Extraños ruidos se filtran por nuestras bocinas como si fueran los lamentos de algún ser que se encuentra a la lejanía, quizá una bestia eléctrica que clama por atención a la mitad de la noche. Sin embargo, los sonidos cesan mientras una figura sombría de bajo entona una melodía concreta que termina por ser una colosal armonía de poder destructivo una vez que la guitarra se suma a su canto. Tras este encuentro sonoro de contradicciones que se complementan, nuestra atención queda atrapada y tan sólo resta el deseo por saber quiénes son los culpables de esta venenosa sensación.
Así es como comienza el primer disco de Baardvader, un áspero trío de La Haya, en los Países Bajos. Más allá de toda la pléyade de bandas que han utilizado como fuentes de inspiración el hard rock obscuro de los 70's para hacerlo coincidir con algunos sonidos de los 90's como el grunge, el stoner desértico y el llamado rock alternativo, estos chicos saben tomarte de las manos para llevarte por un paseo denso donde las atmósferas son claramente definidas a pesar del sentido contrario que las distingue a cada una; permitiendo de la misma forma que todo tome sentido hasta sumergirte en las sensaciones que buscan despertar.
El homónimo álbum debut de Baardvader fue presentado el último día de enero de 2020 y en él se puede encontrar una colección de ocho canciones poderosas con melodías bien definidas entre sí donde podemos pasar de ambientes ahogados de zozobra para terminar desgarrados por armonías potentes llenas de rabia. Las concretas voces de J. Aron funcionan de contrapeso para sus guitarras, las cuales pueden ofrecer un fuzz vibrante, un wah pantanoso o una cósmica figura de fugaz paso. Las percusiones en manos de Koen sirven de acompañamiento perfecto gracias a los golpes precisos necesarios en la intención de la banda para hacernos comprender los cambios rítmicos y sus distintos ambientes sonoros, pero es en el bajo de J.P. donde podemos encontrar el soporte que nos sirva de faro en la navegación dentro de las densas aguas del álbum.
Luego de la mística bienvenida que nos ofreció "The great escape" donde queda de manera clara las intenciones de Baardvader, la banda nos comparte "It's all over", un track de riff onírico que logra sumergirnos en un denso abismo lleno de melancolía que finalmente es dinamitado a través de una serie de acordes furiosos. Bajo esta misma estética sonora, el trío neerlandés logra construir espacios sonoros llenos de misterio y frialdad como en "Rewind" que terminan explotando por los aires con fuerza y determinación con riffs directos y sin contemplaciones como en la desbocada "Toxins" y su imparable carrera hacia el vacío.
Sin duda, Baardvader es un álbum lleno de tensión que es liberada a la más mínima provocación, por lo que la agrupación tiene bien definido como concepto el crear atmósferas de sonido controlado que terminan derribadas por ásperos acordes con pocas posibilidades de retorno. "Falling down" trabaja muy bien esta idea a partir de sus estrofas que emplean las notas limpias bajo un silencio amaestrado hasta que llega el estribillo para acabar con los tímpanos con su rabioso lamento y la distorsión hasta el tope de resistencia para nuestras bocinas.
El álbum se acerca a su finalización con la extraña "Reclaim your mind" y su línea angustiosa hecha por medio de un teclado, misma que termina pisando una granada para ser fragmentada en mil pedazos con una violenta tormenta de asteroides que nos cae desde el cielo; aunque es necesario rescatar ese solo de guitarra dividido en los dos canales de nuestra audición para demostrarnos el buen trabajo logrado en el estudio de grabación. Para cerrar, Baardvader nos abandona ante la ausencia de gravedad de su "Watching him", un track certero que contraresta la rabia escuchada durante todo el material a través de una melodía entrecortada que equilibra fuerza y paciencia hasta lograr un ambiente onírico de reminiscencias estelares.
Uno de los temas que más llaman la atención del debut de Baardvader es la lisérgica "Walking on the moon", track basado en la tóxica figura de guitarra ahogada en un wah que al llegar a la segunda parte de su estrofa se parte en dos a cada lado de nuestro audiorama. Sin perder la esencia del estilo construido por los neerlandeses, el tema baja la intensidad con un cósmico arpegio que es destruido por el coraje de unos acordes desgarradores. "Walking on the moon" es poderosa y al mismo tiempo nos muestra de todo lo que es capaz Baardvader, pero quizá sea escuchamos su solo de guitarra cuando comprendemos su poder interpretativo que logra al penetrar las neuronas para hacerlas explotar sin remedio.
El álbum debut de Baardvader es tan sólo una muestra de todo el potencial que tiene el trío de La Haya en su poder, y aunque el álbum termina repitiendo la misma fórmula durante sus de duración, el material contiene instantes sorprendentes que bien pueden servir de guía para un próximo disco con mayores posibilidades. Por lo pronto, es necesario recorrer de manera pausada los senderos que nos ofrece este primer registro si uno desea descubrir sus secretos, pero ello requiere paciencia para no quedar atrapado con un estilo definido que por momentos invita al abandono.
No hay comentarios:
Publicar un comentario