La veterana banda The Atomic Bitchwax está de regreso con su llamado super stoner rock, es decir, aquel rock áspero de velocidad sostenida, guitarras desgarradoras y aquella herencia innegable de la psicodelia más pesada y el heavy metal ochentero. El grupo norteamericano se ha distinguido por ofrecer en cada una de sus producciones una colección de temas directos y venenosos que obligan de manera inmediata a mover los pies y agitar la cabeza, pero más allá de su fórmula más que patentada, el trío de New Jersey encuentra la manera de ofrecer algo nuevo con cada lanzamiento.
De aquel salvaje Force field de diciembre de 2017 nos queda el recuerdo de un misil espacial que surcó el universo bajo un constante e insistente ritmo meteórico (reseña-review), pero ahora tenemos la oportunidad de saborear otras texturas sin perder la esencia a través del Scorpio, un álbum editado por Tee Pee Records en los últimos días de agosto de 2020 con el objetivo de ofrecer una selección de tracks incendiarios que se han olvidado del tufo cósmico para retornar al rock infeccioso sin contemplaciones.
Como lo hemos platicado en ocasiones anteriores, la historia de The Atomic Bitchwax siempre ha estado ligada a la reconocida banda Monster Magnet, pero con el paso del tiempo, el trío comandado por el bajista y vocalista Chris Kosnik ha sabido mantener su independencia de Dave Wyndorf; permitiendo de esta manera crear una colección de álbumes de alto octanaje con personalidad propia más allá de aquel espíritu stoner muy característico de la costa este norteamericana.
Scorpio es una granada que sabe bien cómo explotar en nuestras bocinas a partir de melodías aceleradas construidas por medio de riffs constantes y golpes secos que no permiten recuperar el aliento. Aun así, el álbum arranca con un track entrecortado que ofrece el espacio suficiente para que la voz de Kosnik nos grite sin piedad. "Hope you die" es una prueba fehaciente de que The Atomic Bitchwax sabe utilizar el silencio como recurso para dotarle de mayor intensidad a su propuesta sonora mientras las sorprendentes figuras de guitarra en las manos de Garrett Sweeny y la lluvia de meteoros provocada por la batería de Bob Pantella construyen una muralla de sonido que por momentos parece impenetrable.
Sin embargo, el resto del Scorpio es una desbocada carrera que obliga al escucha a levantar la mano cornuta mientras los acordes salvajes saturan el ambiente a nuestro alrededor. Es innegable que "Energy" es muy cercana al estilo de Monster Magnet, el rock tóxico de su melodía logra incrustrar su aguijón para soltar su veneno en el torrente sanguíneo. Aquel bajo saturado con el que arranca "Easy action" retoma los ingredientes elementales del stoner comercial de principios del siglo XXI, pero al bajar la velocidad quizá no sirva de ejemplo perfecto con respecto al resto del material discográfico; algo que notoriamente podemos escuchar cuando "Super sonic" nos golpea sin piedad con su huida sonora imposible de alcanzar.
El octavo álbum de The Atomic Bitchwax ofrece tres balas instrumentales demuestran la capacidad interpretativa de la banda, ya sea en "Ninja" para enseñar como el trío puede ejecutar distintos cambios melódicos y temporales, en "Crash" para señalar la potencia de un power trio en el nuevo siglo o en "Instant death" para escuchar la colección de recursos técnicos que tienen para explotar. Sin embargo, Scorpio resguarda en su interior un amplio panorama armónico que permite al escucha no extraviarse ante el ruido y la velocidad para finalmente ofrecer canciones muy concretas como "Betting man" que son contrastadas con la intensidad del tema que le da nombre al álbum con aquel ritmo incontrolable y efectos sonoros que nos dan la sensación de correr a toda potencia mientras dejamos todo atrás.
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