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sábado, 29 de septiembre de 2018

Tempelheks : el embeleso de la dama en la noche sin final


La luna se posa sobre el manto de la noche, poderosa diosa que plasma su brillo sobre el espejo de agua que está oculto al ojo mundano. Algunos elegidos han tenido la oportunidad de visitar el recinto sagrado para formar parte del ritual mágico dedicado a la serpiente divina mientras la sacerdotisa ofrece algún sacrificio virginal y sangriento. Antiguas razas y pueblos olvidados han formado parte de esta misteriosa ceremonia, aquel culto que ha sobrevivido a los siglo gracias al secreto de generación tras generación hasta este obscuro momento que presenciamos ante nuestros ojos...

Las fantásticas y míticas historias que algunas vez formaron parte de la lírica y la imaginación de la banda noruega Tempelheks han vuelto ha servir de inspiración para Martin Horn Sørlie y su banda. Aquel estilo original que buscó alimentar al occult rock y al heavy doom en el maravilloso Serpents, gods and men (reseña-review) sorprendió en el momento de su publicación a todo aquel amante del género, pues lejos de repetir el cliché de la melodía lenta a través de un acorde áspero, Tempelheks construyó ritmos llenos de misticismo gracias a temerarios sonidos y líricas nacidas de la épica fantástica del sword and sourcery creada por Robert E. Howard con sus famosas historias de Conan el bárbaro y Kull de Atlántida.


Por medio de la disquera danesa Cursed Tongue Records, Tempelheks publicó su tercer álbum en agosto de 2018 bajo el críptico nombre de Midnight mirror; material conformado por diez temas repartidos en más de cuarenta minutos que fueron grabados por Espen Andersen, vocalista de Dunbarrow. Lejos de repetir la fórmula obtenida en Serpents, gods and men, la banda de Oslo nos ofrece en este disco una colección multifacética de sonidos herederos del hard rock setentero y sus diversas bifurcaciones alcanzadas en la última década gracias a la fiebre revival por el mágico rock obscuro.

Para esta ocasión, H.S. mantuvo su mancuerna con el guitarrista Sindre Øhman, pero se integraron al cuarteto el bajista Magnus Bjørnstad y el baterista Håkon Bergh logrando con ellos la conformación de una banda sólida que sabe crear una atmósfera misteriosa de guitarras afiladas y líricas alucinantes llenas de referencias a mundos imaginarios de épocas primitivas y ritos ocultos llenos de zozobra e intriga. Sin embargo, lo interesante en Midnight mirror es que Tempelheks se ha nutrido de varios sonidos icónicos dentro de su género para crear un material más directo hasta crear temas hipnóticos que atrapan desde su primer acorde.


Desde que escuchamos el primer remate de batería y el eléctrico riff asesino de "Gates of Python" sabemos que nos encontramos en la antesala de un álbum lleno de rock enigmático del que será imposible desprender hasta su conclusión. La peculiar voz de H.S. logra que temas como "The witch and her men" o "Phantom messiah" se escuchen épicas bajo aquel halo doom de su estilo sonoro que los ha distinguido junto con sus instantes orientales que dislocan a cualquiera. Sin olvidar su eterna referencia sónica a los ya míticos Uncle Acid & the deadbeats como se escucha de manera clara en "Slither did my queen", Tempelheks juega en su este disco con nuevas tonalidades para crear temas cercanos al primer a Duel con el sonido frenético de "Prey" o hasta Danzig como en "Holy serpent" a pesar de sus cambios rítmicos que nos arrastran a un aquelarre primitivo digno para despertar las  olvidadas fuerzas malignas de alguna deidad antigua.

Sin embargo, Midnight mirror tiene la capacidad de transportamos hasta otros parajes gracias a dos extraños cortes clavados en la más vieja tradición del folk progresivo inglés. De manera tímida, poco a poco se dejan oír por las bocinas los instrumentos acústicos que le dan vida a "Tigress", una tonada de sabores medievales que inmediatamente nos emite a lo más místico de Jethro Tull o Fairport Convention. La segunda dosis acústica la obtenemos por medio de "They hide", una oda agridulce nacida directamente de los momentos más íntimos del Emerson, Lake and Palmer como "Lucky man" o "The sage". Ambos tracks logran romper con la mística eléctrica del material discográfico para crear una áurea natural, quizá añeja, pero francamente deliciosa.


Quizá sea difícil escoger una joya dentro de este hermoso tesoro que es Midnight mirror, pero el tema que logra atrapar la atención de manera inmediata es "Harem ritual". Su cadencia es venenosa hasta el embeleso, su línea melódica es hipnótica hasta el olvido, su solo de guitarra es mágico hasta el esplendor cósmico y su fuerza interpretativa es arrebatadora hasta la muerte. Es inevitable no pensar en aquellos primeros momentos del Uncle Acid & the deadbeats, aunque la grave voz de H.S. nos regresa a los obscuros bosques noruegos por medio de la densidad con lo que ahoga todo a su alrededor como si de una pesada neblina se tratara. Por medio de una plegaria dedicada a la mujer de la noche sin final, escuchamos una mórbida lírica sobre una ceremonia que detiene el tiempo con la intención de abrir una puerta hacia terribles mundos mientras hermosas mujeres desnudas bailan frente al fuego ritual y esperan la aparición del maligno...


Sin temor a la equivocación, Midnight mirror tiene todos los elementos para convertirse en un clásico del occult rock y el heavy doom, pues más allá de tomar como punto de partida sus características fundamentales, se anima a saltar al precipicio en búsqueda de atmósferas sombrías que ninguna otra banda se ha animado a emplear. Misticismo y fuerza se unen para crear un disco impresionante que no se encapsula en un sonido monótono, sino que tiene el suficiente espacio para sobrevolar terrenos lúgubres donde las posibilidades sonoras provocan diversas sensaciones que retan al escucha. La ansiedad se despierta por querer saber cómo se escuchará esta pequeña maravilla sobre los escenarios, pero gracias Tempelheks por crear un álbum tan adictivo que es imposible dejar de escuchar una y otra vez, pero que al mismo tiempo, te permite sorprenderte a cada vuelta...




jueves, 27 de septiembre de 2018

Rito Verdugo : un ruidoso intento por alterar la realidad


Un local ubicado en la Avenida Primavera de la ciudad de Lima se convirtió por un tiempo en el refugio para la creciente escena áspera del Perú. Sin embargo, a finales de febrero de 2018, el Hensley Monterrico Bar cerró sus puertas mientras bandas como Satánicos Marihuanos, La Ira de Dios, El Jefazo y Cuarzo le rendían tributo. Sus pintadas paredes sirvieron también de espacio vital para el nacimiento de una de las mayores promesas de dicha escena, al grado de convertirse en el lugar donde fue grabado su álbum debut. Ellos son Rito Verdugo y este es su historia...

