bajista Joaquín Escudero Arce se reunieron para formar un proyecto basado en interpretar el blues eléctrico por medio de la improvisación que sólo la psicodelia sesentera había logrado explotar. Al poco tiempo se incorporó el guitarrista Oscar García Albizu y todo quedo encerrado en un power-trio como aquellos grupos que fundaron el género y lo llevaron hasta el cosmos.


La presentación de un EP durante 2012 con cuatro temas había servido para calentar el ambiente y crear buenas expectativas a su alrededor, pero la publicación de Reminiscences logró cumplir los deseos de escuchar una banda que realmente sonara como aquel pasado perdido pero con una visión moderna y una lírica apabullante. Quizá parte de que el objetivo fuera alcanzado fue gracias al hecho de que Prisma Circus grabara su disco de manera directa en cintas análogas y sin procesos digitales al calor del estudio Black Pepper con el ingeniero de sonido Jaume Figueres, lo que permitió crear un sonido "clásico" y "natural" como el de los discos de los 60's y 70's.

El primer disco completo de Prisma Circus es el ejemplo perfecto de lo que es el heavy psych en el nuevo siglo, ya que el material pasa de las suaves mareas del misterio para convertirse en una granada sonora que explota en las manos en un millón de notas multicolores. Como si se tratara de una guerra sin cuartel, los instrumentos compiten entre sí para ganarse la atención del oyente dentro de un ácido universo de improvisación que explota de manera furiosa. En este álbum podemos escuchar desde el blues eléctrico de suaves texturas por de más cercano al maestro Hendrix ("Born in the red house") hasta el más desenfrenado jam que no se cansa de escupir notas por las bocinas ("Napalm"), pasando por el hippie experimento sonoro que puede conjugar lo eléctrico y lo acústico ("Cain") y el acelerado ritmo de la psicodelia como es entendida en la actualidad por las bandas americanas ("John Doe's paranoia").


Uno de los temas más interesantes del Reminiscences es "Onyx star", ese tema de un poco más de cuatro minutos que comienza con una figura de bajo ahogada en pedal wah que recuerda algunos momentos del primer disco de Wofmother, aunque al paso de unos cuantos segundos se transforma en una tormenta eléctrica de notas que sin duda encuentran su fuente de inspiración en Radio Moscow. Sin embargo, Prisma Circus encuentra su propio estilo al construir una melodía entrecortada que besa el cielo a punta de guitarrazos e insistentes golpes de batería que tan sólo demuestran el poder de unos tipos enganchados en su idea musical como pocos han logrado hasta el día de hoy.

Si uno todavía no llegara a sorprenderse con el fuerte viaje lisérgico que nos ofrecen los catalanes, hacia el final de su tobogán sonoro podemos escuchar un mágico caleidoscopio que nos invita a cruzar su horizonte de sucesos para ser engullidos por un agujero negro hasta desmenuzar cada una de nuestras neuronas. Duelo a muerte entre las cuerdas donde los únicos testigos que quedan son las imponentes percusiones que ni por un segundo ofrecen tregua, ácida dosis que corre por las venas a salvajes kilómetros por hora, experiencia extrasensorial donde los sentidos se fusionan hasta entrar en otro plano de la realidad.

En marzo de 2014, Prisma Circus publicó en su canal de videos de YouTube un trabajo visual para promover el Reminiscences por medio de una interpretación grabada en directo de "Onyx star". Por medio de la dirección de Alex Faust y la producción visual de Jalón de Aquiles (estudio gráfico que se encargó de la portada del disco), podemos observar a la banda entre insistentes luces y colores mientras realizan lo que mejor saben hacer: volarnos la cabeza. El violento choque entre el bajo Rickenbacker de Escudero y la guitarra Fender Stratoscaster de García sólo nos muestra como el mundo se puede contraer por unos segundos para reproducir su estallido y hacernos entender qué es el caos. Un viaje en el tiempo que nos regresa a la psicodelia pura y nos trae de vuelta al presente con un solo golpe.


Así como aterrizó desde el cosmos, Prisma Circus desapareció de la faz de la tierra. Desde entonces, sus integrantes buscaron la forma de seguir plasmando su magia dentro de otros proyectos: Oscar García se integró a la pesadez de Saturna, Joaquín Escudero buscó a través de su perfil de Facebook a músicos que se sumaran a una nueva banda de heavy rock psicodélico y hace unos días fue publicado el primer disco de Cachemira, el nuevo proyecto de Alex Carmona junto con gente de Brain Pyramid y 1886. Es por ello que hoy decidimos ingerir la colorida cápsula del recuerdo para permitir que la memoria se instalara en aquel 2013, año en el cual tuvimos la suerte de experimentar la magia de tres chicos originarios de Barcelona que tenía en las manos la capacidad de llevarnos hasta el espacio exterior con tan sólo el poder de su música. Va por ustedes, muchachos...



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