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lunes, 8 de mayo de 2017

1000mods : explotando tímpanos de nuevo


Precaución: la repetida exposición a los altos niveles de sonido (mayores a los 80 decibeles) puede causar daños parciales o permanentes de la audición...  Con esta leyenda en su portada recibimos el tercer disco de los griegos 1000mods, banda por demás establecida en la escena independiente de su país y que desde hace algunos años han buscado su internacionalización a punta de poderosos temas dignos de esta advertencia.

Si lo alcanzado por la banda originaria de Chiliomodi fuera poco con su genial Vultures de 2014 (reseña-review), lo hecho en Repeated exposure to... vale la pena resaltarlo y aplaudirlo. El álbum anterior de 1000mods es una joya stoner muy cercana a ser un clásico de lo que conocemos como rock desértico, pero para este nuevo material que fue publicado en septiembre de 2016  por medio de Ouga Booga & The Mighty Oug Recordings, la banda quiso aventurarse a expandir su estilo al alimentarlo con el hard rock de los setentas y el sonido grunge y heavy de los noventas, obteniendo finalmente un disco enriquecido con mayores posibilidades rítmicas que se pueden encontrar en cada uno de sus temas.


Siguiendo la forma de trabajo con la que hicieron Vultures, 1000mods grabaron por sí mismos este disco en mancuerna con el ingeniero de sonido George Leodis; pero en esta ocasión tuvieron la oportunidad de mandar las cintas para su masterización con Brad Boatright, aquel que trabajó el mítico Dopesmoker de Sleep para su re-edición en 2012. Desde el primer acorde, Repeated exposure to... explota las bocinas a través de un ruido eléctrico con alto voltaje que muestra las diversas opciones que tiene el concepto "stoner" en la actualidad gracias a sus fusiones con otros géneros como el metal, el doom, el grunge, la psicodelia y el propio desert rock.

Lejos de ser un disco compuesto bajo una misma temática como el anterior, Repeated exposure to... es una colección de ocho temas condensados en más de cincuenta minutos atascados de distorsión que, como ellos mismos lo dicen, "suena como debería de escucharse el moderno heavy rock". Más allá de las etiquetas, las guitarras de Giannis y George logran cruzar aquel límite de 80 decibeles que recomiendan los amplificadores de bulbos que ellos mismos utilizaron, Labros golpea sin piedad los tambores como lo ha demostrado desde que se formó la banda en el ya lejando 2006, y Dani guía con su peculiar voz a este barco sobre la fuerte marea de sonido que tiene su base en los tonos abismales y especialmente graves del bajo que sigue tocando al estilo de Tatsu Mikami de los legendarios Church of Misery.


La primera muestra visual del tercer disco de 1000mods es "Electric carve", tema infeccioso que acusa la arenosa esencia sonora de la banda. Un remate de batería sirve de entrada para un riff energético y adictivo que inmediatamente es seguido por el ritmo cortante de la guitarra y del bajo para saturar las bocinas de distorsión y poder. Aprovechando algunas grietas dentro del imponente muro de sonido que construye al tema, la cruda voz de Dani se desliza para mostrarnos la madurez que ha alcanzado, pero al llegar al estribillo, escuchamos con gusto como ha mantenido los gritos que sólo sus desgarradas cuerdas vocales pueden alcanzar. Si nosotros buscáramos puntos de encuentro con lo hecho por otras bandas, logramos escuchar la intensidad desbocada que lograron los alemanes Hyne en su MMXV, la distorsión destructiva de los primeros discos de Truckfighters y la intensión melódica tras el estruendo que caracterizó el Sonic debris de los portugueses Miss Lava; sin embargo, lo construido por 1000mods es una consecuencia de lo hecho desde sus inicios y que hoy han terminado de afinar.

En el trabajo visual realizado por Themistocles Lambridis a través de Jagged Melon Productions, podemos observar a 1000mods rodeados de sus amplificadores en distintas locaciones al aire libre, desde las pedregosas playas bañadas por el salvaje océano hasta las cumbres nevadas de las altas montañas. Surfistas, patinadores y snowboarders muestran su destreza mientras los griegos explotan las bocinas, aunque ni por un sólo segundo podemos observar sus rostros.


Desde la publicación del Repeated exposure to... 1000mods no ha parado de tocar ni un solo día por toda Europa con la intención de que su nombre sea reconocido dentro del heavy rock de este siglo, algo que podría lograr fácilmente con sus producciones discográficas, pero que seguramente consolidarán con sus presentaciones en vivo. El sonido de la banda sobre el escenario es muy cercano al encapsulado dentro de sus placas, así que si sus discos los convencen, en directo te llenarán el cuerpo de electroshocks. Sin embargo, 1000mods aun no tocan de este lado del Atlántico, así que mientras se animan a cruzar el gran charco, disfrutemos del espectacular escándalo con el que están conquistando al mundo.


viernes, 5 de mayo de 2017

Mountain Dust : el sentimiento de una banda canadiense


Un grito solitario rompe el silencio en un desesperado lamento, un dolor contenido que ha logrado escapar del cuerpo moribundo, una explosión que libera el tormento creado por una mala vida llena de decisiones equivocadas. El amor arde por las venas hasta quemar todo a su paso porque no ha encontrado una respuesta deseada, terrible castigo que hunde al enamorado hasta el último de los infiernos. Enfermas ideas pasan como estrellas fugaces por la mente, deseos de muerte que se muestran como posibilidad para acabar con todo ahora mismo...

