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martes, 25 de septiembre de 2018

Witchskull : el retorno del aquelarre maldito


Las malas lenguas narran que las noches de luna llena ocurren extrañas reuniones al amparo de la obscuridad y el resguardo de los bosques profundos. Brujas y demonios danzan alrededor de una fogata ritual para adorar al maldito e invocar su presencia, rituales salvajes de orgía y sacrificio donde coinciden la maldad y la perversión. La demoníaca ceremonia permite abrir el misterioso umbral de lo desconocido, aquella puerta abierta por la magia negra que funde en un mismo espacio el mundo de los vivos con el de los muertos. El cuervo grazna y todo se torna realidad...

Tras una larga espera, Witchskull ha regresado con un nuevo material discográfico, un álbum editado por la reconocida disquera Rise Above Records y con una gran producción realizada por Billy Anderson, encargado del sonido de gente como Melvins, Sleep o Fantômas.  Aquel sabor áspero que nos quedó en la boca luego de escuchar su espectacular debut The vast electric dark (reseña-review) requería de manera obligatoria una continuación, un paso hacia adelante que terminara por establecer al trío australiano como una de los referentes del heavy doom a nivel mundial. 


Coven's Will fue presentado al mundo el pasado 1° de junio de 2018, pero el material fue grabado desde un año antes en el Studio G, aquel mítico lugar de Brooklyn, Nueva York. Sin mayores sorpresas, el grupo de Camberra mantuvo aquel sonido denso de guitarras afiladas en manos de Marcus De Pasquale, el bajo apocalíptico de Tony McMahon y la batería primitiva de Joel Green para crear un doom clásico que por momentos se permite coquetear con el stoner más cavernoso y la agresividad del primer metal. 

Sin embargo, el más reciente disco de Witchskull no se queda en lo alcanzado en The vast electric dark, ya que sus ocho tracks buscan crear melodías más completas que contengan en su interior un soporte sonoro lo suficientemente concreto para convertirse en el telón de fondo para las tétricas imágenes creadas por De Pasquale, aquellas malditas historias nacidas de su asidua lectura sobre ocultismo, brujería y ritos olvidados. Con este claro objetivo, el obscuro trío construyó una colección de temas con la potencia suficiente para funcionar cada una de manera independiente sin el contexto del concepto del álbum completo. 


El agresivo ruido de Witchskull busca en esta ocasión alimentarse de distintos elementos que le permiten expandir su mórbida atmósfera hacia nuevos horizontes. De manera sorprendente, Coven's Will contiene la presencia de una mujer en las vocales gracias a la aparición de Erica Stoltz (integrante de AmberAsylum y Sanhedrin) dentro de los temas "Son of the snake" y "Demon cage"; este último con un ligero tufo al Iron Maiden de Bruce Dickinson, lo que provoca que De Pasquale abandone su eterna y monótona forma de recitar sus líricas para entonar una melodía hipnótica en compañía de la dama.

Las líneas metaleras de "Breathing blue light" nos sitúan en aquel momento en que el género se encontraba en el cetro en su su puño, aunque la banda no abandona aquella mezcla entre doom lisérgico y stoner místico como en la hipnótica "The empty well" de tiempos aletargados o la mágica "Priestess" con su marcado ritmo semejante a una marcha fúnebre que termina acelerándose para darle soporte a un explosivo solo de guitarra que te lleva hasta las estrellas. Finalmente, Coven's Will contiene en "Spyres" y "Lord of the void" sus temas más frenéticos construidos a partir de ritmos hirientes que terminan por convertirse en los tracks más demoledores de la placa.


"Tiéntame con tu rareza, una bestia de ojos toscos. Te pregunto sobre la diferencia y tú solo me miras y suspiras.Los pensamientos se convirtieron en confusión , en un lugar tentador para esconderse Lilith está aquí y está esperando un signo frío y revelador... Tiéntame con tu pluma, con tus ojos negros de cuervo. Espera el perdón en este lugar de viñedos cubiertos. Las sombras revelan la sustancia que parece nunca terminará. Feliz oleada de perdón, mi amigo de ojos tristes y vacío... ¡Cuervo!"

El primer single del Coven's Will es su inaugural "Raven", un tema furioso de enigmática lírica y riff áspero y directo que entra sin freno a las neuronas. Aquella mujer que escapó del Paraíso y terminó en los brazos del ángel caído baila frenéticamente ante la hoguera con su derroche de sensualidad y tentación. El cuervo como símbolo de maldad observa la escena y se enamora de la reina de la noche, negra fantasía que la estridente música trata de representar a través del dolor, el coraje y la pasión.


Una vez que la espera ha terminado ahora es momento de intentar descifrar los obscuros mensajes que Witchskull han resguardado tras un impresionante muro de sonido hecho a base de poder eléctrico y tambores tribales. Coven's Will bien puede hablar de los horrores que oculta de obscuridad como de los más diversos sentimientos humanos como la soledad, la depresión o el arrepentimiento; lo que lo convierte en un álbum de amplia interpretación. La fuerza de su música nos lleva directamente al doom de la cepa más ruidosa y el stoner más áspero posible, pero más allá de los géneros y los estilos, el trío maldito de Camberra ha definido su sonido de manera definitiva para permitirse un mejor trabajo por medio de su lúgubre mensaje y una capacidad demoledora que pocas bandas tienen.


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