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jueves, 24 de diciembre de 2020

Tripping Haze Ceremony : el primer golpe del emperador malayo del doom

 


Gracias al universo de la música y su difusión a través de las redes electrónicas de comunicación, hemos tenido la oportunidad de conocer propuestas sonoras de todo el planeta; pero de la misma forma, también hemos sido testigos de cómo ciertos géneros y estilos han cruzado fronteras hasta alojarse en sitios inimaginables. Quizá por cuestiones de costumbres y rasgos culturales nos parezca imposible que los sonidos primitivos y obscuros del proto-doom occidental pudiera establecerse en los países del sudeste asiático como lo podremos comprobar en estas líneas.

La historia de Tripping Haze Ceremony nace en Selangor, un estado de la Federación de Malasia. En los últimos días de diciembre de 2018 fue publicado a través de bandcamp un demo conformado por tres temas que fueron realizados por el guitarrista y vocalista Epulyard, quien poco a poco conformó un power trio para establecer su sonido a través de la llegada de Sara en el bajo eléctrico y Lim en los tambores. De manera irónica, los tracks subidos a la página de la banda fueron compartidas por diversos programas de podcasts hasta crear una espectativa a su alrededor que ha sido satisfecha con la publicación de su álbum debut titulado de manera homónima y publicado en noviembre de 2020.


Lo primero que nos encontramos en el Tripping Haze Ceremony es una imponente portada realizada por Fugigaz que nos muestra un murciélago, aquel ser vivo que representa la noche, la muerte y la maldad, pero que par las condiciones de salud de este fatídico año de pandemia mundial, se ha establecido como el portador de un virus que ha sido recibido por el hombre. Con estos antecedentes visuales llenos de representación, lo único que podemos esperar dentro de su interior es un álbum denso y obscuro que nos arrastre hacia referentes sonoros asociados con los abismos y la ultratumba.

Una vez que la aguja toca los surcos del vinil, las espectativas son cumplidas al escuchar un tétrico canto de campanas lleno de misticismo que a los pocos segundos es oculto por el eco de unos secos y desgarradores acordes distorsionados que marcar una breve introducción aletargada y tenebrosa bajo el título de "Sativa's trip". Tras esta bienvenida lúgubre, Tripping Haze Ceremony nos ofrece algunas líneas de alguna vieja película norteamericana de serie B para después explotar sobre las bocinas una melodía fuerte de tempo lento llamada "Panhead dreams" donde podemos escuchar las obvias referencias sonoras a Black Sabbath, Flower Travellin' Band o Saint Vitus, aunque también podemos detectar los ácidos y desgarradores acordes al puro estilo de Church of Misery y, sobretodo, Electric Wizard.

Los ritmos pesados que se arrastran como grilletes atados al tobillo dominan en su totalidad al debut de Tripping Haze Ceremony, pero dentro de sus muros ruidosos que parecen derruirse podemos encontrar interesantes solos de guitarra, que lejos de ser virtuosos, podemos escuchar unos lamentos que de manera pausada se van deshojando hasta hipnotizar al escucha. Así como lo escuchamos en el alucinante final de "Panhead dreams", este concepto sonoro define a "Night of  the damned", aquel track que había sido lanzado previamente y que se convirtió en la culpable de hacer girar los reflectores hacia Malasia. Bajo su hechizo somnoliento, el trio asiático se va arrastrando de manera sosegada hacia los abismos mientras la guitarra entona su gemido lastimero para construir una atmósfera llena de zozobra de la que será imposible escapar. Si bien el Tripping Haze Ceremony desarrolla su fórmula sonora bajo distintos modelos de similar manufactura como en la lisérgica e instrumental "Space cat" o en la impresionante "Dead man's terror" con su espectacular riff etéreo que sabe clavar su daga de manera tranquila sobre el cuerpo hasta volarnos las neuronas con un cambio de ritmo muy al estilo de Sabbath, el trio malayo ofrece la otra cara de la moneda proto-doom a través de un onírico track acústico llamado "Ratapan anak"

Este tema es un cover a una balada ochentera realizada por la cantante Mona Fandey (aka.  Fendi), la cual tienen una mórbida historia debido a que esta artista pop también es conocida por haber sido ejecutada debido a que asesinó al político Mazlan Idris. La leyenda cuenta que Mona dejó su carrera musical para dedicarse a la magia negra, sobretodo vendiendo talismanes a políticos y gente de la alta sociedad; ahí fue cuando ofreció a Idris una serie de amuletos creados a partir de los objetos personales del presidente de Indonesia Sukarno por una alta cantidad de dinero. Al no cumplir con el pago, se convenció al político de hacerse un ritual en casa de la cantante, donde fue decapitado y desollado. 

Uno de los momentos más interesantes del álbum debut de Tripping Haze Ceremony es "Big red machine", un track de melodía densa que semeja a una marcha fúnebre por su paso lento y pesado donde su insistente nota golpea sin cesar bajo el influjo de una melodía hipnótica y dolorosa mientras escuchamos una advertencia: correr si queremos salvar nuestra vida. Tras sentir esa losa sonora por varios minutos, el bajo cambia la figura a una interesante figura que permite a una guitarra paneada completamente a la izquierda ejecute un solo seco que es rematado con una línea poderosa llena de distorsión que asemeja a una caida imparable a través del uso de acordes descendentes que se repiten constantes. Finalmente, la canción regresa a su estructura original hasta desfallecer en una cortante repetición del acorde principal que se deshace frente a nosotros mientras las bocinas se derriten ante el estruendo.

El proto-doom acidificado del trio malayo ofrece, más allá de su definido estilo, agua fresca a un género por demás visitado, ultrajado y olvidado. El álbum debut de Tripping Haze Ceremony retorna a la construcción de largas melodías y sensaciones fantasmagóricas donde la zozobra y la angustia se respiran en todos sus rincones, pero que al mismo tiempo, recrea un hechizo hipnótico heredero de la psicodelia más pesada. Este disco es un excelente augurio para el futuro, ya que si pensamos este material como el primero dentro de la conformación del trío como una agrupación, esperamos que la banda se afiance con el tiempo y la experiencia sobre los escenarios con la finalidad de crear una obra aún más interesante de lo obtenido en este momento.


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