Fuera de época y rompiendo las tendencias musicales de su momento, a mediados de los 80 nació Tyrnaround, banda australiana que basó su sonido en la psicodelia más ácida de finales de los años 60. El grupo de Melbourne publicó sólo un disco y algunos EP, ya que la muerte de su líder y vocalista, Michael Philips, provocó su separación definitiva.
La única canción que posicionó en el mapa a Tyrnaround fue "Colour your mind", una composición del guitarrista Pete Fidler y que fue publicada en un EP del mismo nombre de 1986. Esta rola es un viaje lisérgico que invita al escucha a dejar la aburrida y gris vida para transformarla en una ensoñación atascada de colores y alucinantes teclados que logran evadir la realidad.
Incluída en el disco EP Delirio Dei Sensi de 2013 publicado por Fruits de Mer Records, la banda alemana Vibravoid realizó un cover a "Colour your mind", un intento de rescatar del olvido a Tyrnaround y de tributar a una de las bandas que les han servido de influencia. Conformados por Christian Koch en las vocales y guitarra, Robert Braune en la batería y M. Lammert en el bajo y los teclados, este grupo de Düsseldorf se ha convertido en el estandarte del nuevo Krautrock en Alemania, llevando la psicodelia hasta sus últimas consecuencias.
Armados de un sonido Vox (desde amplificadores hasta guitarras modelo Continental), Vibravoid son un ácido combo que busca recuperar el pop psicodélico de los años 60 para mezclarlo con un poco de hard rock, space, garage y un ligerísimo toque stoner; reformulando lo hecho por bandas como The Seeds y su garage, Pink Floyd y los viajes alusinógenos de Syd Barret o Strawberry Alarm Clock y la estridencia de sus teclados.
Su versión a "Colour your mind" busca definir más cada uno de los instrumentos a diferencia de su versión original, que era un bloque y denso muro de sonido. Vibravoid logra convertir esta rola en un juego de colores más vívidos gracias a los efectos de fuzz y wah muy ligeros que tiene la guitarra, además de crear ambientes lisérgicos de gran definición con los teclados. El plus que encontramos por lo hecho por Vibravoid es lograr enmarcar la canción original de los 80 bajo el sabor Krautrock de principios de los 70, además de arrancarnos del suelo para lograr un despegue ácido a través de la improvisación final en los últimos segundos de la rola.
Dentro de la creciente
escena de stoner que existe en Grecia, una banda ha destacado a través de los
años por su trabajo en los estudios de grabación y sus presentaciones como
cabezas de cartel para festivales organizados por ellos mismos o como abridores
para bandas reconocidas en el género y que visitaran el país helénico
(Cathedral, Hawkwind, Nebula, Red Fang o Los Natas); un grupo que durante 15
años han moldeado su sonido en tributo directo a bandas clásicas (Kyuss, Sleep,
Fireball Ministry o Orange Goblin); una agrupación que en base a trabajo y
esfuerzos propios se ha colocado en el gusto de la gente y ha posicionado este
tipo de música en su país natal: Lord 13.
En portada observamos
una bella mujer sobre una enorme motocicleta, un obvio homenaje al Time travelling blues de Orange Goblin
de 1998 . Alrededor de esta llamativa imagen se pueden ver los instrumentos de
la banda sobre un escenario que asemeja la superficie lunar: una guitarra SG de
Gibson, un pedal conectado, una batería y amplificadores Sound City y Ampeg.
Sobre un panorama sideral, se puede leer el nombre de la banda y el nombre del
disco: 2013.
Escuchas los primeros
segundos de la placa y sabes que estás frente una banda que busca recuperar el
sonido desértico al estilo de las bandas noventeras de Palm Desert, California.
Una guitarra llena de fuzz nos da la bienvenida, abriendo paso a un macizo
conjunto de acordes pegajosos. Contrario a lo que se podría esperar, una voz
controlada y más cercana al sonido grunge nos relata el difícil momento que
viven los jóvenes griegos, pero lejos de ser un disco “localista”, logra
identificar a quien sea dentro del ambiente de la inconformidad y el pesimismo
derivado de un entorno social, político, económico y, sobretodo, anímico.
¿Pero
quién carajos son estos tipos?
En 1999, un grupo de
amigos en Atenas, Grecia se juntaron para tocar covers de sus bandas favoritas.
Poco a poco fueron conformando un árido y grave sonido que los identificara
como banda sobre las demás, pero ante la difícil situación económica de su país
tuvieron que hacerse de sus propios medios para construir un estudio de
grabación, fundar una disquera (Faster Louder) y empezar a publicar sus
trabajos. Tras la grabación de dos demos, en 2006 presentaron su disco debut
con el cual recibieron excelentes críticas dentro de su país, pero no fue hasta
con 2013, su segunda placa, lograron
atraer los reflectores de otras partes del mundo.