Entre 2011 y 2012, un grupo de amigos se juntaron para tocar algunas cosas basadas en sus gustos por el hard rock y el incipiente metal de los setentas como Black Sabbath, Iron Maiden y Judas Priest, hasta que poco a poco comenzaron a componer cosas propias. Rodrigo Chávez en la guitarra, Carlos del Castillo en el bajo y Luis Rodríguez en la batería se dedicaron a tocar sin mayor presión hasta que coincidieron con el guitarrista Álvaro Gonzáles, quien le dio una nueva visión a la banda a partir de otros sonidos a partir de otros grupos como Uncle Acid & the deadbeats, King Gizzard & The Wizard Lizard o Thee Oh Sees


No fue hasta que en 2017 el cuarteto terminó por definir su estilo sonoro y se dieron a la tarea de bautizarse, quedando el nombre de Rito Verdugo tras una combinación fortuita de opciones. Desde entonces el grupo no ha parado de tocar y darle forma a su estruendo por medio del encuentro entre el stoner desgarrador y el heavy psych alucinatorio, utilizando el espacio de aquel bar del distrito de Santiago de Surco como su base de operaciones hasta terminar siendo el lugar donde grabaron su primer disco titulado Cosmos bajo la supervisión técnica de Joel Álvarez.

El debut de Rito Verdugo fue publicado en julio de 2018 a través de Necio Records, discográfica que le apostó a la banda limeña todas sus cartas gracias a su infeccioso sonido de guitarras ahogadas en fuzz y ritmos violentos que a la más mínima provocación se transforman en densos pasajes oníricos donde la mente se puede perder fácilmente. Desde su primer track se puede detectar el sonido crudo y directo que sólo puede tener un espacio propio, lo que sin lugar a dudas lo fue el Hensley, permitiendo de esta manera que todo se escuche de manera órganica e integrada como si de un muro de ruido impenetrable se tratara. 


En cada uno de los rincones del Cosmos nos encontramos con la estridencia que busca romper la realidad para llevarnos por dos distintos viajes: uno interior a través de los densos túneles de la memoria sumergida en ácidos lisérgicos que hace perder toda noción del tiempo y otro exterior que hace despegar los pies de la tierra con la intensión de visitar el espacio sideral entre galaxias y estrellas olvidadas al otro lado del universo. Ritmos venenosos, que al igual que una aguja penetrando por la piel, sueltan su tóxica sustancia hasta lograr un fuerte paseo psicotrópico donde la música áspera sirve de transporte y las líricas como confesión de aquellos infiernos internos de los que se intenta huir.

El debut de Rito Verdugo comienza de manera frenética con "Sombras", un tema acelerado que se permite rápidas escalas entre atmósferas misteriosas y hasta percusiones tribales que hacen palidecer al caleidoscopio multicolor. Los ritmos sostenidos herederos del stoner inspirado en un V8 desbocado por los arenosos senderos del desierto se pueden escuchar claramente en la desesperada "Resurrección" con su impresionante solo de guitarra, en la huida desesperada contra la soledad de "Invierno" y en la confesión demoníaca que es "Esclavo"; pero Cosmos se permite abrir otras puertas gracias a su alucinantes atmósferas de reflexión sobre el ser como en "Navegante" o sobre el tiempo y la memoria como en "Inerte". 


El primer sencillo del Cosmos es el tema que le da nombre al álbum, una tormenta de notas que caen desde el cielo como meteoritos hasta que tras unos segundos de calma todo se trasforma en una violenta cabalgata por el espacio exterior en un intento ruidoso por alterar la realidad. Un par de guitarras se unen para disparar al unísono contra las neuronas de aquel que se atreva ingresar dentro de sus terrenos gravitatorios hasta que todo termina absorbido por la fuerza de un descomunal agujero negro que nos engulle con su magia y su poder alucinatorio. "Cosmos" contiene la fuerza magnética de Rito Verdugo, sus impresionantes duelos de guitarra, su batería primitiva que escapa de los tiempos habituales y su bajo que intenta mantener todo en unidad antes de que todo desaparezca en el vacío universal. 


Bajo una densa neblina multicolor, Cosmos explota por las bocinas en un intento por atrapar nuestra atención y volar nuestras neuronas. Ráfagas de acordes pasan zumbando nuestra carne hasta que los tímpanos caen rendidos ante su poder, fuertes azotes sonoros que golpean sin piedad hasta que la mente se pierde irremediable ante el sopor de una música que mezcla lo ácido y lo áspero sin ningún temor. Perú puede presumir de tener a una banda que sabe mezclar la violencia del stoner más ruidosa y la magia lisérgica de la psicodelia más cruda para romper con la realidad cotidiana, tomarnos de la mano y llevarnos de paseo por nebulosas brillantes e inertes cuerpos fríos que flotan sin remedio por la majestuosidad del Universo... 


martes, 25 de septiembre de 2018

Witchskull : el retorno del aquelarre maldito


Las malas lenguas narran que las noches de luna llena ocurren extrañas reuniones al amparo de la obscuridad y el resguardo de los bosques profundos. Brujas y demonios danzan alrededor de una fogata ritual para adorar al maldito e invocar su presencia, rituales salvajes de orgía y sacrificio donde coinciden la maldad y la perversión. La demoníaca ceremonia permite abrir el misterioso umbral de lo desconocido, aquella puerta abierta por la magia negra que funde en un mismo espacio el mundo de los vivos con el de los muertos. El cuervo grazna y todo se torna realidad...

Tras una larga espera, Witchskull ha regresado con un nuevo material discográfico, un álbum editado por la reconocida disquera Rise Above Records y con una gran producción realizada por Billy Anderson, encargado del sonido de gente como Melvins, Sleep o Fantômas.  Aquel sabor áspero que nos quedó en la boca luego de escuchar su espectacular debut The vast electric dark (reseña-review) requería de manera obligatoria una continuación, un paso hacia adelante que terminara por establecer al trío australiano como una de los referentes del heavy doom a nivel mundial. 


Coven's Will fue presentado al mundo el pasado 1° de junio de 2018, pero el material fue grabado desde un año antes en el Studio G, aquel mítico lugar de Brooklyn, Nueva York. Sin mayores sorpresas, el grupo de Camberra mantuvo aquel sonido denso de guitarras afiladas en manos de Marcus De Pasquale, el bajo apocalíptico de Tony McMahon y la batería primitiva de Joel Green para crear un doom clásico que por momentos se permite coquetear con el stoner más cavernoso y la agresividad del primer metal. 

