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lunes, 31 de julio de 2017

Snowchild : los profetas que miran al pasado


Un golpe distorsionado que revienta las bocinas sirve para arrancar los motores, acordes lentos que poco a poco van tomando fuerza para levantar el vuelo y dejarnos suspendidos en la nada. Los instrumentos aprovechan la reverberación de la caverna que hay en nuestra mente para dejar las notas sueltas mientras se estrellan contra las pocas neuronas que sobrevivieron a la impresión del primer momento. Suspendidos en el aire, todo se transforma en un denso paseo por los abismos internos hasta que todo queda derruido ante el ruido y la magia, irónica combinación difícil de alcanzar pero que el primer material de Snowchild logra construir de manera excepcional.

Originarios de Wichita, Kansas, tres tipos se juntaron desde finales de 2012 con la intención de hacer música que lograra fusionar sus más grandes gustos: el proto-doom, el stoner y la psicodelia. Fue ahí en la llamada Air Capital donde Larry Donaldson en la vocales y bajo, Dustin Roberts en la guitarra y Chad Duncan en la batería trabajaron arduamente hasta crear una pequeña colección de temas propios que beben directamente del Black Sabbath setentero pero que al mismo tiempo suelta las amarras para flotar en dirección de vientos distintos hasta alcanzar la estratósfera con su sonido.


Luego de dos años de trabajo en los estudios bajo la supervisión técnica e ingeniería de sonido de Glenn Baughman, Snowchild publicó a finales de noviembre de 2016 a través de su página de Bandcamp cinco temas que conformaría su primer EP titulado Age of change, un disco poderoso que sorprendería a todos por su inesperada aparición y por su gran calidad tanto sonora como interpretativa. Teniendo a las consolas de grabación como un gran aliado, este álbum llegaría directamente al enamoramiento y embeleso de quienes aman al pesado sonido vintage del primer doom; algo que terminaría de ser logrado gracias al esfuerzo de Eric Harrison en la mezcla y la masterización del material.

Luego de estar rodando durante varios meses por los océanos electrónicos de las redes sociales, Age of change será editado de manera física por las disqueras Kozmik Artifactz y The Company, saliendo a la venta hasta el próximo 25 de agosto de 2017. Así que aprovechamos este lanzamiento para escribir de esta pequeña maravilla que realmente puede ser calificada como un "parte-aguas" en el resurgimiento de los antiguos sonidos del hard rock en el inicio de este siglo, una grabación que marca el sendero que deberán seguir aquellas bandas que desean crear nuevas cosas a partir del puerto seguro que construyó el cuarteto de Birmingham hace más de 45 años.


Snowchild son una muestra de lo que es perseverancia y paciencia, pues tras años de cuidar cada composición y buscar la mejor manera de plasmarlas en el estudio de grabación, han cosechado un excelente material que requiere ser escuchado, saboreado y disfrutado poco a poco, más allá del deseo por devorarlo de una sola mordida. El simple hecho de decir que tenemos frente a nosotros a otra banda que toma como ejemplo al Black Sabbath bien nos puede arrancar una mueca del rostro por el lugar común en que se han convertido en los últimos años, pero realmente existen pocas bandas que logran despegar por medio de este referente para lograr cosas increíbles y novedosas... y los norteamericanos forman parte de este pequeño y selecto grupo.

El álbum está conformado por largos temas que desarrollan universos propios, un disco que sirve como punto de fuga a diversas ideas que toman su rumbo para jamás volver a su lugar de origen. Las guitarras distorsionadas que se deshacen en millones de pedazos, un bajo que momentos se ahoga en un pantano envolvente y una batería paciente que sabe en qué momento tan sólo marcar los aletargados tiempos y cuando explotar en salvajes danzas apocalípticas. Si aplicamos a estos sonidos temas bien estructurados que saben jugar con las melodías y los aderezamos con una pequeña pizca de teclados, obtenemos la fórmula perfecta para crear un disco memorable.


Age of change arranca con el tema que le da su nombre, mismo que se distingue por sus acordes lentos y sostenidos como si tuviera un grillete amarrado al tobillo, lo que hace entender porque la voz de Larry se parece más a un lamento que a un canto. Hay pocas bandas que saben trabajar con los silencios para lograr intensidad en sus composiciones, y Snowchild lo logra con este track inicial; aunque luego de su orgasmo instrumental, la canción encuentra algunos cortes eléctricos que nos recuerdan los efectos sonoros que sólo Tom Morello podría hacer. "Born in flames" nos regala un tiempo suave para mostrarnos como las guitarras más desgarradoras se pueden mezclar con los teclados, creando así un melancólico blues que demuestra cómo de dicho género surgió el sonido de Black Sabbath. Pero si se trata de retomar la enseñanza de dichos dioses, "King of Koch" es un tributo directo a través de su introducción  de bajo a la Geezer Butler en NIB y la línea melódica más clásica de Ozzy Osbourne que versa sobre una promesa de mejor futuro que jamás será cumplida. Finalmente escuchamos los más de 16 míticos minutos de "Boudica", la cual se debate entre los tambores tribales y los teclados cósmicos hasta convertirla en una oda mágica que pasea por todas las posibilidades sonoras del proto-doom, la psicodelia y el krautrock.


Sin embargo, uno de los temas que destaca por su acelerado ritmo más que pegajoso es "Evil little things", track que se encuentra separado del EP y que fue pensado como single, por lo que terminó siendo lanzado de manera digital unas semanas antes que Age of change. Esta canción está clavada en el hard rock setentero donde las voces lisérgicas se conjugan para arrancarnos la tranquilidad y sumergirnos en obscuros terrenos. Las figuras de la guitarra son hirientes pero su melodía es más que hipnótica, logrando de manera inmediata que quedemos prendidos a ellas. El corte de cada acorde resuena en las bocinas mientras el bajo trata de profundizar la sensación sonora, creando un ambiente envolvente donde quedamos encerrados frente la salvaje interpretación de la banda y un solo de guitarra galáctico. Quizá este tema sea el menos "doomy" de lo hecho hasta el momento por Snowchild, pero es buena una muestra de que ellos también están preparados para hacer cosas directas, desgarradoras e infecciosas.