Tras 15 años desde que
se creó Lord 13, su formación ha permanecido intacta hasta el día de hoy: Dee
en el bajo exacto y pesado amplificado por medio de un combo Ampeg, Costas en
la poderosa y rudimentaria batería, John en las densas guitarras llenas de fuzz
amplificadas a través de un viejo Sound City de bulbos modelo 1969 y Jim en las
vocales que intentan imitar la voz ahogada o amarrada de John García de Kyuss,
pero con un color cercano al Chris Cornell de Soundgarden o al de Eddie Vedder
de Pearl Jam,
El sonido de Lord 13
gira alrededor de una extraña mezcla de distintas vertientes del rock en los
90: el stoner californiano (Kyuss, Fu Manchu), el hard rock (Orange Goblin y
Monster Magnet) y el grunge (Soundgarden). Al juntar estos diferentes sonidos,
la banda adquiere una personalidad propia de fuerza, velocidad y unidad.
El
concepto
Ante la crisis
económica en su natal Grecia, y con el apoyo de su amigo Ben Ward (vocalista de
Orange Goblin), Lord 13 grabó durante 2011 su segundo disco en los estudios
Pulse de Londres, Inglaterra. Teniendo a su alcance un mejor equipo, la
producción del disco buscaría alcanzar dos objetivos: por un lado construir un
sonido más cercano al de las bandas que admiraban, y por el otro crear un
ambiente ideal que sirvieran de telón de fondo para las ideas que buscaban
trasmitir.
2013
es un disco que plantea varias opciones para expresar lo que pasa con la
inconformidad que existe en los jóvenes, habla sobre las cadenas que frenan el
pensamiento, la acción y el deseo. Ahora es el momento de despertar, de
sacudirse las ataduras y de rescatar el libre albedrío. La sociedad, el
sistema, la familia y los valores quedarán vapuleados tras la crítica cada
rola; sin embargo, todo queda ahora en manos del individuo alcanzar realmente
ese rompimiento que le permita reconstruirse y encontrar nuevos caminos.
La portada del disco es
una representación simbólica de ese anhelo de liberación que se persigue, y lo
logra gracias a los elementos que se presentan en ella: la libertad física y la
imagen de la motocicleta (rebeldía y velocidad en los caminos polvorientos), la
libertad mental y la imagen de los instrumentos musicales (el escape de las
ideas por medio de la música) y la libertad sexual con la imagen de la mujer
(el elemento sensual que remite a la satisfacción de la libido).
¿Por qué nombrar a su
disco 2013 si la placa fue grabada y
publicada en 2011? Si comprendemos esta producción como una invitación para
buscar la libertad, la idea de un futuro sin cadenas debe de llegar lo más pronto
posible, como si se tratara de un mañana próximo, algo que no se debe posponer
por mucho tiempo.
Canción
por canción
Fire:
todo está cambiando a nuestro alrededor y esos cambios buscan meterse en
nuestra cabeza como si ésta fuera una caja negra. Sin embargo, cambiar no
significa que será para mejor. Un cambio, un giro, una transformación no
siempre logrará alejarnos del peligro, de la perdición, del fuego… Un riff de
guitarra ahogado en fuzz nos invita a comenzar un escape hacia algo que nos
quiere devorar y que no deseamos que nos atrape. Rock de sonido stoner pero de
sentimiento acelerado. La lírica pone en duda las voces que piden una
revolución, pero que a la vez no lograrán encontrar una salida al problema. La
voz de Jim logra imponer paciencia ante el caos que se avecina por el cambio.
Love
and hate: el tiempo corre rápidamente hasta rebasarnos y
hasta ha alcanzado el mañana. Este es el momento de pedir ayuda antes de
ahogarse en un mar de arrepentimientos y disculpas. Volteamos hacia atrás y nos
damos cuenta que sólo queda el amor, el odio y las sonrisas que hemos dado, los
sueños que hemos alcanzado y las palabras que hemos dicho para encontrarnos a
nosotros mismos. … Aprovechando el eco final de la rola anterior, las guitarras
marcan temerosamente algunas notas hasta que se deciden a marcar un ritmo
stoner muy en la escuela de Kyuss. El solo de guitarra con wah suena bajo
cortes de ritmo que rompen la monotonía de la melodía, sacudiendo al escucha.
Finalmente, la melodía va ascendiendo en una carrera loca muy difícil de
alcanzar. Uno de los mejores momentos del disco.
Get
you hide: hay mujeres que roban totalmente la mente de los
hombres, una sonrisa y cae rendidos a sus pies. La pasión y el amor se
convierte en una droga, una que hace volar la cabeza hasta alturas
insospechadas… Continuación sonora de Love
and hate donde se destaca la unidad de los instrumentos para convertirse en
un muro de sonido, el cual se rompe hacia el final de la canción debido al
enfrentamiento de notas secas contra el riff de guitarra.
Off
the edge: el sistema nos satura con sus conceptos con la
intención de cercar nuestras ideas. La presión se hace más fuerte cada día
hasta llevarnos al límite. ¿Hasta dónde aguantaremos? … Tenue rasgueos de
guitarra en delay que choca nuevamente contra un bloque sonoro muy compacto,
como si quisiera representar el enfrentamiento del individuo contra un mundo
reacio a él. A la mitad de la rola escuchamos un puente de percusiones que
logra dejarnos al borde de un abismo, hasta que entra el solo de guitarra que
nos anima a intentar saltarlo.
