Una imagen blanca sobre
un fondo negro nos hace llamar la atención. Le damos la oportunidad de revisión
a esta portada y encontramos una dualidad en un dibujo que contiene íconos de
antiguos dioses prehispánicos entrelazados con símbolos de nuestra época. Como
encabezado leemos Maligno y nos viene al recuerdo aquella banda mexicana que
entrelazaba el doom setentero con el hard rock y el metal del siglo XXI. A los
pies de la imagen encontramos el título de la placa: Universevil.
Vida y muerte se
enfrentan en una lucha sin fin, pero es la maldad la que comienza a imponer sus
condiciones sobre una difícil y mágica realidad. Nacemos para morir, pasamos de
un mundo a otro y el ahora es sólo un instante doloroso de lucha contra el
universo y contra nosotros mismos. Un recién nacido está de un lado mientras
del otro observamos un hombre trajeado moderno tomado por el cuello. Tláloc se
encuentra unido a Mictlantecuhtli mientras son rodeados por dos soles, un
demonio con un elixir en la mano y una mágica mujer de fuego.
La mitología azteca
sirve de pretexto para acercar el enigmático mundo de la muerte y la obscuridad
al hard rock hecho en México. Fue con estas ideas con las que Maligno comenzó a
trabajar en su segundo disco con la intención de consolidar su sonido y establecer un concepto que diera unidad a
su placa. Así fue como en septiembre de 2008 publicaron su Universevil, una grabación que logró establecer a esta banda de
Monterrey como la más importante del género en este país y que permitió que
otras latitudes voltearan la mirada a lo que se podía hacer en el pueblo
heredero de Quetzalcóatl y Huitzilopochtli.
Guitarras llenas de
riffs surgidos desde las obscuras aguas del Black Sabbath setentero en una
mezcla con los huracanes metaleros de los años noventas. Una voz que dentro de
su pago de tributo a Ozzy Osbourne, logra en ciertos momentos desprenderse
hasta alcanzar su identidad propia. Esta es una banda que estaba construyendo
su nicho en la historia musical de México dentro de un género olvidado,
despreciado y en plena búsqueda de reconciliación con su pasado y un nuevo
futuro.
¿Pero
quién carajos son estos tipos?
En el año de 2004 se
organizó la ciudad de Monterrey, Nuevo León una pequeña presentación para hacer
un tributo a Black Sabbath, banda con gran arraigo en México. Tal fue el poder
de las presentaciones y la respuesta del público que los miembros de dicho
tributo decidieron formalizar el proyecto, lo que los llevó naturalmente a la
composición de sus propios temas. Ello los llevó a convertirse en la banda
abridora de gente como Metallica, Guns n’ Roses, Fear Factory y Mastodon. Durante
ese camino que sentó las bases de la banda, su sonido fue madurando hasta
llegar a hacer uno propio a partir de las enseñanzas de Sabbath. Fue precisamente
de esto de donde salió el nombre del grupo: Maligno.
Del conjunto de músicos
que participaron en tal tributo, cinco de ellos se establecieron en el concepto
y crearon la banda. Del primero que tendríamos que hablar sería de Andrés
Saénz, quien tomó la iniciativa de hacer la banda y poner su estudio para
trabajar el lo que sería el primer disco de Maligno. La precisión en su forma
de tocar la batería quedó demostrada al mutar el estilo que tenía con
Genitallica (banda con la que se dio a conocer y con la que obtuvo los recursos
suficientes para montar La Nave, su estudio de grabación) para transformarlo en
un proyecto más serio en el concepto y de mayor calidad en la interpretación.
En el bajo se encuentra
Marco Gil, un joven con experiencia en el mundo metalero de México tras forma
parte de la banda de death y black Toxodeth. Sus figuras en las cuatro cuerdas
buscan respetar el estilo de Gezeer Butler, pero al introducir diferentes
efectos especiales en su sonido, podemos escuchar cosas cercanas al stoner.