Sin embargo, el más reciente disco de Witchskull no se queda en lo alcanzado en The vast electric dark, ya que sus ocho tracks buscan crear melodías más completas que contengan en su interior un soporte sonoro lo suficientemente concreto para convertirse en el telón de fondo para las tétricas imágenes creadas por De Pasquale, aquellas malditas historias nacidas de su asidua lectura sobre ocultismo, brujería y ritos olvidados. Con este claro objetivo, el obscuro trío construyó una colección de temas con la potencia suficiente para funcionar cada una de manera independiente sin el contexto del concepto del álbum completo. 


El agresivo ruido de Witchskull busca en esta ocasión alimentarse de distintos elementos que le permiten expandir su mórbida atmósfera hacia nuevos horizontes. De manera sorprendente, Coven's Will contiene la presencia de una mujer en las vocales gracias a la aparición de Erica Stoltz (integrante de AmberAsylum y Sanhedrin) dentro de los temas "Son of the snake" y "Demon cage"; este último con un ligero tufo al Iron Maiden de Bruce Dickinson, lo que provoca que De Pasquale abandone su eterna y monótona forma de recitar sus líricas para entonar una melodía hipnótica en compañía de la dama.

Las líneas metaleras de "Breathing blue light" nos sitúan en aquel momento en que el género se encontraba en el cetro en su su puño, aunque la banda no abandona aquella mezcla entre doom lisérgico y stoner místico como en la hipnótica "The empty well" de tiempos aletargados o la mágica "Priestess" con su marcado ritmo semejante a una marcha fúnebre que termina acelerándose para darle soporte a un explosivo solo de guitarra que te lleva hasta las estrellas. Finalmente, Coven's Will contiene en "Spyres" y "Lord of the void" sus temas más frenéticos construidos a partir de ritmos hirientes que terminan por convertirse en los tracks más demoledores de la placa.


"Tiéntame con tu rareza, una bestia de ojos toscos. Te pregunto sobre la diferencia y tú solo me miras y suspiras.Los pensamientos se convirtieron en confusión , en un lugar tentador para esconderse Lilith está aquí y está esperando un signo frío y revelador... Tiéntame con tu pluma, con tus ojos negros de cuervo. Espera el perdón en este lugar de viñedos cubiertos. Las sombras revelan la sustancia que parece nunca terminará. Feliz oleada de perdón, mi amigo de ojos tristes y vacío... ¡Cuervo!"

El primer single del Coven's Will es su inaugural "Raven", un tema furioso de enigmática lírica y riff áspero y directo que entra sin freno a las neuronas. Aquella mujer que escapó del Paraíso y terminó en los brazos del ángel caído baila frenéticamente ante la hoguera con su derroche de sensualidad y tentación. El cuervo como símbolo de maldad observa la escena y se enamora de la reina de la noche, negra fantasía que la estridente música trata de representar a través del dolor, el coraje y la pasión.


Una vez que la espera ha terminado ahora es momento de intentar descifrar los obscuros mensajes que Witchskull han resguardado tras un impresionante muro de sonido hecho a base de poder eléctrico y tambores tribales. Coven's Will bien puede hablar de los horrores que oculta de obscuridad como de los más diversos sentimientos humanos como la soledad, la depresión o el arrepentimiento; lo que lo convierte en un álbum de amplia interpretación. La fuerza de su música nos lleva directamente al doom de la cepa más ruidosa y el stoner más áspero posible, pero más allá de los géneros y los estilos, el trío maldito de Camberra ha definido su sonido de manera definitiva para permitirse un mejor trabajo por medio de su lúgubre mensaje y una capacidad demoledora que pocas bandas tienen.


domingo, 23 de septiembre de 2018

Arteaga : sexo, obscuridad y muerte


"Allí en lo alto hay una mujer de la que hablan mal y bien.
Yo no me atrevo a decir nada.
Pero ella tiene poderes en el mundo subterráneo.
Llama a los muertos y vienen..."
La bruja, Jules Michelet (1862)


Un ligero viento se filtra por la ventana provocando el temblor de aquella vela que reta con su luz a la obscuridad que reina sobre el lugar. Una mujer invoca a los espíritus que vagan por el mundo de los muertos con la intención de encontrar los placeres que no ha recibido del de los vivos, lujuria recibida a base de conjuros y ritos sangrientos mientras un aquelarre maldito se desarrolla sobre las frías criptas. Encaje negro y labios rojos seduciendo a la muerte mientras la noche cae con todo su peso sobre la tierra, sobre ese lugar que resguarda los cuerpos desechos por el tiempo y el olvido.

El ritual eléctrico se ha materializado nuevamente, ha encontrado la forma de tomar posesión de un cuerpo viviente para plasmar su maldito mensaje, ha escapado los límites del ruido para convertirse en un acontecimiento. Esta es la tercera llamada para la nueva obra de Arteaga, el tercer retoño del maligno trío que de nuevo toma entre sus manos el tridente demoníaco para hablarnos de obscuros abismos, hermosas brujas y muertos que regresan de ultratumba.


Bajo el nombre de Necromance hoy encontramos un álbum que termina por establecer a Arteaga como una de las mejores bandas del proto-doom ácido del panorama mundial. Por medio de su mezcla de ambientes obscuros y sonidos lisérgicos, el nuevo hijo bastardo del trío originario de Santiago de Chile nos invita a soltar todos nuestros prejuicios para bailar frente a una hoguera a la mitad de la noche mientras rendimos culto a las fuerzas del mal.

Si en los dos primeros volúmenes confeccionados por Arteaga tuvimos la oportunidad de comprender los macabros terrenos que ellos deseaban explorar, el material que cierra su trilogía cruza el umbral de lo desconocido para entrar en mórbidos parajes alucinatorios. Agradable les permitió orientar sus almas perdidas hacia los senderos de la maldad, Dios Sol los obligó a levantar la mirada al cielo mientras se sumergían en ácidos pantanos y charcos de sangre (reseña-review), pero Necromance rompe con todos los límites para convencerlos de pasar por la puerta de la muerte, enfrentar sus demonios y finalmente derretir sus neuronas en una danse macabre sin final.


El tercer álbum de Arteaga fue concebido en un solo día de grabación en directo bajo el resguardo del estudio Orange y el cuidado técnico de José Ignacio de Agartha, quien en otros cinco días tuvo la mezcla final del material. Sin mayores filtros que la magia propia y la fuerza bruta de un monstruo abismal que domina sus territorios, la banda trasladó su sonido a un soporte auditivo que hoy comparten con todo aquel que se anime a cruzar el tétrico umbral que han creado por medio de una guitarra ambivalente que te hiere y al mismo tiempo te hace delirar (Sebastián Morales), un bajo primitivo que retoma la potencia y el misticismo de los míticos años setentas (Francisco González) y una batería ambiental, que como puede quebrarte en dos, también puede infectarte con su ritmo hipnótico (Domingo Lovera).