Free:
una oda al intento por romper las cadenas que atan al individuo, por alcanzar
la liberación de una mente abrumada. La libertad no sólo debe de ser física,
debería también de ser interna… A base de tamborazos a destiempo se construye
un alocado y agitado rock stoner. La guitarra marca los tiempos a base de notas
ásperas mientras su solo explora las posibilidades del pedal wah. En algunos
momentos podemos escuchar algunas voces en off, lo que ayuda a crear la idea de
las voces que escuchamos en nuestro interior.
The
warning: el poder del sexo y la pasión tiene dos caras: por
un lado es una cadena que nos arrastra a las más bajas pasiones hasta llevarnos
a la perdición, y por otro puede ser la llave que nos libere el cuerpo y la
mente. La advertencia está hecha, ahora el individuo se arriesga al caer en sus
redes… Rola de ritmo constante como si mantuviéramos una misma velocidad sobre
alguna carretera que cruce alguna zona desértica. Hacia el final de la canción
nos encontramos con un puente de notas cortantes y que rompen el ritmo inicial,
hasta que encuentra su remate por medio de un juego de notas en escala
pentatónica.
Grind
it:
la lucha ha sido muy difícil por encontrarla. En el esfuerzo por alcanzarla, se
ha perdido todo. Las voces se levantan para advertirnos los peligros por esta
búsqueda, pero no importa, el intento continuará hasta lograrlo. Pero ¿de qué
estamos hablando? ¿qué estamos persiguiendo? ¿una mujer? ¿la libertad? … El
riff de guitarra toma el control sobre el juego de notas pentatónicas, cercanas
al final de The warning. El ritmo se
acelera y nos trea a la mente la imagen de una motocicleta que corre sobre el
caliente asfalto. Hacia la mitad de a canción, un resgueo de tímida guitarra en
delay sirve de base para arrancar un viaje ácido que sube a alturas
insospechadas.
Wicked
thing: los ojos se ha abierto para reclamar el futuro
propio, es el momento de despertarse y luchas contra lo perverso que está a
nuestro alrededor. Hemos interpretado las señales y ahora tenemos la
oportunidad de abrir la puerta para cruzarla y alcanzar la liberación de
nuestra mente… La fuerza está en la unión, y Lord 13 lo busca reflejar en esta
rola. Los instrumentos al unísono construyen una inflanqueable muralla sonora
de paso sostenido, que cerca del final, se acelera para alcanzar su objetivo:
la libertad. En esta rola participa el mismísimo Ben Ward, vocalista de Orange Goblin.
Make
it with you: una súplica por otra oportunidad, un
ruego para reconstruir lo perdido, el deseo por alcanzar los sueños… Una rola
stoner acelerada que heredaría 1000mods,
la también banda griega muy cercana al sonido de Lord 13. El juego de
notas descendentes que conforman el coro, hacen referencia al deseo por no caer
y mantener el vuelo metafórico.
Keep
on riding: la pasión y la lujuria posee al cuerpo y a la
mente del individuo, la única forma de liberarlas es saciando la necesidad
imperiosa. Aquí está la invitación para hacerlo… Manteniendo el ritmo acelerado
con sonido árido, esta rola es una desenfrenada carrera que nuevamente se
enfrenta a un puente que rompe la velocidad y cae en un viaje ácido. En su
video podemos ver a la banda tocar mientras un par de “mujeres de la calle”
bailan entre grúas y maquinaria pesado de un tiradero de autos al ritmo de la
rola.
Not
over:
una vez liberadas las ataduras, el cuerpo se suelta y descubre nuevas
posibilidades, nuevas formas y nuevas experiencias. Ahora estamos hasta arriba,
y no hay regreso… Quizá ésta sea la rola más stoner del 2013. Un verdadero viaje ácido muy largo que sin freno sube hasta la pérdida
de la consciencia. El fuzz, el reverb y demás efectos sonoros toman el control
para no permitir la caída. Las guitarras son obra de John y de S-Fx como
invitado especial. El video que fue grabado en 2013, muestra a un individuo meterse cocaína,
mariguana, pastillas y alcohol para lograr un fuerte viaje, el cual lo lleva a
un acelerado paseo en motocicleta sobre una carretera que cruza el desierto.
Walking
in sin: ¿quién determina lo es malo o bueno? Los hombres
viven sobre reglas morales que chocan directamente con su forma de pensar, y al
encontrarse en contradicción, su movimiento queda frenado. En el momento que
acepte sus acciones y pensamientos independiente a las estructuras
establecidas, el hombre podrá caminar nuevamente… A forma de bonus track, la
última pista del 2013 es una rolita acústica que logra el bajón tras el viaje
ácido de Not over. Aquí podemos oír
percusiones hindúes y una flauta para permitir otro escape mental al escucha,
rompiendo totalmente el sonido del disco. En su video podemos observar a la
banda paseando por la zona roja de Atenas mientras aparecen escenas de una
mujer “de dudosa reputación” realizando una especie de “limpia” ante su vida
llena de pecados.
