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miércoles, 30 de septiembre de 2015

Apolo: el recorrido de una banda mexicana en pleno ascenso


El camino para encontrar un espacio en el mundo de la música no está definido. Algunos llegan a la fama gracias a sus contactos, otros aprovechando alguna tendencia de moda y unos más por suerte. Sin embargo, existen algunas historias que nos narran como el trabajo, los sacrificios y la perseverancia son los ingredientes para encontrar un nicho dentro del saturado mundo del rock. Una de ellas es la de Apolo…

Empezando desde abajo, cambiando de residencia cada vez que logran cumplir la meta, dejando todo atrás para alcanzar su sueño, los chicos de Apolo han ido logrando con tenacidad definir su concepto musical y establecer su proyecto contra todo pronóstico. Con la sencillez que ha mantenido desde su inicio,  el grupo ha ganado el reconocimiento de los medios especializados, de otras bandas dentro y fuera de México y, lo más importante, del público que los ha acompañado durante su recorrido.



¿Pero quién carajos son estos tipos?

Todo comienza en un viaje a la ciudad de Monterrey, Nuevo León en 2008 cuando varias bandas de rock del estado de Chihuahua se organizan para realizar una presentación, con la intención de mostrar lo que se estaba haciendo dentro de ese circuito. Los integrantes de las distintas bandas tuvieron la oportunidad de platicar y convivir durante algunos días. Ahí fue donde Iván Sotelo propone al baterista y bajista de otro grupo a formar parte de un proyecto que él estaba formando, aquí comienza la historia de Apolo.

Iván Sotelo es un excepcional guitarrista que es reconocido por su gran nivel en las seis cuerdas, su poder de dirección y su imagen en el escenario. Zurdo, como lo conocen todos, tras varios años de práctica, concibió su sonido basado en el efecto de POG de Electro-Harmonix amplificado con su respectivo Orange hasta convertirse en su marca personal. Para ello, necesitaba de una base rítmica ideal que tuviera la capacidad de dar base a sus riffs y que a la vez pudiera desarrollarse a sí misma.


Durante el largo trayecto de carretera entre Chihuahua y Monterrey, Zurdo coincide en sus gustos musicales con los de Iván Almanza y Santiago Villaba como Led Zeppelin, Black Sabbath o The Doors entre los clásicos y a Queens of the Stone Age, Wolfmother y Tame Impala dentro de las bandas más recientes. Con esta base, de regreso a su ciudad natal deciden comenzar el nuevo proyecto.

La batería corre a cargo del muchacho con el tatuaje del insecto en el pecho: Iván Almanza, Gran precisión que bebe directamente de las fuentes del rock progresivo. El equilibrio entre la fuerza de sus figuras, el juego con los platillos e ingeniosos remates que terminaron por llamar la atención de Zurdo.

La base musical de la banda se complementa con Santiago Villalba en el bajo. Los cabellos obscuros y rizados se agitan mientras sus dedos no paran de moverse sobre las cuatro cuerdas de un Fender Jazz Bass o un Gibson EB-3. Tras su delgada voz, Santi es un chico de grandes ideas que terminan reflejándose en su estilo y en la imaginación que plasma sobre los trastes.


En la búsqueda de un nombre se toparon con un documental sobre la carrera espacial durante los años 60 y 70 en donde se escuchaba de fondo “Immigrant song” de Led Zeppelin. Los viajes tripulados norteamericanos que lograron llegar a la luna se realizaron en las naves Apolo, y fue esta palabra la que llamó la atención de los chicos. La música sería la nave ideal para salir de la Tierra y su nombre tendría también que llevar el de aquel antiguo dios griego que era relacionado con dicha bella arte.

En las voces se encontraba David Maldonado, un joven con el cual comenzaron las correrías de la banda a través de los diferentes bares, fiestas privadas y antros de la ciudad de Chihuahua. Poco a poco fueron surgiendo las melodías dirigidas por las estructuras musicales hechas por cada instrumento hasta que agotaron todas las opciones existentes de una ciudad tan pequeña. Este fue el primer momento crucial para el grupo: cambiar de rumbos y dejar a la familia, los amigos y la escuela. Una decisión como esta no es sencilla tomarla, por lo que David decide bajarse de la nave, dejando sin voz a Apolo.

Con el objetivo definido, la banda decide mudarse a la ciudad de Monterrey durante 2008, un lugar cosmopolita con una escena propia y con la posibilidad de mayor difusión del proyecto. Sin vocalista, Zurdo se da a la tarea de encontrar el candidato ideal para el concepto, por lo que le ofrece el puesto a Albar Alcantar, quien en ese momento tocaba con otra banda en Chihuahua. En un arranque de locura, Albar renuncia a su grupo y deja la escuela para mudarse a Monterrey junto con Apolo para comenzar una nueva etapa en este viaje.

La energía de las presentaciones de la banda, los ganchos melódicos de sus rolas y la calidad en las líricas posicionan al grupo dentro de la música que se escuchaba en ese momento. Eso los lleva a ser invitados a participar en el documental “Las tribus del desierto: el rock de Chihuahua”, lo que les inyecta los deseos de no frenar su ritmo. Esto los lleva nuevamente a dar el siguiente paso: dejar Monterrey para conquistar la ciudad de México.



