Ícaro!! Ícaro!! Una voz trata de llamar la atención de un diminuto perro que corre sin control a la mitad del Parque España, aquel que está en la colonia Condesa de la Ciudad de México. La pequeña criatura llega a nuestros pies y a unos cuantos metros atrás podemos observar la silueta de su dueño. Albar, vocalista de Apolo, recoge a su mascota y saluda a quienes lo esperábamos desde algunos momentos antes. Esta pequeña zona verde de la ciudad más gran del mundo ha sido el punto de encuentro para una convivencia entre la banda y algunos seguidores quienes ganaron su oportunidad de conocer al grupo a través de una dinámica por Facebook.
En el último día de septiembre de 2015 se había realizado la presentación de Guardián en el Foro Indie Rocks de la Ciudad de México, era el estreno del primer disco completo de la banda nacida en Chihuahua y que usó a Monterrey como trampolín para conquistar a la vieja Tenochtitlán. Con un arduo trabajo de tres años en su composición y una breve explosión de una semana para grabarlo en Texas bajo las órdenes de Omar Rodríguez-López (At the Drive-In y The Mars Volta), en aquella presentación se escucharon por primera vez los sietes temas que conformaron el álbum más los tres temas que quedaron fuera de la selección final. A un año de esa mágica noche, es momento de desmenuzar el disco, de recordar aquel encuentro con Apolo unos días después y de compartir un poco de una de las bandas con mayor proyección en México.
Nos acercamos entre los árboles del pequeño parque que sirvió de punto de encuentro con Apolo y observamos al par de Ivanes platicando con algunos chicos. "Zurdo" es el barbado guitarrista y muestra a las chicas el nuevo tatuaje que se hizo pocas horas antes. Bajo su tranquila personalidad y sus tímidas lentejuelas, Almanza nos recibe con su amabilidad que lo caracteriza, aquella que nos hace olvidar por un instante su calidad como baterista. Algunas palabras fluyen e inmediatamente brota la alegría de la pareja de músicos por la noticia que acababan de recibir: ellos abrirían el concierto de System of a Down en el Palacio de los Deportes de la ciudad de México a realizarse en esa misma semana.
Para romper un poco con el hielo, entre todos platicamos sobre el toquín de presentación de Guardián y el orgasmo que significaba al fin sacar a la luz su nuevo trabajo, una oportunidad de renovar su set list y de demostrar la maduración que había alcanzado su proyecto musical tras el par de EP's publicados anteriormente (Apolo EP de 2013 y Tercer solar de 2014, reseña-review). Finalmente llega Santiago Villalba, el ensortijado bajista de la banda, y tras algunas palabras, nos invita a su departamento para escuchar el disco completo con ellos.
El concierto del Indie Rocks había logrado su cometido: presentar de manera íntegra a Guardián a su público salpicado de algunos gráficos en la pantalla del pequeño local y compartir con algunos amigos y la prensa la publicación del disco a través de las diversas plataformas electrónicas. Disidente abre el escenario como padrino de lujo, banda que fue acompañada en un tema por Zurdo y en otro por Manuel Suárez (quien fuera voz y guitarra de Guillotina y que ahora está al 100% con su nuevo proyecto Motor). Los ánimos estaban listos para recibir a Apolo...
El público ya tiene tatuadas en la memoria varias de las canciones de la banda tras tantos años de interpretarlas en cuanto lugar son invitados, pero ahora era el momento para escuchar lo nuevo. Ya sonaba en la radio y giraba en YouTube el video de "Loco (Lowiame Ju), primer sencillo del disco. El muro de sonido que los amplificadores de Apolo expulsaron a la gente logró crear una atmósfera ideal para escapar de la realidad por algunos instantes, aunque ello no logró mantener la emoción durante toda la presentación. Escuchar varios temas por primera vez puede ser arriesgado y la banda no dudo ni un instante por mostrar todas sus cartas, aunque muchos sólo estaban esperando que se escuchara por las bocinas las conocidas "Dama del viento", "La noche" o "Lobo estepario".
