Escribir
sobre Iggy Pop es describir con palabras a un ícono dentro del rock, un
referente obligado cuando pensamos en rebeldía, actitud y arrojo. Santo patrono
del torso desnudo, ser endemoniado que arroja su humanidad contra el público y enfermo
personaje que inspiró al glam, al punk y al rock garage. Unos días después de
la muerte de su gran amigo y cómplice, David Bowie, de manera sorpresiva anunció la publicación de un nuevo disco, el
cual tendría como compañero de fórmula al artífice del stoner en su versión
desértica: Josh Homme.
Escuchar
noticas como éstas no se dan todos los días. Una combinación como esta resulta
simplemente encantadora, deliciosa para los amantes del buen rock. Sin embargo,
una vez digerida la información comienza el gusanito de las dudas a corroer la
mente: ¿qué podría resultar de esta pareja? ¿acaso el nuevo disco sería una
combinación de proto-punk y rock desértico al estilo de la escena de Palm
Desert, California?
El
misterio sería develado completamente hasta el mes de marzo de 2016, pero
algunas cosas fueron mostradas anteriormente a través de distintos programas de
la televisión norteamericana y el canal de YouTube del propio Iggy. El día de
hoy, tras algunas semanas de saborear constantemente cada canción del disco,
tenemos a la mano las palabras para describir lo que podría ser uno de los
mejores discos del año, ¿y por qué no?, también de la prolífica carrera de la
vieja iguana de voz cavernaria.
¿Pero quién
carajos son estos tipos?
Iggy
Pop es un viejo lobo de mar dentro de a escena rockera. Luego de obligar a los
reflectores que se orientaran a él tras sus apocalípticas presentaciones con
The Stooges, el cantante de Michigan comenzó una ambivalente carrera solista en
la cual siempre estuvo a lado de grandes músicos con los cuales logró crear
himnos trasgeneracionales que nos acompañan como soundtrack perfecto para los
momentos frenéticos y llenos de aventura descontrolada: los clásicos The idiot y Lust for life con David Bowie en aquel intento por zafarse de la
cocaína al refugierse en Berlín, los ambivalentes Kill city y New values
con James Williamson ex compañero de The Stooges, el popero Brick by brick que significó su regreso
al buen camino del rock gracias a la colaboración de Slash y Duff McKagan de
Guns n’ Roses, y el extraño experimento neo-punk del Skull ring hecho Sum 41, Peaches, Green Day y los miembros
originales de The Stooges.
Tras
los experimentales covers y líricas en francés de los controvertidos Preliminaires y Après, Iggy decidió regresar a la senda del rock. Con algunos
borradores hechos desde su época alemana con Bowie y algunas nuevas cosas
escritas bajo la estética paradójica de los rascacielos de Miami Beach y su
apartada vida en Florida, el experimentado músico buscó a un nuevo cómplice
para trabajar con las líricas y componer las melodías de su próximo disco. En
uno de sus arranques típicos de locura, agarró el celular para mandarle un
mensaje de texto a Josh Homme con la intención de convencerlo a formar parte de
su nuevo proyecto.
La
sorpresiva aparición de Iggy Pop en la vida de Josh Homme era un regalo de los
dioses de la música para el guitarrista californiano. Con la gira promocional de
…Like
clockwork de Queens of the Stone Age finalizada, el tiempo estaba de
su lado para formar pareja con uno de sus ídolos. Fue así que Homme comenzó a
establecer comunicación con Iggy a través de correos electrónicos y llamadas
telefónicas con el fin de afinar el proyecto, sin embargo, el ex miembro de
Kyuss le impondría una condición al vocalista de 68 años: guardar en total
secreto este nuevo trabajo musical.
Una
vez terminado el esqueleto lírico, Homme invitó a Iggy a que se trasladara por
varias semanas a su estudio de Rancho de La Luna, en el desierto californiano,
para que afinaran la música y grabar lo que sería su próximo disco. Para realizar
este trabajo de estudio, Josh Homme invitó a dos experimentados músicos que
cumplían con lo que la pareja compositiva tenía en mente.
Con
la intención de cumplir el deseo que tenía Homme en mente de guardar total
hermetismo sobre el proyecto, el productor pensó en invitar a la menor cantidad
de personas posibles. En primera instancia se le llamó al multi - instrumentalista
Dean Fertita, músico con el que Josh había trabajado desde 2007 con Queens of
the Stone Age, quien además tiene una amplia experiencia gracias a su
participación con gente de la talla de The Waxwings, The Raconteurs, The Dead
Weather, y Eagles of Death Metal. Es así como podemos escuchar a Dean tocando
la guitarra eléctrica, el piano, el sintetizador y el bajo.