Los pocos centavos juntados sirvieron para rentar un pequeño cuarto en el centro de la ciudad y comenzar la nueva aventura. Durmiendo en el mismo colchón y trabajando de medio tiempo, sacrificaron todo para continuar con su sueño. Bares, fiestas privadas y el metro de la ciudad fueron los espacios que dieron cabida a Apolo, lugares que sirvieron de testigo sobre la espectacular energía del grupo en vivo, además de enseñanza de humildad a un cuarteto de chicos que sabía que era necesario dejarlo todo por alcanzar su sueño. Fue así que se deciden inscribir en el concurso de bandas “Vive Cuervo and Roll” donde ganan el segundo lugar de entre más de mil grupos registrados. Con estos logros cosechados, estaba llegando el momento para meterse a los estudios y captar en una placa la colección de temas que poco a poco se grababan en la mente del público.

El concepto

Con varios temas ya montados y definidos gracias a las constantes presentaciones, Apolo decidió grabar formalmente un disco con la intención de establecerse. Tras un trabajo previo con el ex bajista de Zurdok, Mauricio Terrazina, la banda había grabado un demo que les hizo aterrizar algunas de sus ideas y saber qué es trabajar en un estudio. Sin embargo, dicho material sólo sirvió como catapulta para lograr espacios en lugares formales y como pasaporte para llegar a la ciudad de México.


De esta manera, los Apolo se metieron a los Sarras Deli Estudio de la mano de Sacha Triujeque, productor mexicano que ha trabajado con gente como Gustavo Cerati, Kinky y Control Machete. Por si fuera poco, la masterización del disco se realizó en los Resolution Mastering Studio de Ron Boustead, quien  ha trabajado con gente de la talla de The Rolling Stones, The Eagles, Madonna, Black Label Society y Monster Magnet. Para principios de 2013 se publicó el EP con el título homónimo de Apolo, un disco que en su portado podemos observar un paisaje boscoso y la luz del sol filtrándose entre la copa de los árboles.

Las canciones que forman parte de este EP nos muestran a una banda en plena formación, donde se escucha claramente la forma en que trabajan con la composición: Zurdo o Santi proponen algún riff que es presentado a los demás para que entre todos construyan la melodía completa. Finalmente, la lluvia de ideas se desarrolla para crear la letra que vista la estructura musical.


En Apolo escuchamos como se pierde la razón del ser, ya sea a través de elementos cósmicos (“La noche” y “Luz de oriente”), por elementos naturales personificados y mágicos (“Guajura” y “Dama de viento”) y hasta por elementos personales (“Catarsis”). La placa es una oda a la pérdida del control interno, como nuestra atención puede escapar de nuestras manos ante el misterio de lo desconocido, lo grandioso y lo misterioso. La mente se inunda de visiones y la realidad se confunde con la fantasía. Los misterios ahogan el alma hasta que ésta deja el cuerpo.

Apolo tuvo en “Dama del viento” su corte de difusión en las radiodifusoras y en las redes sociales, jalando los reflectores hacia su música y hacia la historia de sacrificio y esfuerzo de los de Chihuahua. Las puertas se abrieron y la banda tuvo la oportunidad de tocar en el Festival Vive Latino, con la participación estelar de Omar Rodríguez-López, guitarrista de The Mars Volta, At the Drive-In y Antemasque. Gracias a esto, el rumor del poder de la banda comenzó a crecer hasta llegar a los oídos de Dave Grohl, quien solicitó que Apolo fuera la banda abridora de los conciertos de Foo Fighters de diciembre de 2013 en la ciudad de México.


Gracias a la aceptación del público y de los medios especializados con lo realizado en Apolo, el grupo se mete nuevamente a los estudios en 2014 para grabar lo que sería su segundo EP: Tercer solar. Para este, tuvieron la oportunidad de grabar con el propio Omar Rodríguez-López una rola y de ser dirigidos en la grabación nuevamente por Sacha Triujeque. La producción corre por la propia banda con la mezcla realizada por Iván, el baterista del grupo.



En Tercer solar se escucha un gran avance de la banda en la forma de componer sus melodías y en su trabajo en el estudio. La mano del guitarrista de The Mars Volta se siente en el trabajo, quien permitió que la banda continuara con el sonido que ya han logrado con el paso de los años, pero fue quien recomendó algunos cambios en las estructuras de la rolas y en el juego de efectos sonoros de los instrumentos.

Las cinco rolas de este segundo EP nos muestran la rápida madurez del grupo en cuanto la composición lírica, donde podemos escuchar tributos a las novelas de Herman Hesse (“Lobo estepario” y Siddartha”), el gusto por los elementos cósmicos heredados por la psicodelia (“Viaje astral” y “Dimensión atroz”) y el acercamiento a la mitología antigua (“Galatea”).
Si buscáramos un hilo conductor a Tercer solar, podríamos encontrarla en la idea de la liberación del ser, un exorcismo de los demonios narrados en Apolo para permitir al individuo su tranquilidad y su crecimiento. Este es un rompimiento con los amores destructivos, los miedos a la experimentación y con la sociedad opresora que intenta reprimir los deseos. Esta es la recuperación del ser humano, de su conciencia y de su razón.


