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viernes, 28 de octubre de 2016

Los Planeta Rojo : bailando con la muerte


Un pie presiona el pedal de fuzz y un feedback se escapa del amplificador para dejarse escuchar por las bocinas del local. Un riff asesino se entona hasta desencadenar una melodía hipnótica que sin duda podría levantar hasta a los propios cadáveres de sus tumbas. Acordes sucios que golpean en la cara directamente y un ritmo adictivo que embruja sin proponerlo. Tres chabones destruyen un popular antro de Morón, Argentina con su apocalíptico sonido y todo queda plasmado en un álbum para repetirlo una y otra vez.

 Aquí está Pánico en Detroit, el segundo material de Los Planeta Rojo, banda originaria de Merlo, suburbio del Gran Buenos Aires, Argentina. Proto punk bastante sucio que rompe con todos los cánones establecidos, pues en su propuesta se alcanzan a distinguir algunos instantes garage, stoner, doom y hasta sludge, logrando así sumergir las neuronas en un fuerte viaje sonoro de difícil retorno.


El grupo se formó en 2009 como un proyecto de guitarra y batería que giró por la capital argentina y su zona conurbada hasta 2014, año en que el baterista abandonó a la banda. Tras un pequeño receso, Los Planeta Rojo resurgieron con un nuevo integrante en las baquetas para grabar un primer EP; pero al cabo de unos meses el grupo se transformaría en un trío al incorporar un bajo eléctrico a la alineación con la cual capturarían una presentación que sería presentada como un segundo EP.

A través de la pequeña disquera OhuB Records, en 2015 publicaron su primer disco titulado de manera homónima conformado por siete estruendosos temas. Sin embargo, nuevamente la banda sufriría cambios en su formación, llegando un nuevo bajista con el que se mantiene la alineación hasta el día de hoy. Con una esencia nacida de los escenarios y con el poder que el grupo tiene con sus integrantes actuales, Los Planeta Rojo regresaron a los shows en vivo para afinar nuevos temas y retomar algunos que habían quedado en la historia de la banda.


Como banda subterránea y alternativa, Los Planeta Rojo se han unido a distintos colectivos independientes para realizar eventos y promover su proyecto sonoro. Fue así que por medio de Emisiones Subterráneas se presentaron en el pequeño local Detroit Club de Morón en el mes de mayo de 2016, mismo que fue grabado en video y capturado su sonido para se publicado en junio del mismo año nuevamente por OhuB Records en conjunto con South American Sludge Records, sello independiente creado por Sergio Ch. (ex- Los Natas y actual líder de Ararat y Soldati) que tiene por objetivo difundir aquellas bandas de estética fuerte y sólida que cantan en castellano de toda América Latina.

Pánico en Detroit es un material que logra captar la potencia sonora de Los Planeta Rojo en su medio natural, sin mediaciones ni frenos. Una vez rotas las cadenas que podría suponer un estudio de grabación, el escenario es tomado por asalto para quemarlo lentamente con la distorsión de los instrumentos eléctricos y la cavernaria percusión. Acordes primitivos que conforman temas sencillos que logran arrancar los pies de la tierra, líricas directas entonadas con voces abismales sin temor alguno y melodía que terminan obligando a mover el cuerpo a través de sus ritmos crudos.


Como muestra del monstruo sónico que son Los Planeta Rojo, aquí les va "Ella es muerte", tema ahogado en fuzz de ritmo maldito que embruja a todo aquel que se encuentre a su alcance. Es imposible no seguir su contagioso beat, mismo que ha sido acompañado por una bella mujer desnuda entre criptas empolvadas sacada de alguna vieja película de Serie B en el DVD realizado por Adri de Remedios Caducos para Emisiones Subterráneas. 


"Ella es ciega, ella es sorda, ella es muda, ella es fría y calculadora... y le gusta bailar en la obscuridad" 

Gracias a su sonido, Los Planeta Rojo han tenido la oportunidad de compartir escenario con gente como Los Viejos (México), Cardiel (Venezuela/México) y The Black Furs (Argentina), bandas que bien lograr fundir sus proyectos a través de guitarrazos que se deshacen en las bocinas y baterías tribales. A nosotros sólo nos queda romper cualquier prejuicio para dejar que las notas desgarradoras y los cantos abismales entren a nuestras neuronas hasta hundirnos en un golpe sonoro sin contemplaciones ni cuidados. Aquí está la oda para la Muerte, aquella que nos pierde y se adueña de todo gracias a su misterio, su belleza y su frialdad... 


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