Finalmente,
Josh Homme invitó a Matt Helders, baterista de Arctic Monkeys, a quien conocía
por el trabajo de producción que hizo con la banda inglesa en el Humbug y su
colaboración en Suck it and see y AM. La idea era tener a un habilidoso
baterista que tuviera la imaginación para crear grandes figuras, además de exactitud
y fuerza en su forma de tocar, y por si fuera poco, tiempo libre suficiente
para embarcarse en la grabación y posterior difusión de la placa.
Tras
la presentación del disco, la pareja Iggy-Homme se embarcó en una gira
promocional de su trabajo recién estrenado, por lo que necesitaron reclutar a
varios músicos para presentar en vivo lo logrado en el estudio. Además de
Fertita y Helders, al grupo se unieron dos experimentados músicos de sesión:
Troy Van Leeuwen (quien ha tocado con Queens of the Stone Age, A Perfect
Circle, Eagles of Death Metal, Mondo Generator y Mark Lanegan, además de ser
ingeniero de sonido de Orgy, Korn y Limp Bizkit) y Matt Sweeny (quien ha
participado con gente tan variada como Jake Bugg, Johnny Cash, Andrew W.K. y
Neil Diamond, productor de bandas como Turbonegro, Endless Boogie y Probot,
además de ser integrante de Zwan junto a Billy Corgan de los Smashing Pumpkins).
Con
este nivel de músicos en el escenario, Iggy Pop no sólo a presentado su nuevo
disco de manera íntegra en vivo, sino a tenido la posibilidad de sumar al
repertorio viejos clásicos como “Fall in love with me”, “The passenger”, “China
girl”, “Lust for life” o “Nightclubbing”. Con esta combinación, es imposible no
correr a buscar los boletos para su próximo concierto.
El concepto
Cuando
se dio a conocer la publicación del Post
Pop Depression, la creencia del público y de los escritores los llevó a
pensar que el disco hecho por la pareja de Iggy Pop y Josh Homme había sido
resultado por dos eventos que lo antecedían: el fallecimiento de David Bowie y los
ataques terrorista en Paris, Francia. Del primero, todos sabemos la unión que
hubo entre Iggy y Bowie, una amistad que los rescató del abismo de la droga y
se transformó en grandes canciones y grandes producciones. Del segundo,
recordamos los eventos del 13 de noviembre de 2015, donde un grupo de
extremistas religiosos mataron a 90 personas en la Sala Bataclan, lugar donde
se estaba presentado Eagles of Death Metal; banda conformada por Jesse Hughes y
Josh Homme, quien no estuvo en el escenario porque no participó en la gira
europea de la banda para la presentación de su último disco, Zipper down.
Sin
embargo, este disco fue compuesto y grabado en total secreto a principios de
2015, por lo que sus líricas se encuentran muy alejadas de dichos eventos.
Aunque sirvieron de telón de fondo, Post
Pop Depression es un álbum con un concepto muy definido. Con la soledad del
desierto californiano y escondidos del mundo inquisidor, Iggy y Josh dieron
rienda suelta a sus demonios internos para regalarnos una colección de nueve
temas que encuentran un hilo conductor.
Post Pop
Depression
es un disco que busca la verdadera libertad, es decir, aquella que rompe con
las cadenas que tienen el alma, el cuerpo y la mente. Es un proyecto con una
sola premisa: llegar a donde ninguno de sus integrantes habían llegado antes.
Rascando hasta el fondo, el álbum nos muestra lo podrido que puede estar el ser
humano, y aún así, salir de ello para enfrentarlo todo, hasta la propia muerte.
El
disco arranca con una declaración de intenciones, es una puerta de entrada al
abismo personal, un viaje sin retorno, un encuentro con la enfermedad. En esta
odisea hacia uno mismo tendremos que encontrar el lado más obscuro, aquel que
escondemos, negamos y tratamos de olvidar. El primer paso es aceptar todos los
errores, los pecados y los deseos que han manchado la vida. Pero este mórbido paseo
será muy duro, y en algunos momentos, la muerte rondará nuestros pasos para
hacernos caer, logrando que hasta nuestra propia sombra huya de nosotros
mismos.
Sin
embargo, una vez que hemos tocado fondo, Post
Pop Depression nos ofrece una redención, un cambio de dirección y una luz
que surge desde la propia obscuridad. Pero en este intento por escapar del ser
que hemos construido, se requiere coraje y fuerza que quiebre con todo lo que
hemos creído. Fuera fantasmas, fuera demonios y fuera dioses, lo único que
queda es uno mismo tras el apocalipsis personal.