Aquí está 2013 de Lord 13, un disco equilibrado
entre su sonido y sus líricas. El mensaje es claro, pero por si quedara alguna
duda, la banda se libera del mercantilismo y el afán de lucro al permitir la
descarga gratuita del disco desde su página oficial. Les dejamos el link y el
disco completo para escucharlo desde YouTube.
Cuando hablamos del Estado de Israel pensamos en medio oriente, judíos, guerras, ataques terroristas y tierras sagradas para diferentes religiones, pero muy pocas veces pensamos en su música y menos en el rock. Sin embargo, desde 2010 se fue conformando una pequeña escena independiente de bandas roqueras en la ciudad de Tel-Aviv, de las cuales sobresale Electric Zoo.
Así como lo ha hecho Parker Griggs con su Radio Moscow, Electric Zoo es el nombre del proyecto musical del guitarrista y vocalista Gal Davidson, quien recluta a músicos de la escena israelí para cristalizar sus ideas en los escenarios. De esta manera, Davidson tiene desde 2011 componiendo rolas y moldeándolas en las presentaciones que hacen por todas las tierras judías.
Gracias a la inquietud de los músicos de dicha escena y al apoyo de la estación de radio Kol Hacampus 106 FM, se conformó la pequeña disquera HaRaKe con la intención de editar copias físicas de las sesiones de las bandas hechas en la propios estudios de grabación de la radiodifusora. Fue así que en marzo de 2013 se presentó Diamonds in the sand de Electric Zoo, un espectacular combo de rock revival que nos muestra el poder del movimiento musical hebreo.
El disco es una definida combinación del rock psicodélico de The Jimi Hendrix Experience y el hard blues de Cream, la cual es aderezada con tintes de jazz y funky. 12 canciones que se van como agua entre las manos bajo el calor asfixiante del desierto, donde las imágenes de las líricas versan sobre la mujer y paisajes ácidos. Y si ésto fuera poco, la voz de Gal Davidson logra transportarnos a la época de la explosión psicodélica gracias a la cercanía de su color con el de Jack Bruce (bajista de Cream) y el de Greg Lake (bajista de King Crimson y de Emerson, lake and Palmer).
Para este disco, Davidson se hace acompañar por Yuval Gesser en los teclados y el bajo Gibson EB-3, además de Amir Steinberg en la batería, quienes fueron la primera encarnación de Electric Zoo. Tras la publicación del disco, dichos músicos salieron y fueron sustituidos por Eric Harosh en el bajo y Yuval Garin en la batería.
Dentro de las 12 joyas sacadas del desierto, rescatamos una que conjuga todos los sonidos contenidos en esta placa: "Ice Cream". Esta es una rola llena de figuras de guitarra que mezcla hard rock y funky muy al estilo de Hendrix, pero que termina explotando en juegos de fuzz y pedal wah. Enfundado en su Fender Stratocaster, Davidson nos lleva a un mágico paseo donde la letra se convierte en una plegaria para recuperar el amor perdido.
Les dejamos esta pequeña maravilla que muestra precisamente las sesiones de grabación del disco en la Kol Hacampus 106 FM, y como bonus, les compartimos la página oficial de HaRaKe, la cual contiene descargas gratuitas de las bandas de su pequeño catálogo, incluidos obviamente los Electric Zoo.
En el año de 1974 comenzó a escucharse frecuentemente en las estaciones de radio de FM una larga rola de riff de guitarra pesado e insistente. "Working man" era la carta de presentación de Rush, la banda canadiense que logró colocarse en el gusto de la gente por el hard rock y la calidad interpretativa de sus integrantes.
Rush grabó su disco homónimo en Toronto, Canadá bajo las condiciones de grabación que tuvieron a su alcance: aprovechando los bajos costos de los estudios en los horarios nocturnos y con una grabadora multitrack de 8 canales. Con sólo 3,500 copias bajo el brazo, Rush lanzó su placa y poco a poco se fue ganando espacio radial, pero no fue que hasta una disc jockey de Cleveland, Donna Halper, la programó constantemente en la WMMS, logrando que la gente solicitara telefónicamente la transmisión de la canción de la manera insistente. Gracias a ello, los ejecutivos de Mercury Records les ofrecieron la re-edición del disco, lo cual se hizo con una nueva mezcla de las cintas originales con la intención de mejorar su sonido.
Rush estaba conformada por la potente y aguda voz de Geddy Lee, un gran bajista influenciado por gente como Jack Bruce de Cream, John Entwistle de The Who y Chris Squire de Yes. La guitarra estaba a cargo de Alex Lifeson, quien tenía como ídolos a Hendrix, a Clapton y Page. Finalmente, el baterista era John Rutsey, un chico con gran potencia e idea rítmica que tuvo que dejar el barco a un mes de comenzar la gira de promoción de la placa debido a la diabetes tipo 1 que padecía.
