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miércoles, 30 de septiembre de 2015

Apolo: el recorrido de una banda mexicana en pleno ascenso


El camino para encontrar un espacio en el mundo de la música no está definido. Algunos llegan a la fama gracias a sus contactos, otros aprovechando alguna tendencia de moda y unos más por suerte. Sin embargo, existen algunas historias que nos narran como el trabajo, los sacrificios y la perseverancia son los ingredientes para encontrar un nicho dentro del saturado mundo del rock. Una de ellas es la de Apolo…

Empezando desde abajo, cambiando de residencia cada vez que logran cumplir la meta, dejando todo atrás para alcanzar su sueño, los chicos de Apolo han ido logrando con tenacidad definir su concepto musical y establecer su proyecto contra todo pronóstico. Con la sencillez que ha mantenido desde su inicio,  el grupo ha ganado el reconocimiento de los medios especializados, de otras bandas dentro y fuera de México y, lo más importante, del público que los ha acompañado durante su recorrido.



¿Pero quién carajos son estos tipos?

Todo comienza en un viaje a la ciudad de Monterrey, Nuevo León en 2008 cuando varias bandas de rock del estado de Chihuahua se organizan para realizar una presentación, con la intención de mostrar lo que se estaba haciendo dentro de ese circuito. Los integrantes de las distintas bandas tuvieron la oportunidad de platicar y convivir durante algunos días. Ahí fue donde Iván Sotelo propone al baterista y bajista de otro grupo a formar parte de un proyecto que él estaba formando, aquí comienza la historia de Apolo.

Iván Sotelo es un excepcional guitarrista que es reconocido por su gran nivel en las seis cuerdas, su poder de dirección y su imagen en el escenario. Zurdo, como lo conocen todos, tras varios años de práctica, concibió su sonido basado en el efecto de POG de Electro-Harmonix amplificado con su respectivo Orange hasta convertirse en su marca personal. Para ello, necesitaba de una base rítmica ideal que tuviera la capacidad de dar base a sus riffs y que a la vez pudiera desarrollarse a sí misma.


Durante el largo trayecto de carretera entre Chihuahua y Monterrey, Zurdo coincide en sus gustos musicales con los de Iván Almanza y Santiago Villaba como Led Zeppelin, Black Sabbath o The Doors entre los clásicos y a Queens of the Stone Age, Wolfmother y Tame Impala dentro de las bandas más recientes. Con esta base, de regreso a su ciudad natal deciden comenzar el nuevo proyecto.

La batería corre a cargo del muchacho con el tatuaje del insecto en el pecho: Iván Almanza, Gran precisión que bebe directamente de las fuentes del rock progresivo. El equilibrio entre la fuerza de sus figuras, el juego con los platillos e ingeniosos remates que terminaron por llamar la atención de Zurdo.

La base musical de la banda se complementa con Santiago Villalba en el bajo. Los cabellos obscuros y rizados se agitan mientras sus dedos no paran de moverse sobre las cuatro cuerdas de un Fender Jazz Bass o un Gibson EB-3. Tras su delgada voz, Santi es un chico de grandes ideas que terminan reflejándose en su estilo y en la imaginación que plasma sobre los trastes.


En la búsqueda de un nombre se toparon con un documental sobre la carrera espacial durante los años 60 y 70 en donde se escuchaba de fondo “Immigrant song” de Led Zeppelin. Los viajes tripulados norteamericanos que lograron llegar a la luna se realizaron en las naves Apolo, y fue esta palabra la que llamó la atención de los chicos. La música sería la nave ideal para salir de la Tierra y su nombre tendría también que llevar el de aquel antiguo dios griego que era relacionado con dicha bella arte.

En las voces se encontraba David Maldonado, un joven con el cual comenzaron las correrías de la banda a través de los diferentes bares, fiestas privadas y antros de la ciudad de Chihuahua. Poco a poco fueron surgiendo las melodías dirigidas por las estructuras musicales hechas por cada instrumento hasta que agotaron todas las opciones existentes de una ciudad tan pequeña. Este fue el primer momento crucial para el grupo: cambiar de rumbos y dejar a la familia, los amigos y la escuela. Una decisión como esta no es sencilla tomarla, por lo que David decide bajarse de la nave, dejando sin voz a Apolo.

Con el objetivo definido, la banda decide mudarse a la ciudad de Monterrey durante 2008, un lugar cosmopolita con una escena propia y con la posibilidad de mayor difusión del proyecto. Sin vocalista, Zurdo se da a la tarea de encontrar el candidato ideal para el concepto, por lo que le ofrece el puesto a Albar Alcantar, quien en ese momento tocaba con otra banda en Chihuahua. En un arranque de locura, Albar renuncia a su grupo y deja la escuela para mudarse a Monterrey junto con Apolo para comenzar una nueva etapa en este viaje.