Canción por canción

APOLO EP


Guajura: Cuenta una leyenda de la tribu indígena de los guarijíos en Chihuahua que una bella mujer fue castigada por su vida desordenada, siendo castigada con un hechizo que la convirtió en una serpiente y condenándola a vivir eternamente en las aguas del río Mayo. Dicen los mitos que cuando  se acercan los hombres a tomar agua del torrente, la mujer “wuajura” toma su antigua forma para seducirlos. Una vez embelesados, los incautos son tragados por el río convertido en un remolino y quedan eternamente en sus brazos… Tambores tribales se dejan oír mientras un bajo se repite una y otra vez como un ciclo sin fin. La guitarra se une a la reptante danza y completa la melodía. Al igual que la historia que nos cuenta, la rola nos hipnotiza y nos traga por completo. Ahogados en su torrente, poco a poco nos perdemos en un caos de aguas revueltas de guitarras con octavador polifónico y  de distorsionado y arriesgado bajo. Con un video dirigido por Paco Ibarra, Apolo cuenta la leyenda que inspiró la canción y nos muestra un poco de lo que es la sierra de Chihuahua.



La noche: El hombre rendido ante la obscuridad y su mágica ilusión. Un alma rendida ante las sombras que busca refugio en los brazos de la noche… Sencillo riff de guitarra atascado de POG que encuentra su “gancho” en la melodía de cada estrofa y los improvisados solos de guitarra surgidos de escalas pentatónicas menores. Rola que también tiene un video dirigido por Paco Ibarra, en el cual podemos ver a la banda corriendo por las calles del centro de la gran ciudad de México y tocando en el Lemur Room, su cuarto de ensayo.


Luz de oriente: Una oda al sol, un sacrificio al astro rey donde se entrega como tributo el alma propia. La luz ilumina todo y sólo queda admirar su belleza… Enigmática rola que bajo su magia va hipnotizando a todo aquel que la escucha. Con un sabor innegable a las guitarras de Omar Rodríguez-López de The Mars Volta, Zurdo nos envuelve en una ensoñación sonora que intenta llevarnos al misticismo de oriente, pero que al final del camino nos hace despegar los pies hacia la anhelada estrella.


Dama del viento: Uno de los cuatro elementos se personifica para hacer sentir todo su esplendor. El ser humano, tan pequeño ante la inmensidad de la madre naturaleza, sólo le queda su ignorancia y la contemplación. Aunque se buscan las respuestas en el interior, todo será en vano. La duda quedará flotando en la brisa… Un riff de guitarra dentro de un adictivo juego de escalas se convierte en un golpe directo a quien lo escucha, por lo que sin lugar a dudas esta canción se convirtió en el primer sencillo de la banda y éxito seguro en las estaciones radiales del género. Por si fuera poco lo pegajoso de su estructura musical, el coro de la rola termina dando la estocada final. La rola tenía una letra originalmente en inglés, pero por recomendación del productor de su demo, Mauricio Terrazina (conocido por haber sido el bajista de la banda regiomontana Zurdok), fue cambia al español por David, vocalista anterior del grupo. Un tufo a las rolas del primer disco de Wolmother se puede oler, aunque la canción termina construyendo su propia identidad gracias al gran solo de guitarra de Zurdo lleno de POG. Con un video de Marcelo Quiñones, en “Dama del viento” podemos ver a unos Apolo con sabor retro y rostros pintados. Es inevitable ver a Albar y no recordar a gente como Jim Morrison, o a su imitador español, Enrique Bunbury.


Catarsis: Comparada con aquellas criaturas malditas con las que Odiseo tuvo que pelear en el regreso a su tierra natal, la explosión interna nos muestra la batalla entre los sentimientos encerrados que al fin encuentran su salida, su liberación y su curación. Cegado al espectáculo que es uno mismo, ahora encontramos en la catarsis el juego eterno de la vida… Tal y como si fuera un gigantesco órgano, la guitarra de Zurdo se llena de “octavación polifónica”, logrando transformarse a sí misma en un muro sonoro infranqueable. Tras esa imponente introducción, un alegre riff se desboca mientras nos hace agitar las melenas. Dentro del desbocado ritmo, una “competencia” entre Santi y Zurdo permite admirar la calidad musical de Apolo.



TERCER SOLAR


Lobo estepario: Las puertas del teatro encantado se han abierto y nos encontramos con el ser humano debatiendo entre la razón y la locura. La piel de lobo del huraño y agresivo termina cayendo sus hombros para mostrarnos al verdadero hombre. Asqueados de la burguesía y del mundo sobrecargo y necio, el hombre solitario vaga sobre la estepa que es su propia vida… Un feedback se deja oír y de repente nos asaltan los instrumentos en un agitado ritmo entrecortado, donde la batería de Iván se lleva las palmas. La guitarra de Zurdo bajo su efecto POG se transforma en un teclado a la Deep Purple que sirve de escenario perfecto para la intensidad del coro de la canción. En el punete de la rola podemos un marcado riff de gran intensidad que juega con los silencios, lo que hace que se note el progreso de la banda en la composición musical de su EP anterior. El solo de guitarra en pedal wah nos trasporta al poder las bandas de hard rock de los años setentas. La letra de la canción está basada en la novela de Herman Hesse de 1928 del mismo nombre.


Viaje astral: Esta es la oportunidad de dejar los miedos atrás, pasar la estratósfera y llegar a las estrellas. Un viaje ácido con su gama de colores nos transporta a un laberinto de emociones hasta dejarnos ante el portal de la ilusión… Sin bajar el ritmo impuesto por “Lobo estepario”, Apolo nos regala una melodía de guitarras cósmicas que sorprende con un coro de sabor pop que recuerda a Naranja Mecánica, aquella banda de Torréon, Coahuila que fue famosa por su “Siguiente vida”. Gracias a un solo de guitarra de gran manufactura y colores psicodélicos, la rola termina explotando a través de su efecto wah.