Lejos
de que esta placa sea una colección de líricas autocomplacientes y hedonistas,
Iggy Pop y Josh Homme buscan exorcizar al individuo encerrado en sí mismo ante
los placeres que le ofrece el mundo moderno. Post Pop Depression rompe la burbuja del ser individualista para
que nuevamente se encuentre con el universo. Adiós tecnología, adiós placeres
banales y adiós intenciones venenosas… Este es el momento de curarse uno mismo
para reencontrarse con el mundo más allá de la información, la globalización y
el control.
Varios
ha escrito que probablemente este sea el último disco de la iguana, pero de lo
que podemos estar seguros todos es que Post
Pop Depression es un gran disco. Sus fuertes letras ahogadas en ácidas
críticas a individuo y a la sociedad actual se combinan con una excelente
composición musical que le sirve de ambiente ideal. Mágicas orquestaciones,
teclados atmosféricos, guitarras ambivalentes que pueden cortar la yugular o
pueden acariciar el alma, percusiones exactas y una voz grave y cansada que es
cuidada en el estudio para dotarle de fuerza, claridad e intensidad. Sin lugar
a dudas, estamos ante uno de los mejores discos del año, y quizá, de la larga
carrera de Iggy Pop.
Canción por
canción
Break into your
heart:
Quiero entrar en tu corazón, quiero arrastrarme por debajo de tu piel y seguir
hasta ver dónde inicia. Tu corazón muere por dentro, por eso entraré a él para
romperlo, tomarlo, engañarlo, robarlo, tocarlo y hacerlo caer… ¡Qué mejor
manera de iniciar un disco que con una voz fuerte y una declaración de
intenciones directa y sin miramientos! Pero Iggy Pop no viene solo, un ejército
de teclados canta con él y unas suaves guitarras marcan la melodía. Dos golpes
de batería y el ritmo cortante llega a través
de una marcha militar, una triunfal que anuncia que nuestra derrota será
inevitable. La magia de la canción llega con el misterioso juego de tonos
graves que hacen el bajo y los teclados, pero todo se vuelve etéreo al momento
en que Dean Fertita hace un sentido solo de piano y con él abre paso a un Iggy
Pop desafiante que desea romper con todo.
Gardenia: ¿Dónde estás,
diosa negra? Con tu barato babydoll morado, con una gardenia en el cabello, con
tu figura más alta y fuerte que yo. ¿Dónde estás esta noche? ¿Por dónde vagas
ahora si las calles son tu hogar? Con tu trasero como reloj de arena y con tus
malvados ojos en caída libre. Podrías ser quemada en una hoguera por todos tus
errores, pero ahora estás en este motel barato en dirección al infierno con el
mejor poeta americano que te come con los ojos. Todo lo que te quiero decir,
Gardenia, es lo que tenemos que hacer esta noche… Otra canción directa de
inicio insistente gracias a sus guitarras que van y vienen sin cesar, quizá la
más cercana al viejo sonido de Iggy en su época alemana junto con David Bowie. El
bajo eléctrico es abandonado a su suerte para marcar un acompañamiento que dé
el espacio suficiente a un Iggy poeta obsesionado con una mujer callejera;
imagen que nos lleva al recuerdo irremediable del maldito Charles Bukowski.
Primer canción presentada del Post Pop
Depression, la cual fue estrenada en el programa de televisión “The late
show with Stephen Colbert”.
American
Valhalla:
No tengo planes y no tengo deudas, pero la mente es un estuche lleno de
preocupaciones. He disparado y he acuchillado, ya que esta vida no ha sido
sencilla. Tan sólo son actos humildes que nadie ha visto. La muerte es una
píldora difícil de tragar… Un vibráfono y un steel drums entonan a la par una
melodía que inmediatamente nos hace recordar “China girl”, canción escrita por
Iggy Pop con David Bowie en su época de “retiro” en Berlín y que fue incluida
en el disco The idiot. Sin embargo,
Josh Homme nos mueve el piso con la fuerza de un bajo eléctrico que resbala sus
notas distorsionadas. Iggy comienza a redimirse de sus pecados propios para
enfrentar a la muerte, entendiendo que no tiene nada excepto su nombre; aquel
que ha construido con el paso de los años por medio de historias, creencias y
una que otra aventura veraz.