La energía de las presentaciones de la banda, los ganchos melódicos de sus rolas y la calidad en las líricas posicionan al grupo dentro de la música que se escuchaba en ese momento. Eso los lleva a ser invitados a participar en el documental “Las tribus del desierto: el rock de Chihuahua”, lo que les inyecta los deseos de no frenar su ritmo. Esto los lleva nuevamente a dar el siguiente paso: dejar Monterrey para conquistar la ciudad de México.



Los pocos centavos juntados sirvieron para rentar un pequeño cuarto en el centro de la ciudad y comenzar la nueva aventura. Durmiendo en el mismo colchón y trabajando de medio tiempo, sacrificaron todo para continuar con su sueño. Bares, fiestas privadas y el metro de la ciudad fueron los espacios que dieron cabida a Apolo, lugares que sirvieron de testigo sobre la espectacular energía del grupo en vivo, además de enseñanza de humildad a un cuarteto de chicos que sabía que era necesario dejarlo todo por alcanzar su sueño. Fue así que se deciden inscribir en el concurso de bandas “Vive Cuervo and Roll” donde ganan el segundo lugar de entre más de mil grupos registrados. Con estos logros cosechados, estaba llegando el momento para meterse a los estudios y captar en una placa la colección de temas que poco a poco se grababan en la mente del público.

El concepto

Con varios temas ya montados y definidos gracias a las constantes presentaciones, Apolo decidió grabar formalmente un disco con la intención de establecerse. Tras un trabajo previo con el ex bajista de Zurdok, Mauricio Terrazina, la banda había grabado un demo que les hizo aterrizar algunas de sus ideas y saber qué es trabajar en un estudio. Sin embargo, dicho material sólo sirvió como catapulta para lograr espacios en lugares formales y como pasaporte para llegar a la ciudad de México.


De esta manera, los Apolo se metieron a los Sarras Deli Estudio de la mano de Sacha Triujeque, productor mexicano que ha trabajado con gente como Gustavo Cerati, Kinky y Control Machete. Por si fuera poco, la masterización del disco se realizó en los Resolution Mastering Studio de Ron Boustead, quien  ha trabajado con gente de la talla de The Rolling Stones, The Eagles, Madonna, Black Label Society y Monster Magnet. Para principios de 2013 se publicó el EP con el título homónimo de Apolo, un disco que en su portado podemos observar un paisaje boscoso y la luz del sol filtrándose entre la copa de los árboles.

Las canciones que forman parte de este EP nos muestran a una banda en plena formación, donde se escucha claramente la forma en que trabajan con la composición: Zurdo o Santi proponen algún riff que es presentado a los demás para que entre todos construyan la melodía completa. Finalmente, la lluvia de ideas se desarrolla para crear la letra que vista la estructura musical.


En Apolo escuchamos como se pierde la razón del ser, ya sea a través de elementos cósmicos (“La noche” y “Luz de oriente”), por elementos naturales personificados y mágicos (“Guajura” y “Dama de viento”) y hasta por elementos personales (“Catarsis”). La placa es una oda a la pérdida del control interno, como nuestra atención puede escapar de nuestras manos ante el misterio de lo desconocido, lo grandioso y lo misterioso. La mente se inunda de visiones y la realidad se confunde con la fantasía. Los misterios ahogan el alma hasta que ésta deja el cuerpo.

Apolo tuvo en “Dama del viento” su corte de difusión en las radiodifusoras y en las redes sociales, jalando los reflectores hacia su música y hacia la historia de sacrificio y esfuerzo de los de Chihuahua. Las puertas se abrieron y la banda tuvo la oportunidad de tocar en el Festival Vive Latino, con la participación estelar de Omar Rodríguez-López, guitarrista de The Mars Volta, At the Drive-In y Antemasque. Gracias a esto, el rumor del poder de la banda comenzó a crecer hasta llegar a los oídos de Dave Grohl, quien solicitó que Apolo fuera la banda abridora de los conciertos de Foo Fighters de diciembre de 2013 en la ciudad de México.


Gracias a la aceptación del público y de los medios especializados con lo realizado en Apolo, el grupo se mete nuevamente a los estudios en 2014 para grabar lo que sería su segundo EP: Tercer solar. Para este, tuvieron la oportunidad de grabar con el propio Omar Rodríguez-López una rola y de ser dirigidos en la grabación nuevamente por Sacha Triujeque. La producción corre por la propia banda con la mezcla realizada por Iván, el baterista del grupo.