Dimensión atroz: El ser encerrado en sí mismo, cayendo en un abismo propio, atrapado en una dimensión atroz. La tierra se abre y todo se desquebraja a su alrededor. El tiempo se ha burlado de la realidad y lo que queda es soltarse de todo… Una canción rescatada del primer demo de la banda y que tiene sus acidas líricas compuestas por David Maldonado, el primer vocalista de Apolo. Con un sonido en las guitarras muy semejante al EP anterior de la banda, esta rola explota con una gran fuerza de riffs que suben y bajan mientras la melodía rompe con ellas.


Siddartha: Esta es el ansia de encontrar lo esencial de uno mismo y así encontrar la sabiduría. Rascando en el interior, el ser se encuentra a sí mismo con la intensión de alcanzar la vida plena en serenidad y armonía, dejando el mundo de la ilusión. Esa es la perfección que se debe alcanzar… Los coros se dejan escuchar como un canto que busca el nirvana. Zurdo comparte las guitarras con el productor del disco, Omar Rodríguez-López, quien termina haciendo un espectacular solo. Los golpes de la batería terminan siendo destructivos hasta que se regresa a la melodía básica. Así como “Lobo estepario”, esta rola está basada en una novela de Herman Hesse de 1922 y que encontró eco en la búsqueda de libertad de la juventud de los sesentas. Nuevamente con la dirección de Paco Ibarra, el video de “Siddartha” nos muestra el poder de las presentaciones de Apolo en vivo, ya sea en pequeños foros, en conciertos multitudinarios o el metro. Aquí podemos ver a Omar Rodríguez-López acompañando a la banda en la interpretación de esta rola durante su participación en el Festival Vive Latino.

Galatea: Tal y como si fuera Polifemo, el ardor de la ira entre en el cuerpo del hombre engañado. Sin embargo, este cíclope no se quedará con esta Galatea. Solo la muerte podrá arrancar el dolor provocado por la debilidad de la carne. La araña está muerta… En una entrevista, los chicos de Apolo contaron que esta canción nació del término de una relación amorosa y destructiva de uno de los integrantes. La joven en cuestión vivía cerca de una gran centro comercial en la ciudad de Chihuahua llamado “Galatea”, lo que sirvió de inspiración para la historia.



Estos son los dos EP’s de Apolo, una banda con el futuro en sus manos. El primer disco completo está por publicarse, así que este es un excelente momento para regresar la mirada a su despegue para observar su ascenso.


viernes, 25 de septiembre de 2015

“Universevil” de Maligno: la maldad del doom mexicano


Una imagen blanca sobre un fondo negro nos hace llamar la atención. Le damos la oportunidad de revisión a esta portada y encontramos una dualidad en un dibujo que contiene íconos de antiguos dioses prehispánicos entrelazados con símbolos de nuestra época. Como encabezado leemos Maligno y nos viene al recuerdo aquella banda mexicana que entrelazaba el doom setentero con el hard rock y el metal del siglo XXI. A los pies de la imagen encontramos el título de la placa: Universevil.

Vida y muerte se enfrentan en una lucha sin fin, pero es la maldad la que comienza a imponer sus condiciones sobre una difícil y mágica realidad. Nacemos para morir, pasamos de un mundo a otro y el ahora es sólo un instante doloroso de lucha contra el universo y contra nosotros mismos. Un recién nacido está de un lado mientras del otro observamos un hombre trajeado moderno tomado por el cuello. Tláloc se encuentra unido a Mictlantecuhtli mientras son rodeados por dos soles, un demonio con un elixir en la mano y una mágica mujer de fuego.

La mitología azteca sirve de pretexto para acercar el enigmático mundo de la muerte y la obscuridad al hard rock hecho en México. Fue con estas ideas con las que Maligno comenzó a trabajar en su segundo disco con la intención de consolidar su sonido  y establecer un concepto que diera unidad a su placa. Así fue como en septiembre de 2008 publicaron su Universevil, una grabación que logró establecer a esta banda de Monterrey como la más importante del género en este país y que permitió que otras latitudes voltearan la mirada a lo que se podía hacer en el pueblo heredero de Quetzalcóatl y Huitzilopochtli.

Guitarras llenas de riffs surgidos desde las obscuras aguas del Black Sabbath setentero en una mezcla con los huracanes metaleros de los años noventas. Una voz que dentro de su pago de tributo a Ozzy Osbourne, logra en ciertos momentos desprenderse hasta alcanzar su identidad propia. Esta es una banda que estaba construyendo su nicho en la historia musical de México dentro de un género olvidado, despreciado y en plena búsqueda de reconciliación con su pasado y un nuevo futuro.


¿Pero quién carajos son estos tipos?

En el año de 2004 se organizó la ciudad de Monterrey, Nuevo León una pequeña presentación para hacer un tributo a Black Sabbath, banda con gran arraigo en México. Tal fue el poder de las presentaciones y la respuesta del público que los miembros de dicho tributo decidieron formalizar el proyecto, lo que los llevó naturalmente a la composición de sus propios temas. Ello los llevó a convertirse en la banda abridora de gente como Metallica, Guns n’ Roses, Fear Factory y Mastodon. Durante ese camino que sentó las bases de la banda, su sonido fue madurando hasta llegar a hacer uno propio a partir de las enseñanzas de Sabbath. Fue precisamente de esto de donde salió el nombre del grupo: Maligno.

