Un feedback intenta rompernos los tímpanos hasta que un riff de guitarra quiebra el plano. Una serie de golpes lúgubres y la profundidad de un denso bajo acompañan la figura en un intento por hipnotizarnos y llevarnos a una fuerte ilusión sonora. ¿Viaje ácido? ¿Espejismo desértico? Una voz cavernaria rasga el sonido hasta romper cualquier posibilidad de sosiego, un oasis que nos sacie la sed de tranquilidad. Nuestra resistencia está siendo puesta a prueba...
Así es como abre el disco debut de Dune Pilot, banda alemana nacida de las cenizas de Yuma, trío de rock stoner que buscaba hacerse de un nombre en su natal Munich. Tras su disolución a finales de 2013, el guitarrista Chris Schmidt y el baterista Georg Bruchner decidieron emprender un nuevo proyecto que regresara a las bases del fuerte rock desértico al estilo de la escena de Palm Desert, California.
Luego de una búsqueda, la suerte los llevó a encontrarse con el suizo Andris Friedrich, quien fuera vocalista de Slowdrive, banda de hard rock alternativo con base en Lucerna. Más allá de lo que había hecho con su proyecto anterior, Andris ofrecía un gran poder en su voz, ideal para lo que tenían en mente el dúo alemán.
Sin embargo, el nuevo grupo requería la fuerza y densidad de un buen bajista que ofreciera un poderoso soporte a las ideas musicales compuestas por Chris Schmidt. Fue así como llegaron con SH, músico originario de ex-república soviética de Georgia que con sus cuatro cuerdas construye el muro sonoro de la banda.
Una vez conformado el proyecto, los músicos se dieron a la tarea de encontrar un nombre que reflejara su concepto musical, sus influencias y sus objetivos. Teniendo a John García como su gurú, el sonido del grupo giró alrededor de verdaderas leyendas como Kyuss, Unida y Slo Burn, tomando del clásico "Pilot the dune" de la última banda, la inspiración para su nombre.
De manera independiente, en diciembre de 2014 publicaron su primer disco bajo el nombre de Wetlands, un álbum clavado en la vieja escuela californiana de rock desértico de sonidos fuzz, insistentes figuras, tonalidades graves y una voz peculiar que narrara imágenes mágicas, espejismos creados por sol abrasador del desierto y viajes cósmicos de helados cielos estrellados.
El primer track del disco es "Stamina", una poderosa rola bajo la más estricta escuela de Kyuss. Una guitarra ahogada en fuzz marca su figura como si de un "loop" se tratara, melodía de repetición infinita que logra hacernos despegar los pies de la tierra. La arena del desierto es sacudida con un fuerte temblor que desquebraja el suelo. Los golpes secos de la batería son alimentados de un bajo insistente que persigue a la guitarra hasta levantar un infranqueable muro de sonido. Andris Friedrich se desgañita la garganta tratando de alcanzar al único John García, logrando un sincero tributo que será del gusto del fanático más clavado del rock desértico californiano.
La lírica de esta rola juega directamente con el deseo, con la lujuria que despierta el cuerpo desnudo de una mujer. Quizá mostrándose en cualquier bar perdido en un pueblo olvidado de la mano de Dios, la hermosa dama juega con la pasión hasta derretir a todos los hombres que la ven. Ella requiere alguien que esté a su nivel, alguien que le aguante el paso, alguien que la pueda llenar. ¿Quién será el hombre que pueda cumplir con sus necesidades?
"Tomo un paseo con mi dama, sabiendo bien lo que tengo que observar. Su desnudez me pertenece, pero todas las miradas se posan sobre ella. Esparcido el deseo, no tengo otra opción más que sacar a mi nena de aquel lugar. Bien sé que mi chica se ve bien y que es caliente como el mismísimo infierno, pero lo que necesita a su lado es a un verdadero hombre. La tomo de la mano para mostrarle cómo es el mundo, para demostrarle que conmigo podrá aguantar hasta el final..."
Europa está rescatando de las arenas del olvido aquel stoner clásico que alcanzó su gloria a principio de los años noventas. Muchos grupos siguen al pie de la letra los mandamientos escritos por Josh Homme, John García, Nick Oliveri, Scott Reeder, Brant Bjork y Chris Goss. Ahora las nuevas generaciones retoman las enseñanzas de los viejos maestros para seguir sus pasos y ceder a las tentaciones que el desierto y sus demonios nos ofrecen.
Dune Pilot llena de lujuria el árido paisaje, nos hace imaginar una hermosa mujer que se nos escapa de las manos como si de un espejismo se tratara, un deseo que nuestra traicionera imaginación nos ofrece como realidad. Una vez despiertos del hermoso sueño, sólo nos queda el calor asfixiante y la irremediable soledad del desierto...
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