Mientras caminamos por las calles de la ciudad, los integrantes de Apolo hablan del buen sonido que tuvo el Foro Indie Rocks y de la nueva etapa que inició en ese momento para ellos como banda. Sin embargo, para los que hemos seguido al grupo por su largo recorrido hasta este logro, era necesario escuchar el disco así como salió de las consolas del reconocido guitarrista de The Mars Volta. Unas cervezas compradas en el Oxxo de la esquina y unas pizzas entregadas a domicilio, nos sentamos en la pequeña recepción del departamento de Santi para escuchar tema por tema del Guardián.
Entre los golpes de una pequeña pelota en un futbol de mesa y pláticas de seguidores por saber un poquito más de su grupo favorito, las distorsionadas notas escapan por el IPod conectado al equipo de sonido del lugar. A primera impresión, se puede detectar una unidad sonora y compacta en cada uno de los temas del disco, aunque a la vez se puede saborear un cambio fuerte a lo que estábamos acostumbrados de Apolo. Aquellas reminiscencias por el hard rock setentero se ha diluido para abrir paso a un concepto más propio donde las líricas buscan metáforas más herméticas y la construcción de las canciones muestra rastros de una idea concreta pero que por instantes se nota la mano rebuscada y barroca de Rodríguez-López.
Guardián se escucha mucho más fresco, quizá más actual, quizá más global. Un poco de stoner en algunos momentos, un poco de metal progresivo por otros... Buscar una razón para este nuevo sonido en Apolo sería en vano reducirlo al sabido estilo de su productor, pero al terminar la reproducción del disco aquella tarde de sábado en el departamento del bajista, la banda puso algunas canciones de otros artistas, mismas que mostran parte del camino en su evolución: desde los Deftones hasta Fu Manchu, un espectro musical amplio que refleja gustos, tendencias y aspiraciones.
A pasado un año tras aquella extraña reunión en un departamento de la colonia Condesa, tiempo que ha servido para digerir con calma al Guardián. Salvo a algunos instantes explosivos, el primer disco completo de Apolo es difícil de comprenderlo. Cascadas de notas fuertes en combinación con líricas sobre mitología, síndromes y sentimientos humanos requieren de sentarse un momento para escuchar y permitir que la propia música nos hable. Y sí, en ello radica efectivamente su maduración como banda... Ya no son aquel grupo de provincianos que hacían rock de manera intuitiva, hoy son un conjunto de jóvenes con experiencias (ocho años como banda), con estudios (Albar terminó su licenciatura en la Facultad de Letras de la UNAM, Iván Sotelo es ingeniero de sonido y productor en su estudio La Madriguera, y todos dan clases de sus instrumentos) y con una nueva vida citadina (de aquel cuarto donde compartían el mismo colchón, ahora cada uno tiene un departamento en la zona centro de la ciudad). La visión ha cambiado y su sonido se ha ido adaptando a ello... quizá y ahora falte que su público se transforme junto con ellos.
TRACK POR TRACK
Júpiter: "El cielo se abre frente a mí, el suelo se transforma...soy inmortal"
Esta es la oda al padre de los dioses y los mortales, un tributo al rayo todopoderoso lleno de pasiones, un canto al eterno soberano. Un riff inicial en la guitarra eléctrica de Zurdo desata el poderoso trueno de Júpiter, un estruendo que es seguido por el bajo de Santi y la batería de Iván. Escalas pentatónicas y distorsionadas herederas al Wolfmother infeccioso chocan directamente contra los remates y el ritmo cortante que los instrumentos entonan al unísono, descargas eléctricas que claramente podemos ver caer sobre el suelo. Un puente cósmico nos lleva a otra dimensión hasta la presencia de la deidad, figuras insistentes que nos elevan por un instante para dejarnos caer de nuevo.
Hiena: "Voy a esperar las horas para poderte esperar..."
Cabalga un ritmo constante y sobre su lomo escapamos de la mala mujer. Lírica directa nacida de la pluma de Albar que muestra determinación, fuerza y arranque. Sobre las figuras de Zurdo que forman un muro sonoro, el fuerte bajo de Santi rompe con todo para ganar un lugar propio, pero la competencia termina en una tormenta de notas que muestra una desbocada carrera, un solo de guitarra fugaz y una desesperada huida.
Polaris: "Al amanecer voy a escuchar tus miedos y al atardecer te cantaré a los cuatro vientos..."