De manera clara Necromance está partido en dos segmentos nombrados como The unholy descending. En su primer momento tenemos un sonido basado en melodías infecciosas que obligan a dejar este plano de la realidad para perderse en oníricos paisajes, lugares ideales para ofrecer un sacrificio al maligno y permitir que el éxtasis fluya por las venas. Es imposible que los pies no se muevan mientras escuchamos los primeros acordes de "Espejo roto" hasta que poco a poco todo se transforma en una pesada oda de difícil escapatoria. La cruda "Marcela" nos hechiza con su ritmo directo más allá de su psicotrópica ambientación, ésa que no nos permite comprender una sola palabra y a la vez ello nos importe un carajo. La faceta inicial del álbum cierra con "Ritual eléctrico", un obscuro jam instrumental que refleja el concepto más puro de Arteaga configurado a través de notas aletargadas sin compasión que de manera inesperada pueden romper el plano sonoro.


La segunda parte del Necromance arranca de manera helada gracias a un tétrico piano que eriza la piel mientras una guitarra asesina araña los tímpanos sin piedad. El tema que bautiza al álbum quiebra las bocinas e inevitablemente nos obliga a bailar alrededor del caldero mientras los demonios y las brujas alcanzan un orgasmo simultaneo. Las percusiones rituales sacuden la tierra mientras los instrumentos eléctricos nos hacen besar el cielo, un ácido viaje comienza y el nigromante logra un apasionado encuentro con su sensual amante la muerte. La daga atraviesa suavemente la piel para permitir el escape de la sangre en un "Verano rojo", un dulce sueño que a la menor provocación se transforme en una terrible pesadilla. De manera inmediata inicia un largo pasaje instrumental que logra la clausura el álbum, un mórbido vals que amplifica el fúnebre estertor para anunciar el irremediable final entre ruido y magia.



Un péndulo oscila y nos amenaza con una advertencia tecnicolor. Seguros de lo que vendrá, las pupilas se preparan para recibir sangre, muertos vivientes y mujeres desnudas ofreciendo su vida en satánicos rituales. Bajo un bombardeo de imágenes extraídas de viejas películas de terror al puro estilo de la serie B y el cine giallo, Arteaga nos descifra las mórbidas líricas de su "Necromance", primer single del álbum homónimo. Entre aquelarres y orgías, el doom ácido se escapa por las bocinas hasta que la psicodelia se apodera de la pantalla y un sensual baile nos vuela las neuronas. Una vez que la sed de lujuria y muerte ha sido satisfecha, todo termina en la icónica escena de la mítica garganta profunda: The end and deep throath to you all


Sin lugar a dudas, Arteaga se ha convertido en una referencia de la escena densa y lisérgica de la América Latina. Su mezcla pesada y narcótica sabe explotar la mente de quien se atreve a sondear sus tétricos pasillos y de aquel que se anima a formar parte de su danza ritual. Sin embargo, Necromance tiene todos los elementos para saltar las fronteras establecidas por el hombre y lograr finalmente imponer su ácido doom hipnótico como el sonido de una generación. Misticismo, obscuridad y lujuria son sus ingredientes esenciales, pero su intensidad y su crudeza quizá sean los elementos mágicos con los cuales Arteaga se convertirá en una banda fundamental para los que amamos la áspera música del demonio...


jueves, 20 de septiembre de 2018

Huanastone : un obscuro paseo por el vacío del universo


Fue en septiembre de 2017 cuando se publicó el segundo material de la banda sueca Huanastone, un álbum que en su momento recibió excelentes críticas pero al paso de un año ha quedado en el olvido. Siempre es justo regresar a los buenos discos para saber si el transcurrir del tiempo mantiene su calidad más allá del frenesí causado en el momento de su lanzamiento. Aprovechando su primer aniversario, hoy bajamos nuevamente la aguja sobre los surcos del Second stone para analizarlo tras una vuelta al sol.

Huanastone se formó en el 2012 con la intención de cuatro amigos por crear música propia teniendo la pequeña ciudad de Malmö como telón de fondo. El trascurrir del tiempo contrajo algunos cambios en alineación hasta que de manera definitiva desde principios de 2016 todo quedó en manos de Tobias González en voz y guitarra, Filip Larsson en bajo, Carl Lambertus Olofsson en guitarra principal y Victor Hansson en bateria unieron sus esfuerzos para crear un aletargado combo que hace encontrar el stoner cósmico con el heavy psych y uno que otro pincelazo grunge.


Si bien la primera y homónima entrega de banda hecha en abril de 2016 ya delimitaban su estilo sonoro clavado en pesado riffs herederos del hard rock setentero y la estridencia de las distorsiones de finales del siglo XX, Second stone sirvió de manera definitiva como plataforma para establecer aquel estilo obscuro que confiesa la atmósfera de los densos bosques suecos como inspiración. Sin embargo, Huanastone abandonó el refugio de su natal Malmö para viajar hasta Växjö y grabar en una vieja escuela abandonada bajo el resguardo técnico de Wicent Ek su segundo material discográfico.

La banda declara como sus mayores influencias a Black Sabbath, Alice in Chains y Kyuss, pero el resultado final es un sonido lisérgico que se arrastra por el suelo de manera sosegada como si se tratara de un condenado a muerte que camina con un grillete amarrado al tobillo. Durante cuarenta minutos podemos apreciar a un grupo que de manera detenida construye un denso ambiente para dejarnos abandonados en el vacío total.


Second stone tiene los suficientes elementos para convertirse en una obra fundamental dentro del  amplio panorama musical de Escandinavia a pesar de estar conformado por tan sólo cinco tracks, pues cada uno de ellos tiene el espacio suficiente para explorar diferentes terrenos y desarrollarlos sin prisa ni presión. Por ejemplo, "Downtripper" inicia con una melodía obscura cercana a los momentos de conformación del doom hasta que se permite jugar con la psicodelia pesada dentro de un alegre caleidoscopio, pero una vez que la improvisación termina, la banda nos regresa a un abismo sonoro aun más pantanoso que aquel con que inició el track mientra deja que los buitres sobrevuelen nuestra cabeza.

Huanastone bien puede crear densos viajes oníricos donde la mente se pueda perder sin control alguno como en "Metabolt" y así también puede construir pasajes tenebrosos que poco a poco van levantando un infranqueable muro sonoro que termina por ahogarnos en un abismo profundo como en "Reverend". Por si ello fuera poco, la concluyente "Lizard queen" nos deja flotando por diez minutos a falta de gravedad mientras las neuronas se diluyen lentamente hasta que todo explota de manera inevitable.