Por el momento, Snowchild está llevando su Age of change a los escenarios donde ha compartido espacio junto con Youngblood Supercult, Jucifer, Bison Machine, Hossferatu, Merlin y Lord Fowl; excelentes bandas que llevan ya un tiempo en el circuito americano de las que pronto estaremos escribiendo de ellas. Con el grato sabor de boca que nos deja este material que pronto saldrá a la venta en formato físico, ahora sólo nos queda esperar para que el trío entre nuevamente a los estudios para regalarnos otra joya como ésta que han logrado...

sábado, 29 de julio de 2017

Los Devas : despertando a la bestia interna


La mirada se inunda de color rojo, pero tres misteriosos seres cubiertos tan solo por una negra túnica nos hacen perder la atención sobre la sangrienta visión. Mientras las aves rapaces sobrevuelan a la espera de su próximo alimento, un haz de energía surge del ojo interno de aquellas esencias transparentes que han llegado a esta tierra para acabar con todo lo que aparezca frente a ellas. El volumen crece hasta que el sonido ahoga todo el horizonte auditivo y las neuronas caen rendidas ante su estridente mensaje.

Con esta impresionante ilustración realizada por Fernando Adorneti "Caveman", nos encontramos con el último material discográfico de Los Devas, banda argentina originaria de Buenos Aires que desde 2003 se ha distinguido por la búsqueda creativa a través de largos pasajes instrumentales que desgarran el alma hasta alojarse en su interior. En este 2017 han regresado con un volcánico EP titulado Invisibles que logra regresar al poderoso trío a ese lugar especial que se han ganado dentro de la escena alternativa de su país que sabe condensar en un mismo lugar el stoner y el hard rock heredero de la acidez psicodélica.


Desde su nacimiento, Los Devas se han mantenido firmes con su propuesta sónica gracias a que mantenido a sus tres pilares: Marcelo de la Fuente en la guitarra y vocales, Sebastian Pallares en la batería y Federico Midaglia en el bajo. Ya en su álbum debut Experimental publicado en 2009 por medio de Bourbon Records se podía saborear la incesante búsqueda por desarrollar todas las posibilidades que el jam desgarrador ofrece con la intención de sembrar por ese medio sus semillas lisérgicas que logran convertirse en abrumadoras atmósferas; pero en su segundo disco Vulkania de abril de 2014, la banda logró aterrizar su estilo al orientar sus composiciones hacia una dirección definida más allá de las cadenas sueltas que tiene su onírica música.

Luego de su participación en el proyecto "Stoner cycles" donde se juntaron diversas bandas de Argentina y Chile a través de un trabajo de audio, video y fotografía, Los Devas se metieron a grabar a los estudios El Attic junto con Patricio Claypole y Sergio Ch. (ex-guitarrista de Los Natas y actual miembro de Soldati y Ararat); teniendo como resultado el citado Vulkania, un material basado en la potencia de las guitarras distorsionadas, golpes certeros de batería y bajos hipnóticos que en conjunto logran acelerar las válvulas de los motores que corren por las ardientes carreteras hasta elevar los pesados cuerpos hacia otras galaxias.


Luego de tres años de la publicación de Vulkania por medio de South American Sludge Records (fundada por el propio Sergio Ch.), Los Devas nos regalan Invisibles, un material que fue grabado directamente en el estudio propio de la banda y que cuenta con la mezcla y masterización de Ramiro Nogueiras alternado los estudios El tiempo del gigante y PM. Aprovechando aquella idea mística oriental que bautiza al grupo sobre ciertas deidades poderosas que son invisibles al ojo humano pero que brillan con su propia luz, el trío nombró a este EP conformado por cuatro temas que retoma lo alcanzado por la banda hasta este momento para llevarlo a nuevos universos donde el stoner se hace mágico y la psicodelia se endurece.

Invisibles muestra las dos facetas de Los Devas: por un lado tenemos los enigmáticos territorios instrumentales que retumban la tierra a nuestros pies con "El camino de ladrillos" y el tema que le da título al disco, pero por el otro tenemos los incendiarios riffs que asemejan a un poderoso V8 rodando a toda velocidad sobre los polvorientos caminos del desierto que sirven de telón de fondo perfecto a líricas crudas que hablan de personajes ahogados en sed de revancha llamados "El vengador" y "Garage".


Earthquaker se deja llevar por su melómano instinto y decide que el track inicial de Invisibles es el tema ideal para ejemplificar al material. Damos vuelta a la llave que está en el tablero y el motor arranca su salvaje carrera mientras una serie de arenosos acordes de guitarra se filtran por las bocinas hasta alcanzar a nuestros excitados tímpanos... escuchamos "El vengador". Tras unos cuantos segundos, todo explota ante nosotros para dejarnos frente a una desbocada huida sobre la calcinante pista, aunque al final el tema queda reducido a tres minutos y medio del correr de un potro de hierro al encuentro de su fuga interna. Las notas comienzan a caer a nuestro alrededor como si todo se derrumbara, el viaje se convierte en un escape onírico hasta que la desesperada melodía encuentra desquite y escondite.

 

Invisibles es directo y sin mediaciones, un material que sólo existe de manera electrónica y descargable, un pequeño caramelo creado por tres tipos que tienen en la música su refugio contra la cotidianidad y la realidad insolente, un medio para pasar inadvertidos entre el cúmulo pero que logra atrapar la atención con aquel sonido desgarrado que no suelta. La compresión digital nos hace llegar en unos cuantos segundos aquellos cuatro archivos de audio bajo el nombre de Invisibles que como densos espíritus se dan a la tarea de encontrar algún rincón libre de nuestra mente para alojarse de él y no salir de ahí. Los Devas lo han logrado otra vez, aquí están y no se escaparan de nuevo...

Bandcamp de Los Devas: https://tresdevas.bandcamp.com/album/invisibles



viernes, 28 de julio de 2017

Bretus : cara a cara frente a la locura y la muerte


Bajo la advertencia de que este material no es un álbum conceptual pero que busca homenajear a algunas de las mejores películas de horror de todos los tiempos y recordar a sus actores y directores, la banda italiana Bretus ha publicado su tercer disco que lleva por nombre ...From the Twilight Zone, en referencia directa al viejo programa de televisión norteamericana de los años sesentas.  

Por medio de la disquera rusa Endless Winter, la banda originaria de puerto italiano de Catanzaro  ha lanzado en junio de 2017 su último disco, una colección de siete temas que mantienen el paso marcado en su The shadow over Innsmouth de 2015 (reseña-review) que los colocó dentro de la escena doom europea. Para esta ocasión, Bretus buscan mayor intensidad en cada uno de sus temas hasta lograr hacerlos más directos sin perder su esencia doom que se ha convertido en el sello personal de la banda, pero con un mejor trabajo de producción que logra darle mayor claridad a su sonido y con un ligero toque psicodélico que los tenues pero fúnebres teclados incluidos en algunos temas construyen para reforzar el mórbido ambiente.


Abajo de las capuchas encontramos nuevamente a Ghenes en la guitarra, Zagarus en las vocales, Azog en el bajo y a Striges en la batería quienes en siete temas logran asegurar un lugar dentro de la historia del nuevo doom del siglo XXI. Atmósferas lúgubres nos van ahogando poco a poco mientras todo se vuelve más obscuro segundo tras segundo, pero al tronar las bocinas por culpa de la intensidad de los instrumentos sabemos que el temor se vuelve ira bajo la luz de la luna llena.

