Una reverberación se escucha
omnipresente, misteriosa, poderosa. Una melodía obscura se abre paso entre las
tinieblas sonoras como si se tratara de una propuesta más dentro del amplio
panorama del rock lúgubre que ha invadido el ambiente musical. Sin embargo,
unos cuantos segundos más bastan para darnos cuenta de nuestro error, pero más
allá de convertirse en una decepción, la equivocación se convierte en un gran
descubrimiento, un feliz hallazgo que nos trasporta hacia aquel viejo rock que
pocos grupos han podido volver a interpretar.
Aunque el nombre de la banda
se debate entre aquel personaje maligno de Marvel Comics y aquella senda
obscura que el hard rock tomó a principios de los años setentas para hablar de
condena, maldad y muerte, la sorpresa que nos asalta al bajar la aguja sobre el
vinil es inevitable. Por si fuera poco, un par de sombras simétricas en la portada nos
obligan a esperar una colección de temas tétricos llenos de demonios, fantasmas
y brujas danzando alrededor de una hoguera en pleno aquelarre, pero este disco
es mucho más que eso…
Doctor Doom llegó por un golpe
del destino a nuestros oídos y es momento de escribir sobre ellos y su gran
disco debut. Estamos frente a una banda que ofrece obscuridad y luz, fuerza y
suavidad, un puente de entendimiento entre elementos contradictorios pero que a
la vez se complementan, un lugar de encuentro entre el hard blues, el pop
psicodélico, el rock progresivo y el hard rock. Vida y muerte en un mismo
sendero, mientras la música nos muestra lo sinuoso que puede resultar su
recorrido.
¿Pero
quién carajos son estos tipos?
Pamiers, Francia en un
pequeño lugar en medio de los Pirineos, un pueblo antiguo de reconocido pasado
medieval, iglesias espectaculares y canales
bañados por el río Ariège. Lejos de lo que podría ser el bullicio de una
zona urbana, moderna y globalizada, Pamiers vió nacer a una nueva banda de rock
vintage que a la postre se unió a la escena emergente francesa de grupos que
han recuperado el gusto por aquellos sonidos viejos, análogos y profundos.
La historia comienza con el
encuentro entre Jean-Laurent Pasquet y Jeremie Delattre, chicos que se juntaron
en 2011 para tocar covers de los éxitos de las bandas de finales de los 60 y
principios de los 70. Su pasatiempo los llevó a poco a poco a formalizar la
banda y a componer material original a partir de sus gustos musicales.
Jean-Laurent Pasquet es el
vocalista de la banda y tiene en su poder la guitarra rítmica. Su voz media es
acompañada de ecos en el estudio para dotarle de mayor intensidad, pero este
detalle es suplido por las mágicas líricas que construye a partir del concepto
musical que compone el grupo.
Jeremie Delattre es el
guitarrista principal y quien acompaña a Jean-Laurent en los coros. Su suave
guitarra heredera del jazz recrea pasajes sonoros etéreos, que más que riffs, construye
ambientes que sirve de telón de fondo a las composiciones.
Una vez iniciado el
proyecto, a la pareja de guitarristas se les unió el bajista Sebastien Boutin
Blomfield, joven de larga cabellera rubia quien además de su calidad en las
cuatro cuerdas, es el tecladista del grupo y es ingeniero de sonido, cualidad
que fue aprovechada por la banda para que él mismo realizara el trabajo de
grabación y mezcla de todo lo que ha publicado Doctor Doom.
Finalmente, tras probar a
varios bateristas, en septiembre de 2013
presentaron a Michel “Mitch” Marcq, músico exacto de gran imaginación
que ha sabido adaptarse a las exigencias de una banda que juega con los matices
y caleidoscopios musicales, que crea paisajes sónicos en reto directo al oyente
experimentado, que logra equilibrar habilidad interpretativa, intensidad
rítmica y enigmáticas letras.
Una vez que se conformaron
como banda, Doctor Doom se dio a la tarea de componer material propio, mismo
que fue presentado en mayo de 2013 un pequeño EP de tres canciones llamado Doomo, placa en la cual participó como
baterista Olivier Goirand. En dicha producción podemos escuchar canciones como
“The sun”, “Relax, you’re dead” y “Stuck in the past”, tracks que quedaron
registradas en calidad de “demo” pero que ahora se han convertido en
obligatorias dentro del repertorio del grupo.
