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jueves, 3 de diciembre de 2020

Viaje a Ixtlán : una sonora invitación al extravío


"Pensé en un laberinto de laberintos,
en un sinuoso laberinto creciente
que abarcara el pasado y el porvenir
y que implicara de algún modo los astros.
Absorto en esas ilusorias imágenes, 
olvidé mi destino de perseguido..."
Jorge Luis Borges, El jardín de los senderos que se bifurcan, 1941

Un paso tras otro y el andar se aventura al riesgo de seguir el camino que se bifurca ante el individuo, aquel ente que debe tomar sus elecciones ante cada quiebre y cruce de caminos. La vieja leyenda que nos habla de esos hombres que ofrecieron su alma en dichos lugares para recibir del ángel caído el privilegio de un don sonoro puede resultar banal ante la libertad y la suerte echada frente el viaje condicionado por los senderos que rompen en curvas y rectas perdidas en figuras sin señales definidas. No hay destino, solo sueños que provocan el olvido mientras los paisajes absorben al vagamundo, al eterno trotador, al pata de perro que en su andar encuentra el motivo y el gusto por el extravío.

 La vida es lanzada a su eterno recorrer sin destino fijo, sin quizá un itinerario que oriente los pasos. La experiencia sonora provoca esa misma sensación cuando posamos los tímpanos por primera vez frente a una nueva obra acústica. La ensoñación provocada ante lo desconocido despierta los sentidos y motiva su atención frente al riesgo, aquel instinto primitivo de supervivencia que con el paso del tiempo se ha convertido en apreciación artística y una estética del ruido. Sin embargo, esa travesía ótica puede construir laberintos irremediables donde el escucha puede perderse y recorrer una y otra vez encontrando en la música una infinidad de posibilidades como si se tratase de un punto de fuga lleno de magia y sentimiento. 


El retorno de Viaje a Ixtlán proponen la quiebre de amarras para que las velas se hinchen con el viento de la suerte para dejarse llevar sin destino predeterminado. El extravío es el riesgo que corremos ante su nueva propuesta, quizá algo que está asegurado; pero en ello está asegurado el simple placer de escuchar el paisaje y seguir. Bajo el sugerente título de Laberintos y Paisajes, la banda argentina nos anima a emprender un paseo sobre insospechados lugares mientras el tiempo se nos escapa de las manos como la arena de aquel viejo reloj de vidrio. 

Luego de digerir lentamente aquella obra doble titulada como Calma y publicada en mayo de 2019 (reseña-review), Viaje a Ixtlán se ha sobrepuesto a la enfermedad y la adversidad hasta reconstruirse en un ente de cinco tentáculos que se adentra a las aguas sonoras y abismos infranqueables. Mariano Bertolazzi se ha hecho acompañar ya durante un largo tiempo por Jeque Raffo en los sintetizadores, Cherman en el bajo eléctrico y Lionel Fortunato en la batería, pero ahora se ha sumado a la tripulación Augusto Coronel Díaz en una segunda guitarra; provocando que el sonido alcance los colores y texturas que fueron recreadas en el último EP.

Foto: Mariano Rodríguez Álvarez

Laberintos y Paisajes es una brevísima cápsula lanzada por Venado Records y conformada por dos temas que deben ser entendidos como circunstancias que sirven de pretexto para el irremediable escape de la realidad. No es extraño encontrase con largas ensoñaciones instrumentales que permiten el desarrollo de imágenes mentales mientras la saturación de nuestras neuronas admiran el espectáculo sonoro en un audiorama atascado de opciones, como ocurre en  "Paisajes", pero si se puede ofrecer un consejo para la escucha de este EP es construir la suficiente apertura sensible para recibir la sorpresa y durante el recorrido saborear las atmósferas ofrecidas en un hermoso universo resonante.

Si bien la figura geométrica de un espacio regido por senderos que se abren y se cierran mientras la tela de Ariadna nos es ofrecido como recurso mágico para evitar el extravío, "Laberintos" conforma un ambiente de sonidos hipnóticos e insistentes que envuelven al escucha ante una tormenta de arena y ambientes esotéricos que provocan el escape de la realidad. Si uno se anima a romper las cadenas, los pies abandonan los cimientos de la tierra para volar entre sueños con la única intención de encontrar olvido. Un riff de guitarra nos lastima al provocar una herida punzante con su agresivo rasgueo, pero el resto de la instrumentación termina suavizando la escena a través de una atmósfera onírica que finalmente termina en un estribillo sublime. Pero si aún así las neblinas del tema no provocan la pérdida, sus acordes finales lograrán de manera definitiva la inmersión en aguas abismales de las que será imposible escapar mientras todo se desvanece a nuestro alrededor.


Viaje a Ixtlán ha decidido lanzar su EP a través de un ejercicio digital al que han llamado Laberintos Live album, que en otras palabras será la presentación de su último material acompañado por un recorrido a su discografía a través de un "video on demand" que se trasmitirá el próximo sábado 5 de diciembre a las 22 hrs de Argentina (GTM - 3). Bajo este concepto, tendremos la oportunidad de escuchar a la banda argentina de manera directa como si nos encontráramos en su sala de ensayos con la única intención de despertar aquellas sensaciones bajo las atmósferas que sólo el sonido y el volumen pueden construir. Sin embargo, si ustedes no podrían conectarse a este momento místico, la banda nos ofrece la opción de revivir el instante de manera diferida desde el momento de su lanzamiento a los senderos electrónicos y hasta el domingo 20 de diciembre. 

Para conocer y poder acceder a este evento, pulsa click en el link y conoce los requisitos y los costos:


Sin lugar a dudas, Viaje a Ixtlán está de regreso. Más allá de la separación física y la imposibilidad del encuentro corporal, la banda argentina nos ofrece la opción virtual para sumergirnos en sus océanos sonoros que, finalmente, son vibraciones electrificadas que de una manera u otra provocarán el escape hacia realidades alternas y mundos desconocidos. La propuesta está lanzada y la puerta que da inicio al laberinto está abierta, en nosotros está la decisión de dar el primer paso y comenzar la travesía, una proposición acústica que ofrece el reto de su recorrido con no más brújula que el propio poder de la música, el ruido y el silencio...

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