Un salvaje y agresivo
ojo nos observa, se siente la amenaza de algo que vuela sobre la soledad del
desierto y está sobre nosotros. Se escuchan los primeros segundos del disco y
un extraño ciclo de notas nos sorprende en comparación a la crudeza del Super Van Vacation, la primera obra de
una banda griega que logró despertar la esperanza en nuevos sonidos stoner. No
se preocupen… la densidad no se ha perdido; sólo es lo desconocido, lo
enigmático y lo imponente que planea sobre nuestras cabezas en giros alrededor
del sol hasta tronar las bocinas: han llegado los buitres.
Vultures
es un disco que se editó en 2014 de la mano de The Lab Records. Tras el triunfo
sonoro que fue Super Van Vacation,
bajo la batuta de Billy Anderson (Cathedral, Fantômas, Los Natas, Melvins,
Orange Goblin y Sleep), la banda decidió producirse su nuevo disco y dejar la
mezcla en las manos de George Leodis (Lucky Funeral y Sadhus). Y el resultado
se nota: 1000mods pasaron del stoner-metal hacia un desert rock y psych del que
estarían muy orgullosos Kyuss, Nebula o Queens of the Stone Age.
Todo en Vultures está bajo el abrasante sol
desértico. Uno observa la tapa del disco y el color está quemado. Por si fuera
poco, el arte de Indyvisuals logra que ésta se vea roída, vieja, desgastada. El
tiempo ha pasado sobre el disco y por ello suena a retro. Imagen vintage que
acompaña a los juegos visuales rojo, blanco y negro al puro estilo del espectro
de colores de los discos de The White Stripes.
Y sin duda este disco
es una sorpresa. Poco a poco el sobrevuelo de los buitres nos va acechando bajo
el calor insoportable del desierto hasta que es inevitable sentir como sus
garras arrancan nuestra carne. La saturación de instrumentos del stoner se encuentra
equilibrada bajo ritmos de hard rock, permitiendo que la idea melódica entre y
nos devore a pedazos. No se perdió el poder de la banda, al contrario, se logró
encontrar una definición en los instrumentos que pocas bandas del género podrán
presumir.
¿Pero
quién carajos son estos tipos?
1000mods es una banda
que nació en una pequeña población griega llamada Chiliomodi, ubicada cerca de
Corintio, en el Peloponeso. A pesar de estar tan lejos de Atenas, la capital de
ese país que ha sido la piedra en el zapato de la Unión Europea y de la
economía globalizada, la banda ha sabido hacerse de un espacio en la creciente
escena stoner de Grecia junto con Nightstalker, Planet of Zeus, Lizardia o Lord
13.
El escenario es
lidereado por Dani, un poderoso bajista escoltado por amplificadores Ampeg que
utiliza su Fender Precision al puro estilo de Tatsu Mikami de Chuch of Misery.
Por si fuera poca su presencia escénica, su voz nos arrastra sobre la arena del
paisaje desértico que crea la banda.
La fuerza y la estridencia
están a cargo de Giannis y George,
guitarras Gibson amplificadas con Marshall, Fender y Orange. Sonido
stoner logrado a través de una Les Paul y una SG atascadas de distorsión y
overdrive con su ligero toque fuzz.
Para crear el soporte a
esta maquinaria, una batería Hayman golpeada por Labros redondea el concepto.
Momentos de calma y de quietud bajo el sol ardiente se transforman en carreras
desenfrenadas por la búsqueda de un refugio inalcanzable.
El
concepto
Vultures
es
un disco donde se siente el calor sofocante del desierto. La boca está seca, la
piel llena de arena y los pies de grietas. Además del sol, la única presencia
que siempre acompaña es la de la muerte, una muy lenta, dolorosa e
irremediable. El individuo no sabe si está todavía vivo o si su alma es la que
vaga sobre el abrasante paisaje.
Como si fuera un duelo
a muerte de aquellos que se veían en las películas de John Wayne y el estilo
“western”, también se sufre el duelo amoroso. Así como queda el cuerpo de aquel
que recibe el balazo mortal, el cuerpo del amoroso queda abandonado en la
caliente arena del desierto a la merced de los buitres. Nadie se hace cargo de
los restos, todo se pudre y las aves de rapiña hacen su trabajo.
Uno quisiera que las
cosas fueran distintas, pero el destino está marcado. La extraña soledad del
desierto sólo ha servido como marco para el ciclo que se debe de cumplir. Es
momento de dejar el cuerpo y soltar el alma. Vagando sobre el rojo horizonte se
siente la transformación del ser… quizá a otro buitre más.