Bajo este sentimiento es como comienza Mountain Dust su álbum debut, material que lleva por nombre Nine years y que fue publicado en julio de 2016. Una vez impactados, dejarmos correr los seis temas restantes y nos encontramos con una inesperada granada de blues electrificado que nos explota sin aviso ni freno. Sus cuarenta minutos son una introspección al dolor desde las distintas posibilidades rítmicas, ya sea a través de una aletargada melodía que de la nada se transforma en un tema desgarrador atascado de una distorsión que logra hacer tronar las bocinas.  Una vez que la aguja se levanta del vinil, sabemos que hemos encontrado una joya sonora que el tiempo le otorgará su justo valor dentro de lo mejor que se ha hecho dentro de su género en muchos años.
Mountain Dust es una banda originaria de Montreal, Canadá que se formó en 2013 con la intención de rescatar el heavy blues de bandas clásicas como Led Zeppelin, The Doors, Cream y The Jimi Hendrix Experience para mezclarlo con lo alcanzado por la escena vintage de Suecia formada en lo que va de este siglo con gente como Graveyard, Witchcraft y Siena Root. El resultado final de su sonido en un monstruo herido que se arrastra moribundo por el suelo y que de repente muestra espasmos violentos de sufrimiento que espantan a cualquiera que pase a su lado.

El grupo está conformado por la desgañitada voz y la resbalosa guitarra de Brendan Maiville, el penetrante teclado de Patrick Bennett, el grave poder del bajo Rickenbacker en las manos de Hal Jaques y la intensidad de los golpes de batería a cargo de Blair Youngblut. La capacidad interpretativa de estos cuatro chicos logra su encuentro gracias al poder de una melodías que logran transmitir el sentimiento más profundo hasta transformarlo en una sonora tormenta eléctrica que se agita por dentro del cuerpo y busca de manera desesperada una salida.


Los canadienses se dieron a conocer a través de cuatros temas incluidos en un demo publicado en principios de 2013 y un single presentado en septiembre de 2014 que incluía los temas "Black walls" y "Dead queen" (la cual sería grabada de nuevo para formar parte del álbum debut). En estos primeros momentos de Mountain Dust descubrimos a un grupo en construcción que busca establecer su estilo sonoro con temas nacidos del blues más crudo lleno de guitarras ahogadas en fuzz pero que no terminan de cerrar el círculo para convertirse en algo memorable.

Sin embargo, y como ha ocurrido a lo largo de la historia, inesperadamente Mountain Dust se transformó en una maquinaria de acordes bien integrados que termina por crear una obra maestra con su primer disco. Así como si hubieran vendido su alma al diablo en un olvidado cruce de caminos, la banda llega a los cuernos de la luna con un material que se clava directo al corazón y se come a mordidas cada neurona por medio de las desgarradoras líricas que acompañan a la poderosa música.


Para promover el Nine years, la banda presentó a principios de abril de 2017 el video de "Evil deeds", tema con el cual inicia el disco. Bajo una estética visual que recuerda las imágenes del "Paranoid" de Black Sabbath", la obscuridad se llena de cálidos colores mientras unos enormes y estáticos ojos fijan la mirada sobre nosotros y los rostros de los integrantes de Mountain Dust se sobreponen unas a otras con el afán de mostrarnos a los culpables del abismal tema. Este clip fue realizado por David Dont, quien busca capturar con su cámara el poder interpretativo del grupo logrado únicamente a través de sus instrumentos, el volumen y la intensidad.

"Evil deeds" es un tema fuerte que de manera inmediata logra despertar la atención de aquellos amantes del hard blues actual, pues sin lugar a dudas recuerda la intensidad de las primeras grabaciones de los Blues Pills combinado con el sentimiento de All Them Witches. Sin embargo, Mountain Dust logra separarse de lo hecho por cualquier otro gracias a la montaña rusa de sensaciones que alcanzan en cada composición, hecho que muestran de manera concreta en los cinco minutos de este tema.

Para complementar el lanzamiento de Nine years, la banda ha publicado el disco en formato de vinil a través de Kozmik Artifactz, lo que ha permitido que el disco llegue de manera física a Europa, aunque el material en su versión digital ha alcanzado muchos más lugares. Mountain Dust se encuentra en estos momentos promocionando el material mediante presentaciones en vivo, convirtiéndose  así en los abridores de Horisont para sus presentaciones en Canadá. Ojalá y este empujón dentro de su carrera los lleve a afianzar su sonido y de que muy pronto tengamos nuevas noticias musicales sobre ellos.



miércoles, 3 de mayo de 2017

Cruthu : creando en las obscuras aguas del viejo doom


Si posas tu mirada sobre el lago, por debajo del espejo de agua podrás observar a una misteriosa dama, aquella mujer de increíble belleza que las leyendas describen como un espíritu cruel que engaña con el fin de obtener todo lo que desea. La luz del día comienza a caer y el color de las aguas comienzan a tornarse obscuro y profundo mientras el frío se hace mortal. La tétrica imagen se acerca para tomarnos de la mano y guiarnos hasta el fondo... Abrimos los ojos y nos encontramos en la orilla mientras el día despierta. Quizá todo haya sido un mal sueño, pero mi mente confundida sabe que algo paso en el fondo de ese lúgubre estanque.