En Tercer solar se escucha un gran avance de la banda en la forma de componer sus melodías y en su trabajo en el estudio. La mano del guitarrista de The Mars Volta se siente en el trabajo, quien permitió que la banda continuara con el sonido que ya han logrado con el paso de los años, pero fue quien recomendó algunos cambios en las estructuras de la rolas y en el juego de efectos sonoros de los instrumentos.

Las cinco rolas de este segundo EP nos muestran la rápida madurez del grupo en cuanto la composición lírica, donde podemos escuchar tributos a las novelas de Herman Hesse (“Lobo estepario” y Siddartha”), el gusto por los elementos cósmicos heredados por la psicodelia (“Viaje astral” y “Dimensión atroz”) y el acercamiento a la mitología antigua (“Galatea”).
Si buscáramos un hilo conductor a Tercer solar, podríamos encontrarla en la idea de la liberación del ser, un exorcismo de los demonios narrados en Apolo para permitir al individuo su tranquilidad y su crecimiento. Este es un rompimiento con los amores destructivos, los miedos a la experimentación y con la sociedad opresora que intenta reprimir los deseos. Esta es la recuperación del ser humano, de su conciencia y de su razón.


Canción por canción

APOLO EP


Guajura: Cuenta una leyenda de la tribu indígena de los guarijíos en Chihuahua que una bella mujer fue castigada por su vida desordenada, siendo castigada con un hechizo que la convirtió en una serpiente y condenándola a vivir eternamente en las aguas del río Mayo. Dicen los mitos que cuando  se acercan los hombres a tomar agua del torrente, la mujer “wuajura” toma su antigua forma para seducirlos. Una vez embelesados, los incautos son tragados por el río convertido en un remolino y quedan eternamente en sus brazos… Tambores tribales se dejan oír mientras un bajo se repite una y otra vez como un ciclo sin fin. La guitarra se une a la reptante danza y completa la melodía. Al igual que la historia que nos cuenta, la rola nos hipnotiza y nos traga por completo. Ahogados en su torrente, poco a poco nos perdemos en un caos de aguas revueltas de guitarras con octavador polifónico y  de distorsionado y arriesgado bajo. Con un video dirigido por Paco Ibarra, Apolo cuenta la leyenda que inspiró la canción y nos muestra un poco de lo que es la sierra de Chihuahua.



La noche: El hombre rendido ante la obscuridad y su mágica ilusión. Un alma rendida ante las sombras que busca refugio en los brazos de la noche… Sencillo riff de guitarra atascado de POG que encuentra su “gancho” en la melodía de cada estrofa y los improvisados solos de guitarra surgidos de escalas pentatónicas menores. Rola que también tiene un video dirigido por Paco Ibarra, en el cual podemos ver a la banda corriendo por las calles del centro de la gran ciudad de México y tocando en el Lemur Room, su cuarto de ensayo.


Luz de oriente: Una oda al sol, un sacrificio al astro rey donde se entrega como tributo el alma propia. La luz ilumina todo y sólo queda admirar su belleza… Enigmática rola que bajo su magia va hipnotizando a todo aquel que la escucha. Con un sabor innegable a las guitarras de Omar Rodríguez-López de The Mars Volta, Zurdo nos envuelve en una ensoñación sonora que intenta llevarnos al misticismo de oriente, pero que al final del camino nos hace despegar los pies hacia la anhelada estrella.


Dama del viento: Uno de los cuatro elementos se personifica para hacer sentir todo su esplendor. El ser humano, tan pequeño ante la inmensidad de la madre naturaleza, sólo le queda su ignorancia y la contemplación. Aunque se buscan las respuestas en el interior, todo será en vano. La duda quedará flotando en la brisa… Un riff de guitarra dentro de un adictivo juego de escalas se convierte en un golpe directo a quien lo escucha, por lo que sin lugar a dudas esta canción se convirtió en el primer sencillo de la banda y éxito seguro en las estaciones radiales del género. Por si fuera poco lo pegajoso de su estructura musical, el coro de la rola termina dando la estocada final. La rola tenía una letra originalmente en inglés, pero por recomendación del productor de su demo, Mauricio Terrazina (conocido por haber sido el bajista de la banda regiomontana Zurdok), fue cambia al español por David, vocalista anterior del grupo. Un tufo a las rolas del primer disco de Wolmother se puede oler, aunque la canción termina construyendo su propia identidad gracias al gran solo de guitarra de Zurdo lleno de POG. Con un video de Marcelo Quiñones, en “Dama del viento” podemos ver a unos Apolo con sabor retro y rostros pintados. Es inevitable ver a Albar y no recordar a gente como Jim Morrison, o a su imitador español, Enrique Bunbury.


