Tenemos que aceptarlo, estamos en la época de oro del rock vintage. Las primeras dos décadas del siglo XXI han servido de escenario para que diversas bandas de todo el planeta regresen las manecillas a sus amplificadores con la intención de crear nueva música a través de los sonidos de antaño. Tomando como punto de partida los finales de los 60 y los principios de los 70, los grupos retoman aquella música hecha a partir de la unión del blues, el rock, la psicodelia y el folk, logrando así crear nuevas maravillas, pero con un sabor a clásico.
Cada banda a tomado una vertiente distinta según sus preferencias musicales, pero existe en Suecia una banda que ha logrado fusionar todos aquellos ritmos que formaron parte de la generación Woodstock. Al sur de enorme lago de Vätternn, en la ciudad de Jönköping, se conformó un power trío bajo el nombre de SVVAMP, grupo que tiene cinco años tocando juntos hasta el día de hoy que tenemos en los tímpanos su álbum debut publicado por la norteamericana RidingEasy Records.
Tres amigos se juntaron para hacer música a través del sonido de las bandas que más les gustaban: Cream, The Jimi Hendrix Experience y el Thin Lizzy de sus primeros tres discos con el guitarrista Eric Bell. Por medio del jamming fueron encontrando su estilo propio hasta comenzar a componer sus propios temas, mismos que fueron grabados en los distintos locales de ensayos que tuvieron en una grabadora de cassette PortaPro de cuatro canales, haciendo prácticamente demos con grabaciones en vivo.
Gracias al dicho material grabado fue como SVVAMP descubrió su sonido, uno donde pareciera que estuviéramos parados frente a la banda en el cuarto de prácticas o en el estudio. Sin embargo, a esa sensación de inmediatez, la banda fue trabajando en el estudio para que la producción musical fuera realmente analógica, utilizando escasos overdubs y capas de pistas sobre pistas con la intención de mantener la sensación de "en vivo y en directo".
Sin embargo, esta idea de registrar en cinta lo creado en el cuarto de ensayo alargó el proceso de grabación del disco debut de la banda por tres años, pero gracias a la perseverancia y la paciencia, el resultado sonoro es espectacular. Adam Johansson en la batería y vocales, Henrik Björklund en el bajo y Erik Stahlgren en las guitarras eléctricas crearon una obra de 11 temas que sin duda podría haber sido firmado a principio de los años setentas, pero que en su elaboración tiene su valor, sin demeritar a la calidad de las canciones en su composición y en su interpretación.
El disco publicado en agosto de 2016 es un compilado de todas las influencias musicales de los suecos, desde el hard blues en la escuela de Led Zeppelin y Blue Cheer hasta el folk rock atascado de mandolinas y guitarras acústicas al estilo de Crosby Still Nash & Young, los últimos discos de The Byrds y hasta el clásico de Rod Stewart "Maggie May". Tal es la facilidad con la que se puede digerir el material que sus 35 minutos se escapan como agua entre las manos, obligando a quien lo escucha a repetirlo sin duda para disfrutarlo con mayor calma, para desmenusarlo y saber de qué está hecho.
El álbum debut de SVVAMP abre con "Serpent in the sky", golpe directo a los tímpanos provocado por su infeccioso riff heredero del hard blues electrificado. Su ritmo sincopado nos muerde para no soltarnos, el bajo serpentea sobre el mástil mientas la guitarra corta el tiempo como si fuera una filosa cuchilla, pero cuando llega al puente, un genial solo sale de sus cuerdas ahogadas en un fundamental pedal wah. Este tema es sin duda una pequeña cápsula de dos minutos y medio que nos hace volver en el tiempo cuando las canciones en el radio eran directas en su intención, diminutas en su extensión y explosivas en su emotividad.
Sin lugar a dudas, el sonido de SVVAMP nos obliga a remitirnos a los padres del rock retro en Suecia: Graveyard y Witchcarft. El recuerdo por sus primeros discos publicados al inicio de este siglo guardan aquel tufo a viejo, a memoria y a vivo; pero lo logrado hoy por la banda de Jönköping nos sumerge en una neblina vintage que cubre todo a nuestro alrededor hasta no dejar otra opción más que caer rendidos a sus pies gracias a su estilo propio. Este disco es su primer paso, ya preparan la promoción del disco para todo el 2017 y están aprovechando esta pausa para tomar nuevos bríos y componer nuevo material. Jamás han salido de la península escandinava, pero ya en otras partes del mundo estamos deseando que pisen nuestros escenarios para escuchar esta pequeña joya en vivo...
Tres amigos se juntaron para hacer música a través del sonido de las bandas que más les gustaban: Cream, The Jimi Hendrix Experience y el Thin Lizzy de sus primeros tres discos con el guitarrista Eric Bell. Por medio del jamming fueron encontrando su estilo propio hasta comenzar a componer sus propios temas, mismos que fueron grabados en los distintos locales de ensayos que tuvieron en una grabadora de cassette PortaPro de cuatro canales, haciendo prácticamente demos con grabaciones en vivo.
Gracias al dicho material grabado fue como SVVAMP descubrió su sonido, uno donde pareciera que estuviéramos parados frente a la banda en el cuarto de prácticas o en el estudio. Sin embargo, a esa sensación de inmediatez, la banda fue trabajando en el estudio para que la producción musical fuera realmente analógica, utilizando escasos overdubs y capas de pistas sobre pistas con la intención de mantener la sensación de "en vivo y en directo".
Sin embargo, esta idea de registrar en cinta lo creado en el cuarto de ensayo alargó el proceso de grabación del disco debut de la banda por tres años, pero gracias a la perseverancia y la paciencia, el resultado sonoro es espectacular. Adam Johansson en la batería y vocales, Henrik Björklund en el bajo y Erik Stahlgren en las guitarras eléctricas crearon una obra de 11 temas que sin duda podría haber sido firmado a principio de los años setentas, pero que en su elaboración tiene su valor, sin demeritar a la calidad de las canciones en su composición y en su interpretación.
El disco publicado en agosto de 2016 es un compilado de todas las influencias musicales de los suecos, desde el hard blues en la escuela de Led Zeppelin y Blue Cheer hasta el folk rock atascado de mandolinas y guitarras acústicas al estilo de Crosby Still Nash & Young, los últimos discos de The Byrds y hasta el clásico de Rod Stewart "Maggie May". Tal es la facilidad con la que se puede digerir el material que sus 35 minutos se escapan como agua entre las manos, obligando a quien lo escucha a repetirlo sin duda para disfrutarlo con mayor calma, para desmenusarlo y saber de qué está hecho.
El álbum debut de SVVAMP abre con "Serpent in the sky", golpe directo a los tímpanos provocado por su infeccioso riff heredero del hard blues electrificado. Su ritmo sincopado nos muerde para no soltarnos, el bajo serpentea sobre el mástil mientas la guitarra corta el tiempo como si fuera una filosa cuchilla, pero cuando llega al puente, un genial solo sale de sus cuerdas ahogadas en un fundamental pedal wah. Este tema es sin duda una pequeña cápsula de dos minutos y medio que nos hace volver en el tiempo cuando las canciones en el radio eran directas en su intención, diminutas en su extensión y explosivas en su emotividad.
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