A través de esta vieja leyenda que siempre ha acompañado al hombre por su temor a lo desconocido, nos encontramos con el álbum debut de Cruthu, banda originaria de Lansing, Michigan, una cuidad ubicada precisamente en medio de dos de los Grandes Lagos en Estados Unidos. A principios de marzo de 2017 fue publicado su The angle of eternity, un disco denso formado por seis pesadas melodías que buscan rescatar el sonido original de los primeros instantes del doom, pero que más allá de la tendencia que se ha generado en los últimos años alrededor de dicho género, encontramos en este material varios elemento que valen la pena compartirlo.


La inquietud del guitarrista Dan McCormick por crear un grupo que rescatara la raíces del doom al estilo de bandas clásicas como Trouble, Pagan Altar o Witchfinder General para combinarlo con el sonido obscuro y aletargado de los eternos Black Sabbath y los míticos Pentagram, lo llevó a componer varios temas bajo ese esquema mientras formaba parte de The Swill. Por medio de un posteo en la red, Dan contactó al baterista Matt Fry con quien descubrió sus similares gustos musicales tras compartir una buena cerveza. Ésta sería la semilla del proyecto.

Fue en la primavera de 2014 que el grupo se terminó de conformar al integrarse la vocalista Teri Brown y el bajista Scott Lehman. Sin un nombre definido, la banda comenzó a terminar las maquetas hechas por McCormick y fue ahí cuando llegó la idea de llamar al proyecto Creation gracias al concepto de que ellos estaban "creando nuevas cosas a partir de un antiguo origen", pero al existir varios grupos con este nombre, se dieron a la tarea de buscar la palabra en otros idiomas. Finalmente, Teri propuso Cruthu, término en gaélico que se ajustaba a lo que la banda deseaba transmitir y que además ofrecía el plus de un toque místico.


Una vez que terminaron tres temas, la banda grabó en su propio cuarto de ensayos un demo al que titularon Creation para liberarlo a través de su página de bandcamp en junio de 2014. Dicho material fue reseñado por J.J. Koczan de la reconocida página electrónica The Obelisk debido a su amistad con el propio Dan McCormick, lo que podría hacernos dudar de la calidad del material. Sin embargo, este primer paso dado por Cruthu vale la pena por sí al crear una pequeña joya de proto-doom mezclado con occult-rock inspirado al hecho a principios de los setentas como al de Coven; comparación obligatoria gracias a la presencia de una female-woman en las vocales.

Sin embargo, lo que parecía un inicio prometedor terminó en un proyecto sin futuro debido a las actividades teatrales que distraían a Teri Brown de sus obligaciones con Cruthu, al grado de dejar las grabaciones de su álbum debut con la música registrada pero sin voces. Fue en ese momento que se buscaron diversas opciones para sustituírla, encontrando en la figura de Ryan Evans al candidato ideal gracias a que él era amigo de la banda desde sus inicios y había alternado con ellos en los escenarios con su banda Seritas.  


La entrada de Evans a Cruthu transformó radicamente el concepto sonoro de la banda. Su grave y rasposa voz logró trasmitir a las melodías una atmósfera lúgubre, mismas que ahora navegaban sobre un misticismo más profundo por medio de las líricas re-escritas por el propio vocalista que hablan sobre las historias contadas en las viejas películas de horror o en las narraciones de H.P. Lovecraft. Fue así que Cruthu compuso cinco temas y reconstruyó uno del demo para conformar lo que escuchamos en The angle of eternity.

El álbum debut de Cruthu es un material que logra cumplir su cometido: crear un conjunto de melodías pasmosas y abismales que cayeran como losas sobre la espalda de quien osara bajar la aguja sobre el vinil. Si la música no fuera por sí sola suficiente para lograrlo, la banda se encerró en The Black Lodge (nombre con el que han bautizado a su estudio casero) para grabar la totalidad del material en cintas con la intensión de lograr un sonido crudo y de baja fidelidad como el que se escuchan en los discos setenteros. Guitarras desgarradoras, tambores secos y bajos imponentes como telón de fondo para una voz ceremonial que se arrastra sobre el suelo y se eleva como una densa niebla hasta envolvernos en zozobra y angustia.


Para entender la metamorfosis que sufrió Cruthu tomamos como ejemplo "Lady in the lake", tema que se llamaba "Walk with me" en el demo y se transformó en The angle of eternity. El riff de la canción se caracteriza por una figura lenta que asemeja el paso de un condenado a muerte que arrastra un grillete en su tobillo, melodía que llega a la intensidad cuando alcanza su estribillo hecho en base a una serie de escalas pentatónicas que juegan con las cuerdas a forma de un fúnebre vals.

En su versión original, el tiempo de la canción era muy lento y su bajo terminaba ahogado en un efecto wah muy profundo; además que la línea melódica cantada por Teri Brown terminaba haciendo del tema una balada que no lograba atravesar el empantanado bloque sonoro. Sin embargo, "Lady in the lake" sube la velocidad un poco para balancearnos con el movimiento de la barca que simula nuestro paso por las obscuras aguas. La penetrante voz de Ryan Evans sigue la figura marcada por la guitarra para crear una melodía más cercana a lo que Ozzy hacía en sus tiempos con Black Sabbath, pero vale la pena resaltar de que la nueva letra realmente logra trasmitir una enigmática historia que alcanza su climax cuando todo queda en silencio en una sorprendente pausa y comienza de nuevo el tema para dejarnos con la duda si lo relatado fue un producto de la imaginación o una terrorífica realidad.


