Si existe una banda que logra romper todos los estereotipos y etiquetas es Glitter Wizard, aquella banda californiana con una década de existencia que se ha aferrado a su estilo ecléctico lleno de metálico rock espacial, psicodelia progresiva y obviamente glam. Sin embargo, si algo más le podía faltar a este bizarro combo, para su cuarto álbum completo han añadido el dramatismo de la ópera rock para crear una intensa y multifacética obra que demuestra todo el potencial interpretativo de sus cinco enfermos integrantes.
Cuando escribimos sobre el estilo de Glitter Wizard en aquella ocasión que rescatábamos de las dunas del olvido su hechizante "Snow crash" (reseña-review), hacíamos referencia sobre su energético sonido basado en la agresividad del punk, el kraut rock con sus teclados de efectos cósmicos y lo lisérgico de hard psych que ha distinguido a esta última década por medio de teclados insistentes y guitarras ahogadas en fuzz. Y contrario a lo que podría pensarse, el quinteto de la bahía de San Francisco han establecido un sonido propio que los ha colocado como una de las bandas más interesantes del panorama actual.
Si el Hollow Earth Tour de octubre de 2016 ya mostraba avisos de una obra conceptual a través de sus impresionantes temas llenos de líneas melódicas que marcaban movimientos mientras escuchábamos historias bizarras sobre invasores del espacio, el recién estrenado Opera villains logra aterrizar la teatralidad de las obras musicales para revestir su definido estilo bajo un mismo marco interpretativo más allá de versatilidad sonora. Como resultado final tenemos un salvaje animal que muestra sus más diversas sensaciones entre diamantinas, rayos cósmicos y cantos dramatizados.
Publicado por medio de la etiqueta italiana Heavy Psych Sounds en abril de 2019, Opera villains sacia las ansias por escuchar algo nuevo de Glitter Wizard tras años de sequía aunque el material conformado por diez temas se escapa como agua entre las manos. Su frenético inicio a través de "Spell so evil" con su imparable batería en manos de Fancy Cymballs y línea poderosa de hecha en el bajo de Kandi Moon nos remite al estilo más puro de la banda tras el paso de los años con su desbocada velocidad eléctrica, aunque todo es frenado con la misteriosa figura de "Toxic girl" soportada por los teclados de Doug Grave que logra crear una densa atmósfera vintage muy propia del hard rock setentero de bandas como UFO y Uriah Heep.
Una vez determinada la ambivalencia sonora del álbum, la banda california logra romper de nuevo con cualquier juicio previo al ofrecernos una sentimental pieza de guitarra acústica llamada "Fear of the dark", un tema que retorna al antiguo folk progresivo de principios de los años 70. Dentro de la misma sensibilidad, el vocalista Wendy Stonehenge se sienta frente al piano para una melodramática melodía a la luz de las velas mientras que Lorfin Terrafor entona un sentido solo de guitarra, demostrándonsos que Glitter Wizard no es sólo rock desenfrenado lleno de intensidad eléctrica como pareciera si sólo escucháramos la fuerza de "Dead man's wax" o la aceleración psicótica de "Ten foot man" con toda su locura psicodélica que atasca de diamantina las bocinas y efectos galácticos de sintetizadores.
Opera villains utiliza dos transiciones instrumentales durante sus treinta y cinco minutos de duración: la primera es la militar "March of the red clokes" con la que se divide el álbum en dos partes radicales y la segunda "Prelude to a duel" que prepara al escucha para el gran final con su figura medieval hecha con base a una guitarra acústica y suaves teclados. Una vez anunciado la conclusión del disco, Glitter Wizard nos sumerge dentro de una vieja atmósfera muy en la escuela de los primeros Scorpions que a los pocos segundos es rota por una melodía entrecortada llena de empuje y violencia llamada "Warm blood", una muestra más de la versatilidad e imaginación de los californianos. Por si fuera poco, dicho tema se diluye en una larga armonía descendente donde las voces nos obligan a cantar a coro mientras todo se desintegra a nuestro alrededor hasta el final.
Una muestra clara de lo que es Glitter Wizard y su Opera villains es la colosal "Hall of the Oyster King", un track construido a partir de monumental riff totalitario que nos hace ponernos de pie para rendir homenaje a parte de las influencias de la banda como King Crimson, Blue Öyster Cult y Jethro Tull. Insistentes arreglos musicales entre figuras de hard rock, progresivo cósmico y mágicas flautas que provocan un despegue hacia el centro del universo. Una vez que los pies se han separado de la tierra, todo se torna en una orgía sonora que no sabe frenar hasta provocar su obvia implosión. Seis minutos y diez segundos llenos de poder imperial y fuerza astral imposibles que pasen desapercibidos
Efectivamente, Glitter Wizard lo volvió a hacer. Opera villains confirma lo hecho por la banda en Hollow Earth Tour gracias a ese amplio abanico sonoro lleno de múltiples posibilidades adornadas con su oropel glam y la fuerza del hard rock vintage. Enamora al fan, sorprende al novato y termina por sumergir al indeciso. Quizá estamos ante la mejor obra de los californianos, pero sin temor a equivocarnos, nos encontramos frente una obra magistral que logra definir todo lo que ha sido esta década de rescates sonoros para, lejos de ser una copia vulgar, crear un estilo propio que desarrolla un nuevo panorama dentro de la escena de lo que hemos llamado rock. Atención señores... aunque Glitter Wizard está fuera los reflectores, Opera villains es uno de los mejores discos que ustedes podrán escuchar en los últimos años.
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