Las guitarras rítmicas
están a cargo de Zef Vega, un tipo con una cercanía en su imagen a Dimebag
Darrell de Pantera y que sin duda su aspecto es lo más cercano al cliché de lo
que “debe” ser un metalero. Sus bases rítmicas dan soporte a la banda y sobre
ellas es donde Maligno se desarrolla.
Las líneas melódicas
fluyen a través de una Gibson Les Paul en los dedos de Iván Tamez, guitarrista principal de Maligno.
Su experiencia se generó por medio de diversas bandas en las cuales participó,
pero con las que no tuvo mucho éxito: Acarnienses, Mamíferos Habituales,
Reaktor, Warning y Gigur. Su estilo está basado en las enseñanzas de Tony
Iommi, pero podemos detectar ciertos pincelazos de Jimmy Page, Ritchie
Blackmore, Frank Zappa o Robert Fripp.
Finalmente, para cerrar
el círculo, tenemos a Luis Barjau en las vocales, un tipo que por medio de
imitar el estilo vocal y melódico de Ozzy Osbourne, lograr encajar en el sonido
de la banda. Sin embargo, si ponemos un poco de atención, podemos encontrar
otros colores que permiten a Barjau despegarse de su mentor y permitirle a
Maligno una identidad propia.
Tras la grabación de su
primer disco en 2006 a través de sus propios medios y la difusión por medio de
Asenath Records, Maligno jaló los reflectores a su propuesta. Las
presentaciones se fueron volviendo habituales y la gente los fue reconociendo
en su calidad musical y compositiva. Una vez terminada la promoción de su álbum
debut, la banda se encerró nuevamente en
los estudios de Saénz para trabajar con su segunda placa, la cual fue
masterizada en los West West Side Music
de Nueva York por Alan Douches, quien ha trabajo con gente del calibre de
Cannibal Corpse, Mastodon, Death, In Solute y Black Tusk.
Por si fuera poco, el Universevil cuenta con una portada hecha
por Gary Rosas, vocalista de la banda texana de sludge y doom Mala Suerte. En
ella podemos ver las animaciones de los distintos personajes que se mencionan
durante el disco: la bruja roja, el demonio, el hombre del traje obscuro, los dioses antiguos de piedra y la
muerte representada con un cráneo.
El
concepto
Después de su disco
debut publicado a finales de 2006, Maligno se concentró a depurar su concepto
musical y a trabajar fuertemente con su sonido. A pesar de los excelentes
resultados que tuvo Maligno con el
público y con la prensa, la banda buscaba definir más su propuesta, con la
intención de dar el golpe maestro.
Universevil
es
una placa lleva de rock pesado que por medio de su sabido gusto por Black
Sabbath, logra un despegue hacia nuevos horizontes cercanos al metal de los
años noventas. Más arriesgado que su disco anterior, las líricas versan sobre
la maldad que ha reinado en la realidad desde épocas antiquísimas. A donde se
coloque la mirada, se puede ver ese manto obscuro que es la maldad postrado
sobre la vida, la naturaleza y el hombre. Maligno lo rescata y lo relata por
medio de historias propias y otras ya contadas por nuestros ancestros, llevándonos
a un universo de lucha, sacrificio y horror que nos identifica como seres para
la muerte.
Este disco no sólo
rescata la ideología llena de conflictos y contradicciones del mexicano, sino
que lo hace a través de la música que ha logrado calar hondo en su gusto, pero
que muchas veces es negada o hecho menos debido al sentimiento de “traición”
por lo nacional. Con líricas en inglés y la búsqueda de la recuperación de los
sonidos análogos en su producción, Maligno hace una obra redonda que retoma ese
gusto por el doom setentero que encuentra en la idiosincrasia del mexicano una
fuente excelente de temas qué explotar.
La música que se
escucha en todo el disco es “tenebrosa” (como ellos mismos la han calificado),
lo que logra un gancho inmediato con los que buscan a aquellas bandas que tocan
rock fuerte con sabor vintage. Esto motivó que el disco fue muy bien recibido
no sólo en México, sino en otras partes de America Latina (sobre todo
Argentina) y en otras latitudes como Europa y Estados Unidos.