Lo alcanzado por Cruthu en The angle of eternity es realmente maravilloso, pues el álbum en su totalidad logra transportarnos a finales de los setentas cuando el hard rock más obscuro se mezclaba con otros géneros para construir lo que hoy llamamos doom. Cuando se le pregunta a la banda cómo definen su sonido, ellos sólo se remiten a responder que "hacemos la música que nos gusta oír". Lo que podemos estar seguros es que este disco tiene los elementos suficientes para convertirse en álbum obligatorio para los amantes del doom clásico, cosa que también logra con su tétrica portada hecha por Dan McDonald, un amigo del bajista desde su infancia.

No sabemos cuál es el futuro que le depare a Cruthu, pues precisamente Scott Lehman salió de la banda hace un tiempo y ahora es Erik Hemingsen quien se encarga de las cuatro cuerdas. Quizá algunas cosas cambien en el estilo que la banda ha logrado con su debut, pero mientras se reconstruyen, sólo queda esperar a que Cruthu haga rodar el The angle of eternity en los escenarios para hacerlo madurar y que sus aprendizajes se puedan reflejar en un segundo álbum. El tiempo ya nos dirá...


lunes, 1 de mayo de 2017

Siena Root : el regreso de los pioneros del retro-rock sueco


Si existe una banda en la enorme escena sueca a la que se le puede llamar pionera dentro del rock hecho bajo una perspectiva vintage en un afán de crear nueva música en base a los paradigmas del pasado es Siena Root. Formados en Estocolmo desde finales del siglo pasado, el grupo se ha convertido con el paso de los años en un referente obligado del retro-rock escandinavo gracias a las multifacéticas maravillas sonoras que han creado gracias a la infinidad de músicos de sesión, invitados e integrantes que han pasado por sus filas. Sin embargo, ahora estamos a punto de conocer un nuevo capítulo dentro de su enorme historia...

Tras la gira de promoción que realizó Siena Root para su disco con sabor a Deep Purple titulado Pioneers que presentado en noviembre de 2014, el grupo sufrió la salida de su vocalista Jonas "Joe Nash" Åhlén. Eso llevó al grupo a buscar quién se hiciera de las vocales para darle nuevamente la vuelta a la página, encontrando en Samuel Björö a la persona ideal para el puesto. Una vez anunciado su ingreso en septiembre de 2015, la banda regresó a los escenarios europeos y comenzó la composición de nuevo material.


El estilo del nuevo vocalista se acomodó a las pretensiones del resto de los integrantes que grabaron el Pioneers, por lo que inmediatamente se avocaron a crear su sucesor. Samuel Björö junto con Sam Riffer en el bajo, Erick "Errka" Petersson en los teclados, Love "Billy" Forsberg en la batería y Matte Gustavsson en la guitarra, se escaparon al Silence Studio durante los últimos días de abril de 2016 para grabar diez temas que conformarían el sexto álbum de estudio de la banda. Entre las giras y el extenuante trabajo de estudio con la intención de crear un excelente material, Siena Root mandó a masterizar las cintas finales hasta enero de 2017. 

A través de su perfil de Facebook, el grupo anunció la publicación de A dream of lasting peace por medio de la disquera alemana MIG para el 30 de abril de 2017, pero por problemas en la fabricación de la edición física, la presentación del disco fue pospuesta para el 26 de mayo. Para calmar un poco la ansiedad por el nuevo material, Siena Root compartió el primer single titulado "Tales of independence" a través de las diversas redes sociales y plataformas de streaming.


Para acompañar el lanzamiento del sencillo, Siena Root  subió el video de "Tales of independence" en su canal de YouTube. En dicho trabajo visual que realizado por Ashlee Christman y Alain Schumacher podemos observar una historia que se repite todos los días en todas las bandas: la impuntualidad de los bateristas. El grupo ya está listo es su cuarto de ensayos para tocar, pero la ausencia de "Billy" los hace desechar la idea. Mientras tanto, el encargado de las baquetas pasea al aire libre por los más variados paisajes, viaje que lo lleva desde las nieves de los helados bosques hasta las arenas del ardiente desierto. El hartazgo del resto de los miembros de Siena Root en el estudio se hace evidente, pero de manera sorpresiva, Forsberg aparece por debajo de una consola de grabación y todo regresa a la normalidad.

El primer single del A dream of lasting peace confiesa el gusto que tiene la banda por el Deep Purple en su tercera alineación, cuando la inclusión de Dave Coverdale y Glen Hughes inyectaron al grupo un toque funky. El ritmo sincopado de "Tales of independence" nos balancea en una relajada melodía que habla sobre cómo los sueños de libertad se hacen realidad gracias al poder de la imaginación, aquel primer eslabón que debe romperse de las cadenas que nos detienen a cumplir nuestras metas.