Una explosión cósmica ilumina el manto de la noche, instante exacto para cantarle a la estrella polar, a la luz que sirve de guía nocturna, al hermoso encuentro entre la densa obscuridad y el potente brillo. Riff sin pretensiones que logra servir de telón de fondo a una suave melodía de hermosa lírica y sonido totalmente distinto a lo hecho por Apolo con anterioridad. Sin esperarlo, cuatro remates hacen despegar nuestra cápsula espacial para regresar a la estructura sonora del Guardian. El cielo se abre para permitirnos tomar de la mano al Universo y comenzar una cabalgata eléctrica de guitarra mágica.
Segundo sencillo de Guardián que contiene un video de promoción realizado por Michel Pax a través de Coyote Films. Juegos a blanco y negro que nos muestra a la banda tocando mientras se narra la famosa historia de la tentación bíblica. El hombre, la mujer, la manzana, el árbol, la serpiente, la muerte y la pasión reunidos en un juego visual simplemente deslumbrante.
Loco (Lowiame Ju): "La casa se va a incendiar... soy una oveja del rebaño"
Los dedos de Santi resbalan sobre las cuatro cuerdas de manera frenética al calor de desierto. La batería de Iván lo intenta seguir con sus figuras entrecortadas y todo termina explotando a manos de un juego interminable de escalas pentatónicas en la guitarra del Zurdo. Este tema quizá es el tema más cercano a lo hecho por Apolo en Tercer solar, su material anterior. Su energético estribillo sin freno se convierte en el clímax del disco, aunque el tema completo en sí es un verdadero monstruo sonoro sobre el cual Albar implora por salir de la monotonía, por romper con lo establecido y por enloquecer en todos los sentidos posibles.
Esta fue la primera probada a Guardián, la cual fue compartida desde mayo de 2015 a través de su video promocional dirigido por Ramón Villa y César Rosas en El Paso, Texas. Unos brazos tatuados se posan sobre el volante de un viejo auto que corre por los arenosos caminos del desierto. Juegos visuales llenos de psicodelia muestran a la banda entre cactos, serpientes y tarántulas, elementos que sirven para demostrar la fuerza de la naturaleza árida, el sol y la soledad.
Fariseo (Trinchera): "No somos parte de esta guerra, la tierra es nuestra sin cadenas..."
Este país se ha convertido en una trinchera, pero ésto no se trata de una revolución, sino de una guerra en la que hemos sido todos mandados al campo de batalla. Han tratado de cegarnos a través del famoso "pan y circo", mientras el hipócrita está arriba engañándonos... Este es un canto de protesta contra un gobierno, contra un sistema , contra la propia sociedad ciega. La metralla pasa sobre nuestras cabezas y lo único que pasa por la mente es el deseo por negar todo, aunque la violencia, el terror y la muerte realmente logre provocar la huida. Los salvajes golpes de los instrumentos intentan romper las cadenas, pero sus notas sólo podrán llegar a las conciencias con la intención de despertar al gigante dormido.
Cotard: "Yo no existo, he muerto tiempo atrás..."
A finales del siglo XIX, Jules Cotard anunció en una conferencia el descubrimiento que había hecho sobre una enfermedad mental a la que llamó "delirio de negación" en donde el paciente cree estar muerto y en descomposición. La desesperación se nota en los agitados acordes, demonios internos que buscan escapar de la mente que se destruye a sí misma. Un alma en pena, un cuerpo enterrado vivo y un hombre que no termina de morir. Bajo y guitarra son un asesino eléctrico en potencia que al tomarse de la mano bailan una danse macabre sin final posible.
El pensador: "He perdido la fe en todo lo que fui ayer, pero no me arrepiento de ser..."
Aquí esta el hombre y sus pensamientos. aquel que se vuelve loco poco a poco. Reflexiona sobre lo ha sido su vida hasta perder toda la esperanza, pero al final de todo, seguirá siendo él mismo. Ante su comprensión, lo único que podrá ocurrir es que otro hombre lo entierre hasta el olvido... Sin duda una de las mejores letras de Albar, la cual flota lentamente sobre una suave melodía que termina hipnotizando con su dulce ensoñación. Poco a poco va subiendo hasta explotar en un orgasmo de plenitud, de entendimiento ante la muerte y de soledad total. Un tema que muestra nuevas posibilidades sonoras en el concepto musical de Apolo, un camino abierto a lo que sigue en el futuro...
