Tras la destrucción de la Atlántida, diversos pueblos se fueron estableciendo en los nuevos territorios que emergieron de las aguas hasta que con el paso de los años se conformaron diversas civilizaciones bajo una época conocida como Era Hiboria. Fue en estos tiempos cuando un cimmerio se embarcó en una serie de aventuras que lo llevaron a convertirse en el rey de Aquilonia. Este hombre de gran corpulencia y fuerza guerrera comparada con la del león conocido como Conan el bárbaro, se hizo conocido por enfrentar a los hechiceros Thoth-Amón y Kharam-Akkad y por convivir con hermosas y heroicas mujeres como Red Sonja y Belit...
Si estas historias les son familiares, es porque forman parte de los relatos hechos por Robert E. Howard, escritor norteamericano de la década de los 30 que creó las bases para la fantasía épica y el sub-género conocido sword and sourcery. Dichos cuantos han servido desde hace muchos años de inspiración para las líricas de diversas bandas que juegan con épocas ficticias donde se entremezclan antiguas culturas paganas, el ocultismo y tierras olvidadas. Uno de los distintos proyectos basados en estos cuentos es el de Martin Horn Sørlie, un joven noruego que a la edad de 14 años comenzó a escribir canciones por medio de la lectura de las viejas historietas que contenían las narraciones de Conan el bárbaro y Kull de Atlántida con la intención de completar sus melodías creadas bajo el gusto por el black metal, el hard rock setentero y el occult rock del nuevo siglo.
Bajo el nombre de Tempelheks (el templo de la bruja, en noruego), el joven creó su proyecto musical y se hizo conocer como H.S. Fue hasta 2013 que publicó un EP con cuatro temas titulado Red Forest con el que comenzó a llamar la atención del mundo subterráneo de los suburbios de Oslo, lo que lo llevó a la necesidad de conformar una banda con sus amigos para llevar a los escenarios lo mostrado en la grabación.Así es como nos encontramos con Sindre Andre Øhman en la guitarra eléctrica, Espen Sande Larsen en el bajo y Andreas Prestby en la batería.
El sonido de Tempelheks nace por la fascinación de H.S. hacia Uncle Acid & the deadbeats, banda que rescató los sonidos análogos del viejo proto-doom de principios de los años setentas (Black Sabbath, Coven, Pentagram) y los revistió con historias de terror, hechicería y ritos satánicos. Sin embargo, el noruego y su banda sumaron a dicho estilo la fuerza de las guitarras distorsionadas muy cercanas al stoner metal y un particular tono vocal que lograría una combinación perfecta con las historias de Robert E. Howard.
Tempelheks publicó en agosto de 2014 su álbum debut, un material ahogado en melodías monótonas que trataban de hipnotizar al escucha mientras las bocinas terminaban desgarradas por los acordes hirientes y pesados. Con diez temas que conforman casi una hora de cantos rituales cercanos a mantras orientales que crean a su alrededor densas atmósferas perfectas para hablar sobre leyendas fantásticas de tiempos olvidados, la banda establece sus principios sonoros que se convertirían en un estilo bastante definido, y por consiguiente, propio y original.
Luego de promocionar su primer disco por Noruega y publicar un material compartido con sus compatriotas de Steinsopp con el nombre de Soothsayer, la banda se dedicó a trabajar en lo que sería su segundo álbum y en conseguir una disquera que los ayudara a promocionar su música. Gracias a ello, en agosto de 2016 salió Serpents, gods and men a través de Heksekunst Productions, sello que también maneja a grupos como Hymn y Dunbarrow.
A diferencia del álbum debut, Serpents, gods and men es un disco más maduro no sólo en las composiciones de la banda, sino en su propio sonido gracias al trabajo en los controles técnicos de Jørn-Arild Grefrud quien logró una profundidad en el cuerpo sonoro de las melodías y una mayor claridad en cada uno de los instrumentos que construyen el ruido característico de Tempelheks. Los diez temas del material discográfico van envolviendo a quien lo escucha como si tratara de una tormenta de arena que satura los sentidos, canciones crudas que por momentos retoman los sonidos desérticos del oriente medio y crean profundos himnos dedicados al encuentro de misteriosos personajes con un fascinante mundo mágico y desconocido.