"Working man" es una poderosa canción que habla de la dura vida del obrero en las fábricas, el cual no tiene más vida que su pesado trabajo y sus deseos por disfrutar sus pocos minutos de ocio gracias a una fría cerveza. La rola se distingue por su estructura sonora de power-trío de herencia directa del hard blues y psicodelia de bandas como Blue Cheer, Cream y Led Zeppelin. Dos espectaculares solos de guitarra de Lifeson desarrollados sobre el libre estilo de Lee y la fuerza de Rutsey fueron la fórmula perfecta para el éxito y el reconocimiento.
En 2002, una disquera de rock stoner de Detroit, Small Stone Records decidió lanzar un compilado de covers a rolas clásicas del rock setentero en manos de las bandas de su catálogo. El disco se tituló Sucking the 70's y contaba con grupos como Five Horse Johnson, Clutch, Los Natas y Black NASA. Un combo ácido y pesado de rolas clásicas que son un manjar para los fanáticos de este tipo de música.
Dentro de este gran disco, una de las versiones sobresale de las demás: el clásico de Rush, "Working man", en la interpretación de Suplecs. Con fuerte distorsión, tonos graves y potentes voces, la rola se convierte en un genial muro sonoro stoner que hace lucir a la banda originaria de New Orleans.
La batería de Andrew Preen mantiene el fuerte ritmo sin romper la rola. El bajo de Danny Nick respeta lo hecho en la versión original de Geddy Lee, pero logra desarrollar su estilo propio gracias a la densa y fumada improvisación del momento climático de la canción. Finalmente, es necesario resaltar el solo de guitarra logrado por Durel Yates: un duelo de guitarras sobrepuestas en doble track muy al estilo de Black Sabbath, pero con un sabor stoner que logra hacer despegar del suelo a cualquiera.
Suplecs fue una banda muy activa durante la primera década de este siglo, sin embargo, desde su último disco publicado en 2011 (Mad Oak Redoux), sólo han tocado en un puñado de ocasiones dentro de las pequeñas giras que organiza su disquera y como teloneros de The Sword.
Aquí les dejo su versión a "Working man", un tributo stoner que no defraudará a los fans de Rush...
Ante la invasión de
bandas vintage que han inundado la escena musical desde algunos años, se ha
creado un debate muy fuerte entre los que apoyan a las bandas que están
componiendo a partir de los conceptos musicales del hard rock de principios de
los años setenta y entre aquellos que los tachan de falta de originalidad y
creatividad (y, ¿por qué no?, hasta de plagio). Una de las tantas bandas que se
encuentran en esta disyuntiva son Barbarian Overlords.
Con un obvio tufo a Led
Zeppelin, estos californianos publicaron su primer disco a finales de 2011, y
desde entonces, adoradores e inquisidores se lanzaron sobre su trabajo. Sin
embargo, desde la primera canción que se escucha de la placa, sólo existen dos
posibilidades: o te hacen poner play una y otra vez por el excelente tributo o
terminas irremediablemente tirándolos a la basura por el sacrilegio.
Lo que no se puede
negar es que dentro de las bandas que usan de punto de partida al zeppelín de
plomo como Rival Sons, Scorpion Child o Mad Shadow, Barbarian Overlords se
llevan los aplausos por su capacidad de asimilar las ideas de Page y compañía,
por la forma en que ejecutan de sus instrumentos, y por arriesgarse a componer
melodías desde los himnos sagrados de una de las bandas más importantes del
hard rock británico.
¿Pero
quién carajos son estos tipos?
Los Ángeles, california
vio nacer en sus entrañas a Barbarian Overlords, un grupo que se gestó por el
encuentro del guitarrista Joe Spadaro y el baterista Brandon Kachel gracias a
su gusto musical por Led Zeppelin. Tras probar a varios cantantes, la fortuna
los llevó a encontrar a Brent A. Nuffer, quien se unió al grupo sin dudarlo. Finalmente,
un guitarrista que se hacía conocer como GK Via tomó el bajo eléctrico para
formar parte de este proyecto.
Con largo cabello
rizado e imagen de corsario, Joe Spadaro busca cumplir con el prototipo del
guitarrista fan de Zeppelin. No sólo es igualar la imagen de Jimmy Page, sino
también encontrarse con íconos como Steve Perry de Aerosmith, Slash de Guns n’
Roses o Craig Ross de la banda de Lenny Kravitz. Una guitarra Gibson Les Paul
colgada al hombro y escoltada por amplificadores Marshall, además de la
habilidad de emplear un slide sobre el mástil de su instrumento, elementos
obligados.
Brandon Kachel es un
amante de John Bonham, al grado que su set de batería es idéntico al de él,
poco a poco ha cambiado su imagen para parecerse físicamente y ha formado parte
de la legión de bateristas que participan en el festival Bonzo
Bash evento que se organiza como tributo al músico inglés y donde han
partcipado gente de la talla de Steven Adler de Guns n’ Roses, Charlie Benante
de Anthrax, Dave Lombardo de Slayer o Mike Portnoy de Dream Theater. Sin
embargo, antes de la música, el baterista de Barbarian Overlords se dedicaba a
la lucha libre y su musculoso cuerpo lo demuestra; pero hasta en su sobrenombre
(Brandon Bonham - Kid Krazy) su
pasión musical era delatada.
