La mirada no se puede
ignorar una portada tan lisérgica, tan psicodélica y tan espectacular. Una
ilustración nos muestra a cinco muchachos observando un volcán en erupción a
través de un valle cóncavo lleno de colores y una mágica noche cósmica. El
interés crece y nos hace indagar por los creadores de una imagen tan seductora
hasta que los ojos se detienen en un extremo de la misma. Una extraña mariposa
plasma en sus alas el nombre de la banda: Brutus.
¿Qué es lo que
podríamos escuchar con una portada como ésta? Pues precisamente lo que podría
resultar obvio: un hard rock de sabor vintage que nos remita a las bandas
psicodélicas de finales de los 60 y aquellas de llenas de guitarras pesadas de
principios de los 70, aquel encuentro entre el blues y el rock que sentó las
bases para el heavy metal. Y sin duda, este material está lleno de esta
atmósfera. Entre amplificadores de bulbos y grabadoras analógicas, Brutus logra
transportarnos a ese añorado pasado sonoro donde las bandas tocaban juntas en
el estudio de grabación para dejarnos la sensación al escuchar el acetato de
estar frente al grupo tocando en vivo para nosotros.
Tres suecos y dos
noruegos publicando su disco a través de una marca finlandesa: Escandinavia en
pleno. Witchcraft, Graveyard y Horisont han sido la punta de lanza en esta
invasión nórdica, sin embargo existen otras bandas vikingas y barbadas como
Brutus que nos hacen entender que la recuperación de este hard rock de guitarras
no sólo se quedan en una época revival, sino en un movimiento que crea a través
del pago de tributo a los dioses (Blue Cheer, Led Zeppelin, Thin Lizzy, Deep
Purple, Pentagram o Black Sabbath). Todo esto es Behind the mountains, un disco que no puede decepcionar.
¿Pero
quién carajos son estos tipos?
A principios de 2007, tres
chicos se reunían regularmente en los bares de la ciudad donde discutían sobre
Black Sabbath, Jimi Hendrix y las razones por las cuales los discos se
escuchaban mejor que en la actualidad. Sin llegar a alguna conclusión,
terminaron por decidirse en hacer una banda ellos mismos. Esos muchachos eran
los suecos Johan Forsberg y Christian
“Krille” Hellqvist en las guitarras eléctricas y el noruego Knut-Ole Mathiesen
en el bajo. Tras algunos ensayos y con la necesidad de conformar la banda con
los instrumentos necesarios de la misma, Knut-Ole se vuelve baterista y
“Krille” se transforma en bajista… esta es la semilla que dio origen a Brutus.
Con la obsesión de
lograr recrear aquel sonido clásico de las bandas de hard rock que adoraba, Johan
Forsberg aprendió a tocar la guitarra eléctrica y con el tiempo se armó de una
Gibson Les Paul y un amplificador Orange de bulbos. Siendo originario de
Ulricehamn, un pequeño poblado sueco, Johan decidió trasladarse a la cercana
Gothenburg para estudiar y acercarse a la escena musical que se estaba gestando
ahí. Después de un tiempo, decidió mudarse a Noruega y su destino lo llevó a la
formación de una banda con otro migrante sueco.
Christian “Krille”
Hellqvist estudiaba en la universidad de la ciudad sueca de Karlstad cuando
decidió mudarse a Oslo, lugar donde conoció a Johan Forsberg y con quien
inmediatamente encontró una amistad gracias a sus afinidades musicales.
“Krille” tocaba la guitarra, sin embargo, por las necesidades que la banda
exigía, decidió pasarse al bajo. Con la idea de alcanzar el sonido vintage que
deseaban, “Krille” se armó de un clásico Rickenbacker, un Fender Precision y un
Gibson EB2, además de un obligado amplificador Ampeg. Sin embargo, su capacidad
como guitarrista hizo con el bajo no se quedara de forma pasiva como alguien
que solo marcara el tiempo y los tonos, sino que tuviera la posibilidad de improvisar y se luciera en el escenario tal
y como lo hiciera Geezer Butler de Black Sabbath.
Originalmente Knut-Ole
Mathiesen tocaba el bajo, pero el trío no lograba encontrar un baterista que
quisiera formar parte del proyecto revival que deseaban hacer. Un poco
desesperado, Knut-Ole se transformó en baterista. Lejos de ser una pasajera
opción o una mala decisión, Mathiesen se convirtió en la base sonora que
requería el proyecto y elemento fundamental del grupo.
No fue sino hasta 2008
que la banda comenzó a definir su sonido al integrarse Kim Molander como
segunda guitarra. Al igual que Johan, Kim es originario de la pequeña
Ulricehamn, Suecia. Él decidió ir a estudiar fotografía a Oslo y ahí fue donde
coincidió con el incipiente Brutus. La unión de las guitarras de Johan y Kim
logró que el grupo tuviera más colorido en sus composiciones, pasando de una
copia sonora de Black Sabbath a un intento por crear el sonido de bandas como
UFO y Thin Lizzy.