En el último día de septiembre de 2015 se había realizado la presentación de Guardián en el Foro Indie Rocks de la Ciudad de México, era el estreno del primer disco completo de la banda nacida en Chihuahua y que usó a Monterrey como trampolín para conquistar a la vieja Tenochtitlán. Con un arduo trabajo de tres años en su composición y una breve explosión de una semana para grabarlo en Texas bajo las órdenes de Omar Rodríguez-López (At the Drive-In y The Mars Volta), en aquella presentación se escucharon por primera vez los sietes temas que conformaron el álbum más los tres temas que quedaron fuera de la selección final. A un año de esa mágica noche, es momento de desmenuzar el disco, de recordar aquel encuentro con Apolo unos días después y de compartir un poco de una de las bandas con mayor proyección en México.
Nos acercamos entre los árboles del pequeño parque que sirvió de punto de encuentro con Apolo y observamos al par de Ivanes platicando con algunos chicos. "Zurdo" es el barbado guitarrista y muestra a las chicas el nuevo tatuaje que se hizo pocas horas antes. Bajo su tranquila personalidad y sus tímidas lentejuelas, Almanza nos recibe con su amabilidad que lo caracteriza, aquella que nos hace olvidar por un instante su calidad como baterista. Algunas palabras fluyen e inmediatamente brota la alegría de la pareja de músicos por la noticia que acababan de recibir: ellos abrirían el concierto de System of a Down en el Palacio de los Deportes de la ciudad de México a realizarse en esa misma semana.
Para romper un poco con el hielo, entre todos platicamos sobre el toquín de presentación de Guardián y el orgasmo que significaba al fin sacar a la luz su nuevo trabajo, una oportunidad de renovar su set list y de demostrar la maduración que había alcanzado su proyecto musical tras el par de EP's publicados anteriormente (Apolo EP de 2013 y Tercer solar de 2014, reseña-review). Finalmente llega Santiago Villalba, el ensortijado bajista de la banda, y tras algunas palabras, nos invita a su departamento para escuchar el disco completo con ellos.
Apolo, Foro Indie Rocks CDMX, 30 de septiembre de 2015 |
El concierto del Indie Rocks había logrado su cometido: presentar de manera íntegra a Guardián a su público salpicado de algunos gráficos en la pantalla del pequeño local y compartir con algunos amigos y la prensa la publicación del disco a través de las diversas plataformas electrónicas. Disidente abre el escenario como padrino de lujo, banda que fue acompañada en un tema por Zurdo y en otro por Manuel Suárez (quien fuera voz y guitarra de Guillotina y que ahora está al 100% con su nuevo proyecto Motor). Los ánimos estaban listos para recibir a Apolo...
El público ya tiene tatuadas en la memoria varias de las canciones de la banda tras tantos años de interpretarlas en cuanto lugar son invitados, pero ahora era el momento para escuchar lo nuevo. Ya sonaba en la radio y giraba en YouTube el video de "Loco (Lowiame Ju), primer sencillo del disco. El muro de sonido que los amplificadores de Apolo expulsaron a la gente logró crear una atmósfera ideal para escapar de la realidad por algunos instantes, aunque ello no logró mantener la emoción durante toda la presentación. Escuchar varios temas por primera vez puede ser arriesgado y la banda no dudo ni un instante por mostrar todas sus cartas, aunque muchos sólo estaban esperando que se escuchara por las bocinas las conocidas "Dama del viento", "La noche" o "Lobo estepario".
Mientras caminamos por las calles de la ciudad, los integrantes de Apolo hablan del buen sonido que tuvo el Foro Indie Rocks y de la nueva etapa que inició en ese momento para ellos como banda. Sin embargo, para los que hemos seguido al grupo por su largo recorrido hasta este logro, era necesario escuchar el disco así como salió de las consolas del reconocido guitarrista de The Mars Volta. Unas cervezas compradas en el Oxxo de la esquina y unas pizzas entregadas a domicilio, nos sentamos en la pequeña recepción del departamento de Santi para escuchar tema por tema del Guardián.