La lluvia cae mientras los cuervos graznan, los lobos aúllan y las campana repican mientras una guitarra acústica entona una melancólica melodía. Así inicia ...From the Twilight Zone, pero todo queda olvidado tras un minuto y medio al dejarse escuchar las guitarras como un eléctrico lamento. El recuerdo de Black Sabbath, Saint Vitus y Pentagram es inevitable, pero al comenzar a cantar Zagarus las neuronas se inundan en el Danzig solista de finales de los ochentas. Sangre, almas en pena y muertos vivientes salen a nuestro paso como si se tratara de una casa del terror, pero a final de cuentas termina convirtiéndose el disco en un museo cinematográfico que busca recrear los momentos más sublimes de los clásicos del horror.


...From the Twilight Zone arranca con "Terror behind the mirror" para asestar un golpe certero a nuestro deseo doom incontenible que nos precede por los materiales anteriores de Bretus, pues su figura cortante como navaja ritual logra cortar las venas para saciar la sangrienta sed del maligno. "In the vault" la velocidad se reduce para ofrecernos un verdadero tributo al primer doom de los años setentas, aunque la fuerza es retomada en "Old dark house" como si se tratara de una continuación más desgarradora de la canción anterior. Aunque Bretus mantiene el uso de extractos de las viejas películas que han inspirado a los temas, la banda nos ofrece nuevos elementos en este disco como los pasajes acústicos de "Danza macabra" o el lisérgico viaje instrumental de "Lizard woman" con sus más de siete minutos de duración.

Sin embargo, Earthquaker desea rescatar y profundizar lo alcanzado en el tercer disco de Bretus a partir de su primer single llamado "The creeping flesh". El tema comienza con una guitarra que marca su acorde para permitir que los armónicos surjan al cubrir las cuerdas para que estas dejen de vibrar, como si un psicópata buscara asfixiar lentamente a su víctima. El bajo y la batería golpean desde su sepulcro cuatro veces como si solicitaran salir a pasear por la fría noche. La intensidad aumenta y todo se convierte en un ritmo infeccioso que fácilmente regresa a sus lúgubres orígenes cuando la voz de Zagarus nos narra parte de la historia del clásico filme de Freddie Francis, logrando que con su entonación pareciera un demente a punto de saltar sobre nosotros. Los cambios de ritmo logran que "The creeping flesh" nos tenga a la orilla del asiento en tensión permanente, haciendo que el tema se convierta en uno de los mejores del disco e indiscutible sencillo promocional.


Bretus lanzó en abril de 2017 el video de promoción de "The creeping flesh" como preparativo a su ...From the Twilight Zone. Como era de esperarse, el trabajo visual está realizado a partir de diversos extractos del clásico del terror británico que Freddie Francis realizara en 1973, la cual fue protagonizada por Christopher Lee, Peter Cushing y Lorna Heilbron. La historia nos cuenta como un esqueleto humanoide es encontrado en Nueva Guinea, el cual es llevado para su investigación a Inglaterra. Ahí descubren que tiene la capacidad de regenerar su carne al estar en contacto con el agua, pero una vez que está por completar el proceso, entienden que en dicha joya antropológica reside el mal. Sin embargo, la película no se basa sólo en el monstruo, sino en la locura que radica en el hombre, la envidia y la búsqueda mórbida que llega hasta la obsesión.


Bretus se encuentra en plena promoción de su nuevo material, situación que los ha llevado a compartir escenario con Jucifer y Goatness. No sobra decir que la banda ha consolidado su estilo en los últimos años, dejando a un lado los largos y densos pasajes instrumentales del pasado para enfocarse a crear ambientes ideales para sus líricas cada vez más trabajadas. ...From the Twilight Zone merece ser escuchado con calma para ir descifrando todo lo que esconde tras las capas de ruido, es necesario ir cavando en sus terrenos para descubrir al verdadero monstruo que hay en su interior. Aquí está el primer arañazo, ahora les toca seguir rasgando hasta su obscuro abismo que aguarda en los surcos del disco...


miércoles, 26 de julio de 2017

PhaZer : un recuerdo para una banda portuguesa


"A todos los fans, amigos y seguidores de PhaZer, queremos agradecerles el apoyo que nos han dado y sentido por nosotros durante este viaje de 12 años, materializado en más de 150 conciertos y cuatro grabaciones. Con esta sensación de agradecimiento y tristeza anunciamos el final de la banda. Hubo innumerables experiencias que nos enriquecieron como hombres y músicos. No es un adiós a la música, sin duda habrá nuevas noticias sobre los nuevos caminos musicales alrededor de cada miembro de la banda. ¡Te damos las gracias por todo el amor de y amistad, sentido desde todos los rincones del mundo a lo largo de este viaje que estará marcado por siempre en nuestros corazones..."

Con este sentido mensaje publicado a principios de febrero de 2017 en la página de Facebook de la banda, los portugueses de PhaZer escribían el punto final a un grupo que delimitó la historia del hard rock en Portugal. La noticia se convertiría en una sorpresa para todos, pues el grupo tenía tan sólo cinco meses de haber publicado su cuarto material titulado Un(locked), disco que iba ha ser revisado por Earthquaker pero con el comunicado final de la banda, la nota fue congelada.


A forma de tributo, hoy hemos decidido escribir algunas cuantas palabras para recordar a PhaZer y hacer llegar su música a quienes no los conocieron de este lado del océano Atlántico. Todo nació en el año de 2004 en la ciudad de Lisboa cuando el vocalista Paulo Miranda, el bajista Henrique Martins y el guitarrista Gil Neto decidieron crear una banda donde pudieran desarrollar su gusto por el hard rock y el metal alternativo, por lo que formaron a PhaZer.

Tras lograr de hacerse de una buena reputación dentro del circuito de bandas de su ciudad natal, fue hasta el año 2006 cuando PhaZer lanzó de manera independiente su primer EP llamado Revelations, el cual fue producido por Quim Monte y Fred Stone, siendo éste último quien se encargaría de la batería. Gracias a este material, el grupo pudo escucharse en la radio de su país y poco a poco su música comenzaba a cruzar las fronteras, pero todo llegó a concretarse cuando se integró Nelson Caetano a la batería y la banda regresó a los estudios para grabar lo que sería su primer disco completo llamado Kismet, mismo que sería publicado en junio de 2010 a través de las disqueras Raginplanet y Raising Legends Records.