Además del adictivo juego musical del tema, "Tales of independence" nos muestra la calidad interpretativa de Siena Root con los solos ejecutados en su parte media, pero más allá de su indiscutible capacidad que ha sido demostrada con el paso de los años, hoy el grupo nos presume a su más reciente adquisición a través de una grabación de estudio. Samuel Björö tiene una voz perfecta para el sonido actual de Siena Root gracias a su color cercano al ya citado Dave Coverdale y a Paul Rodgers, quien escribiera su nombre en la historia del rock gracias a su paso por Free y Bad Company. Suavemente nos va llevando por los senderos del tema hasta que nos obliga a cantar con él el pegajoso estribillo... oohhhh tales of independece will come true.


Luego de escuchar este sencillo, no queda más remedio que morderse las uñas y esperar a que pasen los días para que sea publicado de manera integra los 43 minutos de duración del A dream of lasting peace. Por lo pronto, nuestra cabeza cantará una y otra vez esta ligera canción que fácilmente entra al cuerpo y que será imposible soltar. El sabor revival de Siena Root es innegable, pero para quienes amamos la música de aquella épocas, los suecos nos regalan una joya que pareciera haber sido encontrada en una cinta olvidada para ser develada como un tesoro... ojalá que el disco entero sea por igual una mina de oro!!


viernes, 28 de abril de 2017

The Wizard : la mirada retrospectiva de un hechicero


El recuerdo por el tiempo transcurrido pasa frente al hechicero como un cúmulo de imágenes, fragmentos de vida que otorgan sentido a su existencia, momentos de aprendizaje que se convierten en conocimiento. Las extrañas voces que se escuchan bajo el tenue brillo de la noche rememoran lo ocurrido para tomar fuerza, la naturaleza ha cobrado vida propia hasta que la fantasía envuelve la atmósfera bajo un sopor de intriga y temor que la obscuridad hace crecer aún más. Las sombras formadas por el fuego de la hoguera bailan y cantan alrededor de aquel brujo que ha logrado encontrarse consigo mismo bajo un ritmo eléctrico que explota en su interior como una granada de notas infecciosas y adictivas.

Han pasado varios años desde que en un pequeño y encantado pueblito mexicano cercado por brujas y nahuales, cuatro espíritus se entregaron a los caminos sin retorno de la creación bajo el velo de la magia y la obscuridad. Atrapados por el poder de la montaña, estas entidades se han puesto en contacto con el universo a través de cantos y acordes que narran el penar de las almas perdidas, sobre los misterios escondidos en el manto de la noche y sobre los mórbidos pensamientos que ahogan la mente humana entre el odio y el placer. La congregación se ha hecho llamar The Wizard y al fuego de su ritual nos entregamos entre danzas y alabanzas...


Hace unos días fue presentado el video oficial de "Fausto", tema que forma parte del EP que The Wizard grabó a mediados del mes de septiembre de 2015 en el mítico The Warehouse Studio, espacio donde han trabajado grupos tan variados como Monster Magnet, AC/DC, Muse, Slayer o R.E.M. Bajo la supervisión técnica, mezcla y masterización del material realizadas por Jason Finkel, los chicos originarios de Mextepec, Estado de México tuvieron la oportunidad de viajar hasta Vancouver, Canadá para registrar dos temas gracias a que la marca Converse los escogió dentro de su campaña de apoyo a nuevas propuestas musicales llamada Rubbertracks.

En dicho trabajo visual realizado por Capitán Estudio, podemos observar una recopilación de imágenes con diversos instantes de la banda sobre los escenarios en conjunción con algunas tomas realizadas durante las sesiones de grabación en The Warehouse Studio. Pruebas de sonido, afinación de instrumentos y anécdotas vividas en los traslados hacia los eventos nos sirven de prueba fehaciente del esfuerzo realizado por grupo nuevo que busca hacerse de un espacio dentro de la escena mexicana con un proyecto sonoro propio basado en el occult rock y uno que otro instante fugaz cercano al doom, al stoner, al hard blues y a la psicodelia.


Los rostros que se observan en los miembros de este aquelarre durante el video muestran la satisfacción de alcanzar un mágico sueño, pero lejos de lo que le podría ocurrir a cualquier banda en su circunstancia, el hechicero regresa la mirada a sus huellas marcadas en el suelo y agradece a las estrellas y entidades que han formado parte de su crecimiento, sabiendo bien que aún falta un paso final para terminar su transformación mística: la publicación de su álbum debut.

Los tres brujos y la bella sacerdotisa repasan cada momento para saborear lo que será su salto final hacia el abismo, aquella prueba que demuestra su devoción por aquel demonio que llamamos música. Ya hemos compartido las pruebas que The Wizard ha realizado como muestras de lealtad, ya sea con su demo publicado en enero de 2015 (reseña-review) y obviamente con su Converse Rubber Tracks Sessions que fue presentado en mayo de 2016; así que sólo nos queda esperar que aquellos cuerpos muten en bolas de fuego que crucen la noche para aferrarse a nuestros sentimientos a través de nuevos himnos llenos de misterio, búsqueda y obscuridad.

Más allá de la retrospectiva que nos ofrece este recuerdo visual, es necesario rescatar el valor que tiene "Fausto" como un tema que muestra el crecimiento de The Wizard dentro de la composición alrededor de su concepto sonoro. Este track está inspirado en la leyenda europea sobre un hombre que al desear el conocimiento ilimitado y los placeres mundanos, ofrece su alma al demonio. La duda y la insatisfacción sirven de semilla para la tentación, llevando a Fausto a realizar un pacto con Mefistófeles quien le ofrece cesar su tormento a cambio de una eternidad en los infiernos tras su muerte. El arrepentimiento se entremezcla con la libertad y el goce, mostrándonos la complejidad de la naturaleza humana entre su obsesión por saber y la libertad más allá de los límites que establece la lucha entre el bien y el mal.


