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viernes, 12 de abril de 2019

Fuzzy Grass : cuando Francia regresó al año 1971


1971 pasó a la historia por ser el año cuando se realizó el mítico festival de rock de Avándaro en México ante 300,000 personas, se publicó el imprescindible cuarto álbum de Led Zeppelin bajo el misterio de sus cuatro símbolos y falleció el icónico Jim Morrison en la ciudad de París. Sin embargo, la publicación del debut de una banda francesa ha escogido dicho número para nombrarlo y recuperar el misticismo de dicha fecha para representar con ella la magia alcanzada por el rock en esos revolucionarios días.

A finales de octubre de 2018 fue presentado 1971, el primer material discográfico de Fuzzy Grass, un cuarteto originario de la famosa ciudad rosa de Toulouse, al sur de Francia. El poder de penetración de las distintas redes sociales y las recomendaciones boca a boca lograron que dicho álbum llegara a los tímpanos ansiosos de Earthquaker, los cuales terminaron sorprendidos por escuchar a una banda que lograra fusionar la acidez psicodelica con el blues electrificado hasta alcanzar un sonido energético lleno de pasión, riffs y melodías adictivas.

Fuzzy Grass por Blast Radius Photo
Fuzzy Grass se integró en agosto de 2015 a través del encuentro entre el bajista Thomas Hobeck, el vocalista Audric Faucheux, la guitarrista Laura Luiz y el baterista Clément Gaudry-Santiago, que desde su inicio se dieron a la tarea de construir a una banda que recuperara los sonidos ásperos del primer hard rock de finales de los sesentas con el sentimiento revival del nuevo siglo por medio de lo que hemos conocido como hard psych; género sonoro donde destacan los americanos Radio Moscow, los españoles Prisma Circus o los italianos Black Rainbows. Asimismo, dentro de la escena francesa podemos encontrar a grupos fundamentales como Cheap Wine, The Socks, Doctor Doom o Electric Jaguar Baby.

El primer intento del cuarteto de Toulouse por registrar algo de su estilo fue Recording live de noviembre de 2017, un obvio material grabado en directo donde podemos escuchar la energía de la banda a través del poder del wah y la imaginación desbordada que provoca la improvisación. Gracias a sus tres temas contenidos en su interior, tuvimos la oportunidad de escuchar la gran capacidad interpretativa del grupo donde se distingue su potencia infecciosa en la voz, la adictiva violencia de su base rítmica y la impresionante habilidad de su guitarrista para hacernos despegar del suelo.

Foto: Blast Radius Photo
En aquellas fechas cuando fue presentado Recording live, Fuzzy Grass entró a los estudios de Swamp Land Records de la mano de Lo Spider para grabar lo que sería 1971, un disco conformado por siete alucinantes temas que te toman de la mano para llevar a través de un paseo lisérgico entre tormentas eléctricas y oníricos paisajes imposibles de abandonar. Desde el primer momento en que la aguja besa los surcos nos encontramos con un sublime viaje que visita por igual a las neuronas como a las estrellas por medio de "Electric Ayahuasca", un breve introducción que sirve de entrada perfecta a lo que será "The alone boy", un crudo heavy blues con toda la capacidad de explotarnos el cerebro en un millones de partículas.

Si con este inicio construyéramos un juicio sobre el debut de Fuzzy Grass, cometeríamos un grave error. 1971 se debate entre la psicodelia más adictiva y el hard rock desgarrador que busca en una simple colección de acordes encontrar la melodía perfecta para hacernos mirar nuestro interior. "The upside down" truena las bocinas por medio del fuzz y sus cósmicos efectos de sonido, "Healed by the fire" es un trago de gasolina que tiene la intención de hacernos volar por las galaxias y "The winter haze" un sublime paseo por los abismos multicolor de la inconsciencia. Por si todo ello fuera poco, el álbum cierra con "Shake your mind", una venenosa melodía que muerde y jamás te suelta gracias a su ritmo insistente y su explosión climática cerca de su cierre.


Quizá el tema más explosivo del 1971 es "The faceless man", una incendiaria melodía que arranca con una serie de acordes que  exploran el terreno para finalmente acomodarse en donde mejor le parece. Las notas se clavan de manera inmediata en las neuronas mientras los pies persiguen el ritmo de forma irremediable. De la misma forma como lo ha hecho durante todo el material, Laura nos receta nuevamente un solo de guitarra galáctico; aunque este track se distingue de todo lo escuchado en 1971 es su onírica transformación en su cenit como si se tratara de místico pasaje que demuestra las diversas posibilidades sonoras que tienen Fuzzy Grass bajo la manga.

Foto: Chris Rod Photo

Fuzzy Grass se ha lanzado al vacío con su 1971, un álbum que urge rescatar de la avalancha de propuestas que suenan en las redes electrónicas porque en él se le otorga nuevamente el valor que tienen el hard blues áspero y la vieja psicodelia a través de los frescos aires de los Pirineos. Aunque el álbum mantiene un mismo concepto sonoro durante sus treinta y tres minutos de duración, la construcción de cada uno de sus temas te permite apreciar el amplio horizonte que puede recorrer la banda gracias a su gran capacidad interpretativa. El cuarteto de Toulouse ya está en la carretera promocionando su debut, así que será el momento de traducir lo logrado en el estudio sobre los escenarios y definir los nuevos senderos que deberán recorrer en un futuro... ojalá que éste sea muy próximo.

Artwork: Valentin Coquillat

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