El camino para
encontrar un espacio en el mundo de la música no está definido. Algunos llegan
a la fama gracias a sus contactos, otros aprovechando alguna tendencia de moda
y unos más por suerte. Sin embargo, existen algunas historias que nos narran como
el trabajo, los sacrificios y la perseverancia son los ingredientes para
encontrar un nicho dentro del saturado mundo del rock. Una de ellas es la de
Apolo…
Empezando desde abajo,
cambiando de residencia cada vez que logran cumplir la meta, dejando todo atrás
para alcanzar su sueño, los chicos de Apolo han ido logrando con tenacidad definir
su concepto musical y establecer su proyecto contra todo pronóstico. Con la
sencillez que ha mantenido desde su inicio,
el grupo ha ganado el reconocimiento de los medios especializados, de
otras bandas dentro y fuera de México y, lo más importante, del público que los
ha acompañado durante su recorrido.
¿Pero
quién carajos son estos tipos?
Todo comienza en un
viaje a la ciudad de Monterrey, Nuevo León en 2008 cuando varias bandas de rock
del estado de Chihuahua se organizan para realizar una presentación, con la
intención de mostrar lo que se estaba haciendo dentro de ese circuito. Los
integrantes de las distintas bandas tuvieron la oportunidad de platicar y
convivir durante algunos días. Ahí fue donde Iván Sotelo propone al baterista y
bajista de otro grupo a formar parte de un proyecto que él estaba formando,
aquí comienza la historia de Apolo.
Iván Sotelo es un
excepcional guitarrista que es reconocido por su gran nivel en las seis
cuerdas, su poder de dirección y su imagen en el escenario. Zurdo, como lo
conocen todos, tras varios años de práctica, concibió su sonido basado en el
efecto de POG de Electro-Harmonix amplificado con su respectivo Orange hasta convertirse en su marca personal. Para
ello, necesitaba de una base rítmica ideal que tuviera la capacidad de dar base
a sus riffs y que a la vez pudiera desarrollarse a sí misma.
Durante el largo
trayecto de carretera entre Chihuahua y Monterrey, Zurdo coincide en sus gustos
musicales con los de Iván Almanza y Santiago Villaba como Led Zeppelin, Black
Sabbath o The Doors entre los clásicos y a Queens of the Stone Age, Wolfmother
y Tame Impala dentro de las bandas más recientes. Con esta base, de regreso a
su ciudad natal deciden comenzar el nuevo proyecto.
La batería corre a
cargo del muchacho con el tatuaje del insecto en el pecho: Iván Almanza, Gran
precisión que bebe directamente de las fuentes del rock progresivo. El
equilibrio entre la fuerza de sus figuras, el juego con los platillos e
ingeniosos remates que terminaron por llamar la atención de Zurdo.
La base musical de la
banda se complementa con Santiago Villalba en el bajo. Los cabellos obscuros y
rizados se agitan mientras sus dedos no paran de moverse sobre las cuatro
cuerdas de un Fender Jazz Bass o un Gibson EB-3. Tras su delgada voz, Santi es
un chico de grandes ideas que terminan reflejándose en su estilo y en la
imaginación que plasma sobre los trastes.
En la búsqueda de un
nombre se toparon con un documental sobre la carrera espacial durante los años
60 y 70 en donde se escuchaba de fondo “Immigrant song” de Led Zeppelin. Los
viajes tripulados norteamericanos que lograron llegar a la luna se realizaron
en las naves Apolo, y fue esta palabra la que llamó la atención de los chicos.
La música sería la nave ideal para salir de la Tierra y su nombre tendría
también que llevar el de aquel antiguo dios griego que era relacionado con
dicha bella arte.
