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lunes, 22 de agosto de 2016

Devil Electric : en las puertas del infierno


"Estamos ante las puertas del infierno, en aquel cruce de caminos donde se entrega el alma al demonio, en ese obscuro bosque donde se hacen sacrificios al maligno frente a una fogata ritual. Cara a cara con Satán, el reino de las sombras nos abraza y la maldad toma posesión de nuestro cuerpo. Se escuchan los perros ladrando y en mis venas se siente el latir agitado del corazón... y ahora lo necesitamos más que nunca".

Desde Melbourne, Australia nos llega Devil Electric, banda enamorada de los viejos sonidos que dieron origen al occult rock y al doom a principio de los años setentas. A través de su debut The gods below podemos disfrutar de cuatro temas tétricos que nos toman de la mano para dejarnos en el fondo de un abismo, quizá olvidados en un bosque abandonado para presenciar un aquelarre o algún sacrificio a nombre de Luzbel. Bajamos la aguja sobre el vinil y la maldad se posa sobre nosotros...


Dentro de la avalancha de bandas que se han cobijado bajo el manto de la obscuridad y los riffs de guitarra crudos, tétricos y directos, existe un conjunto de grupos que tienen en una mujer el poder de las mágicas vocales, la sensualidad magnética y la ironía entre fuerza y debilidad que significa lo femenino dentro del mundo del rock. Ahora dentro del nicho que contiene en su interior a Electric Citizen, Ruby the Hatchet, The Oath, Cauchemar, Mount Salem y Psychedelic Witchcraft, podemos incluir a Devil Electric.

La magnética imagen de Pierina O'Brien ilumina el negro ambiente que la banda forma a su alrededor con su música. En una escena de grupos proto-doom con mujeres al frente, la vocalista de Devil Electric ahora busca hacerse de un nombre propio por compartir su apellido con el de otra musa del género: Alia O'Brien de los canadienses Blood Ceremony. Imponente presencia, belleza indiscutible y una voz peculiar serán los elementos que lograrán hacer un espacio en el corazón de los amantes del occult rock controlado por las brujas.

Junto con esta diosa, encontramos a un trío de demonios que saben incendiar todo a su alrededor a través de sus instrumentos. Christos Athanasias y sus asesinos riffs de guitarra, Tom Hulse en el lúgubre bajo eléctrico y Mark van de Beek en la exactitud del tiempo y los tambores tribales preparados para adorar lo prohibido. En sus manos, la música se convierte en un brebaje hechizado, un trago envenenado, una bebida adictiva muy difícil de abandonar.

Publicado de manera independiente en junio de 2016, The gods below es un EP que envuelve rápidamente al escucha dentro de su sombra penetrante, asegurando el deseo por una dosis mayor que calme el anhelo. Por lo pronto, la disquera alemana Kozmik Artifactz ha firmado a la banda para publicar este material a principios de 2017, despertando así la esperanza de nuevos temas próximamente.


Para acercarnos al trabajo que nos regala Devil Electric, se ha desprendido el sencillo "The dove & the serpent", hipnótica canción que arranca con la voz a capella de Pierina que nos obliga a compararla con Elin Larsson de Blues Pills, pero cuando los instrumentos dan su primer golpe sabemos que estamos ante algo totalmente diferente. Tras el rugido, un paso aletargado, rastrero y cansado se mantiene en la zozobra para permitir a la hermosa bruja contar una historia sobre el deseo ser servidor de Lucifer, un sacrificio a las tinieblas, una entrega total a la obscuridad.

Por si fuera poco lo hecho en la portada del The gods below, Wren Steiner realizó el video promocional de "The dove & the serpent". Más allá de una simple colección de imagenes de la banda, en este trabajo podemos observar el concepto que rodea a Devil Electric: la obscuridad, los rituales satánicos y el morbo del hombre por conocer los poderes ocultos.

Esta ha sido la primera mordida al primer material de los australianos, mismo que asegura un próximo retorno a través de un álbum completo. La magnética imagen y carisma de su vocalista, el poder interpretativo de la banda y las obscuras melodías situadas en ese ambiente mórbido de lo desconocido y lo prohibido logran que los oídos se deleiten con las armonías, los ojos se claven en la belleza y el alma se entregue a la maldad.


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