Ya consolidado el
sonido de la banda, Brutus requería de un vocal que lograra plasmar las ideas
del grupo y dotara de identidad a la misma. Tras ver un concierto de la banda
The Ritual, Krille se acercó a su cantante para convencerlo de que se integrara
a su proyecto. El bajista estaba impresionado con el carisma y la diversión que
Nils Joakim Stenby irradiaba en el escenario (siempre con una cerveza en la
mano), además de su posibilidad de jugar con su voz (su color va desde los
tonos chillones de Ozzy Osbourne hasta el grave y rasposo de Johnny Winter).
Sin pensarlo dos veces, Jokke aceptó la propuesta e inmediatamente se puso a
trabajar en las letras para las estructuras musicales que tenían armadas el
resto de la banda.
Para finales de ese
mismo 2008 grabaron un demo y en el transcurso de 2009 publicaron su álbum
debut tras grabarlo en los legendarios estudios Music-A-Matic en Gothenburg (lugar
donde han grabado gente como The Hellacopters) bajo la producción y mezcla de
Henryk Lipp y Micke Nilsson (quienes han trabajado con las bandas suecas de
Sator, Dead Man y Burst). Luego de un EP compartido con la banda sueca de
stoner y doom The Graviators publicado en 2011, Brutus comenzó los trabajos
para su segundo disco. Para ello, logró firmar con el sello finlandés Svart
Records y se metió a una larga sesión de grabación en los Subsonic Society de
Oslo durante dos años. Con las cintas bajo el brazo, la banda decidió
entregarlas a Lipp y Nilsson para que las mezclaran y las masterizaran bajo la
lógica sonora de los grupos de hard rock de los años 70. El resultado final fue
el Behind the mountains publicado en
junio de 2013.
El
concepto
Fácilmente uno podría
esperar que un disco obsesionado con la recuperación del sonido y las técnicas
de grabación hechas en décadas pasadas tendría que quedar atrapado en tan solo
una colección de canciones. Dos años en los estudios de grabación nos darían la
razón en ello, pero afortunadamente nos equivocamos con esta creencia.
Behind
the mountains escudriña, rasca y desentierra las
verdaderas intenciones que tienen todas las cosas a nuestro alrededor, y ¿por
qué no?, de nosotros mismos. Arranca la careta para mostrarnos el verdadero
rostro del individuo que se esconde tras de ella. Es la búsqueda de luz que
despejen las sombras, aquellas que ocultan y esconden todo a su paso. Al fin
desnudo y liberado, el individuo irremediablemente se dejará ver tal cual es.
El disco busca ser una
droga introspectiva que se interna en el ser para develar todos sus secretos.
Sobrevuela el alma y echa un vistazo a la confusión, el dolor, la tristeza y la
maldad con la intención de desmarañar el interior para sacarlo a flote y
comenzar a buscar respuestas y alternativas.
Es por ello que a cada
paso que da el Behind the mountains,
encontramos una puerta que se abre y una sorpresa atrás de ella. Una vez
eliminados los misterios, todo es aclarado y liberamos la mente de sus
ataduras. El amor, la pasión, la naturaleza y la humanidad pueden tomar otro
rumbo si el individuo traspasa los muros y los desmenuza en su interior. Esa es
la apuesta que hace Brutus con este disco, una obra que habla de los misterios
que nublan al hombre y su intento por abrir la percepción y encontrar las
respuestas a sus secretos.
Canción
por canción
The
witches remains: El momento es ideal para que las
brujas salgan a lanzar gritos, maldiciones y hechizo. A la sombra del bosque y
con la tenue luz de la luna, la mágica mujer de fuego en los ojos y que se
oculta en las montañas se muestra ante nuestra mirada con su negro vestido… Unos golpes de batería
abren paso a una fúnebre marcha, que tras algunos segundos, se agita y nos
relata una historia sobre brujas y mujeres que hechizan. Inmediatamente nos
viene a la mente aquel Black Sabbath de melodías aletargadas de sus primeros
discos, pero esta sensación aumenta todavía más con el efecto de “double track”
en la voz de Jokke.
Personal
riot:
La gente te observa y se burla de ti y sólo queda preguntarse por las razones.
No es fácil pelar con los demonios que tiene uno adentro. Miedo, soledad y
confusión golpean la mente. El mundo se colapsa a nuestro alrededor y el
alboroto se arma en nuestra cabeza. El final está cerca… Un contagioso riff de
guitarra hecho por Johan nos engancha sin remedio a la melodía. Las líricas
siguen exactamente la misma idea de “Paranoid” de Black Sabbath, aunque la
esperanza por salir de aquel trance quizá sea menor en la versión de Brutus.