En las voces se
encontraba David Maldonado, un joven con el cual comenzaron las correrías de la
banda a través de los diferentes bares, fiestas privadas y antros de la ciudad
de Chihuahua. Poco a poco fueron surgiendo las melodías dirigidas por las
estructuras musicales hechas por cada instrumento hasta que agotaron todas las
opciones existentes de una ciudad tan pequeña. Este fue el primer momento
crucial para el grupo: cambiar de rumbos y dejar a la familia, los amigos y la
escuela. Una decisión como esta no es sencilla tomarla, por lo que David decide
bajarse de la nave, dejando sin voz a Apolo.
Con el objetivo
definido, la banda decide mudarse a la ciudad de Monterrey durante 2008, un
lugar cosmopolita con una escena propia y con la posibilidad de mayor difusión
del proyecto. Sin vocalista, Zurdo se da a la tarea de encontrar el candidato
ideal para el concepto, por lo que le ofrece el puesto a Albar Alcantar, quien
en ese momento tocaba con otra banda en Chihuahua. En un arranque de locura,
Albar renuncia a su grupo y deja la escuela para mudarse a Monterrey junto con
Apolo para comenzar una nueva etapa en este viaje.
La energía de las
presentaciones de la banda, los ganchos melódicos de sus rolas y la calidad en
las líricas posicionan al grupo dentro de la música que se escuchaba en ese momento.
Eso los lleva a ser invitados a participar en el documental “Las tribus del
desierto: el rock de Chihuahua”, lo que les inyecta los deseos de no frenar su
ritmo. Esto los lleva nuevamente a dar el siguiente paso: dejar Monterrey para
conquistar la ciudad de México.
Los pocos centavos
juntados sirvieron para rentar un pequeño cuarto en el centro de la ciudad y
comenzar la nueva aventura. Durmiendo en el mismo colchón y trabajando de medio
tiempo, sacrificaron todo para continuar con su sueño. Bares, fiestas privadas
y el metro de la ciudad fueron los espacios que dieron cabida a Apolo, lugares
que sirvieron de testigo sobre la espectacular energía del grupo en vivo,
además de enseñanza de humildad a un cuarteto de chicos que sabía que era
necesario dejarlo todo por alcanzar su sueño. Fue así que se deciden inscribir
en el concurso de bandas “Vive Cuervo and Roll” donde ganan el segundo lugar de
entre más de mil grupos registrados. Con estos logros cosechados, estaba llegando
el momento para meterse a los estudios y captar en una placa la colección de
temas que poco a poco se grababan en la mente del público.
El
concepto
Con varios temas ya
montados y definidos gracias a las constantes presentaciones, Apolo decidió
grabar formalmente un disco con la intención de establecerse. Tras un trabajo
previo con el ex bajista de Zurdok, Mauricio Terrazina, la banda había grabado
un demo que les hizo aterrizar algunas de sus ideas y saber qué es trabajar en
un estudio. Sin embargo, dicho material sólo sirvió como catapulta para lograr
espacios en lugares formales y como pasaporte para llegar a la ciudad de
México.
De esta manera, los
Apolo se metieron a los Sarras Deli Estudio de la mano de Sacha Triujeque,
productor mexicano que ha trabajado con gente como Gustavo Cerati, Kinky y
Control Machete. Por si fuera poco, la masterización del disco se realizó en los
Resolution Mastering Studio de Ron Boustead, quien ha trabajado con gente de la talla de The Rolling
Stones, The Eagles, Madonna, Black Label Society y Monster Magnet. Para principios
de 2013 se publicó el EP con el título homónimo de Apolo, un disco que en su portado podemos observar un paisaje
boscoso y la luz del sol filtrándose entre la copa de los árboles.
Las canciones que
forman parte de este EP nos muestran a una banda en plena formación, donde se
escucha claramente la forma en que trabajan con la composición: Zurdo o Santi
proponen algún riff que es presentado a los demás para que entre todos
construyan la melodía completa. Finalmente, la lluvia de ideas se desarrolla
para crear la letra que vista la estructura musical.
