Al estar navegando por las redes sociales en búsqueda de recomendaciones, la suerte orientó los pasos para encontrar el primer single del segundo álbum de la banda italiana Black Elephant. Aquel trabajo visual realizado por Valeria Civardi nos mostraba a varios chicos realizando trucos en patinetas alrededor de cuatro tipos tocando entre sus amplificadores mientras en las bocinas escuchábamos un explosivo tema de guitarras ásperas y figura infecciosa. Tras esa buena impresión, ahora era necesario escuchar por completo el material para saber que más nos podría ofrecer. La sorpresa sería más que grata...
Black Elephant nació en 2010 bajo la atmósfera portuaria de Savona, en la región de Liguria, Italia. Desde aquel momento, cuatro amigos decidieron hacer una banda que mezclara el southern metal de la vieja escuela de Pantera con algunos sonidos del stoner arenoso que tantos frutos ha dado en los últimos años. En 2012 presentaron su EP llamado Spaghetti cowboys y a finales de 2014 su álbum debut titulado Bifolchi inside, ambos materiales elaborados a partir de estruendosos temas atascados de metal alternativo sin contemplaciones.
Al escuchar "Walking death" como primer sencillo de su recién editado Cosmic blues, nos encontramos con un fuerte cambio en el estilo sonoro de la banda, pero este tema tan sólo sería el principio de una verdadera transformación para Black Elephant. Ya desde el título del material podemos encontrar las primeras pistas hacia donde se orienta el renovado sonido de los italianos, pero al ir recorriendo los surcos de su nueva placa descubrimos a un grupo enamorado por el blues electrificado y la psicodelia espacial que inspiraron los últimos instantes de los años 60's.
Desde sus primeros acordes, Cosmic blues nos ofrece un paseo místico a partir del stoner más ácido y la improvisación del hard rock setentero, aquel que te lleva hasta las estrellas y revienta tus neuronas en millones de pedazos. La inaugural "Cosmic soul" es un verdadero tributo a las alucinaciones sonoras del mítico Jimi Hendrix, pero cuando escuchamos el violento y breve wah de "Chase me", sabemos que nos encontramos ante un monstruo auditivo que nos devorará de una sola mordida.
Black Elephant nos ofrece en "Helter skelter" la linea más desértica del álbum, pero al mismo tiempo confiesa la herencia de aquel southern metal que hacía la banda en el pasado. Sin embargo, a la menor provocación el Cosmic blues nos ofrece pesados blues eléctricos con guitarras que se deshacen en los tímpanos como en "Baby Eroina" o el onírico puente sonoro de "Inno" a pesar de su original armonía hecha a base de golpes certeros de rock alternativo, sin hablar de la obvia "Cosmic blues for solitary moose" y su maravillosa improvisación llena de pasión.
Alessio Caravelli en guitarras y voces, Marcello de Stefanis en el bajo, Simone Brunzu en la batería y Massimiliano Giacosa en la segunda guitarra han creado un espectacular disco hasta lograr dar un giro de 180 grados a su concepto; por lo que no sería de extrañar que la banda haya escogido a "Walking death" como su primera muestra del Cosmic blues con la intención de que sirviera como un puente entre el pasado y presente. Los acordes poderosos pero entrecortados sirven para crear una melodía adictiva que pisa los terrenos del stoner metal pero que en su solo de guitarra nos confiesa los nuevos territorios que ahora forman parte del estilo propio de Black Elephant.
En los primeros días del año 2018, el cuarteto italiano anunció en sus redes sociales que su segundo álbum sería editado por la disquera norteamericana Small Stone Records, lo que se traduciría directamente en el cambio de orientación sonora de Balck Elephant. Finalmente, Cosmic blues sería publicado de manera oficial en el mes de julio y desde entonces llamaría la atención de los amantes del blues psicodélico y el stoner pesado con tintes ácidos y oníricos.
Gracias a la experiencia de tantos años sobre los escenarios, la banda de Savona ha tenido la oportunidad de alternar con gente como Sasquatch, Black Tusk, Nick Olivieri (ex-Kyuss y ex-Queens of the Stone Age) y sus compatriotas de Ufomammut; lo que nos habla de un grupo con la versatilidad suficiente para ofrecer su música a diversos públicos. Ahora tienen la oportunidad de mostrar sus renovados sonidos ahogados en fuzz y wah, una prueba de fuego para demostrar su calidad interpretativa más allá del calor y la protección de los estudios de grabación.
Gracias a la experiencia de tantos años sobre los escenarios, la banda de Savona ha tenido la oportunidad de alternar con gente como Sasquatch, Black Tusk, Nick Olivieri (ex-Kyuss y ex-Queens of the Stone Age) y sus compatriotas de Ufomammut; lo que nos habla de un grupo con la versatilidad suficiente para ofrecer su música a diversos públicos. Ahora tienen la oportunidad de mostrar sus renovados sonidos ahogados en fuzz y wah, una prueba de fuego para demostrar su calidad interpretativa más allá del calor y la protección de los estudios de grabación.
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