Entre los golpes de una pequeña pelota en un futbol de mesa y pláticas de seguidores por saber un poquito más de su grupo favorito, las distorsionadas notas escapan por el IPod conectado al equipo de sonido del lugar. A primera impresión, se puede detectar una unidad sonora y compacta en cada uno de los temas del disco, aunque a la vez se puede saborear un cambio fuerte a lo que estábamos acostumbrados de Apolo. Aquellas reminiscencias por el hard rock setentero se ha diluido para abrir paso a un concepto más propio donde las líricas buscan metáforas más herméticas y la construcción de las canciones muestra rastros de una idea concreta pero que por instantes se nota la mano rebuscada y barroca de Rodríguez-López.
Apolo, Foro Indie Rocks CDMX, 30 de septiembre de 2015 |
Guardián se escucha mucho más fresco, quizá más actual, quizá más global. Un poco de stoner en algunos momentos, un poco de metal progresivo por otros... Buscar una razón para este nuevo sonido en Apolo sería en vano reducirlo al sabido estilo de su productor, pero al terminar la reproducción del disco aquella tarde de sábado en el departamento del bajista, la banda puso algunas canciones de otros artistas, mismas que mostran parte del camino en su evolución: desde los Deftones hasta Fu Manchu, un espectro musical amplio que refleja gustos, tendencias y aspiraciones.
A pasado un año tras aquella extraña reunión en un departamento de la colonia Condesa, tiempo que ha servido para digerir con calma al Guardián. Salvo a algunos instantes explosivos, el primer disco completo de Apolo es difícil de comprenderlo. Cascadas de notas fuertes en combinación con líricas sobre mitología, síndromes y sentimientos humanos requieren de sentarse un momento para escuchar y permitir que la propia música nos hable. Y sí, en ello radica efectivamente su maduración como banda... Ya no son aquel grupo de provincianos que hacían rock de manera intuitiva, hoy son un conjunto de jóvenes con experiencias (ocho años como banda), con estudios (Albar terminó su licenciatura en la Facultad de Letras de la UNAM, Iván Sotelo es ingeniero de sonido y productor en su estudio La Madriguera, y todos dan clases de sus instrumentos) y con una nueva vida citadina (de aquel cuarto donde compartían el mismo colchón, ahora cada uno tiene un departamento en la zona centro de la ciudad). La visión ha cambiado y su sonido se ha ido adaptando a ello... quizá y ahora falte que su público se transforme junto con ellos.
Apolo en convivencia con fans, 3 de octubre de 2016 |
Apolo y Earthquaker, 3 de octubre de 2015 |
TRACK POR TRACK
Júpiter: "El cielo se abre frente a mí, el suelo se transforma...soy inmortal"
Esta es la oda al padre de los dioses y los mortales, un tributo al rayo todopoderoso lleno de pasiones, un canto al eterno soberano. Un riff inicial en la guitarra eléctrica de Zurdo desata el poderoso trueno de Júpiter, un estruendo que es seguido por el bajo de Santi y la batería de Iván. Escalas pentatónicas y distorsionadas herederas al Wolfmother infeccioso chocan directamente contra los remates y el ritmo cortante que los instrumentos entonan al unísono, descargas eléctricas que claramente podemos ver caer sobre el suelo. Un puente cósmico nos lleva a otra dimensión hasta la presencia de la deidad, figuras insistentes que nos elevan por un instante para dejarnos caer de nuevo.
Hiena: "Voy a esperar las horas para poderte esperar..."
Cabalga un ritmo constante y sobre su lomo escapamos de la mala mujer. Lírica directa nacida de la pluma de Albar que muestra determinación, fuerza y arranque. Sobre las figuras de Zurdo que forman un muro sonoro, el fuerte bajo de Santi rompe con todo para ganar un lugar propio, pero la competencia termina en una tormenta de notas que muestra una desbocada carrera, un solo de guitarra fugaz y una desesperada huida.
Polaris: "Al amanecer voy a escuchar tus miedos y al atardecer te cantaré a los cuatro vientos..."
Una explosión cósmica ilumina el manto de la noche, instante exacto para cantarle a la estrella polar, a la luz que sirve de guía nocturna, al hermoso encuentro entre la densa obscuridad y el potente brillo. Riff sin pretensiones que logra servir de telón de fondo a una suave melodía de hermosa lírica y sonido totalmente distinto a lo hecho por Apolo con anterioridad. Sin esperarlo, cuatro remates hacen despegar nuestra cápsula espacial para regresar a la estructura sonora del Guardian. El cielo se abre para permitirnos tomar de la mano al Universo y comenzar una cabalgata eléctrica de guitarra mágica.