En Apolo escuchamos como se pierde la razón del ser, ya sea a través
de elementos cósmicos (“La noche” y “Luz de oriente”), por elementos naturales
personificados y mágicos (“Guajura” y “Dama de viento”) y hasta por elementos personales
(“Catarsis”). La placa es una oda a la pérdida del control interno, como
nuestra atención puede escapar de nuestras manos ante el misterio de lo
desconocido, lo grandioso y lo misterioso. La mente se inunda de visiones y la
realidad se confunde con la fantasía. Los misterios ahogan el alma hasta que
ésta deja el cuerpo.
Apolo
tuvo en “Dama del viento” su corte de difusión en las radiodifusoras y en las
redes sociales, jalando los reflectores hacia su música y hacia la historia de
sacrificio y esfuerzo de los de Chihuahua. Las puertas se abrieron y la banda
tuvo la oportunidad de tocar en el Festival Vive Latino, con la participación
estelar de Omar Rodríguez-López, guitarrista de The Mars Volta, At the Drive-In
y Antemasque. Gracias a esto, el rumor del poder de la banda comenzó a crecer
hasta llegar a los oídos de Dave Grohl, quien solicitó que Apolo fuera la banda
abridora de los conciertos de Foo Fighters de diciembre de 2013 en la ciudad de
México.
Gracias a la aceptación
del público y de los medios especializados con lo realizado en Apolo, el grupo se mete nuevamente a los
estudios en 2014 para grabar lo que sería su segundo EP: Tercer solar. Para este, tuvieron la oportunidad de grabar con el
propio Omar Rodríguez-López una rola y de ser dirigidos en la grabación
nuevamente por Sacha Triujeque. La producción corre por la propia banda con la
mezcla realizada por Iván, el baterista del grupo.
En Tercer solar se escucha un gran avance de la banda en la forma de
componer sus melodías y en su trabajo en el estudio. La mano del guitarrista de
The Mars Volta se siente en el trabajo, quien permitió que la banda continuara
con el sonido que ya han logrado con el paso de los años, pero fue quien
recomendó algunos cambios en las estructuras de la rolas y en el juego de
efectos sonoros de los instrumentos.
Las cinco rolas de este
segundo EP nos muestran la rápida madurez del grupo en cuanto la composición
lírica, donde podemos escuchar tributos a las novelas de Herman Hesse (“Lobo
estepario” y Siddartha”), el gusto por los elementos cósmicos heredados por la
psicodelia (“Viaje astral” y “Dimensión atroz”) y el acercamiento a la
mitología antigua (“Galatea”).
Si buscáramos un hilo conductor
a Tercer solar, podríamos encontrarla
en la idea de la liberación del ser, un exorcismo de los demonios narrados en Apolo para permitir al individuo su
tranquilidad y su crecimiento. Este es un rompimiento con los amores
destructivos, los miedos a la experimentación y con la sociedad opresora que
intenta reprimir los deseos. Esta es la recuperación del ser humano, de su
conciencia y de su razón.
Canción
por canción
APOLO EP
Guajura:
Cuenta una leyenda de la tribu indígena de los guarijíos en Chihuahua que una
bella mujer fue castigada por su vida desordenada, siendo castigada con un
hechizo que la convirtió en una serpiente y condenándola a vivir eternamente en
las aguas del río Mayo. Dicen los mitos que cuando se acercan los hombres a tomar agua del
torrente, la mujer “wuajura” toma su antigua forma para seducirlos. Una vez
embelesados, los incautos son tragados por el río convertido en un remolino y
quedan eternamente en sus brazos… Tambores tribales se dejan oír mientras un
bajo se repite una y otra vez como un ciclo sin fin. La guitarra se une a la
reptante danza y completa la melodía. Al igual que la historia que nos cuenta,
la rola nos hipnotiza y nos traga por completo. Ahogados en su torrente, poco a
poco nos perdemos en un caos de aguas revueltas de guitarras con octavador
polifónico y de distorsionado y
arriesgado bajo. Con un video dirigido por Paco Ibarra, Apolo cuenta la leyenda
que inspiró la canción y nos muestra un poco de lo que es la sierra de
Chihuahua.