Kismet se distinguiría por un hard rock directo con un cierto sabor al glam metal de finales de los ochenta y principios de los noventas, entrando fácilmente al gusto de la gente y permitiendo a la banda a ser abridores de las presentaciones en su país de leyendas como Cheap Trick o Iron Maiden (éstos últimos como cabeza de cartel para un festival realizado para un rally de motociclismo). Gracias a este material, PhaZer construía un sonido propio basado en la poderosa voz de Miranda y la insistente guitarra de Neto que se convertirían en su marca indistinguible.

Sin embargo, para su siguiente publicación discográfica lanzada en septiembre de 2012, Phazer entraría a los terrenos de la experimentación que dejaría sorprendido a más de uno. El EP Rockslinger iba desde un southern metal en "I've been shoot" ( con todo y su espectacular solo de guitarra) hasta un ligero juego acústico en "My Treasure", sin olvidar su estridente "Dear Fae" que directamente podría clasificarse como metal alternativo sin duda alguna.  Pero a pesar de la buena respuesta de la prensa por este trabajo discográfico, el grupo caería en un silencio que los regresaría a su difusión local.


En el año 2013, Caetano abandonaría a PhaZer, lo que permitiría el ingreso de Nuno Cruz para encargarse de las percusiones de la banda. Concentrados únicamente en sus presentaciones, el grupo dejó pasar el tiempo para reconstruir su propuesta musical y así concentrase en un nuevo material. Sin embargo, en dicho proceso sufrieron la salida de su bajista Henrique Martins, quien sería sustituído por Carlos Falé a finales de 2015. Ya con la nueva alineación, el grupo se concentró para grabar su nuevo disco durante el siguiente año.

Un(locked) vio la luz hasta septiembre de 2016 por medio de las disqueras Ethereal Sound Wors y Raginplanet, pero la respuesta ante el público fue ambivalente. Mientras unos recibían con gusto el giro del sonido de la banda más hacia el hard rock comercial de temas con tendencias pop como "Hold me" y "Sun of glory", otros extrañaban la fuerza alcanzada en su último material y que ahora sólo quedaban algunos de sus rastros en el hiriente single "No remedy" o en los acordes iniciales de "Wake up to die" con su ligero toque occult rock y proto doom, tema que también contiene un extraño vals en su puente que se convierten por momentos en una danse macabre.


Para esta ocasión, escogemos el tema "On the road" del EP Rockslinger de 2012 para tratar de capturar la esencia de PhaZer a lo largo de su accidentada carrera. Mientras observamos una alocada carrera de hermosos autos clásicos que queman sus llantas en el asfalto que sirven de perfecto acompañamiento visual en su video promocional, un asesino riff de guitarra distorsionada en manos de Gil desgarra las bocinas para ser complementado por el resto de los instrumentos para crear un muro de sonido áspero como el polvo que levanta el duelo motorizado frente a nuestros ojos. Bajo la técnica de grabación en varios tracks, escuchamos la rasposa voz de Paulo que nos narra la huida de un hombre que deja todos sus problemas atrás mientras rueda sobre la carretera. Tras un puente clavado en un metal melódico que identificara a la banda por muchos años, todo se acelera nuevamente para que la guitarra nos ofrezca un bello solo ahogado en wah mientras la batería golpea sin piedad hasta el final del conciso track.

"Estás gastando tu vida, no tienes futuro y eres una causa perdida... Siento haberte fallado, siempre supe lo que estaba por venir. A través de esta pelea de diáconos yo me convertí en un anticristo. Ahora no tengo a dónde ir, pero en cualquier lugar estaré rodando bajo las estrellas. Cruzando el río Cocito encontraré la felicidad que busca mi mente. No hay nada detrás de mí, ahora todo está frente a mí como siempre lo es en el camino. La salida fácil, siempre tan buena como falsa. La vida problemática fue atractiva. Casa consumida y pueblo abandonado, así que la reina y yo salimos corriendo... Me dirijo hacia afuera, hacia el camino!!"


Las razones de la extinción de PhaZer no las conocemos hasta el día de hoy, pero de lo que estamos seguros es que deja un vacío grande que será difícil de llenar a pesar del gran momento que vive Portugal en cuanto música fuerte se trata con gente distinta entre sí como Miss Lava, Killimanjaro o It was a Elf. Ahora tan sólo nos quedan sus grabaciones y lo hecho sobre los escenarios, y aunque ellos mismos lo prometieron, cuando regresen cada uno de sus integrantes con nuevos proyectos, la nostalgia por lo que hoy día fue PhaZer nos invadirá de nuevo...





lunes, 24 de julio de 2017

Vokonis : un lamento desde el fondo del océano


De los restos que quedaron de la banda de stoner y doom melódico Creedsmen Arise que sólo pudo publicar en agosto de 2015 un excelente EP llamado Temple, sus integrantes crearon en pocos meses después a un monstruo abismal de furia incontenible a la que llamaron Vokonis, grupo que poco a poco ha ido acaparando los reflectores europeos de lo que llamamos stoner metal y ha ganado espacio en los blogs y páginas electrónicas especializadas en el género. 

Vokonis salió a flote de las obscuras aguas para ver por primera vez la luz en octubre de 2015. Nacida en la estratégica ciudad de Borås, Suecia, la banda se conformó por Simon Ohlsson en la guitarra y vocales, Emil Larsson en la batería y Jonte Johansson en el bajo, quienes se dieron a la tarea de crear un estridente sonido que atascara las bocinas de furia, aunque la velocidad de avance del mismo fuera lento para despertar una sensación de pesadez, letargo y sufrimiento.


Inspirados en bandas importantes como Mastodont, High on Fire, Baroness y Kylesa, Vokonis se inserta directamente en el stoner metal sin olvidar su pasado doom, atascando a su densa embarcación hasta quedar varada en un tufo obscuro que por momentos nubla todo a nuestro alrededor bajo una atmósfera espesa impenetrable. Si logramos escapar de los colosales acordes de su propuesta que caen como pesadas lozas sobre los hombros, tenemos la oportunidad de distinguir los densos riffs que construyen melodías hipnóticas y permiten que los tres instrumentos exploren diversos senderos sin perder la brújula.

Bajo este estilo, el trío sueco publicó en abril de 2016 su álbum debut llamado Olde one ascending, seis abrumadores y largos temas que logran construir un ambiente frío y áspero ideal para la líricas desarrollas por la banda alrededor de elementos míticos y apocalípticos. En algunas de las grietas del material se pueden distinguir algunos elementos herederos a Black Sabbath y Saint Vitus, pero disco realmente es un muro sonoro inquebrantable que se levanta ante nosotros para aplastarnos sin piedad alguna.


