Un aparato radiofónico
intenta captar alguna señal. Vuelta tras vuelta sobre el dial hasta que un feed
back se deja escuchar y nuestros oídos prestan atención. Las guitarras se dejan
oír en un riff fuerte con la intención de atravesar la atmósfera, de cruzar la
galaxia y de dejarse escuchar hasta el infinito. Así es como abre el EP que
sirve de debut discográfico a Desert Suns.
Un extraño ritual de
personas encapuchadas frente a un calavérico y fálico templo durante una
cósmica noche nos recibe como portada del disco. El logo de la banda nos ubica
en la ilustración y nos anuncia de qué va esta placa: un rock stoner mezclado
con la acidez psicodélica y el misticismo doom
que es inundado de referencias desérticas y galácticas.
Las rolas se van
dejando escuchar y es inevitable recordar a bandas californianas como Kyuss o a
Sleep, pero una vez saboreado el primer trago, un tufo a Black Sabbath aparece por
medio de los riff de guitarra inspirados en el omnipresente Tony Iommy. Seis
cortes que nos sirven de aperitivo para despertar nuestro deseo por escuchar
más y lograr un ascenso mayor.
La advertencia está
hecha: el viaje será fuerte y no será sencillo regresar los pies a la tierra.
Desert Suns muestra sus cartas con una fuerte mano. El ritmo se acelera a cada
segundo hasta que las alucinaciones atascarán el ambiente. Sólo quedará soltar
el cuerpo y permitir que la mente vuele sin remedio.
¿Pero
quién carajos son estos tipos?
Desert Suns se formó en
San Diego, California a mediados de 2013. Chicos con la inquietud de crear
música, formaron parte de diversas bandas hasta que coincidieron en una donde
pudieron concretar sus gustos musicales y sus ideas. Sin esperar un segundo, la
banda se metió a los American Sound Studios y publicó en enero de 2014 a manera
de sencillo la rola “Burning temples”, utilizando la plataforma de Bandcamp
para difundirla. Con esta carta de presentación, el grupo tuvo la oportunidad
de tocar en diversos foros de la Costa Oeste de los Estados Unidos, afinar los
detalles de lo que habían grabado y firmar con la pequeña disquera independiente
Ripple Music Records para la publicación del EP en agosto de 2014.
Tras la desintegración
de Revenge Death Ball, el guitarrista Woogie Maggard buscó inmediatamente a
gente que comulgaran con él en la intención de crear una banda de rock stoner
que tuviera la posibilidad de incorporar algunos elementos de otros géneros
musicales para enriquecer el concepto. De esta manera, su guitarra podría tener
la posibilidad de explotar a través de las distorsiones, saturar las bocinas
con un ácido fuzz o relajar el ambiente con una ligera guitarra
electroacústica.
Con esta lógica, David
Rusell se integra al proyecto de Maggard. El poder de un salvaje y saturado
bajeo está en sus manos en contraste con una voz media y rasposa perfecta para
versar sobre mujeres, imágenes psicodélicas y elementos cósmicos.
En la batería
encontramos a Ben McDowell, quien formara parte de una pequeña banda amateur de
stoner y metal llamada Green Saturn. Estructuras exactas de gran potencia que
logran el despegue necesario en cada melodía es su marca personal.
Tras la presentación de
single Burning temples, se incorpora
como segunda guitarra Anthony Belluto. Su inclusión en Desert Suns es la de
dotar de mayor potencia sonora al grupo, logrando crear un muro de sonido al
combinarse con Maggard. Así mismo, al tener una guitarra de acompañamiento,
Woogie tiene la posibilidad de soltar sus solos sin abandonar los riffs que
marcan las canciones.
Con esta formación,
Desert Suns terminó de grabar su primer EP de la mano de Brandon Jenson, quien
realizó la producción, grabación y mezcla de las seis canciones que lo
conforman. Finalmente, con un mágico trabajo, Jimmy Ovadia creó el arte del
disco; el cual incluye la portada, un poster y cuatro imágenes más que en la
re-edición de la placa en vinil hecha por HeviSike Records fueron incluidas
como postcards. Cabe mencionar que precisamente para la publicación del disco
en vinil, el trabajo de remasterización fue elaborado por Tony Reed,
guitarrista y vocalista de Mos Generator.
El
concepto
Si la intención es
recuperar el stoner perdido con el cambio de siglo, Desert Suns logran
rescatarlo con su EP debut. Para ellos, la banda se dio a la tarea de crear
melodías con fuertes ganchos que no son fáciles de soltar a través de ritmos de
ácidas atmósferas que permiten divagar a cualquier cerebro que presuma de sano
juicio.
Y si de stoner se
trata, el grupo construye sus líricas en base a temas ya masticados por las
bandas clásicas del género como Kyuss, Sleep, Nebula y Fu Manchu. Tomando como
punto de partida el desierto (ya sea como entorno, ya sea como metáfora para
las alucinaciones), la banda juega con el concepto del cosmos y el espacio
exterior (idea nacida por la magia que se crea al admirar las noches desérticas
llenas de estrellas y silencio sepulcral).
