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martes, 17 de marzo de 2020

Grin : la paradoja de la dualidad sonora


¿Cuántas personas son necesarias para crear un inquebrantable muro de sonido? ¿Acaso se requiere un ejército entero para construir una sonora neblina que cubra todo a nuestro alrededor? Existen bandas que con el mínimo de personal pueden hacer que el ruido se haga colosal hasta derrumbar cualquier cosa a su paso, pero existen realmente muy pocos grupos que logran hacerlo sin perder el sentido de la melodía y al mismo tiempo crear un movimiento telúrico bajo nuestros pies. Uno de esos excepcionales casos es Grin...

En abril de 2018 fue publicado el abismal Revenant, el álbum debut de la pareja alemana Sabee y Jan Oberg con el que se hicieron presentes dentro del pequeño universo del ruido doom metal. En aquel material podíamos escuchar la potencia de un distorsionado bajo eléctrico que entonaba rabiosas armonías mientras la batería dejaba caer su tormenta de meteoritos sin cesar, y aunque su ruido era impresionante, las crudas voces que acompañaban a cada tema acercaban a su concepto sonoro al temido sludge. Sin embargo, todo quedo reducido a un atisbo de lo que podría ser Grin, dejando a su próxima producción discográfica todo su escándalo y su capacidad interpretativa.


No fue hasta enero de 2020 a través de la disquera Crazy Sane Records cuando los tímpanos fueron destrozados gracias al impresionante Translucent blades, un álbum que demuestra la maduración de la pareja de Berlín gracias a sus melodías consistentes, al poder de su sonido ahogado en neblinas estruendosas y a una producción técnica que logra contener en un mismo espacio su furia con la intención de que se convierta en un punto de fuga, un vómito acústico imposible de contener.

Translucent blades se convierte de manera inmediata en un disco fundamental debido a su capacidad para condensar el sonido de la catástrofe a través de una extraña mezcla entre doom metal, heavy psych, shoegaze y hasta post-metal hasta que finalmente logran crear una amalgama mágica, hipnótica y escandalosa. Sin embargo, las atmósferas logradas en el segundo álbum de Grin son variadas al lograr escapar del ruido por el ruido, ya que bien podemos perdernos en el estruendo abismal de la inaugural "Helix" con sus graves sonido que hacen vibrar hasta los cimientos, como al mismo tiempo podemos caer hechizados con las neblinas constantes de "Husk" que poco a poco nos ahogan hasta hacernos desaparecer de este plano de la realidad.


Las posibilidades son múltiples en Translucent blades, pero resulta obvio que Grin se siente cómodo entre la rabia armónica y los oníricos efectos que acompañan a cada ambiente logrado, como bien se puede escuchar en "Holy grief"; pero el dueto alemán sabe también abrir su panorama sonoro con fuertes viajes cósmico como se escucha en "Orbital grace" o en la hipnótica "Reviver" con aquella figura aletargada que es tan pesada como una loza sobre la espalda pero que al mismo tiempo tienen la capacidad de convertirse en una fuerte ensoñación lisérgica que por momentos se hace fantasmal.

Los Oberg tienen la capacidad de domar sus decibeles como lo hacen en aquel pasaje místico llamado "Antares", pero la característica principal de su segundo disco radica en esa posibilidad constante pero irónica entre la potencia de la instrumentación y la ácida fluidez de los efectos sonoros, lo que provoca que cada una de sus temas se convierta un mal sueño lisérgico, una fuerte y multicolor pesadilla de la que será difícil de despertar. El track que le da nombre al Translucent blades es la mejor prueba de ello, ya que mientras sus acordes azotan sin piedad a cada una de nuestras neuronas, las fractales aparecen frente a nosotros sin que por un segundo detengan su eléctrica tormenta.


Unos cuantos golpes de percusión marcan el tiempo perfecto para que un infernal figura entone su melodía hipnótica. Una psicotrópica voz nos habla desde el inconsciente hasta provocar que todas las imágenes a nuestro alrededor se conviertan en relámpagos de colores que no cesan de deslumbrar sobre la obscuridad eterna. El abismo recibe la tormenta eléctrica, el ruido y la distorsión buscan arrebatar al silencio su sempiterno poder, la bestia sonora se enfrenta al vacío en una eterna batalla en la que nadie jamás saldrá victorioso.


Translucent blades es un material sorprendente porque en todo momento se escucha aquel intento por romper el silencio, pero a cada instante se logra escuchar entre su ruidoso muro las grietas donde se cuela el sigilo. Sus mareas alucinógenas provocan el extravío, pero siempre el insistente sonido creado por esta pareja alemana logra retornar los pies a la tierra. Un álbum bajo estos conceptos acústicos jamás será sencillo de apreciar para aquellos tímpano sensibles, pero quien tenga la capacidad de desmenuzar cada resonancia para descubrir su esencia, logrará descubrir todo de lo que es capaz Grin...

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