Catarsis: Comparada con aquellas criaturas malditas con las que Odiseo tuvo que pelear en el regreso a su tierra natal, la explosión interna nos muestra la batalla entre los sentimientos encerrados que al fin encuentran su salida, su liberación y su curación. Cegado al espectáculo que es uno mismo, ahora encontramos en la catarsis el juego eterno de la vida… Tal y como si fuera un gigantesco órgano, la guitarra de Zurdo se llena de “octavación polifónica”, logrando transformarse a sí misma en un muro sonoro infranqueable. Tras esa imponente introducción, un alegre riff se desboca mientras nos hace agitar las melenas. Dentro del desbocado ritmo, una “competencia” entre Santi y Zurdo permite admirar la calidad musical de Apolo.



TERCER SOLAR


Lobo estepario: Las puertas del teatro encantado se han abierto y nos encontramos con el ser humano debatiendo entre la razón y la locura. La piel de lobo del huraño y agresivo termina cayendo sus hombros para mostrarnos al verdadero hombre. Asqueados de la burguesía y del mundo sobrecargo y necio, el hombre solitario vaga sobre la estepa que es su propia vida… Un feedback se deja oír y de repente nos asaltan los instrumentos en un agitado ritmo entrecortado, donde la batería de Iván se lleva las palmas. La guitarra de Zurdo bajo su efecto POG se transforma en un teclado a la Deep Purple que sirve de escenario perfecto para la intensidad del coro de la canción. En el punete de la rola podemos un marcado riff de gran intensidad que juega con los silencios, lo que hace que se note el progreso de la banda en la composición musical de su EP anterior. El solo de guitarra en pedal wah nos trasporta al poder las bandas de hard rock de los años setentas. La letra de la canción está basada en la novela de Herman Hesse de 1928 del mismo nombre.


Viaje astral: Esta es la oportunidad de dejar los miedos atrás, pasar la estratósfera y llegar a las estrellas. Un viaje ácido con su gama de colores nos transporta a un laberinto de emociones hasta dejarnos ante el portal de la ilusión… Sin bajar el ritmo impuesto por “Lobo estepario”, Apolo nos regala una melodía de guitarras cósmicas que sorprende con un coro de sabor pop que recuerda a Naranja Mecánica, aquella banda de Torréon, Coahuila que fue famosa por su “Siguiente vida”. Gracias a un solo de guitarra de gran manufactura y colores psicodélicos, la rola termina explotando a través de su efecto wah.


Dimensión atroz: El ser encerrado en sí mismo, cayendo en un abismo propio, atrapado en una dimensión atroz. La tierra se abre y todo se desquebraja a su alrededor. El tiempo se ha burlado de la realidad y lo que queda es soltarse de todo… Una canción rescatada del primer demo de la banda y que tiene sus acidas líricas compuestas por David Maldonado, el primer vocalista de Apolo. Con un sonido en las guitarras muy semejante al EP anterior de la banda, esta rola explota con una gran fuerza de riffs que suben y bajan mientras la melodía rompe con ellas.


Siddartha: Esta es el ansia de encontrar lo esencial de uno mismo y así encontrar la sabiduría. Rascando en el interior, el ser se encuentra a sí mismo con la intensión de alcanzar la vida plena en serenidad y armonía, dejando el mundo de la ilusión. Esa es la perfección que se debe alcanzar… Los coros se dejan escuchar como un canto que busca el nirvana. Zurdo comparte las guitarras con el productor del disco, Omar Rodríguez-López, quien termina haciendo un espectacular solo. Los golpes de la batería terminan siendo destructivos hasta que se regresa a la melodía básica. Así como “Lobo estepario”, esta rola está basada en una novela de Herman Hesse de 1922 y que encontró eco en la búsqueda de libertad de la juventud de los sesentas. Nuevamente con la dirección de Paco Ibarra, el video de “Siddartha” nos muestra el poder de las presentaciones de Apolo en vivo, ya sea en pequeños foros, en conciertos multitudinarios o el metro. Aquí podemos ver a Omar Rodríguez-López acompañando a la banda en la interpretación de esta rola durante su participación en el Festival Vive Latino.

Galatea: Tal y como si fuera Polifemo, el ardor de la ira entre en el cuerpo del hombre engañado. Sin embargo, este cíclope no se quedará con esta Galatea. Solo la muerte podrá arrancar el dolor provocado por la debilidad de la carne. La araña está muerta… En una entrevista, los chicos de Apolo contaron que esta canción nació del término de una relación amorosa y destructiva de uno de los integrantes. La joven en cuestión vivía cerca de una gran centro comercial en la ciudad de Chihuahua llamado “Galatea”, lo que sirvió de inspiración para la historia.



Estos son los dos EP’s de Apolo, una banda con el futuro en sus manos. El primer disco completo está por publicarse, así que este es un excelente momento para regresar la mirada a su despegue para observar su ascenso.


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