Para dar su siguiente paso hacia adelante, Vokonis se metió a grabar al estudio Underjord en noviembre de 2016 bajo a las órdenes de Joona Hassinen para crear su segundo disco, mismo que sería publicado en junio de 2017 a través de la disquera Ripple Music. Con el nombre de The sunken Djinn y una maravillosa ilustración realizada por Tessa Najjar que sirve de portada, tenemos un trabajo más concentrado en el sonido de la banda, que de por sí fue demasiado cuidado en Olde one ascending, para esta ocasión se tuvo especial atención en ofrecer una sensación orgánica o integrada de los instrumentos sin perder su mágica individualidad. Algunos acusan a este material como monótono o repetitivo, sin embargo bien podríamos excusar a los suecos de alcanzar su estilo propio.

De principio a fin, The sunken Djinn se escucha cómo una tormenta deja caer su poder eléctrico sobre nosotros. Los truenos retumban por los abismos abandonados mientras todo queda iluminado tan sólo por algunos segundos. Bien podemos escuchar un doom subido de volumen en "The coldest night" y "Rapturous" como podemos escuchar la fuerza del stoner metal en su máxima expresión en "Blood vortex", pasando por la colosal explosión que es "Architec of despair" con sus juegos pentatónicos del riff que se escucha al término de cada línea lírica o la atmosférica sombra que se posa sobre nosotros en "Calling from the core" que transforma las voces armónicas en un rugido difícil de callar.


Sin embargo, el mejor tema del disco es la que da su nombre y que había sido lanzada como sencillo en una publicación de 7" en mayo de 2017 con un demoniaco y fosforecente personaje en la portada realizada por Kyrre Bjuling. "The sunken Djinn" es un tema áspero que se caracteriza por sus acordes toscos y distorsionados que llevan a la herencia de Tony Iommi hasta la estratósfera. La figura entrocortada sirve de telón de fondo para una voz fuerte que termina chocando contra la muralla sonora, un lamento ahogado en lo más profundo de los océanos que fluye desesperado hasta la superficie. El sabor obscuro del track es innevitable, pero cuando llega a su cenit, la guitarra explota mientras el resto de los instrumentos mantienen la melodía al más puro estilo de Black Sabbath, pero al llegar a su puente, "The sunken Djinn" se acerca peligrosamente a las aguas del metal progresivo hasta que todo vuele ser orientado a los pantanosos dominios de la banda. En casi siete minutos que sirven de entrada al segundo disco de Vokonis, la banda nos advierte de los lúgubres terrenos que pisarán canción a canción, así que sin sorpresas nos adentramos a sus senderos...


A forma de promoción para el tema y el propio álbum The sunken Djinn, se lanzó a través del canal de YouTube de la banda su video, un trabajo realizado por Marcus Jehrlander realizado directamente en el estudio donde Vokonis grabó el disco. Con la intención de mostrarnos precísmanete esa idea de integridad en el sonido, las imágenes nos muestran al grupo tocando en un mismo espacio y en un mismo momento. Mientras se agita un atrapasueños con la vibración provocado por el ruido, los amplificadores Orange y los gabinetes Ampeg y Marshall truenan con toda su capacidad ante la mirada fija de las figuras monolíticas que adornan el lugar. Bajo la luz tenue, Vokonis deja escapar su lacónico himno en búsqueda de almas perdidas que se encuentren en escándalo una pequeña grieta donde esconderse...


Vokonis está llevando su abismal estilo a los escenarios, teniendo la oportunidad de alternar con gente sueca tan distinta en su estilo como el vintage rock de Topplock, el sludge/doom de Domkraft o el doom clavado y ocultista de Alastor; además de que se presentarán en agosto en el Krökbacken Festival junto con Spelljammer, Trobled Horse y Demon Head. Ahora queda en nosotros la decisión de entrar al estridente océano de Vokonis, quienes más allá de su cortina sonora que puede espantar a más de uno, nos ofrecen un universo lleno de líricas míticas que evalúan los sentimientos y nos permiten arrancar de raíz nuestros pensamientos.


sábado, 22 de julio de 2017

Satánicos Marihuanos : un canábico ritual desde Perú


Cuerpos desmembrados tendidos sobre el suelo mientras las musas se rinden a los placeres de un ritual en honor al macho cabrío. La dulce hierba es quemada hasta que su densa nube se eleva hasta perderse con el negro manto de la noche. Las fronteras de lo prohibido han sido derrumbas gracias al poder del humo, el maligno toma de la mano a los hombres que han decidido cruzar el umbral para llevarlos a territorios desconocidos donde todo es posible y no existen las cadenas. 

Esta descripción es parte de lo que podemos observar en la ilustración realizada por José Gabriel Alegría Sabogal que sirve de portada del primer disco de Satánicos Marihuanos, banda peruana de stoner instrumental que lleva al extremo el poder alucinatorio de la cannabis para llevarnos por densos paseos donde el ruido toma el control de las neuronas con la intención de alcanzar la liberación corporal y llegar a un estado catártico de liberación y furia sin control alguno.


Satánicos Marihuanos nació a principios de 2013 en la ciudad de Lima, Perú con la intención de hacer un stoner fuerte que se alimentara del doom, el sludge, el blues eléctrico y el hard core. Para ese entonces, la banda estaba conformada por Andrés Silva en el bajo, Gabriel Carcelén en la guitarra, Renato Sauri en la batería y Alejandro "Chaich" Suni en las vocales; pero tras un año de buscar su sonido hasta lograr algunas composiciones propias, éste último abandonó al grupo.

Lejos de que Satánicos Marihuanos desapareciera, la banda se transformó en un power trio instrumental, endureciendo su estilo a partir de su gusto por grupos como Black Sabbath, Belzebong, Electric Wizard o WeedEater. Desde entonces todo quedó definido para estos chicos: crear una música de acordes distorsionados y trasgresores que rompieran con lo establecido refugiándose en el poder psicótico de la marihuana como un punto de encuentro e inspiración.


Su provocador nombre no hace otra cosa que hablarnos de su interés por provocar a la sociedad por medio de sus prejuicios. El libre albedrío es tomado como libertinaje, pero la simple posibilidad de decisión tendría que ser suficiente para que cada quien hago lo que mejor le plazca. Sin embargo, todo es etiquetado bajo el sello de lo demoniaco, pero es precisamente ahí donde todo puede ocurrir sin límites. Por eso Satánicos Marihuanos suenan rabiosos, porque retan a quienes los han estigmatizado; aunque ahí radica su posibilidad creativa.

No fue sino hasta abril de 2017 que la banda tuvo la posibilidad de publicar su álbum debut, material homónimo editado por Necio Records que demuestra el esfuerzo de tres tipos aferrados a llevar su concepto sonoro hasta las últimas consecuencias. El disco es el resultado de varias grabaciones realizadas en diversos momentos que fueron mezcladas y masterizadas finalmente por Joao Orosco y Eduardo Albareda en Fonoteca Studio. Guitarras rítmica y batería por un lado, el bajo por otro y los solos de guitarra añadidos para completar la construcción de los cuatros temas de estudio, a los cuales se suma un track grabado en directo en el Eco Studio. 