Canción
por canción
The
red witch: Olvidada en el tiempo, las profecías las
recuerdan. La sangre de cientos de bastardos es lo que ha derramado esta
batalla por el fin. La bruja roja ha regresado desde el fuego eterno para
encontrar su venganza… Un pequeño remate da pie a que un riff de guitarras nos
abrace sin remedio. Unas pequeñas figuras en bending sobre las cuerdas nos
quieren hablar de dolor, las cuales son interrumpidas por una metalera melodía
que nos hace saber de qué viene el disco. Inesperadamente, las distorsiones
cambian hacia un sonido trash que no puede evitar que movamos la cabeza.
Two
suns:
Las sombras caen poco a poco sobre las montañas sagradas. La ilusión mata la
mente mientras la mente se pierde. El sol se sumerge en una obscuridad
momentánea que ciega las miradas hasta que, finalmente, de sus entrañas nace
uno nuevo…Una ligera guitarra con delay repta sigilosamente sobre el piso como
si se tratara de una obscura sombra. Los instrumentos se suman uno a uno hasta
que explotan al unísono en un riff totalmente “sabbath”. El solo de guitarra
encuentra su lugar, pero termina cediendo su espacio a un atascado bajo en wah
que nos adentra al misterioso eclipse que nos relata la letra.
Waits
is to fall: varias voces rondan en el interior en
búsqueda de una respuesta. Se vuelve la mirada hacia atrás y sólo se observa
desgracia. Viviendo a la espera de un poco de suerte, sin embargo, cualquiera
espera es en vano…Una figura lenta de notas arrastradas como cadenas amarradas
a los pies nos recuerda la melodía y el sonido de “Electric funeral” del Paranoid de Black Sabbath. Luego de
pagar tributo con esa introducción, la rola abre paso a un salvaje ritmo
fortalecido por la voz de Barjau en pleno homenaje a Ozzy Osbourne y excelentes
arreglos de la guitarra de Tamez para redondear la obra. Al término de la
canción, los efectos sonoros sobre las voces nos hacen perder el suelo en un abismo
sin fondo.
Dirty
black suit: La lucha por el poder puede ser cruel.
La ambición conlleva destrucción y muerte. Los corazones miserables se creen
los reyes con sus sucios trajes obscuros. En los círculos del poder piensan que
ellos tienen el control, pero no es así… Como si fuera un túnel en el tiempo,
esta rola retrasa los relojes hasta la época del hard rock de principios de los
setentas. Una guitarra slide de sabor blusero en combinación con otra en
distorsión a la Tony Iommi, hacen que esta canción se convierta en una joya
para los amantes de los sonidos vintage. Mágicamente, la rola se transforma en
un agitado trash metal donde podemos presenciar la calidad de Andrés Sáenz en
la batería y una voz más “ruda” de Barjau. Hacia el final de la melodía se
puede escuchar un cortante solo de armónica muy a la Robert Plant que termina coronando
el viaje.
Astral
bachanalia: La mirada se dirige al cielo para
admirar el espectáculo: una bacanal astral. Sin inicio y sin final, el universo
muestra sus respuestas mientras los planetas colisionan entre sí. Ante un
Abraxas totalmente borracho en el éxtasis del cielo, sólo nos queda hacer un
tributo al sol… Melodía de ritmo lento pero de gran fuerza y equilibrio entre
sus guitarras distorsionadas y llenas de pedal wah. Rola muy hard rock, muy
vintage y de innegable sabor a Sabbath. El teclado de la parte media juega con
el misterioso espectáculo que estamos presenciando en el cielo. Hacia el final
de la canción, escuchamos una ligera y mágica improvisación que nos permite
viajar al propio espacio sideral.
Son
of Tlalocan: esta es la ofrenda que ofrecen los
hijos de Tlaloc. Sacrificando sus vidas y ofreciendo sus almas, se entregan al
poder de su dios en búsqueda de perdón y de un espacio en su lugar en el
universo. Un tributo al dios de piedra para obtener rayos, tormentas y
terremotos que alimenten la tierra… Las
guitarras entonan una salvaje melodía como si danzaran en honor a los dioses.