La primera probada al Second stone fue "Orangino", tema que previamente había sido lanzado como single donde podemos deleitarnos con el sonido vintage del cuarteto mientras sus acordes hirientes nos cortan de manera contundente y sin prisa. Mientras nuestros pies abandonan la seguridad del suelo, poco a poco nos acercamos al manto estelar hasta alcanzar el vacío que, irónicamente, llena al universo. Un riff denso nos toma de la mano para llevarnos de paseo por el espacio sideral entre galaxias olvidadas y luvias de asteroides hasta que literalmente atravesamos un horizonte de sucesos y somos devorados por un agujero negro. Proto-doom, hard psych y stoner en una densa combinación preparada en una cápsula de cinco minutos delirantes...


"Inhala: hemos pasado el tercer satélite como dos piedras danzantes en la noche. Ven aquí, María, vamos a reunirnos en esta velocidad que se siente tan bien. Exhala: ¿puedes ver la luna desvanecida? Disfruta de los sonidos melosos hecho por los perros que aúllan. ¿Puedes ver las ranas transparentes por los estanques secos? Necesito saber qué tan lejos quieres ir dentro del vacío..."

El despegue de un transbordador de la NASA sirve como pantalla ideal para el video promocional de "Orangino", un trabajo visual que es acompañado por las cósmicas líricas del tema y su explosivo sonido que juega con la intensidad y la magia de la interpretación de Huanastone. Satélites abandonados y sondas espaciales se encuentran en el espacio para crear una danza galáctica hasta que, finalmente, el viaje termina y el hombre vuelve a colocar sus pies sobre la tierra firme de su planeta que le sirve de hogar...


Si bien podemos considerar a Huanastone como una banda que se encuentra buscando su nicho dentro de la escena sueca, el cuarteto de Malmö tienen los elementos necesarios para exportar su propuesta sonora más allá de sus fronteras; lo que los ha llevado a presentarse en Dinamarca, Alemania, Croacia y Portugal. Second stone ha sido un álbum que fundamenta al grupo dentro de un concepto concreto de donde puede comenzar su despegue hacia otras constelaciones, pero quizá sea con su próximo material cuando Huanastone pueda colocarse como una de las más interesantes propuestas no sólo de Escandinavia, sino de toda Europa... sólo el tiempo lo dirá.

 

martes, 18 de septiembre de 2018

La Chinga : cuando la velocidad se convierte en intensidad


La espera ha terminado... La Chinga está de regreso!!! Aquella banda canadiense atascada de música explosiva ha vuelto con su nuevo álbum titulado Beyond the sky, una colección de once tracks que te llevan de paseo por cuarenta y cinco minutos entre todo lo que puede llamarse rock: riffs eléctricos,  autos, alcohol y diversión. Pero para un grupo con una carrera de seis años y tres materiales discográficos, es necesario frenar un poco para descubrir qué nos pueden ofrecer más allá de lo alcanzado durante este tiempo. 

Cuando reseñamos su Freewheelin' publicado en marzo de 2016 (reseña-review), habíamos escrito que durante su gira de promoción el grupo sufrió una modificación tras los tambores, lo que llevó a tomar el privilegiado lugar Jojo Jones; provocando con ello un cambio en el sonido de La Chinga. Sin embargo, a principios de 2018 tuvimos la noticia del regreso de Jay Solyom a sus funciones, manteniendo de esta manera a la alineación original de la banda de Vancouver junto con Carl Spackler en el bajo y Ben Yardley en la guitarra.


Beyond the sky fue presentado el pasado 7 de septiembre de 2018 a través de Small Stone Records, provocando así dos cosas fundamentales: el trabajo de masterización del material por medio de Chris Goosman (Greenleaf, Freedom Hawk, Mother of God, Acid King, Miss Lava, The Socks, Five Horse Johnson) y la maravillosa portada que incluye una meteórica ilustración de Alexander von Wieding (Monster Magnet, Karma to Burn, Sasquatch, Wo Fat). Sin embargo, más allá de estos elementos que bien pueden generar plusvalía a la nueva publicación de La Chinga, su contenido tiene los suficientes elementos para clavar los dientes y chupar la sangre que resguarda al interior de sus surcos.

Para esta ocasión, La Chinga ha buscado refrescar su estilo al acercarse un poco al glam ochentero y al hard rock de la segunda época de Aerosmith, pero sin olvidar su esencia pura cercana al sonido crudo de Led Zeppelin y el blues electrificado de Jimi Hendrix como lo confiesa "Keep on rollin'" con su figura que tributa al Jimmy Page de "Nobody's fault but me". Aunque el disco no abandona lo hecho en sus discos anteriores como el track que le da al nombre a este tercer álbum por medio de riffs infecciosos llenos de rock crudo, la banda se permite dar un paso hacia adelante con algunos escapes oníricos como en el puente cósmico de "Mama boogie" o el cambio de ritmo de "Nothin' that I can't do" que transforma su entrecortada melodía para acelerarse como caballo desbocado hasta perderse en el infinito.


La Chinga se permite en Beyond the sky crear melodías de ganchos sencillos y pegajosos herederos del rock ochentero como queda claro en "Feel it on my bones" y su innegable herencia a Steven Tayler y compañía, pero cuando escuchamos aquellos ritmos sucios en "Death rider", el trío canadiense nos regresa los pies a la tierra para demostrarnos que es una banda de hard rock que ha roto las cadenas para volar hacia nuevos horizontes. Sin embargo, este álbum resguarda la energía que distingue a La Chinga para mostrarnos que el grupo tiene la capacidad de hacer buenas canciones más allá del ruido salvaje y desenfrenado que muchas bandas han hecho durante la última década, y bien podemos escuchar "Black rider" o la realmente melosa "Wings of fire".

Efectivamente, Beyond the sky es un disco que sirve de transición dentro del estilo sonoro de La Chinga sin que la banda pierda su calidad interpretativa ni el arsenal de estribillos venenosos. Dentro de la serie de experimentos, la banda de Vancouver juega en su single "Killer wizard" con el rock directo de acordes secos y áspera voz chillona entre uno que otro arreglo lisérgico. Por medio de espacios vacíos que nos permiten escuchar la súplica del mago asesino, la noche nos devora con su misteriosa obscuridad ofreciéndole una pequeña oportunidad a la electricidad que haga explotar todo por medio del poder de los amplificadores. No hay velocidad, ahora La Chinga tiene intensidad...