Canción del Behind the mountains
escogida por la banda como sencillo debido a que en ella se resume el sonido de
la banda y el concepto del disco. Con el objetivo de tener difusión, se elaboró
un video promocional con la canción donde podemos observar chamarras de
mezclilla, barbas, cabellos largos, cervezas y a Brutus durante las grabaciones
del disco y explotando en los escenarios.
Big
fat boogie: ¿Qué pasa por la mente del gordo que se ha dado
cuenta de su propia fuerza? Una rola que parece dedicada a Christian “Krille”
Hellqvist, bajista de la banda… Riff agitado que guarda la misma intensidad al
de “Personal riot”, por lo que sirve perfectamente como continuación de la
misma. Las guitarras de Johan y Kim se alternan en figuras que terminan en un
ritmo tribal alrededor de la repetición de la frase que da título a la canción.
Blues
pills: La píldora azul ha hecho su efecto y ha liberado el
alma del amargo sentimiento que la tenía atada. Se puede observar en los ojos
que se ha dado cuenta de ello. La tormenta se acerca… Melodía de ritmo pasmado
que deja su poder en la voz de Jokke y en un sentido solo de guitarra salido de
las manos de Johan muy el estilo del irlandés Gary Moore (aquel que tocara con
Thin Lizzy).
Square
headed dog: Vagando por las solitarias calles, la mente se
agita ante el abandono y la soledad. El individuo ha cerrado los ojos para
escuchar aquellos sonidos y voces encerradas en su cuadrada cabeza… Hard blues
de denso paso con un solo de guitarra de Johan ahogado en pedal wah y un eco
distorsionado, tal y como si estuviera escondido en la mente de aquel solitario
al que hace referencia la letra de la rola.
Mistery
machine: Industria, tecnología y maquinaria dejan caer sus
pesadas manos sobre el hombre. La ciencia al servicio de la rápida máquina como
si de gasolina, con la intención de acelerar su paso. El destino es ahora…
Pesado riff de cinco tiempos que rompe el plano mientras el bajeo se luce en escalas
y figuras. La voz es un pleno tributo a Ozzy Osbourne en su efecto sonoro y
remarcada melodía. Sorprendente duelo de solos de guitarra entre Johan y Kim
sobre un ritmo cortante semejante al de una máquina pesada, lo que recuerda el
origen del sonido de Black Sabbath hecho por Tony Iommi y la famosa historia de
la pérdida de sus falanges.
Crystal
parrot: ¿Esto es la realidad o sólo un sueño? Los
problemas en la mente fluyen a través de un viaje ácido que atraviesan la
obscuridad gracias al loro de cristal… Un
sucio rock nacido directamente de los locales de ensayo de The Rolling Stones o
de Led Zeppelin gracias a la armónica de Per Riihiaho, músico invitado. Esta
rola puede ser en la que Jokke se acerque más al color de voz de Ozzy Osbourne,
aunque el ritmo sea el más alejado a Black Sabbath de todo el disco. Realmente
genial el duelo final entre la armónica y el solo de guitarra el cual realmente
nos hace levantar el vuelo.
Reflections:
El sol se ha ido a dormir. La obscuridad se postra sobre las almas. Ha llegado
el momento para que las reflexiones del ser se agolpan en su mente. La verdad
se sabrá… Este es el punto climático del Behind
the mountains: un pesado blues de guitarra eléctrica que llora y un
atmosférico teclado que logra llenar todos los vacíos posibles. Como en una
caída libre, la rola se va acelerando y nos arrastra a su caos y explosión,
jugando con nuestras sensaciones y llevándonos al éxtasis total. Finalmente, la
canción termina en una loca persecución donde el solo de guitarra es espectacular.
Can´t
help wondering why: Todo ha sido muy rápido y la vida se
ha escapado como arena entre las manos de manera estúpida y alocada. Es momento
de recuperar el tiempo perdido y la capacidad de sorpresa y asombro ¿Cómo
podemos describir un pedazo de canción como este donde la piel se eriza en cada
nota? El ritmo marcado por las guitarras “muteadas” y su riff de cinco notas
ascendentes simplemente te vuelan la cabeza. De la nada surge un teclado
eléctrico en manos de Gustaf Gimstendt y ¡kabum!, todo se convierte en un terremoto
que sacude todo a su paso: guitarras en desenfrenados solos que chocan entre
sí, un bajo que serpentea por todo el mástil y una batería que golpea
salvajemente. Esta es la forma perfecta de terminar de sacudir la cabeza tras
una revisión a ella.
Esto es el Behind the mountains, un poderoso disco
lleno de hard rock vintage y letras que buscan desenterrar los misterios que
cunden a nuestro alrededor...
De los tres discos este siempre ha sido mi favorito, recien me acabo de enterar de la muerte de Joakim, su partida nos deja un gran vacio, pero también nos deja un enorme legado músical con rolas que trascienden el infinito hasta los espacios entre las estrellas y se quedaran aqui en nuestra alma, ahora rockeas en el sinfin del cosmos, hasta siempre Jokke.
ResponderEliminarR.i.p. Joakim Stenby