Tras un proceso de
audiciones, Brent A. Nuffer fue escogido por Brandon y Joe como vocalista de la
banda. El color de voz tan semejante al de Robert Plant y el amplio rango vocal
que tiene, aseguró su espacio en Barbarian Overlords. A lo anterior podemos
sumar su gran presencia en el escenario y su conocimiento musical que le
permite tocar la armónica y hacer algunos arreglos en los teclados.
El último en
incorporarse al grupo fue GK Via, un músico en ascenso en la escena rockera de
Los Ángeles que formó parte de la banda Gods and Monsters como guitarrista. Sin
embargo, su capacidad como músico lo llevó a convertirse en un gran bajista que
logra compaginar sus líneas melódicas con el poder en la batería de Brandon
Kachel. Obviamente, su sonido está construido a partir de amplificadores Ampeg
para lograr una profundidad y fuerza.
El
concepto
El álbum debut de
Barbarian Overlords es un gran conjunto de rolas compuestas en tan solo 6 meses.
Esta velocidad logró que el sonido del disco sea crudo, salvaje y directo.
Asimismo, las líricas giran alrededor de lo que una banda de hard rock del
oeste norteamericano podría hablar: mujeres, fama y la búsqueda desesperada de
la calma perdida.
En Barbarian overlords se respira California: es como si Led Zeppelin
relatara sus correrías en la costa oeste de los Estados Unidos tras sus
primeras giras con las que lograron conquistar América. Si damos una revisada a
las tantas biografías del zeppelín de plomo, podemos encontrar muchas leyendas
sobre lo que vivieron los integrantes de la banda mientras giraban por este
rincón norteamericano. De eso se trata esta placa: rock, drogas, mujeres y sol.
Sin embargo, tras el
desenfreno total que el Oeste ofrece, el rock star busca la calma, la
tranquilidad para encontrarse consigo mismo tras perderse en el mundo de la
fama y el dinero. El corazón y el cuerpo están satisfechos, pero la mente no. Se
baja la velocidad y se desciende a los infiernos propios para encontrar la
salvación.
Si queremos entender el
punto de vista que tienen los chicos de Los Ángeles ante la invasión que
realizó Led Zeppelin en los setentas, Barbarian
overlords nos lo muestra de manera total. El disco explica lo que vive una
banda de hard rock triunfadora en un mágico lugar donde las reglas se pueden
romper. Mujeres sin ataduras en las calles, drogas rondando en cada esquina,
espacios por doquier donde poder tocar y el desierto como lugar escapar,
reflexionar y encontrar la redención de los pecados.
¿Cómo podríamos culpar
de plagio a una banda que retoma el sonido de Led Zeppelin para crear y
expresar sus propias ideas? ¿Qué bases tendríamos para reclamarle a un grupo
californiano de reclamar lo suyo y que en venganza utiliza los medios de
expresión de quienes compusieron sobre sus mujeres, sus lugares y sus
aventuras? Quizá Barbarian Overlord lleva a su máxima expresión el viejo refrán
que reza “ladrón que roba a ladrón…”.
Canción
por canción
In
a rush to meet the queen: una oda a la famosa Sunset
Boulevard, una de las avenidas principales de la ciudad de Los Ángeles y que se
ha convertido en un ícono contradictorio de la ciudad: por un lado el glamour
de las celebridades de Hollywood y las tiendas de instrumentos musicales y por
el otro la prostitución callejera y la zona roja de la ciudad. La paradoja está
planteada y en medio de la disyuntiva del sinuoso camino se encuentra el
músico… La canción abridora del disco es una declaración directa para quien la
escucha. La batería marca el tiempo con un redoble y los demás instrumentos
siguen el ritmo como una salvaje marcha cortante que recuerda el pesado tráfico
automovilístico de Sunset Blvd. Inmediatamente llega a la memoria el sonido del
Physical Graffiti de Led Zeppelin, y
en especial a “The wanton song”; algo innegable. Una armónica nos recuerda el
sabor a hard blues setentero mientras da la bienvenida a una voz que recita
frases como si de una improvisación se tratara, pero que imita el estilo que
impusiera Robert Plant. El vídeo de la canción fue dirigido por el propio
Brandon Kachel y en él destaca la gran fotografía: la banda se instala en una
mágica y espectacular locación en medio del desierto para demostrar su gran
fuerza musical.
The
company you keep: toda la gente que está alrededor de
las estrellas de rock tienden una red de mentiras y falsedad con la cual
ocultan sus verdaderas intenciones. La fama está rodeada por el interés. Las
malas compañías sólo crean una neblina densa que oculta la verdad y ciegan al
artista. Drogas y dinero, nada más. Sin embargo, al final de todo el músico
está solo y no tiene otra opción que seguir en el ring y continuar con el
espectáculo…Una rola con líricas sobre el mundo de perdición alrededor de la
estrella de rock, tema abordado por Led Zeppelin en “For you love” del Presence. El ritmo de la guitarra es una
marcha entrecortada que cuando llega al estribillo se convierte en una alegre
melodía, a pesar de lo duro que trata la letra.