La
noche: El hombre rendido ante la obscuridad y su mágica
ilusión. Un alma rendida ante las sombras que busca refugio en los brazos de la
noche… Sencillo riff de guitarra atascado de POG que encuentra su “gancho” en la
melodía de cada estrofa y los improvisados solos de guitarra surgidos de
escalas pentatónicas menores. Rola que también tiene un video dirigido por Paco
Ibarra, en el cual podemos ver a la banda corriendo por las calles del centro
de la gran ciudad de México y tocando en el Lemur Room, su cuarto de ensayo.
Luz
de oriente: Una oda al sol, un sacrificio al astro
rey donde se entrega como tributo el alma propia. La luz ilumina todo y sólo
queda admirar su belleza… Enigmática rola que bajo su magia va hipnotizando a
todo aquel que la escucha. Con un sabor innegable a las guitarras de Omar
Rodríguez-López de The Mars Volta, Zurdo nos envuelve en una ensoñación sonora
que intenta llevarnos al misticismo de oriente, pero que al final del camino
nos hace despegar los pies hacia la anhelada estrella.
Dama
del viento: Uno de los cuatro elementos se
personifica para hacer sentir todo su esplendor. El ser humano, tan pequeño
ante la inmensidad de la madre naturaleza, sólo le queda su ignorancia y la
contemplación. Aunque se buscan las respuestas en el interior, todo será en
vano. La duda quedará flotando en la brisa… Un riff de guitarra dentro de un
adictivo juego de escalas se convierte en un golpe directo a quien lo escucha,
por lo que sin lugar a dudas esta canción se convirtió en el primer sencillo de
la banda y éxito seguro en las estaciones radiales del género. Por si fuera
poco lo pegajoso de su estructura musical, el coro de la rola termina dando la
estocada final. La rola tenía una letra originalmente en inglés, pero por
recomendación del productor de su demo, Mauricio Terrazina (conocido por haber
sido el bajista de la banda regiomontana Zurdok), fue cambia al español por
David, vocalista anterior del grupo. Un tufo a las rolas del primer disco de
Wolmother se puede oler, aunque la canción termina construyendo su propia
identidad gracias al gran solo de guitarra de Zurdo lleno de POG. Con un video
de Marcelo Quiñones, en “Dama del viento” podemos ver a unos Apolo con sabor
retro y rostros pintados. Es inevitable ver a Albar y no recordar a gente como
Jim Morrison, o a su imitador español, Enrique Bunbury.
Catarsis:
Comparada con aquellas criaturas malditas con las que Odiseo tuvo que pelear en
el regreso a su tierra natal, la explosión interna nos muestra la batalla entre
los sentimientos encerrados que al fin encuentran su salida, su liberación y su
curación. Cegado al espectáculo que es uno mismo, ahora encontramos en la
catarsis el juego eterno de la vida… Tal y como si fuera un gigantesco órgano,
la guitarra de Zurdo se llena de “octavación polifónica”, logrando
transformarse a sí misma en un muro sonoro infranqueable. Tras esa imponente
introducción, un alegre riff se desboca mientras nos hace agitar las melenas. Dentro
del desbocado ritmo, una “competencia” entre Santi y Zurdo permite admirar la
calidad musical de Apolo.