El primer material de Satánicos Marihuanos nos ofrece desde el stoner más ahogado en la distorsión del fuzz como se escucha en "Stone pleasure" hasta el viaje lisérgico de "Poseído por la luna" con sus fumadas atmósferas que en un momento puede tener pasajes místicos y psicodélicos o arrastrarnos a los profundos abismos del doom. En "Troined" podemos oír un buen tema basado en el hard blues eléctrico (tema creado desde sus épocas vocales), pero cuando llegamos a "Weed napalm" todo se transforma en un obscuro rito que busca ahogarnos en su densa nube de dulce olor.

El tema que da nombre a la banda y al propio disco es una declaración de intenciones, una fuerte advertencia que comienza con una hipnótica figura de bajo que permite a la guitarra explotar en cósmicas notas. Poco a poco la música nos va llevando a un aquellarre donde bien podemos ver diablos y brujas danzando a nuestro alrededor, pero una vez absortos por el monótono sonido, todo se vuelve tribal hasta que la música huye desbocada a salvajes kilómetros por hora. Stoner, Occult rock y hasta Grincore condensados en tan sólo cinco minutos, una muestra de todo lo que son capaces los Satánicos Marihuanos...


"Con mi equipo quemamos la debilidad y la hierba... Marihuana!! Rock n' Roll!!"

Satánicos Marihuanos son una muestra de la escena que se está formando en Perú. Junto a ellos se encuentran excelentes bandas como El Jefazo, Ancestro, Cuarzo, Brothers of the Sun, Pradhana y Reino Ermitaño, lo que habla del interés de dicho país por el stoner y todas sus posibilidades sonoras. Hoy la escena andina está creciendo, lo que ha hecho que grupos de otros paises se acerquen al Perú para tocar, como fue fue el caso de Comeculebras desde la Patagonia argentina. Los tímpanos están poniendo su atención hacia los Andes para escuchar lo que está ocurriendo allá, así que no deberá extrañar que pronto sepamos de muchas bandas, además de nuevas cosas de los Satánicos Marihuanos.

Bandcamp de Satánicos Marihuanos: https://satanicosmarihuanos.bandcamp.com/releases


viernes, 21 de julio de 2017

Monolith : cuando los buitres vuelan alrededor de la montaña


Es innegable el gran legado que Black Sabbath ha dejado en el universo del rock, mismo que ha sido tributado por muchas generaciones desde los años setentas del siglo pasado. Muchas bandas han orientado sus pasos según la ruta trazado por el cuarteto de Birmingham, al grado que en la última década hemos tenido una fiebre de grupos revival que hacen nueva música buscando rescatar su tempo y su sonido hasta el más mínimo detalle. Así es como han llegado hasta nuestros oídos bandas como Orchid, Freedom Hawk o Mountain Witch, quienes han creado nueva música bajo los obscuros cánones de Iommi, Butler, Osbourne y Ward. En esta ocasión, tendremos el gusto de compartir a otra banda que ha logrado recrear aquel estilo para alimentarlo y desarrollarlo hacia nuevas posibilidades: Monolith.

A finales de 2010 en la ciudad alemana de Bremen, tres tipos se reunieron para crear una banda que regresara al hard rock setentero con tintes proto-doom, esa vieja escuela que sentó las bases para el metal a través de la maldad y ritmos aletargados donde el dolor y la muerte lo dominan todo. Fue así que Ralf Brummerloh en el bajo y voces, Ron Osenbrück en las guitarras y Andre Dittmann en la batería comenzaron a componer inspirados en los señores de la obscuridad hasta que en 2014 lograron publicar su disco debut llamado Dystopia, un álbum sencillo y sin pretensiones que sentaría las bases de su sonido.


Sin embargo, la banda requería dar el siguiente paso, por lo que vieron la necesidad de darle mayor fuerza a su sonido. Fue así que Ralf tomó la guitarra eléctrica y se integró Jann Worthmann al bajo, transformando a Monolith en un cuarteto con mayores posibilidades sonoras. Sin abandonar ese sabor vintage, el grupo enriqueció su repertorio con temas más concisos y mayor imaginación hasta lograr ser más que una copia calca de Black Sabbath. Gracias a ello, la banda grabó Mountain, disco presentado en marzo de 2016 a través de la disquera Final Gate Records.

Una geométrica portada realizada por Rocket & Wink nos da la bienvenida al nuevo material de Monolith, que desde el primer riff de guitarra inmediatamente sabemos que estamos frente a un gran disco. Los pesados acordes encuentran en la unión de las dos guitarras el poder necesario para mostrar al reforzado monstruo abismal que ha surgido de los abismos de la condena y el sufrimiento. Con los cambios en la alineación, Ralf logra concentrarse más en las voces, mismas que encuentran su referente en el Ozzy nasal de sus épocas en Black Sabbath; pero ésto es logrado gracias al trabajo en estudio de Enno Legien quien hizo la mezcla y la masterización del álbum.


Mountain es un disco con muchas más variantes que su predecesor Dystopia, pues se alimenta otras vertientes del hard rock setentero como Pentegram, Atomic Rooster y Led Zeppelin, pero sin abandonar la base doomy que los caracteriza. De esta manera, los tiempos de los ochos tracks que conforman el álbum varían entre sí para romper la monotonía que había en el primer disco de Monolith. Así es como podemos escuchar canciones que van desde el sentimiento heredero del hard blues que bien se puede acelerar en un proto-metal o descender a los infiernos del proto-doom como lo logran en "Standing tall". El tema inicial del álbum y que le da su título está clavada en la vieja escuela de Sabbath, aunque su explosión final con un solo de guitarra espectacular sorprende a cualquiera (más allá de que algunas figuras guardan una extraña semejanza con "Champagne supernova" de Oasis).

El segundo disco de Monolith es un vaivén constante. Desde la entrecortada "High horse" y la decadente "Tide" hasta la suavidad de "Lies and deceit" y la acústica "Blackbird", Mountain ofrece bien o duros e impenetrables muros de roca o tenues altiplanos que permiten lanzar una mirada al horizonte. Quizá a muchos amantes de las bandas revival el disco los decepcionará, pero para quienes buscamos grupos que se permiten abrir el abanico de las posibilidades, este material es aire fresco.