Code
of the west: como aquellos aventureros que se
lanzaron hacia el Oeste por la fiebre del oro, las bandas de rock se fueron a
California durante el verano del amor para alcanzar la fama. Con tan solo los
suelos y las ilusiones en el bolsillo, se deja Detroit (la ciudad del rock)
para conquistar el Oeste (el lugar donde está el dinero). Los miedos se quedan
atrás, pero siempre será necesario aferrase a algo para seguir respirando y no
dejar de pelear… Un rockanrolito que nos recuerda a “Lemon song” del Led Zeppelin II, en una versión más acelerada.
Las líricas de la rola no paran de brotar de la garganta de Brent A. Nuffer,
como si nos quisiera hacer entender el ruego que hace la canción por encontrar
una guarida para tomar aliento.
Running
scared: la vida del rockquero exige abandonar muchas cosas
con la finalidad de alcanzar el estrellato, y una de ellas es el amor de
pareja. La soledad se vuelve tristeza y el abandono se convierte en
desesperación. Las manos están llenas de cicatrices, el corazón está roto y la
mente ahogada en preocupaciones. Sólo queda huir de todo y buscar la paz
interior, sin embargo ello es vano y únicamente queda el cansancio y las
huellas de las heridas… Se dice que cuando Led Zeppelin alcanzó el éxito total
con “Stariway to heaven” fue el momento en que rompió su cordón umbilical con
el blues que era su base musical. Aquí Barbarian Overlords busca hacer lo
contrario: se escucha una guitarra hacer el riff inicial del mayor éxito de la
banda inglesa pero con notas descendentes, lo que sirve de introducción para un
blues duro, profundo y sentido. Al hacer correr las manecillas del reloj hacia
atrás, la rola se convierte en un clásico blues zeppeliano muy al estilo de
“Since I’ve been loving you” del Led
Zeppelin III. La guitarra de Joe Spadaro suena espectacular en su solo,
logrando un real estilo propio e independiente de Jimmy Page y llegando a lo
genial cuando juega con las escalas pentatónicas que terminan siguiendo la
batería y el bajo. De hecho, esta es la única rola del disco donde se escucha
el bajo Rickenbacker de GK Via haciendo figuras independientes a la melodía de
la guitarra eléctrica, elemento fundamental del blues eléctrico propio de
Zeppelin, Cream o The Jimi Hendrix Experience.
Something
in the brush: ¿qué nombre podemos ponerle a ciertos
sentimientos que están dentro de nosotros y que no podemos explicar? Un zumbido
nos acecha y no lo podemos desechar: ¿abejas? ¿cascabeleos? ¿mariposas en el
estómago? En lugar de dejarlo pasar, es mejor dejar que se desarrolle esta sensación
y que pase lo que tenga que pasar. Quizá y esto pueda ser amor… Otro
rockanrolito al estilo de las primeras épocas del Zeppelin donde el solo de
guitarra se queda anclado en los efectos de pedal wah. En algunos momentos se
pueden escuchar unos efectos sonoros creados por el paso de un arco de violín
sobre las cuerdas de la guitarra eléctrica (estilo patentado por Jimmy Page),
tratando de “representar” esa extraña sensación que está invadiendo el cuerpo
segín lo que dice la letra de la canción.
Somewhere
to be: Detroit es la ciudad del rock y Chicago es la del
blues, pero es necesario encontrar un lugar para alcanzar la paz mental, la
tranquilidad, ni desenfreno ni dolor… Rock de sabor vaquero que trae al
recuerdo a “Hot dog”, rola de Led Zeppelin incluída en el In through the out door de 1979, y al cover a “Hello, Mary Lou”que
versionaron en la gira a la Costa Oeste de los Estados Unidos en 1972 y que fue
éxito de Ricky Nelson en los 50 y relanzada por los Creedence Clearwater
Revival también en el 72. La guitarra de Joe Spadaro juega con las notas
resbalando los dedos sobre las cuerdas, logrando un sonido country ideal.
No
lowly: sin modestia, ella sabe lo que nos provoca y sólo
nos permite apasionarnos más con ella… Una comparación entre la mujer perfecta
y la naturaleza, una imagen que recuerda las líricas del “flower power” del
verano del amor. Rola mágica de mezcla ácida: por un lado el blues más negro
del delta del río Mississippi con guitarra de slide metálico y del otro una voz
llena de reverberaciones y vibratos que nos remiten a la psicodelia de finales
de los 60. Esta canción es un tributo (¿fusil?) al clásico “Hats off to (Roy)
Harper”, rola del Led Zeppelin III de
1970 que a su vez fue un tributo (nuevamente pregunto, ¿fusil?) al blues “Shake
em’ down” de Bukka White y que la letra fue cambiada por Page y Plant para
homenajear a su vez a Roy Harper, cantante de folk y blues que hizo conocer en
Inglaterra la música de Lead Belly y Woody Guthrie.