In the lobby: Mi sombra está
caminando frente a mí. La estoy persiguiendo esta noche, fuera de la luz,
exhalando un suspiro. Todo esto es sobre el abismo, los fans, los chicos, las
pistolas, las patadas, las payasadas y el sexo. Espero no perder mi vida esta
noche… Canción apocalíptica muy al estilo de Josh Homme, donde la voz de Iggy
se escucha a unos cuantos pasos de la ultratumba mientras acepta todos sus
pecados, resultado de una lúgubre paranoia que lo lleva a perseguir a su propia
sombra. La batería de Matt Helders rompe el ritmo en un intento por seguir la
estructura marcada por el bajo eléctrico, convirtiendo en una delicia la
melodía. La guitarra del puente juega con nosotros al romper el “tempo” y
resbalar sus notas en tonos completamente opuesto al resto de la rola. Esta es
la única canción del Post Pop Depression
donde la voz de Iggy explota por unos cuantos segundos como en aquellos tiempos
con The Stooges.
https://play.spotify.com/track/6Pf1cuO3MJ5LOGf9HutbmK
https://play.spotify.com/track/6Pf1cuO3MJ5LOGf9HutbmK
Sunday: Este trabajo es
una máscara, una recreación, un accidente. Me estoy hundiendo rápido, estoy
atrapado en sueños. Todo se desenreda con el correr de los días hasta que llega
el domingo y su tarde soleada. Sin embargo, todo pasa rápidamente y de nuevo
regresamos a la rutina de las frías callas llenas de corporativos, trajes y
leyes. Hacemos lo que nos dicen y aguantamos lo que nos dicen, ¿qué más podemos
hacer más que arrastrarnos hasta que llegue el próximo domingo? Tengo todo lo que necesito, eso que nos
asesina a ti y a mí… Los sonidos electrónicos de los setentas se posan sobre
una melodía que habla del hedonismo en la vida urbana y oficinista que anhela
llegar al domingo para abandonar sus obligaciones laborales. Las “poperas”
voces de las coristas se convierten al final de la canción en un fantasmal coro
muy del gusto de Josh Homme (sólo basta escuchar el …Like clockwork de Queens of the Stone Age o el AM de Arctic Monkeys). Finalmente,
podemos escuchar una coda llena de cuerdas y orquestaciones a ritmo de un
melancólico vals que recuerda lo hecho por John Paul Jones al final de "Mind chaser, no chaser",
canción incluida en el álbum debut de Them Crooked Vultures (proyecto del que formó parte el propio Josh
Homme)
Vulture: Un gordo y
obscuro buitre de cabeza blanca vuela bajo. Ahora está ahí, masticando carne
muerta a un costado del camino. Su maldita respiración es igual a la muerte:
sabe bailar y no da oportunidades. Mientras espera que la vida termine, miente,
engaña, roba e incrimina hasta tener tus tripas en sus garras… Iggy toma la
guitarra acústica para entonar una especie de opereta española donde lo único
que se pude ver es el desierto, los buitres y la muerte. Una mención especial
requieren los perdidos coros de Josh y Matt que se escuchan al fondo de la
canción, ya que logran crear una mayor atmósfera de tensión y desolación a la
desesperada lírica de Iggy, tal y como si se encontrara abandonado en un viejo
pueblo fantasma.
https://play.spotify.com/track/36t2fiZophrDtYBVkrlCQz
https://play.spotify.com/track/36t2fiZophrDtYBVkrlCQz
German days: Tocan a la
puerta, revisa quién es por la mirilla. Es el hombre que nadie sabe lo que
quiere, es la chica que te arrebata tu bandera. Comida rápida, el papa
Benedicto, grandes inteligencias, Berlín, Cristo, champaña en hielo y el fin
del dolor. Alemania debe germinar… Josh Homme nos da la bienvenida con una
figura de guitarra cortante, hiriente y serpenteante; pero todo se transforma
en una tenebrosa melodía con el Iggy más lúgubre que podremos escuchar jamás.
Una “danse macabre” que repasa aquellos días en los que Iggy Pop intentó salir
de la espiral de autodestrucción junto con David Bowie, pero más allá del
recuerdo, Iggy lo utiliza de metáfora para tomar fuerza del abismo y lograr
seguir adelante, una forma de sembrar lo cosechado en aquellos terribles momentos
de limpieza personal. Aunque el juego de sintetizadores, tonos graves
distorsionados y guitarras fuertes buscan acercarse a The Idiot, “German days” nos remiten a los pasajes más obscuros del
…Like clockwork de Queens of the
Stone Age.
