El vinil comienza a girar sobre la tornamesa, leemos la advertencia que la tapa trae y nos advierte "para ser tocado a máximo volumen". Mi madre está lavando los trastes y sin más dejo caer la aguja sobre los surcos e inmediatamente un riff cortante y adictivo inunda la casa entera. Lejos de que ella pida que mueva la perilla al mínimo para recuperar el silencio perdido, deja el jabón a un costado y comienza a seguir el ritmo como cuando era joven e iba a las tardeadas a bailar y convivir por medio de la buena música. La música no para un sólo segundo mientras las bocinas resisten con gran esfuerzo una tarde más de rock...
Los culpables de esa reacción inverosímil en aquel atardecer fueron los suecos de Gin Lady, banda nacida de las cenizas de los Black Bonzo que orientó su sonido hacia el rock pop de principios de los setentas y dejó a un lado el hard rock y progresivo de teclados omnipresentes de esa misma época. La mujer que me dio la vida era fiel seguidora de The Doors, The Beatles y Grand Funk Railroad, pero le encantaban aquellos temas menos agresivos de su juventud que le permitieran mover los pies y soltar el cuerpo. Gran parte de las 17 canciones que conforman el Mother's ruin lograron desencadenar el demonio que guarda mi madre en su interior, así que para mí este disco había cumplido su objetivo: crear excelente música que retomara el buen rock setentero para hacer nuevas cosas que valieran la pena.
Aquellos chicos que habían formado a Black Bonzo, una vez acabado el proyecto abandonaron su natal Skellefteå para radicar en Estocolmo y formar en 2011 a la dama ginebra, una banda sumergida en el buen rock n' roll que mezcló las guitarras de melodías insistentes con diversas posibilidades rítmicas que rompiera con la escena sueca dominada por el vintage obscuro a la forma de Graveyard y Witchcraft. Es así que en su estilo bien podemos escuchar cosas cercanas a The Faces hasta The Allman Brothers pasando por Alice Cooper y Blue Oyster Cult, lo que logra crear un extraño cóctel de sonidos que son necesarios desmenuzar poco a poco.
Han pasado ya cuatro años desde que Gin Lady presentó su álbum doble Mother's ruin en 2013, disco que hasta el día de hoy sigue sorprendiendo con su irónica frescura sonora hecha a partir del rock de antaño. Magnus Kärnebro en las vocales, Joakim Karlsson en la guitarra, Anthon Johansson en el bajo, Fredrik Normark en la batería y Klas Holmgren construyeron 17 temas llenos de buen rock n' roll que nos llevan directamente al recuerdo de bandas tan distintas como Humble Pie, Steely Dan, The Rolling Stones o Black Crowes gracias a la recuperación de géneros como el pop, el soft-rock y el rhythm & blues; lo que logró crear un disco bien balanceado que te obliga a mover los pies a su ritmo.
El tema que le da título al disco es una cachetada directa a la mejilla, pues sin compasión arranca con un ritmo adictivo que inmediatamente muerde y no suelta. Mientras las líricas hablan de una mala mujer con una terrible reputación, una dama de la noche que es la sensación de las pistas de baile y que seguramente es una vergüenza para su madre. La guitarra se combina a la perfección con los teclados para crear un increíble riff que entra a la sangre para envenenarla y obligarnos a cantar el estribillo una y otra vez. Sus escasos tres minutos y medios se nos escapan como agua entre las manos como los viejos sencillos del pasado, aquellos donde lo importante era ofrecernos una figura que se tatuara en la mente para que corriéramos a la tienda de discos más cercana para comprar el LP con la esperanza de encontrar más canciones parecidas.
A las pocas semanas de haber sido publicado el Mother's ruin, Gin Lady presentó el video promocional de su single, un trabajo visual hecho con base en imágenes a blanco y negro donde podemos observar la vida de la banda entre la carretera y los escenarios. Mezcladas con dichas escenas, podemos ver algunos cortes que incluyen a bellas mujeres fatales que tienen a los hombres a sus pies, damas de dudosa reputación que tratan como esclavos a los caballeros. Miradas intrigantes, sonrisas lujuriosas y cuerpos sensuales que bailan sin control mientras los instrumentos entonan una adictiva melodía.
Luego de gran resultado obtenido con Mother's ruin, Gin Lady publicó en octubre de 2015 su tercer disco bajo el nombre de Call the nation, un álbum que sigue el camino trazado por el material anterior pero que no terminó de alcanzar ese estilo pegajoso lleno de ganchos y estribillos memorables. Sin embargo, la banda publicó hace dos meses en su página de Facebook que su próximo álbum ya está mezclado y masterizado, así que dentro de muy poco tendremos nueva música de la dama ginebra, por lo que sólo tendremos que esperar para saber a qué suena la banda en esta ocasión.
Inevitablemente, regreso la aguja al lugar que inspiraron estas líneas, al recuerdo de mi madre bailando con un buen tema de sabores vintage que sólo ella tiene la facultad de darles el visto bueno. No importa que el tiempo pase y se haga a un lado los quehaceres cotidianos, lo importante es dejar que la música invada al cuerpo mientras la mente vuele al ritmo de una buena melodía y que lo demás pase de largo...
El tema que le da título al disco es una cachetada directa a la mejilla, pues sin compasión arranca con un ritmo adictivo que inmediatamente muerde y no suelta. Mientras las líricas hablan de una mala mujer con una terrible reputación, una dama de la noche que es la sensación de las pistas de baile y que seguramente es una vergüenza para su madre. La guitarra se combina a la perfección con los teclados para crear un increíble riff que entra a la sangre para envenenarla y obligarnos a cantar el estribillo una y otra vez. Sus escasos tres minutos y medios se nos escapan como agua entre las manos como los viejos sencillos del pasado, aquellos donde lo importante era ofrecernos una figura que se tatuara en la mente para que corriéramos a la tienda de discos más cercana para comprar el LP con la esperanza de encontrar más canciones parecidas.
A las pocas semanas de haber sido publicado el Mother's ruin, Gin Lady presentó el video promocional de su single, un trabajo visual hecho con base en imágenes a blanco y negro donde podemos observar la vida de la banda entre la carretera y los escenarios. Mezcladas con dichas escenas, podemos ver algunos cortes que incluyen a bellas mujeres fatales que tienen a los hombres a sus pies, damas de dudosa reputación que tratan como esclavos a los caballeros. Miradas intrigantes, sonrisas lujuriosas y cuerpos sensuales que bailan sin control mientras los instrumentos entonan una adictiva melodía.
Luego de gran resultado obtenido con Mother's ruin, Gin Lady publicó en octubre de 2015 su tercer disco bajo el nombre de Call the nation, un álbum que sigue el camino trazado por el material anterior pero que no terminó de alcanzar ese estilo pegajoso lleno de ganchos y estribillos memorables. Sin embargo, la banda publicó hace dos meses en su página de Facebook que su próximo álbum ya está mezclado y masterizado, así que dentro de muy poco tendremos nueva música de la dama ginebra, por lo que sólo tendremos que esperar para saber a qué suena la banda en esta ocasión.
Inevitablemente, regreso la aguja al lugar que inspiraron estas líneas, al recuerdo de mi madre bailando con un buen tema de sabores vintage que sólo ella tiene la facultad de darles el visto bueno. No importa que el tiempo pase y se haga a un lado los quehaceres cotidianos, lo importante es dejar que la música invada al cuerpo mientras la mente vuele al ritmo de una buena melodía y que lo demás pase de largo...
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