Del conjunto de músicos que participaron en tal tributo, cinco de ellos se establecieron en el concepto y crearon la banda. Del primero que tendríamos que hablar sería de Andrés Saénz, quien tomó la iniciativa de hacer la banda y poner su estudio para trabajar el lo que sería el primer disco de Maligno. La precisión en su forma de tocar la batería quedó demostrada al mutar el estilo que tenía con Genitallica (banda con la que se dio a conocer y con la que obtuvo los recursos suficientes para montar La Nave, su estudio de grabación) para transformarlo en un proyecto más serio en el concepto y de mayor calidad en la interpretación.


En el bajo se encuentra Marco Gil, un joven con experiencia en el mundo metalero de México tras forma parte de la banda de death y black Toxodeth. Sus figuras en las cuatro cuerdas buscan respetar el estilo de Gezeer Butler, pero al introducir diferentes efectos especiales en su sonido, podemos escuchar cosas cercanas al stoner.


Las guitarras rítmicas están a cargo de Zef Vega, un tipo con una cercanía en su imagen a Dimebag Darrell de Pantera y que sin duda su aspecto es lo más cercano al cliché de lo que “debe” ser un metalero. Sus bases rítmicas dan soporte a la banda y sobre ellas es donde Maligno se desarrolla.


Las líneas melódicas fluyen a través de una Gibson Les Paul en los dedos de Iván Tamez, guitarrista principal de Maligno. Su experiencia se generó por medio de diversas bandas en las cuales participó, pero con las que no tuvo mucho éxito: Acarnienses, Mamíferos Habituales, Reaktor, Warning y Gigur. Su estilo está basado en las enseñanzas de Tony Iommi, pero podemos detectar ciertos pincelazos de Jimmy Page, Ritchie Blackmore, Frank Zappa o Robert Fripp.   


Finalmente, para cerrar el círculo, tenemos a Luis Barjau en las vocales, un tipo que por medio de imitar el estilo vocal y melódico de Ozzy Osbourne, lograr encajar en el sonido de la banda. Sin embargo, si ponemos un poco de atención, podemos encontrar otros colores que permiten a Barjau despegarse de su mentor y permitirle a Maligno una identidad propia.


Tras la grabación de su primer disco en 2006 a través de sus propios medios y la difusión por medio de Asenath Records, Maligno jaló los reflectores a su propuesta. Las presentaciones se fueron volviendo habituales y la gente los fue reconociendo en su calidad musical y compositiva. Una vez terminada la promoción de su álbum debut, la banda se encerró  nuevamente en los estudios de Saénz para trabajar con su segunda placa, la cual fue masterizada  en los West West Side Music de Nueva York por Alan Douches, quien ha trabajo con gente del calibre de Cannibal Corpse, Mastodon, Death, In Solute y Black Tusk. 

Por si fuera poco, el Universevil cuenta con una portada hecha por Gary Rosas, vocalista de la banda texana de sludge y doom Mala Suerte. En ella podemos ver las animaciones de los distintos personajes que se mencionan durante el disco: la bruja roja, el demonio, el hombre del traje obscuro, los dioses antiguos de piedra y la muerte representada con un cráneo.


El concepto

Después de su disco debut publicado a finales de 2006, Maligno se concentró a depurar su concepto musical y a trabajar fuertemente con su sonido. A pesar de los excelentes resultados que tuvo Maligno con el público y con la prensa, la banda buscaba definir más su propuesta, con la intención de dar el golpe maestro.

Universevil es una placa lleva de rock pesado que por medio de su sabido gusto por Black Sabbath, logra un despegue hacia nuevos horizontes cercanos al metal de los años noventas. Más arriesgado que su disco anterior, las líricas versan sobre la maldad que ha reinado en la realidad desde épocas antiquísimas. A donde se coloque la mirada, se puede ver ese manto obscuro que es la maldad postrado sobre la vida, la naturaleza y el hombre. Maligno lo rescata y lo relata por medio de historias propias y otras ya contadas por nuestros ancestros, llevándonos a un universo de lucha, sacrificio y horror que nos identifica como seres para la muerte.


Este disco no sólo rescata la ideología llena de conflictos y contradicciones del mexicano, sino que lo hace a través de la música que ha logrado calar hondo en su gusto, pero que muchas veces es negada o hecho menos debido al sentimiento de “traición” por lo nacional. Con líricas en inglés y la búsqueda de la recuperación de los sonidos análogos en su producción, Maligno hace una obra redonda que retoma ese gusto por el doom setentero que encuentra en la idiosincrasia del mexicano una fuente excelente de temas qué explotar.

La música que se escucha en todo el disco es “tenebrosa” (como ellos mismos la han calificado), lo que logra un gancho inmediato con los que buscan a aquellas bandas que tocan rock fuerte con sabor vintage. Esto motivó que el disco fue muy bien recibido no sólo en México, sino en otras partes de America Latina (sobre todo Argentina) y en otras latitudes como Europa y Estados Unidos.


Canción por canción

The red witch: Olvidada en el tiempo, las profecías las recuerdan. La sangre de cientos de bastardos es lo que ha derramado esta batalla por el fin. La bruja roja ha regresado desde el fuego eterno para encontrar su venganza… Un pequeño remate da pie a que un riff de guitarras nos abrace sin remedio. Unas pequeñas figuras en bending sobre las cuerdas nos quieren hablar de dolor, las cuales son interrumpidas por una metalera melodía que nos hace saber de qué viene el disco. Inesperadamente, las distorsiones cambian hacia un sonido trash que no puede evitar que movamos la cabeza.


