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miércoles, 22 de marzo de 2017

MaidaVale : mujeres en cuerpo y alma


En la isla sueca de Gotland se encuentra un pequeño poblado frente al mar Báltico llamado Farösund, y en dicho lugar hay una institución educativa que forma solamente a mujeres que desean aprender un instrumento musical para formar parte de una banda de rock y pop. Esa escuela tan especial se llama Ella Music Education, y en sus aulas se firmaron cuatro chicas que hoy comienzan a tener reconocimiento no sólo en su natal Suecia tras tocar en diversos festivales, sino en Europa y en América. Estas líneas buscan hablar un poco de la historia de MaidaVale.

En el año de 2012 coincidieron en la misma generación de Ella Music Linn Johannesson, Sofia Ström, Matilda Roth y Johanna Hansson, quienes descubrieron su afinidad por las mismas bandas y estilos musicales, por lo que una vez egresadas de la institución musical formaron una banda a la que llamaron como aquel distrito residencial de Paddington que se ubica dentro de la gran ciudad de Londres, Inglaterra; aunque al unir sus dos palabras en una sola, encontrar su propia identidad.


Con la grabación de un EP en 2013 con cuatro temas grabado con el apoyo de Ella Music Education, MaidaVale tuvo un material en las manos que sirvió como demo para hacerse conocer en su país y tener la posibilidad de tocar en donde fuera posible. Debido a que requerían tener a la disposición las mejores facilidades para transportarse por la difícil geografía de Suecia, la banda se mudó a Estocolmo, lugar que tenía demás una escena independiente en efervescencia que les permitió alternar con varias bandas del movimiento vintage que sacudía Escandinavia en ese momento.

A finales de 2015 se metieron al estudio Underjord bajo las órdenes de Joona Hassinen para grabar su álbum debut Tales of the wicked west, disco que sería publicado hasta agosto de 2016 por medio de la disquera The Sign Records, la misma que tiene a Nocturnalia, Hällas, Lizzies y Svartanatt. Nueve temas originales conformarían el material que navegaría sobre las aguas del heavy blues, la psicodelia y el hard rock de finales de los 60 y principios de los 70 en concordancia con la tendencia musical de la Europa nórdica pero con un estilo propio que se añadiría al hecho de ser un grupo conformado por sólo mujeres. 


Por si fuera poco, una ilustración de genial Maarten Donders serviría de portada para el disco, redondeando todo lo necesario para tener un lanzamiento exitoso: buenos temas, impactante imagen y calidad interpretativa obtenida tras los estudios de a banda en  Farösund y el fogueo en los escenarios suecos donde todas las noches hay grupos exponiendo sus propuestas. Los proyectiles cayendo como lágrimas nos llaman la atención mientras la explosión de colores irremediablemente atrapan nuestra atención, exactamente como Donders lo obtuvo con las tapas de los discos de Brutus, We Hunt Buffalo y Monomyth. 

Tales of the wicked west es un disco variado que muestra esa influencia vintage que sólo los suecos pueden tener y que nos ha demostrado en diversas ocasiones. Sin embargo, MaidaVale retoma aquellos sonidos antiguos de los que todos estamos enamorados para crear su propio estilo sin que nos lleve a compararlos con otra banda. Es así como podemos vagar por los distintos paisajes sonoros hechos por estas cuatro chicas para saborear sus distintas texturas, desde la energética "Colour blind" hasta la mística "Standby swing", pasando por aquella danza tribal que es "Restless wanderer".


Sin embargo, nuestra atención se queda varada en  el track inicial del disco. "(If you want the smoke) Be the fire" inaugura el álbum a través de la guitarra eléctrica de Sofia ahogada en pedal wah, que tras una explosión de notas, entona un riff definido y directo que nos deja sorprendidos y ansiosos por saber qué nos depara más adelante. Escoltando la figura hipnótica, entra el serpenteo del bajo de Linn y el juego en los tambores de Johanna mientras que la peculiar voz de Matilda comienza a cantar con su intensidad hasta llegar a un retador estribillo, una declaración de intenciones que no será fácil abandonar sobre una mujer entregada en cuerpo y alma. Además de la espectacular atmósfera creada por la canción, vale la pena resaltar el mágico solo de guitarra al centro de la misma, fantasmal sonido que se pasea por las neuronas de manera sigilosa hasta perdernos por sus laberintos.

Con un trabajo visual realizado por el estudio creativo multimedia Galactic Destruction de Simon Bubach y Holden McNeil, MaidaVale promocionó como primer sencillo de su álbum debut el tema   "(If you want the smoke) Be the fire". En dicho video podemos observar a las integrantes de la banda a vestidas bajo enormes telas estampadas a través de imágenes superpuestas y un efecto de "fotograma-espectro" que nos hacer entender el juego del tiempo, elemento representado por el simbólico conejo blanco rescatado de Alicia en el País de las Maravillas. La mirada retro nos lleva a jugar con la velocidad de los movimientos hasta llevarnos al éxtasis lisérgico que pone en duda la realidad.


Luego de darle la primera mordida a la fruta prohibida de MaidaVale, caemos en el agujero hasta los abismos del inconsciente, onírico viaje que comienza por los tímpanos y conquista el corazón en una explosión de imágenes y sonidos. Esta maravillosa sensación es transportada a los escenarios con espontaneidad y entrega pocas veces vista, lo que les permitió convertirse en abridoras de bandas más reconocidas en su país como Hypnos y Spiders, además de realizar en estos momentos una gira por Europa (España, Francia, Alemania y Escandinavia). Mientras desmenuzamos cada uno de los temas del Tales of the wicked west, dejamos que el tiempo pase para que muy pronto podamos tener en los oídos nuevas cosas de estas maravillosas mujeres...

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