Mountain ha tenido como único single hasta el momento el tema "Vultures", segundo track del disco que muestra el lado más doom de la banda. El bajo marca una lenta melodía a la que se suman el resto de los instrumentos para crear una especie de marcha fúnebre mientras los buitres sobrevuelan el cuerpo hasta que éste se convierta en carroña. Las guitarras logran dominar el horizonte sonoro estereofónico gracias a que aprovechan la fuerte plataforma que crea el envolvente bajo. La batería golpea sin piedad a cada paso, uno que asemeja al de un condenado a muerte que tiene un grillete amarrado a su tobillo. Las diversas voces que conforman el coro que entona la melodía nos recuerdan obviamente a Ozzy Osbourne, capas y capas de sonido que logran recrear un conjunto de almas perdidas en el limbo en búsqueda de redención. Cual el tema alcanza su cenit, el tiempo aumenta hasta que la guitarra toma el control para vomitarnos un estridente solo que logra explotar los tímpanos.

Con un video dirigido por Stevie Chulze y editado por Ivan Marinsky, se promocionó visualmente a "Vultures". En sus imágenes podemos observar un desolado y lúgubre bosque donde un antropomorfo buitre se pasea en búsqueda de alimento. Un hombre perdido entre los secos árboles busca una forma de regresar a casa, pero el frío del invierno dificulta aún más esa posibilidad. Mientras la historia se desarrolla, Monolith toca arropados por sus amplificadores Orange utilizando como escenario una zona industrial cubierta de nieve. La noche cae y el frío cubre al cuerpo moribundo que pronto encontrará en la muerte la salida a su situación.


Grato sabor de boca deja el segundo material de Monolith, aunque despierta algunas dudas que esperamos pronto sean despejadas: ¿Cómo será el siguiente disco de la banda? ¿Abandonarán su estilo en búsqueda de nuevos caminos surgidos de la experimentación? Por lo pronto, el cuarteto alemán no ha dejado de tocar desde que publicó el álbum hace más de un año por lo que desconocemos cuál será su siguiente paso. Sin embargo, Mountain guarda entre sus surcos muchas sopresas que deberemos develar con paciencia y un oído afinado, por lo que será necesario regresar a él varias veces para terminar de descifrarlo y encontrar algunas pistas que nos puedan dirigir hacia su futuro...


miércoles, 19 de julio de 2017

Atavismo : el mantra eléctrico que mira al mar


En el año de 2013 en el privilegiado puerto de Algeciras, en Andalucía, España nació un nuevo grupo de lo que en un tiempo anterior fueron Mind! y Viaje a 800; ambas agrupaciones del sur ibérico que tenían su base sonora en el space rock progresivo y la psicodelia pesada con uno que otro guiño en el stoner más clavado. Con la intención de continuar los pasos de dichas bandas, sus integrantes encontraron en la palabra Atavismo el nombre perfecto para su proyecto; que en su significado podemos entender un conjunto de ideas propias del pasado heredadas en el presente, aquellos rasgos de nuestros antepasados que se manifiestan en las nuevas generaciones.

Sin embargo, el sonido que logró crear Atavismo se desmarca de sus antecesores por el simple hecho que estos nuevos recorridos por los universos musicales son producto de la improvisación, una construida por gente que se ha unido en un momento distinto bajo nuevas circunstancias. Las guitarras y los sintetizadores de José "Poti" Moreno, la batería de Sandra Pow y el bajo de Mateo se encuentran en esta encrucijada para emprender un camino juntos, distinto al que habían recorrido cada uno en un momento anterior.


Fue así como de la jam session nació Desintegración, álbum debut de los españoles que fue publicado en 2015 a través de la disquera sueca Temple of Torturous Records. Los ácidos sueños fueron condesados en cuatro largos paseos por las neuronas exaltadas, alucinantes viajes que brotan de la imaginación para estrellarse contra el manto de la noche. Guitarras de acordes deslumbrantes marcando figuras enigmáticas, teclados ambientales creando escenas sublimes, una batería marcando la velocidad de ruta y un bajo profundo como los abismos. Este primer disco de Atavismo llegó como balde agua fría en un momento en que todo era vintage y las nuevas propuestas se habían quedado tan sólo en un reflejo exacto del pasado sin ofrecer otras posibilidades sonoras. 

Tras este primer salto al vacío, el trío andaluz se metió a los estudios Trafalgar ubicados en El Palmar (cerca de Cádiz) para grabar durante septiembre y octubre de 2016 lo que sería su segundo disco. Este material tendría como objetivo encausar las ensoñaciones y escapes sin control para crear una colección de temas más estructurados, aunque sin perder ese elemento hipnótico que se ha convertido en sello inconfundible de la banda. Inspirados en los pasajes hipnóticos que han hecho otros grupos como Wolf People, Black Mountain, Motorpsycho y hasta los míticos Triana, Atavismo construyó cinco temas orientados hacia la psicodelia más ácida y algunos elementos del hard rock para encontrar un puerto seguro a sus nuevas ideas, siendo ahora su nuevo método de composición el desarrollo de espontáneos recorridos que siempre retornan a figuras cíclicas que como loops nos envuelven en universos con límites marcados.


Publicado en abril de 2017, Inerte es un disco más directo que retoma algunos elementos de la tradición musical española para llevarla a las estrellas con sus habituales fugas alucinantes. Con una melodía inspirada en el folclore ibérico de guitarras remarcadas, el material arranca con "Pan y dolor", tema que tras algunos minutos se sumerge en enigmáticas barrancas para transformarlo todo en un paseo cósmico simplemente mágico gracias a un suave mellotrón. Sin embargo, el álbum da un giro de 180 grados cuando la distorsión de la guitarra eléctrica nos toma de la mano para cruzar dimensiones olvidadas hasta depositarnos en un enigmático sopor llamado "El sueño"; canción que demuestra que la banda no ha abandonado lo alcanzado en  Desintegración a fuerza de soltar las amarras y lanzarse a la aventura que una figura musical puede inspirar. 

También encontramos momentos de respiro gracias "Belleza cuatro", un dulce y pequeño andar que recuerda los viajes lisérgicos de Jeffersson Airplane (otra banda fundamental para el estilo de Atavismo, a la cual le realizaron un cover de su fundamental tema "White rabbit" como carta de presentación en 2015). Pero la calma es rota cuando los tribales tambores y los sublimes coros de "Volarás" se escapan por las bocinas con toda la intención de levantar nuevamente el vuelo para dejar las nubes a nuestros pies, diez minutos hipnóticos que logran separar a la mente del cuerpo y olvidar la realidad.


