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jueves, 10 de junio de 2021

Monster Magnet : una antropología al áspero sonido del God Bull

 


¿Acaso no sería una salida fácil publicar un álbum de covers y versiones de otros artistas para salir de la pausa musical dentro de una pandemia que ha frenado de manera repentina los estudios de grabación y los eventos públicos? La respuesta no es tan sencilla como lo parece en primera instancia, ya que si recibiéramos un material sin mayor propuesta que el simple hecho de tocar las viejas canciones, todo quedaría reducido a una forma sencilla de mantenerse bajo los reflectores mientras llega la ansiada normalidad. Sin embargo, cuando nos encontramos frente un material que intenta asimilar lo hecho por otros desde la perspectiva sonora propia, las cosas cambian radicalmente gracias a la posibilidad de escuchar un esfuerzo por adueñarse aquello que es ajeno hasta transformarlo en algo irreconocible. Eso es lo que ha hecho Monster Magnet.

Publicado durante mayo de 2021 a través de la reconocida disquera Napalm Records, A better dystopia es un intento por compartir aquella música oculta bajo el peso y el paso de los años desde la muy particular ótica de la banda comandada por Dave Wyndorf, logrando conjuntar una colección de temas muy sucios y distorsionados que durante 48 minutos no dejan de golpear las neuronas por medio de cuerdas electrificadas ahogadas en overdrive y fuzz. Ante una propuesta tan arriesgada, nos damos a la tarea de bajar la aguja y permitirnos que el ruido haga su tarea...

Cuando recibimos Mindfucker en marzo de 2018 (reseña-review) tuvimos la oportunidad de escuchar a un Monster Magnet revitalizado a través de su poderoso y escandaloso space rock lisérgico, pero tras el paso del tiempo, todo comenzó a enfriarse hasta provocar el olvido de la banda afincada en New Jersey. Sin embargo, y tomando como pretexto el forzoso encierro, Dave Wyndorf secuestró a sus compañeros para darle forma a una serie de canciones seleccionadas que le permitieran a sus seguidores conocer de manera directa las influencias sónicas de la agrupación, logrando así la comprensión de su sonido y hasta de su concepto lírico.

Primero nos encontramos al God Bull en una pose al puro estilo del omnipresente Aleister Crowley, pero en honor a la verdad, la bella dama de la izquierda en plena oposición a la momificada figura de la derecha, terminan por sacudirnos las pupilas junto con la saturación de colores chillantes que irritan la mirada. Tras este desafío visual, lo único que queda es aceptar el auditivo a través de una letanía psicotrópica e introductoria llamada "The diamond mine" de Dave Diamond, la cual es secundada por el sabor proto-punk cósmico de "Born to go", un tributo casi obligado a Hawkwind. Pero si lo que pudiéramos esperar del resto de A better dystopia es un viaje sonoro similar, Monster Magnet nos sorprende de manera grata con su furiosa versión al one-hit-wonder de J.D. Blackfoot "Epitaph for a head", donde las voces se acercan peligrosamente a otro exponente del stoner cósmico de la costa este: Neil Fallon de Clutch.

Sin lugar a dudas, el trabajo antropológico de Monster Magnet para descubrir y compartir las raíces del stoner y el hard rock áspero es lo que vale la pena de su nuevo trabajo, obligando al escucha a retornar a los originales y comprobar que todo se encuentra de manera embrionaria en dichos materiales perdidos por el paso del tiempo y la poca difusión. Ahí está el crudo riff de "Solid gold hell" de la banda australiana Scientists o la intensidad de la sarcástica "Mr. Destroyer" con su figura hipnótica que sólo es quebrada por su estribillo que obliga a gritar fight fight fight!! Y si por si fuera poco el rescate de la banda norteamericana, Dave Wyndorf y los suyos nos regalan una versión limpia de la eterna When the wolf sit" de Jerusalem, aquel grupo apadrinado por Ian Gillan de Deep Purple.

Una mención especial merece la versión que hace Monster Magnet al clásico fundamental que es "Be forewarned" de Pentagram, aquella banda elemental para el doom que cambió su nombre a Macabre y de la que todos hacen referencia pero a la que pocas veces se han acercado a tributar. Además de bajar la intensidad general del material sonoro, podemos comprender todo lo que Dave Wyndorf le debe a Bobby Liebling, ya sea en su poder escénico como en su imaginación lírica. Sin embargo, es necesario mencionar que A better dystopia se distingue por mostrarnos inimaginables influencias para la banda de New Jersey como lo es la desconocida pero fundamental "Situation" de Josefus con sus pasajes progresivos de hard rock intenso, el sucio rock de garage en el que se fundamenta "It's trash" de The Cave Men, el noise punk de la reciente "Motorcycle  (Straight to hell) de los Table Scraps, o la áspera psicodelia obscura contenida en "Welcome to the void" de Morgen. 

Una de las versiones hechas por Monster Magnet en su A better dystopia que fueron elegidas como sencillos promocionales acompañadas del arte de Joe Tait, fue "Learning to die", un track original de la mítica banda setentera Dust conformada por Richie Wise,Kenny Aaronson y Marc Bell, quien después sería conocido por su trabajo con The Ramones. Las afiladas guitarras de Garrett Sweeny y Phil Caivano nos bombardean sin clemencia bajo un tiroteo en estéreo muy interesante. Al unísono, las líneas de bajo en manos de Alec Morton ofrecen una base perfecta para que a cada pausa marcada por las estrofas la voz de Dave Wyndorf se luzcan en su esplendor mientras escuchamos líricas que reflexionan sobre la muerte. Por si fuera poco el trabajo de Bob Pantella en las percusiones no hace extrañar a lo logrado por el temprano Marky Ramone, ofreciendo de esta manera la fuerza necesaria dentro de un track que se distingue por sus fuertes cambios melódicos. Tras la escucha de este tributo, nos queda claro cómo el sonido de Monster Magnet ha alcanzado su estruendo e intensidad mientras bebe directamente del subterráneo sonido del hard rock áspero del pasado, aquel que es necesario rescatar del olvido.


A better dystopia  puede ser considerada una cápsula en el tiempo, una posibilidad de retorno bajo la perspectiva de la actualidad sonora, o quizá también, una justificación auditiva que hace explícitas las influencias y las herencias. Sin embargo, el último álbum de estudio de Monster Magnet logra de manera irónica colocar nuevamente a la banda bajo los reflectores mientras se establece su sonido a través de una serie de canciones que tuvieron su momento y ahora vuelven a la luz bajo un audiorama definido por uno de los grupos más fundamentales dentro de la escena stoner de la costa este norteamericana. El pretexto ideal para rascar en la tierra por aquellos tesoros perdidos se encuentra ante nosotros, ahora es el momento afinar el oído mientras disfrutamos el propio regreso de Dave Wyndorf en este plano de la realidad...

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