"Fausto" es un endemoniado monstruo sonoro de riff directo y sin contemplaciones que se muestra ante nosotros desnudo y poderoso. La guitarra de Jhon Medrano tiende su la mano para ofrecernos el pacto diabólico que aceptamos inmediatamente al escuchar los palpitantes golpes de la batería de Pedro Alvarado y las serpenteantes figuras del grave bajo de Jorge Medrano. Sin embargo, cuando escuchamos la mágica voz de Karla Jiménez nos transportamos a los obscuros pasillos de la mente de un hombre tentado por cumplir sus deseos. La fuerza de la melodía nos azota con intensidad hasta lograr un viaje onírico de raíces ácidas con la intención de hacernos chocar contra las estrellas del firmamento, un salto cuántico que hace conversar al repudiado pasado con el futuro prometedor, un relámpago que ilumina la noche con su descarga eléctrica y cimbra los suelos con su distorsión desgarradora.


El terremoto hecho palabra tan sólo puede agradecer la mención del brujo en este hechizo gráfico llamado "Fausto", aunque su movimiento telúrico busca despertar aquellas almas somnolientas que no han encontrado las odas que otorguen paz y remanso. Nuestras letras se encaminan hacia el hechicero porque él forma parte del esfuerzo que realizan esos raros y escasos entes nocturnos que están construyendo un hermoso mundo de sonido, leyenda e imaginación que ahogue al universo vacío del hombre. Ahora sólo queda esperar su siguiente conjuro que conquiste a las estrellas...


miércoles, 26 de abril de 2017

Cloud Catcher : energía, cosmos y jam session


"La espada que ha sido forjada en el fuego obtiene su fuerza de las brasas. El guerrero astral canta y corea sobre un bosque cósmico que resguarda al trono místico. Sus cenizas llenarán este valle y desde su tumba la cosecha será cosida. El crepúsculo se desvanece ante sus ojos y los culpables serán los que temen a lo desconocido. Los vientos del amanecer están aullando, preguntan por su nombre en la obscuridad de la noche. El invierno viene por su vida mientras el frío es el acero que terminara con su batalla..."

Con estas galácticas frases que hablan sobre luchas estelares e iluminan la impresionante obscuridad del universo comienza el Trails of kozmic dust de Cloud Catcher, un power trio americano que bajo el concepto de "cosmic heavy rock" han creado un sonido explosivo lleno de notas nacidas directamente del jam que valen la pena escuchar y disfrutar de su poderosa energía.


Cloud Catcher nació en la ciudad de Denver, Colorado en mayo de 2013 a través de la figura del guitarrista y vocalista Rory Rummings, quien tuvo la iniciativa de formar una banda que recuperara el sentimiento y la emotividad del viejo hard rock de bandas como Budgie, Black Sabbath, Sir Lord Baltimore y del Grand Funk Railroad antes de su caída tras la incorporación de teclados. Fue así que se sumaron al proyecto el baterista Jared Soloman Handman y el bajista Andrew Van Deusen con quienes grabó inmediatamente un EP titulado Colossus.

Poco a poco la banda fue estableciendo su sonido, pero no fue con la entrada de Kam Wentworth para hacerse a cargo de las cuatro cuerdas y apoyar en las voces a Rummings que Cloud Catcher se consolidó como un verdadero power trío. Gracias a las sesiones de ensayo con la nueva formación del grupo fue que lograron la construcción de los temas que formaron el Enlightened beyond existence, su álbum debut que fue publicado en junio de 2015 y nos da una muestra de lo que podrían ser capaces; aunque dicho material no logra definir su idea musical al intentar abarcar diferentes estilos.


Sin embargo, Cloud Catcher no abandonó el trabajo en el cuarto de ensayos y poco a poco fue logrando un sonido más completo basado en su fuerza sonora y el ingenio para crear figuras melódicas a través del jam y la improvisación. Ya con un buen puñado de temas, la banda se fue a Visalia, California en marzo de 2016 para grabarlos en The Cornfield Recording House con Cody Tarbell, baterista de Slow Season. Si su capacidad en los controles técnicos fuera poco, Tarbell fungió como ingeniero de sonido con la intención de captar todo la potencia que tiene el grupo sobre los escenarios y para registrarlo en las cintas. Ya con el material terminado, todo se envió a los estudios Heavy Head para que gran Tony Reed de Mos Generator lo puliera con su masterización. 

El resultado de este gran trabajo de estudio es Trails of kozmic dust, disco que salió a la luz hasta marzo de 2017 bajo el sello francés Totem Cat Records y que realmente logra el despegue de la banda gracias a las ocho granadas que en él se incluyen. El sonido de este disco nace de las viejas glorias del hard blues psicodélico de finales de los sesentas ya que recupera la calidad interpretativa de Cream, la ácida magia de The Jimi Hendrix Experience y la ruidosa distorsión de Blue Cheer. Además, a este rescate sónico se suma la energía que la nueva era ha alcanzado con el poder de bandas ya reconocidas como Radio Moscow, Wolfmother y Kadavar.