The
ambassador: en ocasiones las cosas se pueden ver difíciles,
pero ésa es forma correcta. Sólo queda esforzarse y aprovechar las pocas oportunidades
que se presentan, sólo queda ofrecer la mano a los demás y dejar a un lado el
orgullo. Todos estamos juntos en este mismop barco, éso es lo que hay que
entender... Tal como inició el disco, esta rola también es una re-elaboración
del riff de “The wanton song” del Physical grafitti que publicó Led Zeppelin en
1975, pero basada en la estructura musical de “In my time of dying” del mismo
disco, aderezada con efectos de guitarra en slide y eco invertido muy parecidos
a los de “Whole lotta love” del Led
Zeppelin II. Cabe destacar el poder de la batería de Brandon Kachel, quien
desarrolla toda su técnica como ofrenda al mismísimo John Bonham.
Esta ha sido el disco
debut de Barbarian Overlords, unos californianos que sólo hacen música como su
banda favorita y lo disfrutan haciendo, logrando que los fans del zeppelín de
plomo añoremos más al grupo más importante de hard rock de los setenta.
A principios del siglo XX y en el pleno desarrollo de la revolución rusa, el físico León Theremin inventó uno de los primeros instrumentos musicales electrónicos, el cual lleva su nombre. Una pequeña caja con válvulas de vacío y un par de antenas lo conforman y que tiene la característica de que su ejecutante no hace contacto con él. Los sonidos son creados en base a la creación de campos magnéticos y la estática de las manos sobre las antenas que controlan los tonos, pero la idea original de su inventor era crear un aparato que semejara la voz humana y el violonchelo, instrumento que él mismo tocaba y que fue fundamental en la concepción del theremín. Tal fue su impacto como invento innovador (significaba "tecnología"), que Vladimir Lenin mandó hacer la construcción del theremín para que fuera difundido en toda la naciente nación rusa, solicitó que fuera mostrado en las diferentes ferias mundiales y hasta aprendió a tocarlo.
El uso del extraño instrumento, el cual es un antecedente directo de los sintetizadores y de los moog, siempre ha sido relacionado más con los efectos sonoros y sonidos espaciales gracias a las películas de ciencia ficción y serie B. No fue sino hasta los años 60 y 70 que las bandas de rock emplearon el theremín en sus composiciones, como es el caso de The Rolling Stones y Led Zeppelin. Gracias a esta influencias, en la actualidad existen varios grupos que lo utilizan, haciendo más común su empleo.
Dentro de la ola revival de la música de finales de los 60 y principios de los setentas, muchas bandas han buscado rescatar los instrumentos empleados en ese momento, rescatando entre ellos al theremín. Aquí es donde resalta el nombre de Cheap Wine, una banda llegada del norte de Francia que gracias a este instrumento ha logrado ser reconocida, pero no todo queda reducido a él.
Cheap Wine es una banda de Isarian Fiels, en Picardie, Francia. Poco a poco se hicieron de un nombre en su país natal a base de un rock psicodélico que bebe directamente de los jammings, el hard rock y el blues eléctrico. Gracias a sus energéticas presentaciones, fueron invitados a los festivales Celebration Days, los cuales son conciertos que emulan al mítico Woodstock: presentaciones al aire libre donde tocan bandas vintage y se invita a la gente a seguir una convivencia hippie entre los ideales de amor, libertad y naturaleza. En sus carteles han aparecido grupos como Libido Fuzz, Three Seasons, Dirty Deep, Brain Pyramid, Karma Sutra y Aqua Nebula Oscillator.
Tras varias ediciones de dicho festival, los organizadores decidieron crean un sello discográfico que diera cabida a aquellas bandas participantes de sus eventos y que no tuvieran disquera. De esta manera, gente como Buddy Hemlock, Old Moonshine Band y Cheap Wine obtuvieron un contrato y pudieron grabar sus respectivas placas. Así, los franceses del theremín publicaron su Mistic crow en mayo de 2013, un EP de cinco canciones de rock ácido que se van como agua entre las manos, el cual fue hecho en tan sólo una semana y donde se grabó al grupo tocando las rolas todos juntos en un mismo espacio para lograr captar su esencia en vivo.
Cheap Wine se ha definido como un grupo de "heavy psychedelic" que nace directamente de "los riff heavy blues de la comunidad del peyote y que ha reposado en barricas de roble". Poderosos duelos de guitarra y theremín juegan sobre voces suplicantes y juegos de improvisaciones melódicas de un fuerte bajo y una insistente batería. Hard rock que recuerda a viejas bandas como Cream, a Sir Lord Baltimore o Deep Purple, pero que encuentra su eco en grupos recientes como Radio Moscow.
Valentin Contestin en la guitarra (Ibañez de los 70 rescatadas y remozadas), Mathiew Devillers en la voz y theremín (el cual está conectado a moogs y pedales wah con la intención de crear melodías con él), Valentin Lallart en el bajo (un clásico Rickerbacker) y Louis Morati en la batería.
El vídeo que compartimos en esta ocasión en la presentación de Chaep Wine en la cuarta edición del Celebration Days Festival , donde interpretan dos canciones incluidas en el Mystic crow: Gravestone smoke y Stray Strange Express. Esta última rola es la única del EP que no fue compuesta su lírica por Mathiew Devillers, sino fue una colaboración con el norteamericano Brock McKibben, guitarrista de la banda Grand Mammoth.