Gracias a la recepción que
tuvo esta grabación entre el público y los críticos especializados, Doctor Doom
comenzó a crear una gran expectativa alrededor de ellos, lo que los llevó a
presentar dos sencillos como forma de saciar la sed por tener material de la
banda, pero otorgando a la vez el espacio suficiente al grupo para trabajar con
la mayor paciencia posible lo que sería su álbum debut. Es así que en marzo de
2014 se publicó Lives (con una
versión en vivo de “Stuck in the past”) y en mayo de 2015 DoctoR DooM 7” (single que presentaba “So jinxed” en una cara y
“Wicked woman”, un cover a la mítica banda Coven en el lado b).
En julio de 2015 pudimos
tener entre las manos el This seed we
have sown, primer disco completo de la banda que fue publicado a través de
dos disqueras reconocidas dentro del mundo roquero: STB Records y Ripple Music.
Gracias al contacto con estas firmas, el trabajo de producción realizado por
Sebastien Boutin Blomfield para el álbum fue genialmente terminado con la
masterización del material por Tony Reed, guitarrista y vocalista de la banda
norteamericana Mos Generator. Gracias a ello, la calidad de sonido del disco es
genial, logrando resaltar cada instrumento y haciendo una experiencia única el escuchar
la placa.
El
concepto
El álbum debut de Doctor
Doom no es sólo una colección de temas sueltos, una conjunción de sencillos
previamente lanzados y reunidos en una sola producción. This seed we have sown es un álbum con una misma idea en cada pista
que nos presenta: la muerte está siempre rondando al hombre, es su destino
irremediable, impostergable e irrenunciable. Lo único de lo que puede estar
seguro es de su muerte, así que lo único que le queda es enfrentarse con la
eterna angustia de saber que ella le espera a cada paso, a cada decisión, a
cada instante.
This
seed we have sown es la respuesta del hombre consciente que
pone en duda todo lo que está más allá del final de los días. Es un rompimiento
con la religión, con las creencias y con la sociedad que acepta fábulas que
sólo intentan mitigar el miedo y la desesperación de una vida sin sentido. Es
un intento por salir de la masa y regresar a lo esencial del individuo. Es un
hombre que ha enfrentado a la muerte y que lo hace entender que debe romper las
cadenas del pasado y las ilusiones del futuro para ubicarse en un amargo
presente de lucha eterna con el riesgo, la incertidumbre y la nada.
Pero Doctor Doom va más
allá, pues al encumbrar al hombre enfrentado con la muerte, termina realizando
una crítica muy fuerte a quienes no lo han hecho, y peor aún, a quienes
prefieren tapar el sol con un dedo y vivir esperanzados con la promesa de un “más
allá”. Al quebrar la idea de un futuro, la banda encara a todo aquel que desea
seguir creyendo en él, a todo aquel que quiere seguir engañado y busca
convencer a los demás con su mentira. Sin embargo, el grupo no se preocupa por
ello, porque bien sabe que llorar y sufrir no servirá de nada, el destino está
trazado y no hay nada que se pueda cambiar.
La música que acompaña a
estas difíciles líricas de reflexión interna sobre la muerte y la forma cómo el
hombre y su sociedad se enfrenta a ello, termina cayendo también en la
dicotomía, en la disyuntiva y en la contradicción. Muchos de los riff del disco
son directos herederos de los primeros momentos del hard rock y el doom
setentero, pero la suavidad de los instrumentos, los finos arreglos herederos
del rock progresivo y el jazz, además de la matizada voz de Jean-Laurent
Pasquet, intentan hacernos entender que hagamos lo que hagamos, todo está
escrito. No es necesario explotar y desgañitarse ante lo irremediable, así que
sólo es necesario dejar que la muerte nos llegue con su dulce y delicado toque.