Con el ácido y viajado
soporte construido, las letras de las canciones del Desert Suns EP versan sobre el abandono del hogar, mujeres que
orillan a la lujuria, recorridos astrales y el anhelo de lo perdido. Ahogados
en imágenes y palabras, al escuchar la placa nos quedamos con la idea que
aventarse un escape psicotrópico puede ser una experiencia liberadora de los
sentidos, pero que en él podemos correr el riesgo de perder algunas cosas (la
familia, el amor, el control y hasta la memoria).
De esta manera, el
coctel explosivo hecho por los californianos termina logrando su objetivo:
crear una colección de canciones clavadas en el recuerdo stoner y el sonido de
la escena de Palms Desert que buscan despegar los pies de la tierra hasta
explotar en un juego de colores e imágenes con ganchos adictivos que
irremediablemente provocan que el disco comience una y otra vez.
Canción
por canción
Burning
temples: Un nuevo sol se levanta en el horizonte y poco a
poco se acerca hacia nosotros. Ha cruzado la galaxia para liberarnos de todo,
quemando los templos desde sus cimientos. Abandonados ante el astro, sólo queda
la resignación. Girando alrededor de este mundo y abrazando todo a su paso, el
sol acabará con todo y sólo quedará el polvo de nuestros cansados huesos… Un
lento y fuerte riff nos sacude ante la interferencia de sonido, pero tras unos
segundos, la rola baja totalmente de intensidad sin cambiar la melodía. El
calor desértico se siente a cada paso, a cada nota, a cada sílaba. A la mitad
de la rola, el ritmo se acelera mientras todo a nuestro alrededor se quema.
Esta una melodía digna heredera del viejo sonido de Black Sabbath.
Space
pussy: Paralizados ante su imagen, no queda otra cosa que
observar y esperar. Ya sin sangre en las venas, la nave ha perdido el control. Estamos
fuera de la atmósfera, estamos enamorados espacialmente… Aprovechando el eco de
Burning temples, las guitarras
comienza su riff sin piedad y sin freno. Una cascada de notas reptantes se
arrastran sobre la base de la melodía. La forma de cantar las estrofas de David
Rusell recuerda mucho el estilo característico de Scott Hill, vocalista de Fu
Manchu. El repetitivo ritmo se vuelve hipnótico, logrando que nuestra mente se
pierda en su pesadez. Gran trabajo de Woogie Maggard en los solos de guitarra.
Lanzada como single del EP, Space pussy
tiene un video hecho por Stephen Finn donde se puede ver a la banda tocando
mientras se mezclan imágenes de luces líquidas muy psicodélicas y el baile
sensual de Tori, una modelo de la marca The Seam Ripper.
Passing
through: Corriendo a través de la medianoche, apretamos el
pedal hasta el fondo para alcanzar la
bóveda celeste. El cielo se ilumina y la tierra explota. Hemos atravesado la
atmósfera, pero aún así nos sentimos en casa…Una guitarra distorsionada marca
la melodía con un ritmo acelerado, a la cual le sigue otra guitarra ahoga en un
pedal fuzz. Tras marcar con los platillos la velocidad, la batería entra para
hacernos explotar junto con la rola. La velocidad no cede hasta que cerca del
final nos hace sentir que hemos cruzado el límite y hemos dejado atrás la
gravedad. Una rola stoner en toda la extensión del género. Vale la pena
resaltar el trabajo de Ben McDowell en los golpes de la batería y la voz de
David Rusell que busca emular a Ozzy Osbourne.
Ten
feet down: Melodía acústica de ritmo relajado, tal y como si
unos vaqueros hubieran decidido hacer un poco de southern rock. La guitarra de
Woogie Maggard resbala las notas sobre la melodía rasposa de David Rusell y la
blusera armónica de Edward Nies. El recuerdo de Led Zeppelin puede llegar a nosotros sin problema alguno.
Memories
of home: Hemos perdido el boleto de regreso a la tierra. Al
abandonar nuestro cuerpo, la mente ha quedado abandona en la inmensidad del
universo. Sin embargo, los recuerdos se agolpan en nuestra agitada cabeza, los
cuales se convierten a final de cuentas en agrios reclamos: “Madre, duermo con
arañas”… Hipnótica melodía que en su acidez termina dejándonos a la deriva del espacio
sideral. El sonido stoner es utilizado para entonar una melodía totalmente doom
como lo estableciera Black Sabbath en sus primeros discos. Aprovechando el
cambio de velocidad en el puente de la rola, la guitarra eléctrica explota en
un genial solo de galáctico efecto.
Run
through my roots: Una tenue guitarra sin efecto entona
una sencilla melodía, la cual es interrumpida por un redoble militar que marca su
marcha sobre efectos sonoros de viento cósmico y que termina dando entrado a un
riff lento de guitarras pesadas y un juguetón bajeo. Con una voz cercana a la
de Jack Bruce de Cream en las estrofas, David Rusell transforma la intensión en
el coro al seguir los cánones de Ozzy Osbourne. La pesadez del riff inicial es
equilibrado con instantes suaves e hipnóticos de guitarras en pedal wah.
Esto es Desert Suns,
una banda que regresa a las raíces del rock desértico californiano con la
intensión de colocar nuevamente bajo los reflectores al viejo stoner y permitir
a las nuevas generaciones gozar de un viaje cósmico a través de su propia
mente. Felices 30 minutos de escape…
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