El enfrentamiento intergaláctico que sirve de portada al Trails of kozmic dust sirve de contexto ideal para lo que escucharemos en su interior. La ilustración realizada por Adam Burke y su Nightjar Illustration (quien ha trabajado para Ancient Warlocks, Bright Curse y Jess and the Ancient Ones) nos muestra a dos guerreros astrales luchando entre sí, pero el choque de sus espadas crea un agujero negro que podría ser el fin de todo lo que existe. De lo único que podemos estar seguros, es que al cruzar su borde y bajar la aguja, terminamos engullidos por un orgasmo cósmico que hace explotar las neuronas entre notas insistentes y líricas magnéticas.

Sin temor a exagerar, en este disco escuchamos a otro Cloud Catcher en comparación a su álbum debut. Como si se tratara de otra banda, el power trio se transforma para llevarnos a un paseo estelar lleno de tormentas eléctricas y supernovas brillando sobre el vacío total. Sin frenar un solo segundo, el grupo nos receta un bombardeo constante de riffs que sirven de base para la furia de solos de guitarra que nos golpean sin piedad a cada tema. Mientras el bajo retumba la tierra bajo nuestros pies, levantamos la mirada para ver caer la lluvia de meteoritos que la batería provoca con su salvaje ritmo. Y si todavía no logran imaginar este ruido, escuchen "Astral warlord", track inicial del Trails of kozmic dust.

"Astral warlord", streaming desde la página de Bandcamp de Cloud Catcher:


El ruido provocado por los amplificadores comienza a crecer hasta que en su eco nace una agitada melodía llena de relampagueantes figuras. Entre los destellos escuchamos la historia de un guerrero cósmico durante su batalla final hasta que todo queda reducido a un electrizante duelo entre los instrumentos que no dan ni un segundo de tregua. Las estrellas chocan inevitablemente hasta quedar reducidas a ceniza, polvo estelar que dará vida a un nuevo cuerpo celeste que formará parte del ejército universal que pelea contra la obscuridad. 

  A través del proyecto de la página electrónica de The Devil's Own y su organización de presentaciones, podemos observar el poder de Cloud Catcher en vivo. Un golpe sobre el platillo y todo se vuelve una explosión sonora sin freno que logra captar lo que es hoy en día un power trio. Largas cabelleras se agitan mientras millones de notas son vomitadas por las bocinas, dardos que se clavan en la piel hasta que es erizada por la intensidad de la interpretación. Los dedos serpentean por los mástiles de los instrumentos a la velocidad de la luz, los golpes de las percusiones nos hacen entender lo complicado que es salir de la estratósfera y los gritos nos recuerdan la guerra que viven los astros desde tiempos inmemorables. 


Ésto es Cloud Catcher: energía, cosmos y jam session. Por difícil que pudiera resultar, Trails of kozmic dust logra capturar la esencia de la banda sobre los escenarios y nos comparte un poco del monstruo sonoro que son hoy. Tal es la calidad del grupo que han tenido la suerte alternar con gente del tamaño de Medusa, Ape Machine, Mondo Drag, Khemmis, Castle, los mexicanos The Risin' Sun y, por supuesto, Slow Season. Con estos antecedentes, será imposible que se resistan a escuchar este fabuloso disco, un material que sin duda refrescará la escena del hard rock y les volará las neuronas en millones de pedazos...


lunes, 24 de abril de 2017

Tempelheks : guitarras noruegas entre serpientes y ritos paganos


Tras la destrucción de la Atlántida, diversos pueblos se fueron estableciendo en los nuevos territorios que emergieron de las aguas hasta que con el paso de los años se conformaron diversas civilizaciones bajo una época conocida como Era Hiboria. Fue en estos tiempos cuando un cimmerio se embarcó en una serie de aventuras que lo llevaron a convertirse en el rey de Aquilonia. Este hombre de gran corpulencia y fuerza guerrera comparada con la del león conocido como Conan el bárbaro, se hizo conocido por enfrentar a los hechiceros Thoth-Amón y Kharam-Akkad y por convivir con hermosas  y heroicas mujeres como Red Sonja y Belit...

Si estas historias les son familiares, es porque forman parte de los relatos hechos por Robert E. Howard, escritor norteamericano de la década de los 30 que creó las bases para la fantasía épica y el sub-género conocido sword and sourcery. Dichos cuantos han servido desde hace muchos años de inspiración para las líricas de diversas bandas que juegan con épocas ficticias donde se entremezclan antiguas culturas paganas, el ocultismo y tierras olvidadas. Uno de los distintos proyectos basados en estos cuentos es el de Martin Horn Sørlie, un joven noruego que a la edad de 14 años comenzó a escribir canciones por medio de la lectura de las viejas historietas que contenían las narraciones de Conan el bárbaro y Kull de Atlántida con la intención de completar sus melodías creadas bajo el gusto por el black metal, el hard rock setentero y el occult rock del nuevo siglo.


Bajo el nombre de Tempelheks (el templo de la bruja, en noruego), el joven creó su proyecto musical y se hizo conocer como H.S. Fue hasta 2013 que publicó un EP con cuatro temas titulado Red Forest con el que comenzó  a llamar la atención del mundo subterráneo de los suburbios de Oslo, lo que lo llevó a la necesidad de conformar una banda con sus amigos para llevar a los escenarios lo mostrado en la grabación.Así es como nos encontramos con Sindre Andre Øhman en la guitarra eléctrica, Espen Sande Larsen en el bajo y Andreas Prestby en la batería.

