¿Qué cosas podrían interesar a un par de ingleses y a un par de alemanes sobre México? ¿Sobre qué hablarían unos músicos que cambiaron el nombre de su banda para llamarse como el título de una película del 2005 que habla sobre unos siameses rockeros conocidos como Bang-Bang y que está basada en una novela de Brian Aldiss de 1977? Ellos son Brothers of the Head y este es su sencillo...
La historia de este cuarteto comienza en Londres, Inglaterra con el guitarrista Karl Francis, quien al dejar a la banda de trash y hardcore Bomb Disneyland comenzó a formar un nuevo proyecto más orientado hacia el stoner. Junto con el bajista Cody Barcelona, se mudaron a Stuttgart, Alemania para afinar su concepto hasta que se encontraron con el guitarrista Pappy Van Linkle y con el baterista Amin Axestoneville. Bajo el nombre de Bomb Whateva, a partir de 2011 comenzaron a construir su camino hasta llegar a ser la banda de soporte para gente como Red Fang, Kadavar, Black Tusk, Marky Ramone, Brant Bjork, Holy Mountain y Guitar Wolf.
Fue durante el año de 2014 que la banda cambió su nombre, con la idea de expresar el doble origen de los integrantes del grupo unidos por un mismo gusto musical. Para abril de 2015 publicaron a través de la pequeña Metalapolis Records su disco debut con el título Light the night, feed the flame y conformado por tan sólo seis poderosas canciones. De esta placa se desprende el sencillo "Mexico sweet Mexico", una rola de inicia con un riff de guitarras que se repite como un loop mientras los platillos de la batería acompañan para marcar el ritmo. Una vez que explota la canción, la guitarra entona una aguda melodía en contraste a un muro sonoro creado bajo la escuela del stoner del estilo desértico de Kyuss y los primeros discos de Queens of the Stone Age. El juego de escalas se convierte en la marca de la casa y todo llega al éxtasis con el duelo de solos de guitarras que logran hacernos despegar los pies de la arena.
Vagando por las calles, se encuentra la única solución es beber para evadir lo que lo rodea. Se busca un espacio para encontrar la paz y la noche trae al recuerdo sólo un lugar en especial. De esta manera la petición está hecha: "llévenme a donde pueda estar solo... dulce hogar, México". La rola nos habla del deseo por encontrar la tranquilidad de la mente, y por mucho tiempo se ha asociado la zona desértica de México como el lugar ideal para lograr el escape de la realidad. Ya sea por sus características físicas, ya sea por sus referencias mágicas, ya sea por su cultura y su relación con el alcohol y las drogas naturales, México embruja y se convierte en un espacio ideal para lograr el viaje necesario para dejar todo atrás.
Bajo una producción de Clashing Hats Video Production y la dirección de L. Radovic y M. Enthammer, Brothers of the Head grabó un video para este sencillo con la intención de construir una viajada y ácida historia alrededor de lo que en Europa se relaciona con México: mariachi, desierto, tequila, calaveras revolucionarias al estilo del día de muertos y sarapes.
El video nos muestra a un cuarteto de mariachis alcohólicos que espera en el costado de un polvoriento camino a alguien que los arrastre al siguiente pueblo. En eso aparece un tipo tatuado con su pick-up y los levanta. Durante el camino, la caravana encuentra a un mariachi solitario con su estuche de guitarra, el cual es despreciado y abandonado a su suerte. El vagabundo toma un gran trago de tequila y ante sus ojos se presenta una bella mujer que le ofrece un elixir que lo hace perder la razón.
Al despertar del efecto provocado por el veneno, el mariachi se encuentra en una obscura sala ante un "sacerdote maya" que le lee su suerte por medio de tres cartas. La primera le muestra una letra "A" que significa el origen, por lo que comienza un ácido viaje en caída libre en un "hoyo de gusano" y se puede observar el desierto, la ciudad, el planeta y el motivo por el cual cayó en este extraño letargo. El sacerdote muestra la segunda carta, la cual porta un extraño símbolo que mezcla la luna y el sol el cual genera un segundo viaje narcótico como los que provoca el peyote, donde todo se caricaturiza y los integrantes del grupo se muestran en una extraña mezcla de calaveras del grabador Guadalupe Posada y zombies poseídos. La última carta nos enseña el símbolo omega, es decir el final, la muerte. En ese momento observamos al mariachi tirado en el camino quien es despertado de su etílico alucinación por su esposa, quien lo golpea y lo insulta por su épica borrachera mientras el resto de sus compañeros músicos tocan "La Malagueña" tal y como si fuera una especie de irónica marcha fúnebre.
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