Las tragedias griegas hacen referencia sobre deidades maliciosas que provocaban errores en los hombres, demonios que exhortaban a cometer malos actos y derramamiento de sangre familiar. Bajo el nombre de Alastor encontramos a dichas entidades perversas que provocan a los seres humanos realizar los más bajos y viles actos, pero al mismo tiempo nos enfrentamos con un condenado cuarteto sueco que produce con sus malignas odas las más temibles pesadillas.
Tras las campanas que delimitan la víspera de Todos los Santos y quiebran al mismo tiempo aquella noche maldita en dos mitades, unos desgarradores acordes anuncian la inminente llegada de una áspera tormenta eléctrica, una descarga que llena de luz y color a la obscuridad de manera fugaz. La distorsión afila sus cuchillas para ofrecer en la fatídica fecha su sacrificio a los poderes malignos bajo el mórbido nombre de Slave to the grave.
Fue hasta el 31 de octubre de 2018 que tuvimos la oportunidad de escuchar los desgarradores lamentos de Slave to the grave, el nuevo material discográfico del temible cuarteto sueco. Por medio de la distribución de la reconocida disquera Riding Easy Records, el segundo disco de larga duración de Alastor lleva su ocultismo hacia nuevas direcciones, quizá hasta senderos que recorren los abismos más profundos de la desesperación, la maldad y la muerte. Condensado en seis colosales bestias sonoras, esta nueva entrega se interna en los precipicios de la mente para mostrarnos lo más sombrío del ser humano mientras la cripta que resguardará sus restos es abierta por los profanadores de tumbas y los amantes de lo maligno.
Alastor se ha distigudio desde su debut Black magic como una banda aferrada al proto-doom más clásico que encuentra su rasgo distintivo en la distorsión del hard psych, una mezcla que recuerda a Electric Wizard y a Uncle Acid and the deadbeats y que provoca la comparación con sus compatriotas Salem's Pot. Sin embargo, Alastor tiene la capacidad de transportarnos a una lúgubre zona de tinieblas bajo una suave y fría llovizna mientras el peso del ruido nos cae sobre la espalda sin freno ni remedio.
Slave to the grave se caracteriza por ser un álbum más directo que su antecesor gracias a sus melodías hipnóticas con duraciones mucho menores, aunque en esta ocasión Alastor logra reducir también la velocidad para crear densas neblinas sonoras que poco a poco nos ahogan hasta ensombrecer todo a nuestro alrededor. "Your lives are worthless" es un himno para el ángel caído que será del completo agrado para los amantes de lo depravado y el doom más clásico, mientras que el frenético ritmo de "N.W. 588" nos obligará a mover los pies gracias a su tiempo contagioso que, una vez inyectado el veneno, logra someternos en una etérea atmósfera de la que será imposible escapar.
Alastor ha confesado que su Slave to the grave gira alrededor del concepto de la muerte, lo que queda demostrado en el maravilloso tema que le da nombre por medio de su fuerza destructiva heredera de aquel doom primitivo y su referencia hacia la muerte como temor, búsqueda y encuentro gracias a su eterno acecho (algo que por momentos recuerda las ideas de Heidegger y su ser-para-la-muerte). Las hirientes guitarras de Lucy Ferian y Terry Fying que nos desgarran al fin de dicho track bien pueden penetrar la carne por medio de su filo, pero también tienen la capacidad de llevarnos a tenues universos insospechados como en la acústica "Gone". La batería de Levi Athan no es un conjunto de golpes salvajes que podrían esperarse, ya que sus percusiones lograr crear a su alrededor un ambiente auditivo muy cercano al misterio y al ritual, aunque los ocasionales teclados de Dharma Gheddon son los que terminan por completar la escena. La épica "The spider of my love" lleva al extremo el sonido de Alastor gracias a su aletargada melodía hasta dejarnos abandonados ante el umbral de la muerte.
Uno de los temas con mayor profundidad sonora del Slave to the grave es "Drawn of the abyss" gracias a la estridencia de sus guitarras que oscilan misteriosamente entre el áspero fuzz y el lisérgico wah, aunque sus provocativos y helados juegos vocales nos remiten a lúgubres terrenos que de manera inmediata nos erizan la piel. Aprovechando el simétrico y sangriento trabajo visual que ha realizado Gryphus Visual, rescatamos el "Drawn of the abyss" dentro de la desoladora y ruidosa tormenta que resulta ser Slave to the grave; pero el track tiene los elementos suficientes para enamorar las neuronas, destrozar los tímpanos y derribar nuestros nervios. Poco a poco nos sumergimos en sus profundas aguas hasta que cruzamos el límite y todo explota en un frenesí de energía, pasión y pecado.
Lo alcanzado por el cuarteto sueco en los estudios de grabación con este Slave to the grave es digno de calificar como lo mejor de su corta carrera, pero quizá también sea lo mejor que hemos escuchado dentro de su género en muchos años dentro de Escandinavia. Dejemos que el tiempo pase para que el album sea digerido con mayor calma y poco a poco nos de la razón sobre este juicio, pero está en las manos de Alastor la posibilidad de transportar este sorprendente disco a niveles míticos por medio de su representación en directo sobre los escenarios. No, Slave to the grave no es una sorpresa... el álbum es el resultado alcanzado por una banda que ha construido su estilo sonoro y su concepto lírico hasta crear uno de los mejores disco dentro de su género. No, no es una exageración... ahogate en sus surcos y permite que sus acordes te arrastren hasta sus profundos y enigmáticos abismos.
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