El sonido de Tempelheks nace por la fascinación de H.S. hacia Uncle Acid & the deadbeats, banda que rescató los sonidos análogos del viejo proto-doom de principios de los años setentas (Black Sabbath, Coven, Pentagram) y los revistió con historias de terror, hechicería y ritos satánicos. Sin embargo, el noruego y su banda sumaron a dicho estilo la fuerza de las guitarras distorsionadas muy cercanas al stoner metal y un particular tono vocal que lograría una combinación perfecta con las historias de Robert E. Howard.


Tempelheks publicó en agosto de 2014 su álbum debut, un material ahogado en melodías monótonas que trataban de hipnotizar al escucha mientras las bocinas terminaban desgarradas por los acordes hirientes y pesados. Con diez temas que conforman casi una hora de cantos rituales cercanos a mantras orientales que crean a su alrededor densas atmósferas perfectas para hablar sobre leyendas fantásticas de tiempos olvidados, la banda establece sus principios sonoros que se convertirían en un estilo bastante definido, y por consiguiente, propio y original.

Luego de promocionar su primer disco por Noruega y publicar un material compartido con sus compatriotas de Steinsopp con el nombre de Soothsayer, la banda se dedicó a trabajar en lo que sería su segundo álbum y en conseguir una disquera que los ayudara a promocionar su música. Gracias a ello, en agosto de 2016 salió Serpents, gods and men a través de Heksekunst Productions, sello que también maneja a grupos como Hymn y Dunbarrow. 


A diferencia del álbum debut, Serpents, gods and men es un disco más maduro no sólo en las composiciones de la banda, sino en su propio sonido gracias al trabajo en los controles técnicos de Jørn-Arild Grefrud quien logró una profundidad en el cuerpo sonoro de las melodías y una mayor claridad en cada uno de los instrumentos que construyen el ruido característico de Tempelheks. Los diez temas del material discográfico van envolviendo a quien lo escucha como si tratara de una tormenta de arena que satura los sentidos, canciones crudas que por momentos retoman los sonidos desérticos del oriente medio y crean profundos himnos dedicados al encuentro de misteriosos personajes con un fascinante mundo mágico y desconocido.  

Un denso y rasposo riff de guitarra se escapa por las bocinas y rápidamente se incrusta en las neuronas, haciendo que el cuerpo se llene de obscuros sentimientos y una ansiedad imposible de controlar. El resto de los instrumentos acompañan la tétrica melodía hasta que una voz sacerdotal nos habla de olvidados rituales ocurridos en viejos baluartes y que son ofrecidos a misticas entidades animales para despertar obscuros poderes. Así es como suena el segundo sencillo del Serpents, gods and men bajo el nombre "Cobra", tema por momentos truena en los oídos como un muro de sonido impenetrable y que en otros la melodía asemeja a un cuchillo que corta sin clemencia su ritmo, logrando así una canción que atrapa la atención y suelta su veneno en las venas para convertirnos en sus irremediables víctimas.

En noviembre de 2016, el canal de YouTube de Heksekunst Productions publicó el video de "Cobra", trabajo visual realizado por Erik Alm a través de Trøbbel que nos muestra a un grupo de hombres ocultos bajo pesadas túnicas que realizan una ofrenda a los poderes del mal a través del sacrificio de una bella mujer. Velas, incienso y cráneos acompañan al fuego de las antorchas que se refleja en las viejas paredes de un antiguo templo de piedra mientras una sacerdotisa hunde el cuchillo ritual sobre el cuerpo de la víctima y la sangre corre sobre el altar sagrado, logrando así despertar a los poderes de la noche.

Entre las obscuras imágenes del rito podemos entrever las largas cabelleras de los integrantes de Tempelheks moviéndose al ritmo de la música, pero ahí descubrimos a una nueva cara. Una vez terminadas las grabaciones del  Serpents, gods and men, el rubio bajista Espen Sande Larse salió de la banda, tomando así el puesto vacante el bigotón Magnus Døssland. Desde entonces, la banda noruega busca reconstruir su sonido por medio de lo alcanzado en sus dos materiales de estudio para llevarlo a los escenarios de su país y, si las oportunidades se abren, más allá de Escandinavia.


La historia de la gran cobra sirvió como inspiración para que el artista gráfico David Paul Seymour creara una imagen perfecta que sirviera de portada al Serpents, gods and men, excelente elemento que sirve como un punto extra al material discográfico. El intimidante aspecto de la gigante serpiente de venenosos colmillos que lucha contra el temerario guerrero logra transportarnos al universo lírico de Tempelheks, hacia aquel espacio ficticio donde se desarrollan historias sobre hechicería y sacrificios humanos que abren portales a fuerzas malignas y poderes ocultos. Quizá estos temas se hayan convertido en referentes muy recurrentes en la música pesada de la última década, pero existen bandas que logran darle un giro delicioso y ofrecen nuevas posibilidades al género.  Ahora Noruega nos ofrece a Tempelheks, que quizá junto con la distorsionada acidez de Purple Hill Witch, forma parte de esos pocos grupos que enriquecen el panorama musical que hoy llamamos "occult doom", música de acordes pesados que despiertan a la obscuridad y la maldad a través de melodías hipnóticas imposibles de olvidar que arañan el alma y envenenan las emociones...