El solo de guitarra logra despegar de la tierra para el encuentro con el
tributo perfecto. El ritmo baja hasta convertirse en un doom reptante lleno de
misterio y maldad, como si se encontrara empantanado en aguas estancadas. Un
delicioso bajo cambia la melodía y nuevamente comienza la danza, convirtiéndola
en un acto eterno.
Golden
demons: Tratamos de observar a través de la tormenta de
mentiras que cae. Los grandes demonios dorados nos traen miedo y confusión. La
pelea ha comenzado y sólo queda evolucionar, cambiar nuestro estado mental y
levantarse nuevamente para encontrar la verdad… El viento se deja escuchar y
dentro de su fría sensación una tenebrosa melodía suelta sus primeras notas. La
distorsión entra y sentimos su poder mientras escuchamos una letra que habla
sobre la batalla entre la razón y la confusión. La voz de Barjau no puede negar
su intento por calcar a la de Ozzy Osbourne. La parte media nos arranca de
nuestros cimientos para permitirnos oír la capacidad de los integrantes de Maligno
como grandes músicos: un bajo que juega con notas fluctuantes en wah, una
guitarra fuerte que sirve para llevar la melodía, una batería que emula los
ritmos tribales y un solo espectacular lleno de personalidad propia.
Killing
sunshine: este es el pueblo del sol y este es su canto de
contradicción y confusión interna. Entre viejos dioses de piedra y un libro
sagrado que habla de destrucción para encontrar nuevos tiempos. La lluvia ácida
cae sobre las almas y observamos como la madre tierra ha sido herida. La sangre
corre bajo un brillo de sol asesino que poco a poco muere también. Este es el momento
en que la obscuridad y sus pesadillas toman su revancha… Las graves guitarras derrochan
su maldad sobre un juego rítmico de bajo y batería que cortan los tiempos. La
música privilegia la lírica, lo que provoca que se pierda la unidad en la
canción. Para contrarrestar ello, podemos escuchar un genial puente musical que
un poderoso bajo provoca, permitiendo que el resto del grupo descargue las baterías.
Impossible:
Navegando en el océano de la decepción, solo podemos ver que no hay redención
ni mañana. La fuerza de la furia se siente con todo su peso y caemos en
consciencia de lo imposible… Rompiendo totalmente el plano de la placa, “Impossible”
comienza con un ritmo ligero y juguetón que cambia un poco al pisar el pedal de
Metal Zone y encontrar refugio en el seno materno de Black Sabbath. El solo de
guitarra termina en un suave canto sobre guitarras fuertes, lo que logra
transportarnos a la atmósfera de contradicción que busca la rola.
Bloodworld:
El mundo sangriento se postra ante nuestros ojos. No se requiere de profetas
porque sabemos lo que está por ocurrir. Los sentimientos se materializan y sólo
queda el temor por dentro…Como una cuerda que se rompe poco a poco, los
instrumentos entran sobre la melodía hasta tomarnos de la mano a un lúgubre
sendero de obscuridad y dolor. Hard rock de sabor doom setentero que logra
transportarnos al mundo que nos narra la lírica. La parte media de la rola se
convierte en un recuerdo por las bandas metaleras de los noventas gracias a su
gran solo de guitarra. Las guitarras se transforman en un sonido stoner que nos
sacude y nos dejan frente a una terrible visión. Finalmente, una guitarras acústicas
se abren paso ante la niebla y el remanso de una marea nos muestra una ligera
luz al final del túnel.
Este es el Universevil,
un poderoso disco que resultó extraño para un país que había dejado a lado
su gusto porque el rock fuerte y que siempre le ha tenido miedo a la creación
propia. Arriésguense y entren a este universo de maldad de Maligno…
Wow, Alguien por fin entendio este disco...
ResponderEliminarSaludos.
Muchas gracias por darle una leída a este pequeño recuento de un gran disco... Saludos!!
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