El trabajo visual elaborado por Adrian Mack que acompaña a "Killer wizard" fue publicado desde julio de 2018, pero es necesario regresar a él para tratar de ubicar al tema dentro del contexto del Beyond the sky. Bajo una colección de mórbidas imágenes que nos hacen ver desde cráneos malditos hasta ilustraciones inspiradas en las historias de Robert E. Howard, pasando hasta por la Santísima Muerte o hermosas mujeres bailando ante un fuego ritual, observamos a La Chinga entre nubes de hielo seco y reflectores como aquellas primeras bandas de heavy metal que se presentaron en la televisión abierta a mediados de los años setenta. Estética vintage que bien podría resultar kitch, pero que en manos de los canadienses termina siendo una colección de clichés que forman parte de la actual escena musical que ha buscado rescatar el proto-doom y las primeras semillas del metal pesado del olvido para crear nueva música.


Pues aquí está el regreso discográfico de La Chinga, este es el momento de escuchar detenidamente su Beyond the sky para exprimir de él todo el jugo que contiene. Es necesario tomar un respiro y saborear lentamente cada uno de los once tracks del material, descubrir en ellos las nuevas posibilidades que se abren ante el panorama de un trío que sabe hacer excelente hard rock. Mientras ellos preparan el evento de lanzamiento del álbum junto con la banda de blues grasoso Rich Hope & His Evil Doers, permitamos que cada acorde del nuevo disco entre por los tímpanos mientras las neuronas se dejan seducir por la energía eléctrica inacabable de La Chinga.

viernes, 14 de septiembre de 2018

Death Yak : el fresco sonido áspero mexicano


Muchas voces había hablado sobre la calidad interpretativa de un trío mexicano que se encontraba rodando por su capital, un grupo basado en la intensidad del hard rock de altos volúmenes y sonido áspero inspirado en el stoner y la psicodelia pesada. La oportunidad de vivir la recomendación se dio en una noche de llovizna pertinaz y el ruido mágico que solamente las noches de humo eléctrico podían resguardar. Este es el momento para escribir algunas palabras que busquen capturar ese momento de sorpresa y admiración.

Death Yak nació en el ya lejano 2014 como un intento por cruzar la barrera entre un grupo de covers y una verdadera banda que tuviera algo propio qué ofrecer. Desde entonces tenemos la oportunidad de escuchar a tres chicos que realmente saben disfrutar la música y que terminan por contagiar al público de su pasión. Alan Lazcano en la guitarra y voces, Pato Mejía en el bajo eléctrico y Fernando Lazcano en la batería son la columna vertebral de esta experiencia eléctrica que de manera difícil puede ser contenida en una grabación.


Sin embargo, la banda ha tenido la oportunidad de entrar a los estudios de grabación para registrar una parte de lo que saben hacer y compartirlo de manera independiente en materiales discográficos directos que tienen la capacidad de morder y soltar su veneno. La primera granada llevó por nombre Endless, un compilado de cinco temas presentados en marzo de 2015 con el apoyo de la banda venezolana radicada en México Cardiel por medio de su estudio Vesubio34. El disco respeta la estridencia del grupo y su intensión por querer devorar el mundo en un solo trago, por lo que podemos escuchar una propuesta energética que al mismo tiempo se permite respirar para explorar otras alternativas más oníricas.

Luego de un rato de silencio, en mayo de 2017 Death Yak regaló por medio de su página de Bandcamp el single Mad Max, tema con una obvia referencia a la apocalíptica película de 1979 protagonizada por Mel Gibson. Su violento riff se acelera por los polvorientos caminos mientras todo explota a nuestro alrededor. El sensación seca en la boca que te deja el track es gracias al trabajo de José A. Medina quien grabó y mezcló a la banda en el estudio Uniphonic de la Ciudad de México, además de la masterización del material realizado por Mika Jussila en el estudio Finnvox de Helsinki, Finlandia.


Finalmente fue liberado en mayo de 2018 el EP Bos Mutus, trabajo que contiene los restantes cuatro temas trabajados con la grabación de Medina y la masterización de Jussila. El nombre científico del bóvido sirve de nombre al material salvaje creado por Death Yak, además de inspiración para la espectacular portada realizada por el reconocido ilustrador Mike Sandoval, quien ha trabajado en el diseño del Discord de Black Overdrive y en el slipt de Vinnum Sabbathi y Bar de Monjas Fuzzonaut.

Con tales antecedentes, lo único que podíamos encontrar en Bos Mutus es un material denso que ataca contra quien ose cruzar su camino. Con líricas sinceras que buscan reflejar la realidad cotidiana y los sentimientos del público amante de hard rock: el llamado a la resistencia y la constancia de quien se dedica al difícil mundo del rock n´roll en "Gary", la maldad y la irónica crítica a las creencias en "Motoryak", los misteriosos senderos del amor violento de "Flower killer" y el reconocimiento de la autodestrucción tóxica en "For the blood".


Death Yak reconoce dentro de sus influencias desde las bases fundamentales del hard rock como son The Who, Black Sabbath y Led Zeppelin hasta los maestros del stoner metal Mastodont, aunque hay algunos momentos en Bos Mutus en que el estilo delata su origen. Como resulta obvio por su título, "Motoryak" nace directamente como homenaje al Motörhead de Lemmy Kilmister a través de una melodía incendiaria de velocidad sostenida de guitarra violenta y un bajo incontrolable. Mientras la batería golpea sin piedad, escuchamos las pequeñas voces que nos susurran al oído mientras nos exigen un sacrificio para obtener la energía vital. Si acaso nos quedaba alguna duda sobre el poder de este trío mexicano, en menos de tres minutos sabemos que su mezcla entre stoner y heavy metal clásico es la fórmula ganadora para levantar la mano cornuta mientras el tercio de bovinos desbocados nos arrastran a su ruidoso abismo.

"Pequeñas voces hablan en tu cabeza pidiendo libertad, Ven conmigo y tendrás lo que quieres porque yo soy Dios, yo soy la luz. Difunde mi palabra, mata si es necesario. Haz que crean en mí. Muere por mí y olvidaré tus pecados porque yo soy la guerra, soy el fuego. Te guste o no, no puedo ser destruido sin importar lo que intentes, el mal nunca morirá. Es pura energía y no hay remedio. Un trueno cruzando la espina dorsal..."