Canción
por canción
Claws:
una guitarra ahogada se escucha de manera repetitiva como un loop que da
vueltas sin parar, recordándonos algunos riffs de Radiohead. Sin embargo, la
monotonía representa a un ave de rapiña que vuela sobre el cuerpo moribundo, esperando
el momento para descender, clavar las garras y comenzar a devorar. Tras unos
segundos, el riff se torna áspero gracias a las distorsiones y fuzz,
convirtiendo la melodía en un clásico desert rock. Se escuchan gritos de
auxilio y desesperación, pero nadie vendrá a la ayuda, nadie vendrá al rescate.
Exactamente a la mitad de la rola el ritmo va descendiendo poco a poco, como el
corazón de aquel que va dejando su vida en la hirviente arena del desierto. La
densidad se posesiona de la rola hasta convertirla en un stoner muy pesado, muy
lento, muy violento.
Big
beutiful: una plegaria convertida en reclamo. Las bocinas
truenan bajo la estridencia de un ritmo seco, desértico y fuerte. El amor y la
pasión es un espejismo dentro del árido panorama. La mujer de colosal cuerpo es
una reina, pero se queda en el mundo de los sueños, lejos de las promesas que
dejó sin cumplir. Rock stoner que en su puente y remate final tributa las
estructuras musicales de Black Sabbath. Hacia el final de la rola se escucha el
solo de guitarra en un efecto wah, que al combinarse con un efecto de aire, nos
deja desnudos e irremediablemente perdidos dentro de una tormenta de arena.
She:
un cuerpo ha quedado a merced del ardiente sol, no ha muerto aún, sólo espera
el momento para expirar. Un denso y pesado blues para aquella mujer que vendió
el alma y arrancó la vida al moribundo, al doliente, al abandonado. Juego de distorsiones que suben y bajan para
terminar sobre un desgarrador solo de guitarra que muere también.
Horses’
green: se escucha una guitarra con su ligero toque delay
que nos deja abandonados en algún pueblo fantasma de una vieja película
western. Los pasos se sienten como si se hundieran en la arena caliente del
desierto. El pasto seco pasa a nuestro costado, símbolo de soledad y abandono. Las
aves de rapiña esperan su momento… un poco por paciencia, un poco por el calor
abrasador. Ante las imágenes que se presentan ante nuestros ojos, sólo nos
queda una duda: ¿serán espejismos o nuestra alma ha dejado el cuerpo? Un ritmo
de marcha fúnebre que se convierte en hard blues. La animación del video que
acompaña a la rola está hecho por Maro Botsiou, la cual es una mezcla de lo
hecho por Shynola en Go with the flow
y por Boneface y Liam Brazier en …Like a
clockwork, ambos videos de Queens of the Stone Age.
Low:
un misterioso bajeo suena reptante y una batería la acompaña sigilosa, juntos
recrean aquella serpiente que se arrastra y se esconde entre los pocos
matorrales. Entran las guitarras para recordarte que estás en el desierto y se
puede sentir su asfixiante calor. Cambio de ritmo, abres los ojos y ahí estás:
eres un cuerpo moribundo en el suelo y a plena luz del sol; un charco de sangre
nos anuncia que hubo un duelo a muerte. El balazo sobre la rodilla nos dice que
el disparo fue hecho para causar una muerte lenta. Sin remedio, lo único que
queda es esperar… Una rola clavada en el sonido stoner de Palm Desert.
Vultures:
Los ojos buscan las siguientes víctimas, pequeñas pisadas sobre la arena se
dejan escuchar. Un pequeño desgarro y sabes que las aves de rapiña están sobre
el cuerpo descompuesto. Sólo quedarán cenizas y huesos ante el implacable sol.
Los buitres siguieron todo la historia hasta esperar su turno, amargo final.
Otro denso y aletargado blues.
Modesty:
¿qué pasaría si las cosas hubieran pasado de manera distinta? ¿Qué pasaría si
uno fuera más fuerte, más abusivo, más malo? Una oda a la posibilidad, a la maldad como forma de enfrentar la vida y
la muerte. Stoner con tientes de rock sureño, guitarras estridentes que
terminan resbalando sobre un slide.
Reverb
of the new world: el alma se desprende de su cuerpo
mortal hacia un océano cósmico hacia otros cielos, hacia otros mundos, hacia
otras realidades. 1000mods nos invitar a viajar sobre un space-rock instrumental de tintes psicodélicos y stoner
para la transformación del ser. Las frases que se escuchan son hechas por el
famoso astrólogo Carl Sagan, tomadas del primer programa de su serie Cosmos, titulado The shores of the cosmic ocean.
Aquí van los 38 minutos
de Vultures, stoner griego de
sencilla digestión y buena interpretación. Sientan el sol en pleno y disfrútenlo…
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