Canción
por canción
The
sun:
Odin, voy a morir y no le tengo miedo a la obscuridad. Dioses de la tierra, por
favor recuérdenme. Maestro de la montaña y espíritu del mar, denme la fuerza
para subir esta colina mientras mi sangre se derrama. Este es el Norte y su
helada mordida, esta es la isla y el lugar donde el fuego conoce al hielo,
donde sólo se escucha a los lobos aullar. A lo lejos puedo ver cómo el sol
quema mis ojos, como alivia mi mente… Un paso aletargado, un arrastrar de
cadenas en un camino congelado, una densa neblina que se posa sobre un obscuro
océano. De la nada surge un rock de ritmo marcado que ilumina el camino. Una
cascada de notas en los arreglos musicales y un delicioso piano sincopado
terminan de rematar la obra. El recuerdo a los primeros pasos del lúgubre doom
en mezcla con aquel rock progresivo de insistentes escalas que suben y bajan,
nos llevan a un sueño vintage de líricas que hablan sobre antiguas deidades
nórdicas y el místico paso de una vida terrenal a otra divina.
Abso-fuckin’-lutely: Todavía
no puedo creer en las cosas que he escuchado, pero ahora todo es claro. Existen
personas que no saben diferenciar entre el amor, el odio y las simples excusas ¿Puedes
escuchar cómo se ríe Satán sobre nuestras tumbas? ¡Vete de mi camino!¿Qué
quieres de mí? Cuando me derrumbo intento ver las nubes para encontrar oro.
Estoy harto de quebrarme a mí mismo, así que tendrás que seguir tu camino sin
mí… Una variedad de escalas nos dan la bienvenida hasta que la melodía se
convierte en un suave doom donde la batería se lleva los aplausos con el juego
de su pedal doble. Un ligero teclado acompaña las frases para crear un ambiente
retro sesentero, líricas que buscan separar al nuevo individuo del resto. El
solo de guitarra de Jeremie Delattre es un ejemplo de lo que se debe hacer con
las escalas pentatónicas sin la necesidad de romper las bocinas con la fuerza o
la estridencia.
Stuck
in the past: Observa el espejo y entra dentro de ti mismo
sin tomar en cuenta las consecuencias. Observa a través del espejo y mira a los
demás. Cada mentira quema una parte de tu alma hasta que te conviertes en un
fantasma. Esta es la semilla que has sembrado, una realidad que sorprende a tu
ciega conciencia. Vivir y morir no es tan fácil si estás atrapado en el pasado…
Melodía clavada en ese primer doom de los años setentas, misma que no termina
de convertirse en un clásico del género porque sus instrumentos no tienen un
solo gramo de distorsión. La ironía de la estructura de la canción y lo terso
de su sonido la convierten en delicioso tesoro sonoro que en lugar de
recordarnos a Black Sabbath o Deep Purple, nos lleva directamente al recuerdo
de los teclados “soft” de Rod Argent de The Zombies o de Ray Manzarek de The
Doors.
So
Jinxed: Tan solo en la multitud y aun me pregunto por qué estoy
aquí. Soy un extraño en la tierra de la nada que trata de salvar su orgullo, un
mundo de fuego que quema las libertades. Sin embargo, debo entender que todo lo
que pasa es porque estamos encerrados dentro de nosotros mismos. Esto es lo más
bajo de mi estado de ánimo, pero un lugar en el infierno es mucho mejor que
estar en su mundo de idiotas. No importa quién pienses que eres, pero yo no soy
como tú… Agitada melodía ahogada en una tormenta de notas originada en su riff
inicial. Rola que acusa totalmente la escuela sueca de la bandas vintage como
Graveyard y Witchcraft, pero que al final encuentra su personalidad con los
detalles “progresivos”, los remates de batería de “Mitch” Marcq y el juego
vocal de Jean-Laurent Pasquet. Vale la pena resaltar el gran solo de guitarras
gemelas, mismas que nos hacen descubrir cierta influencia de bandas como Wishbone
Ash o Thin Lizzy en Doctor Doom. Hasta este momento, este canto para ahuyentar
la mala fortuna y la mala suerte es el único sencillo del This seed we have sown, para el cual se lanzó un video promocional
hecho por David Costanzo donde podemos ver a Doctor Doom tocando al aire libre
mientras observamos un Corvette clásico y un Ford Capri quemar sus llantas en
el asfalto.
Relax
you’re dead: Casi condenado, mi alma se vuelve obscura,
pero aún así no esperaré el día del Juicio Final. Me quieres hacer creer en
Dios, pero yo digo que es momento de derribar aquel muro de hecho con mentiras.