Una corriente de poderosa energía cruzó aquella vieja casona abandonada que sirvió de refugio para la noche de humo eléctrico hasta llegar a los tímpanos de quienes nos animamos a ingresar al recinto. Tres chicos seguros subieron al escenario y llenaron de veloces decibeles ese espacio que buscaba resguardar lo nuevo de Pirámide, el regreso de La Maquinaria del Sueño, la onírica magia de The Wizard y los primeros instantes de vida de lo recién publicado por Rivers of Gore; pero lo hecho por Death Yak en aquella noche lluviosa de agosto, permite creer que en México existe una escena llena de propuestas distintas que al unísono toman un instrumento para sumergirnos en lisérgicas excursiones a través de lo que algunos todavía llamamos rock...



miércoles, 12 de septiembre de 2018

King Gizzard & The Lizard Wizard : el bizarro sonido australiano y el final de la humanidad


King Gizzard & The Lizard Wizard pasará a la historia de la música, de eso podemos estar seguros. Existen pocas bandas con la capacidad interpretativa como la que tiene el combo australiano, pero aún son menos las que tienen el ingenio para componer de manera constante y consistente. La locura de publicar cinco álbumes en tan sólo un año fue un ambicioso proyecto que ellos lograron cumplir durante 2017, así que ahora nos toca a nosotros desmenuzarlos poco a poco mientras ellos visitan al mundo para compartir un poco de sus materiales discográficos sobre los escenarios.

Para entender la importancia que tiene King Gizzard and the Lizard Wizard es necesario escuchar detenidamente sus producciones, mismas que tienen la cualidad de ser obras orgánicas que representan un momento específico de la banda. El 2018 ha sido planeado por la banda para mostrar sobre los escenarios la colosal obra discográfica construida el año anterior con el apoyo de su disquera Flightless Records, así que se han concentrado en una larga gira por todo el globo terráqueo con un espectáculo sonoro que sólo ellos podrían crear.


En el marco de la primera presentación de King Gizzard and the Lizard Wizard en México como evento principal del festival Hipnosis organizado por la revista IndieRocks! y la promotora de eventos Major Tom que se realizará el próximo sábado 6 de octubre de 2018, era necesario repasar un poco del enorme trabajo hecho por la banda durante 2017, además de obligatorio recuperar las ideas que gestaron de manera individual cada uno de los cinco materiales discográficos que hizo el grupo originario de Melbourne, Australia.

A finales de 2016 nos enteramos sobre su promesa de cinco discos en un año a través del lanzamiento de "Rattlesnake" como single del Flying banana microtonal que sería presentado en febrero de 2017, un álbum basado en composiciones realizadas con instrumentos afinados sobre una escala de cuarto de tono, o para ser más precisos, la división de una octava musical dividida en 24 partes iguales. De esta manera, la banda tuvo la oportunidad de experimentar con su sonido por medio de temas incisivos que llegan al grado de hipnotizar al oyente en un juego psicodélico y un tanto extraño para el tímpano acostumbrado al panorama acústico occidental.


Para junio de 2017, King Gizzard and the Lizard Wizard publicó Murder of the universe, un álbum concebido de manera conceptual que cuenta tres historias separadas: "la historia de la bestia alterada" que aborda el tema de la tentación, "el Señor del Relámpago contra Balrog" enfocado en la eterna lucha entre la luz y la obscuridad, y finalmente "Han-Tyumi y el asesinato del universo" que habla sobre un cyborg que adquiere conciencia, por lo que decide matarse pero termina acabando con el universo entero. En cada una de estas secciones podemos escuchar relatos hechos en prosa, de los cuales los dos primeros fueron hechos por Leah Senior. Por los extraños temas abordados, el disco está basado en un sonido de ciencia ficción que por momentos podría terminar siendo considerado en una pieza de krautrock, pero al mismo tiempo encuentra sus lazos con el disco Nonagon infinity al utilizar el estribillo que unía cada uno de sus temas (reseña-review).

Inmediatamente en agosto de 2017 fue presentado Sketches of Brunswick East, un disco compartido con Alex Brettin y su banda de jazz psicodélico Mild High Club que sería inspirado obviamente en el Sketches of Spain de Miles Davis. Tras este experimento sonoro, King Gizzard and the Lizard Wizard trabajó en Polygondwanaland, disco que sería presentado como su cuarto material del 2017 en el mes de noviembre con la novedad de que sería regalado a su público por medio de su página oficial de internet y su espacio en Bandcamp.


Con el lanzamiento tan tardío de Polygondwanaland, los rumores decían que la banda no tendría el tiempo suficiente para cumplir los cinco álbumes en un sólo año; pero para silenciar las malas voces, el vocalista Stu Mackenzie confirmó que el disco sería presentado el último día del año. Fue así que llegó a nuestros oídos Gumboot soup, un material conformado por temas de gran calidad pero que no tenían las características para formar parte de los cuatro discos anteriores o que fueron compuestos con sus estilos pero fuera del tiempo necesario para que aparecieran en ellos. De esta manera tenemos en Gumboot soup una muestra del caleidoscopio creado por King Gizzard and the Lizard Wizard durante todo el 2017, por lo que funciona de manera perfecta como un resumen sonoro.


Si escuchamos con calma cada tema del Gumboot soup podríamos encontrar su momento en la línea del tiempo basada en cada producción de la banda durante 2017, pero al mismo tiempo encontramos en ellos un sesgo de experimentación que nos explica la razón por la cual no fueron incluidos. Efectivamente el disco no es una colección de lados B o temas descartados como en su momento lo fue el Oddments de 2014, es un álbum que nos demuestra todo lo que es capaz de crear King Gizzard and the Lizard Wizard: psicodelia, garage, rock alternativo, stoner y hasta free-jazz.

Como ejemplo tomamos "All is know", tema que marca el punto de transición entre Flying banana microtonal Murder of the universe gracias a su estructura microtonal y su lírica basada en el exterminio de la humanidad a través del remplazo de lo orgánico por lo cibernético y el triunfo de lo digital. Su ritmo infeccioso nos envenena mientras las voces robotizadas nos hablan sobre el cumplimiento de las profecías que sentencian la desaparición del hombre gracias a la toma de conciencia de los artefactos que él mismo ha creado, idea que bien podría haber nacido de 2001: A space odyssey.


Tres guitarras en combinación perfecta, teclados que crean atmósferas misteriosas, un par de baterías sincopadas que se unen para crear un ejército de percusiones y un bajo que sirve de soporte para la bestia sonora de siete cabezas... eso es King Gizzard and the Lizard Wizard y la oportunidad de vivir su sonido de manera directa sobre el escenario está en el Festival Hipnosis 2018 ha realizarse en el Centro Deportivo Lomas Altas de la Ciudad de México con la compañía de otras grandes bandas como Om, Wooden Shjips, Allah-las, Stonefield, entre otras de la escena mexicana. ¿Acaso te perderías esta oportunidad de vivir esta experiencia luego de leer lo que ofrecen estos australianos?


lunes, 10 de septiembre de 2018

Clutch : el regreso de la ironía y el reclamo


La icónica águila calva nos da la espalda, la rapaz representación del poderoso país muestra su displicente actitud como siempre lo ha hecho con el resto del mundo. Sin embargo, la crítica imagen no proviene de algún país satélite o alguna región contraria a sus imperialistas intereses, sino de su interior, de sus propias entrañas. La empresarial forma de llevar los destinos de la América capitalista ha engendrado en sus ciudadanos un réplica feroz lejos del nacionalismo a ultranza de la cual siempre se han distinguido.