TERCER SOLAR
Lobo
estepario: Las puertas del teatro encantado se han abierto y
nos encontramos con el ser humano debatiendo entre la razón y la locura. La
piel de lobo del huraño y agresivo termina cayendo sus hombros para mostrarnos
al verdadero hombre. Asqueados de la burguesía y del mundo sobrecargo y necio,
el hombre solitario vaga sobre la estepa que es su propia vida… Un feedback se
deja oír y de repente nos asaltan los instrumentos en un agitado ritmo
entrecortado, donde la batería de Iván se lleva las palmas. La guitarra de
Zurdo bajo su efecto POG se transforma en un teclado a la Deep Purple que sirve
de escenario perfecto para la intensidad del coro de la canción. En el punete
de la rola podemos un marcado riff de gran intensidad que juega con los
silencios, lo que hace que se note el progreso de la banda en la composición
musical de su EP anterior. El solo de guitarra en pedal wah nos trasporta al
poder las bandas de hard rock de los años setentas. La letra de la canción está
basada en la novela de Herman Hesse de 1928 del mismo nombre.
Viaje
astral: Esta es la oportunidad de dejar los miedos atrás,
pasar la estratósfera y llegar a las estrellas. Un viaje ácido con su gama de
colores nos transporta a un laberinto de emociones hasta dejarnos ante el
portal de la ilusión… Sin bajar el ritmo impuesto por “Lobo estepario”, Apolo
nos regala una melodía de guitarras cósmicas que sorprende con un coro de sabor
pop que recuerda a Naranja Mecánica, aquella banda de Torréon, Coahuila que fue
famosa por su “Siguiente vida”. Gracias a un solo de guitarra de gran manufactura
y colores psicodélicos, la rola termina explotando a través de su efecto wah.
Dimensión
atroz: El ser encerrado en sí mismo, cayendo en un abismo
propio, atrapado en una dimensión atroz. La tierra se abre y todo se
desquebraja a su alrededor. El tiempo se ha burlado de la realidad y lo que
queda es soltarse de todo… Una canción rescatada del primer demo de la banda y
que tiene sus acidas líricas compuestas por David Maldonado, el primer
vocalista de Apolo. Con un sonido en las guitarras muy semejante al EP anterior
de la banda, esta rola explota con una gran fuerza de riffs que suben y bajan
mientras la melodía rompe con ellas.
Siddartha:
Esta es el ansia de encontrar lo esencial de uno mismo y así encontrar la
sabiduría. Rascando en el interior, el ser se encuentra a sí mismo con la
intensión de alcanzar la vida plena en serenidad y armonía, dejando el mundo de
la ilusión. Esa es la perfección que se debe alcanzar… Los coros se dejan
escuchar como un canto que busca el nirvana. Zurdo comparte las guitarras con
el productor del disco, Omar Rodríguez-López, quien termina haciendo un
espectacular solo. Los golpes de la batería terminan siendo destructivos hasta
que se regresa a la melodía básica. Así como “Lobo estepario”, esta rola está
basada en una novela de Herman Hesse de 1922 y que encontró eco en la búsqueda
de libertad de la juventud de los sesentas. Nuevamente con la dirección de Paco
Ibarra, el video de “Siddartha” nos muestra el poder de las presentaciones de
Apolo en vivo, ya sea en pequeños foros, en conciertos multitudinarios o el
metro. Aquí podemos ver a Omar Rodríguez-López acompañando a la banda en la
interpretación de esta rola durante su participación en el Festival Vive
Latino.
Galatea:
Tal y como si fuera Polifemo, el ardor de la ira entre en el cuerpo del hombre
engañado. Sin embargo, este cíclope no se quedará con esta Galatea. Solo la
muerte podrá arrancar el dolor provocado por la debilidad de la carne. La araña
está muerta… En una entrevista, los chicos de Apolo contaron que esta canción
nació del término de una relación amorosa y destructiva de uno de los
integrantes. La joven en cuestión vivía cerca de una gran centro comercial en
la ciudad de Chihuahua llamado “Galatea”, lo que sirvió de inspiración para la
historia.
Estos son los dos EP’s
de Apolo, una banda con el futuro en sus manos. El primer disco completo está
por publicarse, así que este es un excelente momento para regresar la mirada a
su despegue para observar su ascenso.