Two suns: Las sombras caen poco a poco sobre las montañas sagradas. La ilusión mata la mente mientras la mente se pierde. El sol se sumerge en una obscuridad momentánea que ciega las miradas hasta que, finalmente, de sus entrañas nace uno nuevo…Una ligera guitarra con delay repta sigilosamente sobre el piso como si se tratara de una obscura sombra. Los instrumentos se suman uno a uno hasta que explotan al unísono en un riff totalmente “sabbath”. El solo de guitarra encuentra su lugar, pero termina cediendo su espacio a un atascado bajo en wah que nos adentra al misterioso eclipse que nos relata la letra.

Waits is to fall: varias voces rondan en el interior en búsqueda de una respuesta. Se vuelve la mirada hacia atrás y sólo se observa desgracia. Viviendo a la espera de un poco de suerte, sin embargo, cualquiera espera es en vano…Una figura lenta de notas arrastradas como cadenas amarradas a los pies nos recuerda la melodía y el sonido de “Electric funeral” del Paranoid de Black Sabbath. Luego de pagar tributo con esa introducción, la rola abre paso a un salvaje ritmo fortalecido por la voz de Barjau en pleno homenaje a Ozzy Osbourne y excelentes arreglos de la guitarra de Tamez para redondear la obra. Al término de la canción, los efectos sonoros sobre las voces nos hacen perder el suelo en un abismo sin fondo.


Dirty black suit: La lucha por el poder puede ser cruel. La ambición conlleva destrucción y muerte. Los corazones miserables se creen los reyes con sus sucios trajes obscuros. En los círculos del poder piensan que ellos tienen el control, pero no es así… Como si fuera un túnel en el tiempo, esta rola retrasa los relojes hasta la época del hard rock de principios de los setentas. Una guitarra slide de sabor blusero en combinación con otra en distorsión a la Tony Iommi, hacen que esta canción se convierta en una joya para los amantes de los sonidos vintage. Mágicamente, la rola se transforma en un agitado trash metal donde podemos presenciar la calidad de Andrés Sáenz en la batería y una voz más “ruda” de Barjau. Hacia el final de la melodía se puede escuchar un cortante solo de armónica muy a la Robert Plant que termina coronando el viaje.

Astral bachanalia: La mirada se dirige al cielo para admirar el espectáculo: una bacanal astral. Sin inicio y sin final, el universo muestra sus respuestas mientras los planetas colisionan entre sí. Ante un Abraxas totalmente borracho en el éxtasis del cielo, sólo nos queda hacer un tributo al sol… Melodía de ritmo lento pero de gran fuerza y equilibrio entre sus guitarras distorsionadas y llenas de pedal wah. Rola muy hard rock, muy vintage y de innegable sabor a Sabbath. El teclado de la parte media juega con el misterioso espectáculo que estamos presenciando en el cielo. Hacia el final de la canción, escuchamos una ligera y mágica improvisación que nos permite viajar al propio espacio sideral.

Son of Tlalocan: esta es la ofrenda que ofrecen los hijos de Tlaloc. Sacrificando sus vidas y ofreciendo sus almas, se entregan al poder de su dios en búsqueda de perdón y de un espacio en su lugar en el universo. Un tributo al dios de piedra para obtener rayos, tormentas y terremotos que alimenten la tierra…  Las guitarras entonan una salvaje melodía como si danzaran en honor a los dioses. El solo de guitarra logra despegar de la tierra para el encuentro con el tributo perfecto. El ritmo baja hasta convertirse en un doom reptante lleno de misterio y maldad, como si se encontrara empantanado en aguas estancadas. Un delicioso bajo cambia la melodía y nuevamente comienza la danza, convirtiéndola en un acto eterno.

Golden demons: Tratamos de observar a través de la tormenta de mentiras que cae. Los grandes demonios dorados nos traen miedo y confusión. La pelea ha comenzado y sólo queda evolucionar, cambiar nuestro estado mental y levantarse nuevamente para encontrar la verdad… El viento se deja escuchar y dentro de su fría sensación una tenebrosa melodía suelta sus primeras notas. La distorsión entra y sentimos su poder mientras escuchamos una letra que habla sobre la batalla entre la razón y la confusión. La voz de Barjau no puede negar su intento por calcar a la de Ozzy Osbourne. La parte media nos arranca de nuestros cimientos para permitirnos oír la capacidad de los integrantes de Maligno como grandes músicos: un bajo que juega con notas fluctuantes en wah, una guitarra fuerte que sirve para llevar la melodía, una batería que emula los ritmos tribales y un solo espectacular lleno de personalidad propia.

Killing sunshine: este es el pueblo del sol y este es su canto de contradicción y confusión interna. Entre viejos dioses de piedra y un libro sagrado que habla de destrucción para encontrar nuevos tiempos. La lluvia ácida cae sobre las almas y observamos como la madre tierra ha sido herida. La sangre corre bajo un brillo de sol asesino que poco a poco muere también. Este es el momento en que la obscuridad y sus pesadillas toman su revancha… Las graves guitarras derrochan su maldad sobre un juego rítmico de bajo y batería que cortan los tiempos. La música privilegia la lírica, lo que provoca que se pierda la unidad en la canción. Para contrarrestar ello, podemos escuchar un genial puente musical que un poderoso bajo provoca, permitiendo que el resto del grupo descargue las baterías.