Te ves en pleno cielo, ¿pero acaso no escuchas las campanas del infierno que
suenan por ti? ¿Qué has hecho? Sólo te has escondido tras aquellos cuentos de
hadas y falsos dioses, un esfuerzo que ha sido en vano. Sólo te digo una cosa,
no olvides que desde este momento ya estás muerto… La batería marca el ritmo
que da la bienvenida a una melodía suave, pero que en sus figuras se respira
una ansiedad, una inquietante idea que siembra duda. En algunos momentos, los
riffs de la rola encuentran su inspiración en algunas estructuras melódicas de
Thin Lizzy y, ¿por qué no?, hasta del propio Iron Maiden. El duelo de guitarras
al final de ésta se convierte en una maravilla para el oído, pues su estructura
permite un encuentro más allá de la improvisación sobre un círculo descendente
de notas muy al estilo del “Heartbreaker” de Gran Funk Railroad. La letra de
esta canción es una fuerte crítica a la existencia de un mundo inmaterial y metafísico,
reduciendo todo a un punto de vista existencialista: lo único que podemos estar
seguros es de la muerte.
Behind
your shadow: Cuando el dinero es la ley, sólo queda una
cosa que hacer: comprar la vida. Caminando a través de la niebla podrás ver la
verdad en sus ojos. Un apretón de manos y una sonrisa, mientras un millón de personas mueren. Este
es el mundo de los que viven detrás de su propia sombra, de aquellos que buscan
huir después del engaño… Quizá sea esta canción la más acelerada de todo el This seed we have sown, misma que
encuentra una cercanía con los primeros discos de los suecos Graveyard. Una vez
rotas las cadenas, la banda experimenta con distintas distorsiones y efectos en
las guitarras, mostrándonos así que Doctor Doom está a un solo paso de volverse
una banda doom y hard rock obscuro si se lo proponen. Melodía de buena energía
que encuentra sus mejores momentos en sus tiempos entrecortados y la explosión
de sus solos de guitarra.
At
war with myself: No hay más cosas que decir, no hay nada más
que hacer. Caminamos entre líneas, pero a veces la vida es radical. Llorar y
sufrir no servirá de nada. La historia está escrita y no hay nada que se pueda
cambiar… Un ligero respiro para observar las cosas, aunque este momento de
tranquilidad se convierte en un instante amargo. Suave rock que roza con un
blues de órgano Hammond hipnótico y solo de guitarra de gran sentimiento. Nuevamente
los aires bluseros suecos de bandas como Graveyard, Witchcraft y Kamchatka
soplan en dirección hacia una Francia melancólica y sentimientos a flor de
piel.
Truth
in the dark: De una sola cosa podemos estar seguros:
todos tendremos un final mortal. La vida misma corta nuestras alas antes de que
podamos emprender el vuelo, pero el dolor que provoca se convertirá en mi
fuerza. La noche vendrá y todo lo dicho se cumplirá, así que será mejor
aprender a morir… Paso a paso y minuto a minuto, la muerte se acerca a nosotros
para cumplir su cometido. Aquellos instrumentos que le sirvieron de bienvenida
sólo buscaban que recordáramos su eterna presencia, así que sin otro anuncio,
el ritmo se transforma en un extraño rockanrolito adornado con figuras muy
“progresivas” y que termina explotando en una alocada persecución donde se lucen el solo de guitarra de Jeremie
Delattre y el solo de bajo de Sebastien Boutin Blomfield.
To
be continued… : Este capítulo se ha cerrado, pero la
amenaza de una continuación ha sido lanzada. Es la muerte que nos cuida los
pasos, que sólo se ha hecho presente para recordarnos que siempre estará a
nuestro lado esperando su momento para arrebatarnos la vida sin importar lo que
hemos hecho con ella… Una tenebrosa guitarra deja caer sobre nosotros sus
notas, figuras que huelen a desolación y muerte. Un acorde perdido que nos
anuncia que adelante sigue el camino, una invitación a esperar el siguiente
paso.
Este es el This seed we have sown de Doctor Doom,
nueve temas condensados en cuarenta y cuatro minutos de excelente música que
toma de la mano en un sueño vintage y nos enfrenta con uno de los mayores
temores del hombre: su propia muerte...
No hay comentarios:
Publicar un comentario