Chocolate drops: Cuando el amor
de tu vida es una playa vacía, no llores. Cuando el enemigo te tenga a su
alcance, no te mates. Cuando es doloroso expresar las cosas que sientes y hiere
compartirlo, cuando no hay con quien compartir la silla desocupada que está a
tu lado y cuando todos los días son el día del juicio final, no reces. Cuando
toques fondo estarás cerca de la cima, la mierda se convertirá en gotas de
chocolate. No hay nada en las estrellas, no hay nada en la obscuridad, esas son
viejas excusas. Resiste, déjalo ir… El piano marca un ritmo sostenido mientras
unas campanas golpean en cada frase de manera lúgubre. La melancolía se cuela en
la melodía gracias al gemido de slide de la guitarra de Josh, pero un vibráfono
sube su intensidad en un duro clímax en un intento por sacudirnos. Canción que
busca sacar fuerza del dolor y de lo más profundo del alma, pero que a la vez
es un rompimiento con lo religioso y lo metafísico, un duro recordatorio que
todo está en nuestras manos. A cada sentencia que hace Iggy, Josh responde con
un coro de sabor místico, logrando con ello una contradicción perfecta que
juega con la letra de la rola.
Paraguay: Voy a donde los
malos perdedores van, quiero esconder mi rostro y gastar mi dinero. Quiero
guardar mi distancia para no tener que escuchar lo que los demás dicen. Lo
único que necesito son tamales y una cuenta bancaria , así que no cuenten más
conmigo. A pesar de que esto es un sueño, no es una mentira y no pararé hasta
decir adiós. Empaco mi alma y me largo al Paraguay. Lejos de aquí no
tendré miedo… Un lúgubre coro entona una directa y sencilla sentencia: “Los
animales salvajes nunca se preguntan por qué, sólo lo hacen...”. Nuevamente
Josh Homme utiliza el recurso de los misteriosos juegos vocales con los que ha
trabajado con Queens of the Stone Age y Arctic Monkeys. Una guitarra limpia
suelta un fundamental círculo de cuatro notas para servir de fondo a un Iggy
Pop tranquilo y sincero que busca manda todo al demonio para encontrar su paz
interior. Poco a poco el resto de los instrumentos se van suman para crear una
atmósfera relajada que invita a tararear la melodía despreocupadamente. Sin
aviso alguno, los instrumentos cortan la canción para marcar una danza tribal
de coros y percusiones insistentes, ritmo que nos trae a la memoria el
aquelarre musical de “Burn the witch”, rola de Queens of the Stone Age incluida
en su Lullabies to paralize. Sobre
esta salvaje base, Iggy Pop exorciza sus demonios, sus temores y sus odios, una
letanía que logra desmarcar a la vieja iguana de todo lo que no desea cerca de
él, un nuevo exilio y búsqueda de limpia espiritual que bien podría cerrar el
círculo de su carrera solista que comenzó con el necesario escape a Berlín.
“No
hay nada asombroso aquí…ni una maldita cosa, nada que sea nuevo.
Sólo
hay un puñado de gente asustada… todos están jodidamente asustados.
El
miedo se come todas las almas a la vez.
Estoy
cansado de ello y sueño con largarme a una vida nueva,
donde
no haya tanto “conocimiento”, no quiero nada de esa “información”.
No
te quiero, no… ya no más.
Ya
he tenido suficiente de ti… sí, te estoy hablando a ti.
Me
quiero ir a Paraguay para vivir en algún lugar bajo los árboles,
con
sirvientes y guardaespaldas que me amen,
libre
de costumbres y morales,
quiero
ser el típico imbécil que hace el bien y luego se larga mientras puede
a
donde las personas son todavía seres humanos,
a
donde tienen espíritu.
Toma
tu estúpida laptop y métela en tu maldita boca,
tu
jodida y falsa doble cara de cagada.
Espero
que lo cagues todo con todas tus palabras
y
espero que los sistemas de seguridad lean esas palabras
para
que te recojan y te despellejen
por
tus endemoniadas y envenenadas intenciones;
porque
estoy enfermo y es por tu culpa y
ahora voy a curarme yo mismo…”
Este es el Post Pop Depression, un disco donde Iggy Pop baja a los infiernos para resurgir como si del ave fénix se tratara, un viaje al desierto para la vieja iguana para enfrentarse con sus demonios internos y así encontrar la paz. ¿Acaso este será el epitafio para la ambivalente carrera del inigualable hombre sin camiseta? El tiempo lo dirá, pero lo que a partir de ahora es necesario es tener dentro de nuestra discoteca personal el Post Pop Depression por tres sencillas razones: por las grandes líricas, por las grandes interpretaciones de cada una de las canciones y, simplemente, porque es Iggy Pop.
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