Un zumbido cruza el horizonte auditivo para permitir que el bajo marque una insistente figura imposible de soltar. Una densa atmósfera se comienza a formar a nuestro alrededor gracias a la repetitiva melodía que alcanza la obsesión bajo el nombre de "La maldición del Zisco", pieza central de Inerte. Notas errantes de sintetizador pasan fugaces mientras una hipnótica voz nos habla de como el alma se desdobla para desprenderse del cuerpo y así intentar escapar de la soledad, de la ansiedad y del destino. La batería golpea sin piedad hasta que el envolvente riff alcanza su clímax, momento que arranca los pies de la tierra tras la repetición sin cesar de un mantra eléctrico que nos abandona en un tobogán de caída infinita. 

Un mes antes de que fuera publicado Inerte, Atavismo publicó el video promocional de "La maldición del Zisco". Este material visual realizado por César Vazquez nos muestra un obligado juego psicodélico que se mezcla con alucinantes ilustraciones que asemejan a dibujos realizados con gis sobre una pizarra. De manera inesperada, comienzan a aparecer algunos clips que nos muestran algunos instantes de flamenco, aquel baile propio de Andalucía que se caracteriza por el cante, el toque y las bailaoras. La luna y el mar se encuentran en un paseo cósmico multicolor mientras densas neblinas dificultan nuestra visión, hasta que las palomas vuelan para mostrarnos un picaporte, quizá una posibilidad de salida y escape. Entre sombras observamos a la banda tocando en vivo a través de una extraña mezcla de pasado y modernidad, elementos que conforman el sonido que ha alcanzado la banda con su último disco.


Atavismo es un referente obligado de lo que es hoy en día el hard psych y el progresivo heredero del krautrock, sin embargo, ha logrado desmarcarse de las referencias obligadas de cada género para crear un estilo propio.  Si Desintegración fue una grata sorpresa, Inerte es la confirmación de que estamos frente a una gran banda con un futuro prometedor gracias a su imaginación que rompe con esquemas, pero que al mismo momento logra domar para dirigir los sueños a felices puertos. Hoy hemos entrado a su bucle redundante con la intención de alcanzar nuevos estados de consciencia, nuevas atmósferas sonoras que atraviesan las neuronas en búsqueda de lugares vírgenes, nuevos sueños que rompan las fronteras impuestas por la realidad. Atavismo propone el itinerario, ahora tenemos en nuestras manos la posibilidad de fugarnos... 


lunes, 17 de julio de 2017

Big Kizz : tenemos la mirada puesta sobre Suecia


Apenas hace unos meses nos habíamos enterado del lanzamiento del primer disco solista de John Hoyles, el guitarrista británico radicado en Suecia que en su momento formó parte de Witchcraft y de Troubled Horse, además de crear junto con su hermana Ann-Sofie a Spiders; pero hoy trae algo nuevo bajo el brazo. Con el nombre de Big Kizz, el reconocido músico ahora como bajista forma parte de una nueva banda que promete excelente rock n' roll y que a principios de junio publicó su primer EP.

Sin embargo, al buscar un poco más de información sobre Big Kizz nos encontramos con que este power trio es realmente un supergrupo. Además de Hoyles, la banda está compuesta de un lado por Pontus Westman en la guitarra y voces, quien forma parte de la banda de rock garage Lady Banana; y del otro por el baterista Alex Sjöberg, quien formara parte hasta el año pasado de Graveyard, pero que tras una rompimiento conceptual con Joakim Nilsson dieron por muerta a la reconocida banda vintage, aunque en este 2017 haya resurgido de sus cenizas como el ave fénix. 


El primer Ep de Big Kizz está compuesto por tres temas en los cuales ya se puede saborear el estilo del grupo. Con dos tracks originales y un cover al mítico Roky Erickson (líder de la banda psicodélica 13th Floor Elevators), podemos escuchar un rock n´roll directo con un cierto tufo a garage como sólo los suecos saben hacer, a punk rock según los mandamientos impuestos por The Hellacopters y a hard rock punzante como Hoyles y Sjöberg concibieron el sonido de Spiders (sí, Alex Sjöberg fue el baterista fundador de la banda y grabó con ellos únicamente su primer EP).

Tras el rompimiento de Graveyard, Sjöberg quiso darle vuelta a la página y se juntó con sus amigos para seguir haciendo música. De la noche a la mañana, Big Kizz nació y ahora ya se está presentado en Noruega y en Suecia; pero la razón de su aparición es ésa: no dejar de tocar y seguir disfrutando la magia que tiene el rock n´roll. Por lo pronto, el trío firmó con la disquera Tee Pee Records con la finalidad de compartir estos tres venenosos dardos que juntos no suman más de 10 minutos.


"White faces" es un tema original de Roki Erickson que grabó junto con The Aliens para su disco de 1980 que habla sobre una posesión demoníaca, una de las obsesiones esquizofrénicas del cantante norteamericano. En la versión de Big Kizz los tiempos se aceleran al más puro estilo de Nickle Anderson y sus Hellacopters, convirtiéndola en un punk rock que fácilmente te cambia el estado de humor. 

En cambio, "Baby boy" guarda en su dentro de sus insistentes guitarrazos un cierto sabor surf  que los primeros grupos garage de los años sesentas rescataron a través del fuzz. La insatisfecha lírica cae en contradicción con el buen ritmo de la melodía, pero todo queda bajo la estética del garage sueco que catapultó comercialmente The Hives a principios del siglo XXI y que ahora rescata The Dahmers bajo una estética "gore".


Como primer single, Big Kizz decidió lanzar "Eye on you". Los aires de cambio se escuchan para permitir que las cortantes guitarras nos enamoren con una melodía más que infecciosa. La batería juega con un redoble y el bajo recorre todo el mástil aunque logra sostener cada nota. En poco más de tres minutos, la banda nos engancha en un rock n' roll puro de acordes sostenidos que poco a poco nos van llevando al cielo mientras escuchamos una advertencia: aunque tu corazón sea duro, tengo la mirada sobre tí. Sin más pretensiones que hacer un buen tema, el trío logra hacer un hit sencillo que logra su objetivo: el placer de hacer música.

A finales de abril de 2017 fue lanzado el video promocional de "Eye on you", un trabajo realizado por Carl Martinsson por medio de 333 Company. En sus imágenes podemos observar a la banda llegando a un extraño bar donde tan sólo hay un par de borrachos, sin embargo, ellos piden permiso al cantinero para tocar una canción. Los acordes comienzan a escucharse y varios chicos aparecen para bailar con el ritmo mientras una lluvia de papeles de colores caen del techo.

No sabemos cuál será el siguiente paso de Big Kizz. Es probable que pronto salga un disco completo, quizá desaparezcan igual como llegaron. Por lo pronto están sobre los escenarios, así que es señal que tenemos a este supergrupo para otro rato. Mientras llegan más noticias sobre ellos hasta este lado del charco, tan sólo nos queda disfrutar de lo que han hecho hasta hoy mientras mantenemos nuestra mirada hacia esa fuente interminable de buena música que es Suecia...