Segundo sencillo de Guardián que contiene un video de promoción realizado por Michel Pax a través de Coyote Films. Juegos a blanco y negro que nos muestra a la banda tocando mientras se narra la famosa historia de la tentación bíblica. El hombre, la mujer, la manzana, el árbol, la serpiente, la muerte y la pasión reunidos en un juego visual simplemente deslumbrante.
Loco (Lowiame Ju): "La casa se va a incendiar... soy una oveja del rebaño"
Los dedos de Santi resbalan sobre las cuatro cuerdas de manera frenética al calor de desierto. La batería de Iván lo intenta seguir con sus figuras entrecortadas y todo termina explotando a manos de un juego interminable de escalas pentatónicas en la guitarra del Zurdo. Este tema quizá es el tema más cercano a lo hecho por Apolo en Tercer solar, su material anterior. Su energético estribillo sin freno se convierte en el clímax del disco, aunque el tema completo en sí es un verdadero monstruo sonoro sobre el cual Albar implora por salir de la monotonía, por romper con lo establecido y por enloquecer en todos los sentidos posibles.
Esta fue la primera probada a Guardián, la cual fue compartida desde mayo de 2015 a través de su video promocional dirigido por Ramón Villa y César Rosas en El Paso, Texas. Unos brazos tatuados se posan sobre el volante de un viejo auto que corre por los arenosos caminos del desierto. Juegos visuales llenos de psicodelia muestran a la banda entre cactos, serpientes y tarántulas, elementos que sirven para demostrar la fuerza de la naturaleza árida, el sol y la soledad.
Fariseo (Trinchera): "No somos parte de esta guerra, la tierra es nuestra sin cadenas..."
Este país se ha convertido en una trinchera, pero ésto no se trata de una revolución, sino de una guerra en la que hemos sido todos mandados al campo de batalla. Han tratado de cegarnos a través del famoso "pan y circo", mientras el hipócrita está arriba engañándonos... Este es un canto de protesta contra un gobierno, contra un sistema , contra la propia sociedad ciega. La metralla pasa sobre nuestras cabezas y lo único que pasa por la mente es el deseo por negar todo, aunque la violencia, el terror y la muerte realmente logre provocar la huida. Los salvajes golpes de los instrumentos intentan romper las cadenas, pero sus notas sólo podrán llegar a las conciencias con la intención de despertar al gigante dormido.
Cotard: "Yo no existo, he muerto tiempo atrás..."
A finales del siglo XIX, Jules Cotard anunció en una conferencia el descubrimiento que había hecho sobre una enfermedad mental a la que llamó "delirio de negación" en donde el paciente cree estar muerto y en descomposición. La desesperación se nota en los agitados acordes, demonios internos que buscan escapar de la mente que se destruye a sí misma. Un alma en pena, un cuerpo enterrado vivo y un hombre que no termina de morir. Bajo y guitarra son un asesino eléctrico en potencia que al tomarse de la mano bailan una danse macabre sin final posible.
El pensador: "He perdido la fe en todo lo que fui ayer, pero no me arrepiento de ser..."
Aquí esta el hombre y sus pensamientos. aquel que se vuelve loco poco a poco. Reflexiona sobre lo ha sido su vida hasta perder toda la esperanza, pero al final de todo, seguirá siendo él mismo. Ante su comprensión, lo único que podrá ocurrir es que otro hombre lo entierre hasta el olvido... Sin duda una de las mejores letras de Albar, la cual flota lentamente sobre una suave melodía que termina hipnotizando con su dulce ensoñación. Poco a poco va subiendo hasta explotar en un orgasmo de plenitud, de entendimiento ante la muerte y de soledad total. Un tema que muestra nuevas posibilidades sonoras en el concepto musical de Apolo, un camino abierto a lo que sigue en el futuro...
Aquí están los 28 minutos de Guardián a la luz de un año de haber sido publicado, un canto al rompimiento, al escape y a la transformación. Su existencia tan sólo era electrónica, pero Apolo ha prometido su próximo lanzamiento en físico. En lo que llega a nuestras manos, nuestros oídos se conectan a la memoria, el corazón se agita a cada nota y las neuronas explotan con su estruendo...
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