Pero como era de esperarse, sólo existen algunas bandas sarcásticas dentro de la Unión Americana que tienen la capacidad de análisis, corrosión e ironía como Clutch; grupo originario de Maryland que ha utilizado esta precisa imagen como portada para su doceavo disco de estudio tras una larga carrera de veinticinco años. El álbum lleva como título Book of bad decisions y ha sido publicado el pasado 7 de septiembre a través de la disquera Weathermaker Music.


Tras una larga gira de promoción para el Psychic warfare y un merecido descanso, la banda se dedicó a componer nuevos temas que poco a poco fue terminando directamente sobre los escenarios. La suerte los llevó a escuchar el álbum Traveller del artista de música country Chris Stapleton, quedando enamorados del sonido alcanzado en el material. Cuando buscaron al responsable del sonido se encontraron con Vance Powell, reconocido productor e ingeniero de sonido que ha sido brazo derecho de Jack White con sus diversos proyectos en Third Man Records (The Black Belles, The Raconteurs, The Dead Weather y Wanda Jackson), además de trabajar en la mezcla de reconocidos discos como Head down de The Rival Sons, Keep moving de Andrew Stockdale (guitarrista de Wolfmother) y Whales and Leeches de Red Fang, así como el DVD de la presentación de Kings of Leon en el O2 Arena de Londres, Inglaterra. 

Una vez que concertaron la participación de Powell en el nuevo álbum, Clutch se metió durante tres semanas en Sputnik Studios de Nashville, Tennessee para grabar el material que tenían preparado. Sin embargo, la presencia del productor durante tres presentaciones de la banda en directo le sirvieron para ir definiendo lo que buscaría alcanzar en la grabación del sonido. De esta manera, Book of bad decisions logra capturar la energética esencia de Clutch sobre los escenarios con un sonido orgánico, además de inyectar algunos elementos de modernidad en la mezcla final sin perder el estilo que ha caracterizado al cuarteto durante su trayectoria.


Book of bad decisions arranca con unas breves distorsiones muy al estilo de Danger Mouse, pero antes de que nos preocupemos, Clutch nos regresa al estilo agresivo que siempre ha tenido a través de la directa voz de Neil Fallon recitando frases que aluden a la maldad americana. Una vez que explota "Gimme the keys", la banda nos devuelve a la cadencia de su hard rock que bebe directamente del blues electrificado por medio de "Spirit of '76", aunque eso lo logra de manera colosal en "Emily Dickson" con un sonido herededo del estilo confeccionado en Nashville por The Black Keys y The White Stripes.

Con 15 track tan bien definidos cada uno, el imposible devorar el Book of bad decisions de una sola mordida; pero por si éso fuera poco, cada tema construye un universo propio que es necesario darle su espacio propio para digerirlo lentamente. Este disco le permite a Clutch explorar terrenos jamás pisados como en "Vision quest" con su piano rockanrolero bajo la escuela del mítico Ian Stewart o en "In walks Barbarella" y su tufo funky otorgado por los arreglos de trompetas al estilo de Parliament o Funkadelic. 


Pero es importante remarcar que en este álbum Clutch ha buscado algunos elementos que le otorguen frescura pero sin perder aquel estilo construido en tantos años y que terminó definido en sus Earth rockerPsychic warfare de manera contundente, pues ahí está la fuerza de las percusiones de Jean-Paul Gaster (aunque sus figuras reproducidas al revés al inicio de "Weird times" sorprende al más conocedor), ahí encontramos las figuras hirientes de la guitarra de Tim Sult (pero ahora con un ligero toque vintage durante todo el material) y obviamente está la profunda base grave del bajo de Dan Maines (quien jugó con un amplificador Ampeg de 1974 para crear contundentes melodías como la que le da nombre al disco o en "A good fire", un tema que recuerda que fue lo que pasó cuando los integrantes de Clutch escucharon por primera vez a Black Sabbath).

Para todos aquellos que conocemos a Clutch, sabemos bien que la fuerza de la banda se encuentra en sus críticas letras escritas por Neil Fallon, mismas que para Book of bad decisions fueron trabajadas primero en su línea melódica para ser después ser trabajadas en su contenido. Finalmente, el disco nos puede hablar desde poetas ("Emily Dickinson") hasta recetas de cocina ("Hot bottom feeder") pasando por sarcásticas letras sobre los motivos que llevan a una persona a convertirse en presidente de un país tan poderoso como Estados Unidos como en "How to shake hands". Es precísamente este tema el que sirve de single para la promoción del lanzamiento del álbum, tema de guitarra hiriente y ácida que marca un riff asesino que permite a la batería golpear como ametralladora. 


Si todos somo geniales, ¿porque no aceptar la propuesta y lanzarse a una candidatura para ser presidente de los Estados Unidos de América? Niel Fallon lo reflecciona y nos ofrece sus propuesta de llegar a la Casa Blanca en el fatírico primer martes de noviembre: música en vivo desde el lugar donde reside la administración gubernamental, colocar la imagen de Jimi Hendrix en el billete de 20 dólares, revelar todos los informes secretos sobre los ovnis y darle a la gente lo que quiere escuchar... ¿Pero cómo piensa llevar su campaña electoral el vocalista de Clutch? Pues muy sencillo: estrechar las manos de todos los ciudadanos, besar a todos los bebes y sus madres, deshacerse del servicio secreto para su resguardo mientras las encuestas de salida de las casillas electorales reflejen la victoria para él.


 Todas las revistas electrónicas y páginas especializadas están realizando reseñas al Book of bad decisions, pero quizá sea demasiado pronto para descubrir todo lo que resguarda en su interior.  Un álbum con casi una hora de duración es difícil asimilar en la época de la inmediatez y la ansiedad, pero si a ello le sumamos los mensajes que Clutch construye bajo aquel velo de ironía y reclamo; lo mejor será respirar un segundo y permitir que el disco fluya poco a poco. Por lo pronto, Earthquaker se refugia en el resguardo lírico con todo el sarcasmo que caracteriza a la banda descrito en "Sonic counselor", tema que sirve de tributo para los gearheads (los fieles fans del grupo): "si requieres milagros, te tenemos buenas noticias: ¡estás en la iglesia correcta!"