Impossible: Navegando en el océano de la decepción, solo podemos ver que no hay redención ni mañana. La fuerza de la furia se siente con todo su peso y caemos en consciencia de lo imposible… Rompiendo totalmente el plano de la placa, “Impossible” comienza con un ritmo ligero y juguetón que cambia un poco al pisar el pedal de Metal Zone y encontrar refugio en el seno materno de Black Sabbath. El solo de guitarra termina en un suave canto sobre guitarras fuertes, lo que logra transportarnos a la atmósfera de contradicción que busca la rola.

Bloodworld: El mundo sangriento se postra ante nuestros ojos. No se requiere de profetas porque sabemos lo que está por ocurrir. Los sentimientos se materializan y sólo queda el temor por dentro…Como una cuerda que se rompe poco a poco, los instrumentos entran sobre la melodía hasta tomarnos de la mano a un lúgubre sendero de obscuridad y dolor. Hard rock de sabor doom setentero que logra transportarnos al mundo que nos narra la lírica. La parte media de la rola se convierte en un recuerdo por las bandas metaleras de los noventas gracias a su gran solo de guitarra. Las guitarras se transforman en un sonido stoner que nos sacude y nos dejan frente a una terrible visión. Finalmente, una guitarras acústicas se abren paso ante la niebla y el remanso de una marea nos muestra una ligera luz al final del túnel.


 Este es el Universevil, un poderoso disco que resultó extraño para un país que había dejado a lado su gusto porque el rock fuerte y que siempre le ha tenido miedo a la creación propia. Arriésguense y entren a este universo de maldad de Maligno…


miércoles, 23 de septiembre de 2015

Mexicola de Queens of the Stone Age: la mirada de Josh Homme desde el otro lado de la frontera


Cuenta la leyenda que durante la grabación de uno de los discos de los míticos Kyuss, su productor Chris Goss (quien fuera guitarrista y vocalista de Masters of Reality) les dijo a los integrantes del grupo en son de broma que "se estaban escuchando como unas reinas de la edad de piedra", debido a la falta de fuerza en la interpretación a pesar del sonido que estaban generando. Al desintegrase Kyuss en 1995, su guitarrista Josh Homme decidió hacer un nuevo proyecto tras haber formado parte de los Screeming Trees de Mark Lanegan durante su última gira. La banda se hacía llamar Gamma Ray, pero al hacer referencia directa con la banda de power metal del ex-guitarrista de Helloween (Kai Hansen), Homme recordó la anécdota vivida con Goss, y la utilizó para bautizar a su grupo.

¿Por qué decidió Homme nombrar como Queens of the Stone Age a nueva banda? La respuesta es sencilla. En un intento por desmarcarse de todo lo que significaba Kyuss, el guitarrista decidió modificar el bloque unísono y agresivo de dicha banda para hacer un sonido distorsionado pero con gran definición e identificación de cada uno de los instrumentos, además de orientar los riffs de su guitarra hacia un hard rock pegajoso. Al contrario de la voz árida y monótona de John García, Homme tomaría las vocales para construir con melodías directas y variadas con juegos de coros que lograran mayor intensidad en las canciones. Los tiempos se recortaban y la improvisación ácida de Kyuss se quedaría sólo en las presentaciones en vivo. De esta manera, al suavizar el sonido desértico que tuvo su banda anterior, Josh Homme había creado un grupo que realmente sonara como unas reinas de la edad de piedra.


Tras reclutar a varios músicos y grabar un EP, Josh Homme decidió meterse de lleno a los estudios de grabación de los Studio Monkey de Palm Springs, California para aterrizar su concepto en un disco de larga duración. Para mantener la fuerza sonora de Kyuss, el guitarrista convenció al último baterista de dicha banda a que se uniera a su proyecto. Alfredo Hernández logró plasmar la energía y la salvaje precisión que buscaba Homme, estableciendo las bases para sus nuevos riffs de guitarra. Bajo el seudónimo de Carlo Von Sexron, el propio Homme grabaría los teclados y los bajeos para todas las canciones. De esta manera, para septiembre de 1998 se publicó el Queens of the Stone Age con su sugerente portada; un disco con la ingeniería de sonido hecha por Hutch y con la mezcla de Joe Barresi. 


En las posteriores re-ediciones de la placa, en su contraportada podíamos observar a un tercer integrante del grupo: Nick Olivieri. El errático músico formó parte de Kyuss como bajista de la banda, así que una vez establecido el nuevo concepto musical de Josh Homme, éste le llamó por teléfono a su viejo compañero para integrarse al proyecto. Olivieri se incorporó felizmente a Queens y de manera inmediata, convirtiéndose en el bajista del grupo de manera oficial para la gira promocional del disco. Tal fue la respuesta  de Nick ante la oferta de Homme, que éste tuvo el acierto de poner el mensaje telefónico con la aceptación de Olivieri al término de "I was a teenage hand model", última canción del disco debut. Por si fuera poco, este disco logró abrir las puertas a Homme al reconocimiento público, al grado que esta placa es la única de la discografía de la banda que está considerada dentro de la prestigiada lista "1001 albums you must hear before you die".


Dentro de las canciones incluídas en el Queens of the Stone Age, hay una que guarda la innegable influencia de Kyuss en el nuevo grupo de Homme. "Mexicola" es una rola que retoma uno de los temas favoritos de la banda anterior del guitarrista y que derivó a la concepción de un género musical: el desierto. Los paisajes áridos y el sol cayendo a plomo crean imágenes fantasiosas parecidas a las que inducen las drogas ácidas, ensoñaciones pesadas que mezclan deseos y pesadillas en un mismo momento. Josh Homme alarga su vista más allá de la frontera y encuentra en México un espacio nuevo pero que mantiene el mismo ambiente desértico y mágico para su imaginación.