Un denso y rasposo riff de guitarra se escapa por las bocinas y rápidamente se incrusta en las neuronas, haciendo que el cuerpo se llene de obscuros sentimientos y una ansiedad imposible de controlar. El resto de los instrumentos acompañan la tétrica melodía hasta que una voz sacerdotal nos habla de olvidados rituales ocurridos en viejos baluartes y que son ofrecidos a misticas entidades animales para despertar obscuros poderes. Así es como suena el segundo sencillo del Serpents, gods and men bajo el nombre "Cobra", tema por momentos truena en los oídos como un muro de sonido impenetrable y que en otros la melodía asemeja a un cuchillo que corta sin clemencia su ritmo, logrando así una canción que atrapa la atención y suelta su veneno en las venas para convertirnos en sus irremediables víctimas.
En noviembre de 2016, el canal de YouTube de Heksekunst Productions publicó el video de "Cobra", trabajo visual realizado por Erik Alm a través de Trøbbel que nos muestra a un grupo de hombres ocultos bajo pesadas túnicas que realizan una ofrenda a los poderes del mal a través del sacrificio de una bella mujer. Velas, incienso y cráneos acompañan al fuego de las antorchas que se refleja en las viejas paredes de un antiguo templo de piedra mientras una sacerdotisa hunde el cuchillo ritual sobre el cuerpo de la víctima y la sangre corre sobre el altar sagrado, logrando así despertar a los poderes de la noche.
Entre las obscuras imágenes del rito podemos entrever las largas cabelleras de los integrantes de Tempelheks moviéndose al ritmo de la música, pero ahí descubrimos a una nueva cara. Una vez terminadas las grabaciones del Serpents, gods and men, el rubio bajista Espen Sande Larse salió de la banda, tomando así el puesto vacante el bigotón Magnus Døssland. Desde entonces, la banda noruega busca reconstruir su sonido por medio de lo alcanzado en sus dos materiales de estudio para llevarlo a los escenarios de su país y, si las oportunidades se abren, más allá de Escandinavia.
Entre las obscuras imágenes del rito podemos entrever las largas cabelleras de los integrantes de Tempelheks moviéndose al ritmo de la música, pero ahí descubrimos a una nueva cara. Una vez terminadas las grabaciones del Serpents, gods and men, el rubio bajista Espen Sande Larse salió de la banda, tomando así el puesto vacante el bigotón Magnus Døssland. Desde entonces, la banda noruega busca reconstruir su sonido por medio de lo alcanzado en sus dos materiales de estudio para llevarlo a los escenarios de su país y, si las oportunidades se abren, más allá de Escandinavia.
La historia de la gran cobra sirvió como inspiración para que el artista gráfico David Paul Seymour creara una imagen perfecta que sirviera de portada al Serpents, gods and men, excelente elemento que sirve como un punto extra al material discográfico. El intimidante aspecto de la gigante serpiente de venenosos colmillos que lucha contra el temerario guerrero logra transportarnos al universo lírico de Tempelheks, hacia aquel espacio ficticio donde se desarrollan historias sobre hechicería y sacrificios humanos que abren portales a fuerzas malignas y poderes ocultos. Quizá estos temas se hayan convertido en referentes muy recurrentes en la música pesada de la última década, pero existen bandas que logran darle un giro delicioso y ofrecen nuevas posibilidades al género. Ahora Noruega nos ofrece a Tempelheks, que quizá junto con la distorsionada acidez de Purple Hill Witch, forma parte de esos pocos grupos que enriquecen el panorama musical que hoy llamamos "occult doom", música de acordes pesados que despiertan a la obscuridad y la maldad a través de melodías hipnóticas imposibles de olvidar que arañan el alma y envenenan las emociones...
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