Un poderoso bajeo inunda las bocinas en una misteriosa figura hasta que llegan las guitarras para romper el ritmo con unos marcados "bendings", los cuales se convertirían en la marca identificable de Queens of the Stone Age. Sin aviso, la melodía cambia drásticamente a una melodía muy rítmica que hace mancuerna perfecta con la voz de Homme. Llegado el coro de la canción, una seca voz invita a seguir adelante a pesar de las extrañas imágenes que nos provoca el calor asfixiante del desierto. Poco a poco la rola nos va hipnotizando a través de un definido solo de guitarra que termina acompañando el bloque sonoro final que sacude todo a su alrededor.


"Y todo lo que ella dijo fue verdad..." versa la letra. El sol ofrece sus manos llenas de oro y en sus ojos de terciopelo se observa a México. Nacidos para morir, sorprende que las armas no nos estén apuntando todavía. Esta es la misma vieja canción sonando nuevamente, esa que nos habla de un mundo lleno de mierda que arde rápidamente como gasolina. Todos la odian, porque saben que nos dice la verdad. Una extraña bebida de cola ha entrado a nuestro cuerpo y, en lugar de mitigar la sed que nos ha provocado el desierto, nos arrastra a un abismo de imágenes al cual sólo queda dejarse caer.

Durante el año 2007, Queens of the Stone Age decidió lanzar a "Mexicola" como sencillo descargable desde ITunes para aquellos que compraron un boleto para sus conciertos a través de TicketMaster. No fue sino hasta el 13 de octubre de 2013 cuando tuvimos la suerte de escuchar por primera vez en vivo en México a la banda de Josh Homme, donde esta rolota tronó en las bocinas como homenaje a este país dentro de su participación en el Corona Capital; hecho que emocionó a los fanáticos presentes por lo que significa esta canción dentro de la historia de la banda y lo que es México en el imaginario de los californianos.


viernes, 18 de septiembre de 2015

"Going to Mexico" de Motörhead o cómo Lemmy intenta escapar de la justicia


Dice una canción mexicana que "el tiempo pasa..." y poco a poco a cimbrado a aquellos íconos que observábamos como indestructibles e imperecederos. La edad ha alcanzado a Lemmy Kilmister, aunque él se resiste a dejarse atrapar.   En las últimas semanas nos hemos enterado de su mala salud, al grado que tuvo que suspender su concierto en Austin, Texas luego de tocar tres rolas, en el marco de la gira de promoción de su último disco, Bad Magic.

A nuestra mente llega el recuerdo que nos pegó Lemmy en 2013 cuando cancelo algunas presentaciones de su placa anterior, Aftershock, la cual se había grabado tras los problemas cardiovasculares que obligaron a insertarle un dispositivo al bajista y cantante, sumados a su diabetes tipo dos. Aún así, Motörhead está vivo y sigue descargando su rock n' roll hasta que este monstruo del rock no pueda levantarse de su cama.


Precisamente de su disco Aftershock, el número 21 de su discografía, rescataremos el día de hoy una rola fuerte, potente y de gran ritmo que recuerda a  aquellas hechas en las épocas del Overkill o el Ace of Spades. Tras muchos años en la alineación de Motörhead, Phil "Wizzo" Campbell y Mikkey Dee se han convertido en los aliados ideales para los conceptos musicales de Lemmy: grandes solos de guitarra sobre una imponente fuerza en los tambores. 

Bajo la producción de Cameron Webb y grabado en los estudios NGR de North Hollywood, el Aftershock nos regala "Going to Mexico", una rola de ritmo acelerado con sabor a carretera y a escape. A pesar de la cercanía con el nombre de una rola del 1916, esta canción versa sobre otro de los clichés que tienen en el extranjero sobre México: cuando se comete un delito al norte del río Bravo, para huir de la justicia sólo es necesario cruzar la frontera y perderse en una tierra salvaje y sin ley.

Como si tratara de un caballo desbocado o un tren descarrilado se tratara, los instrumentos corren en una salvaje estampida hacia la anhelada frontera que les signifique la salvación y la posibilidad de mantener la cabeza unida al resto del cuerpo. El clásico bajo Rickenbacker establece la melodía  dentro del sonido clásico de Motörhead mientras un espectacular y gemido solo de guitarra de Wizoo explota sobre una remarcada batería de sorprendente juego de tarola y platillos. La ronca voz de Lemmy nos narra sobre el deseo de escape y nos hace recordar a ese viejo corsario de tantas batallas que se niega a morir.

Más allá de la idea creada desde las películas western norteamericanas, México se ha ganado ha pulso ese imaginario sobre un paraíso sin reglas donde el gringo puede disfrutar su motín y obtener olvido por sus fechorías hechas al otro lado del río Grande. Y como alma que lleva el diablo (según reza el dicho mexicano), los maleantes se dirigen al sur en búsqueda de libertad y de un lugar donde los pecados sean guardados en el fondo de un cajón... y precisamente no en uno de madera. 


Aquí está la razón para rescatar esta rola del largo cancionero de Motörhead: Lemmy nos narra el intento por escapar de un pasado lleno de pecados y aplazar el mayor tiempo posible el día de la irremediable muerte. Poco a poco está llegando el legendario músico al instante donde rendirá cuentas, pero hoy todavía no. El diablo todavía está de su lado y le da la oportunidad de seguir incendiando nuestra mente como si de un viejo bandolero se tratara.