Al final de la primera
década del siglo XXI, la onda revival azotó al mundo con toda su fuerza. Hubo
algunos atisbos antes, mismos que terminaron siendo las semillas de lo que se
convirtió el hard rock en todos lados. De la noche a la mañana, varios grupos
tributos dejaron a un lado los covers para empezar a componer cosas originales
por medio de los cimientos establecidos por bandas como Deep Purple, Black
Sabbath y Led Zeppelin, siendo éstos últimos lo que dejaron una especial
influencia en la costa oeste norteamericana.
Dentro de aquella
primera oleada vintage, una banda se distinguió sobre muchas otras gracias a la
potencia vocal de su frontman y la calidad del power trio con el que alternaba.
Rival Sons era su nombre, un grupo que llamó la atención de los críticos y se
sobrepuso al escrutinio de los fanáticos más recalcitrantes del dirigible de
plomo, logrando un reconocimiento generalizado aunque sin escapar del todo de
la mala sombra de la copia y la falta de originalidad.
Tras un poderoso y
acelerado debut con el Before the fire de
2009, la banda tomaba un segundo aire para sentarse a componer una colección de
temas directos, grabarlos con una mayor producción de estudio y darle una
promoción más fuerte por medio de la presentación de videos. Fue así que Rival
Sons construyó su segunda placa, Pressure
and time, un disco que buscó establecer al grupo como una realidad dentro
del resurgimiento del hard rock nacido directamente del blues electrificado y
el amor desenfrenado.
¿Pero
quién carajos son estos tipos?
Dentro de la escena
musical de Long Beach, Califonia, un incipiente grupo llamado Black Summer
Crush buscaba hacerse de un nombre, pero la salida de su vocalista hizo
replantear a sus integrantes seguir en el difícil camino del rock n´roll. Scott
Holiday, guitarrista de la banda, se dio a la tarea de recomponer a la banda
hasta que por medio de la plataforma MySpace dio con el hombre ideal.
Jay Buchanan tenía su
propia banda con la cual había grabado una placa completa y un EP, pero con la
invitación de Scott Holliday a su proyecto, dejó todo a un lado para crear algo
totalmente nuevo en su carrera. Gracias a la potencia de su voz, la cual se parece
a la de gente como Robert Plant de Led Zeppelin o Paul Rodgers de Free y Bad
Company, la mancuerna Buchanan y Holliday se plantearon hacer una banda que
recuperara el rock directo y sin pretensiones que en algún momento dominó la
escena inglesa a principios de los años setentas, esa que arrasó con la costa
californiana y que dejó una huella muy honda en su música.
Fue así que Buchanan
invitó a unirse al grupo al baterista de sesión Michael Miley, músico de gran
calidad que había tenido la oportunidad de trabajar con gente como Veruca Salt,
además de ser miembro de la banda que acompañaba a Carson Daly en su programa
de televisión. Miley coincidió en la primera banda de Buchanan, quien no dudó
en recomendarlo para la nueva banda.
Finalmente, Miley
contactó con el bajista Robin Everhart, a quien lo había conocido tras coincidir
en un evento de beneficencia para los damnificados del huracán Katrina en casa
del cantante Isaac Hayes.
Con la alineación completa,
el grupo se dio a la tarea de grabar lo que sería su primer disco bajo el
título de Before the fire de manera
independiente, placa que llamó la atención de los críticos por la calidad del
mismo. Sin embargo, muchas voces fueron las que colocaron a Rival Sons en el
ojo del huracán: la cercanía de las composiciones hacia el sonido de Led
Zeppelin, además del parecido de la voz de Buchanan con la de Robert Plant,
llevaron a manchar el trabajo del grupo bajo los calificativos de plagio o
copia textual.
Sin embargo, Rival Sons
no se dejaron amedrentar por las críticas y regresaron a los estudios lo más rápido
posible. El resultado de ello fue la publicación de un EP en octubre de 2010
titulado homónimamente como la banda. Gracias a este trabajo, la disquera
inglesa Earache les ofreció un contrato para la re-edición del EP, además de la
oportunidad de grabar nuevo material de manera profesional.
Fue así que el grupo
regresó a los estudios para crear el Pressure
and time, disco que fue grabado por Pete DiRado y con la producción de Dave
Cobb; quien además de haber trabajado con Rival Sons en las placas anteriores,
en este título co-escribió algunas de las canciones junto con el dúo Buchanan y
Holliday. Asimismo, en esta ocasión se contó con Arlan Shierbaum como músico
invitado para grabar los teclados Wurlitzer y B3 en dos canciones.
Por si fuera poco, para
el arte del disco se contó con el trabajo de Storm Thorgerson, quien fuera
miembro de Hipgnosis en los años setentas con los que realizó las portadas de
gente como Pink Floyd, Led Zeppelin, Black Sabbath, AC-DC, Genesis, Yes y
Emerson, Lake & Palmer; y que ahora con su propia casa de diseño llamada
StormStudios realizara trabajos para Muse, Audioslave, Dream Theater y
Helloween.
Thorgerson nos muestra en
la portada a un hombre bajando unas escaleras con una linterna en la mano visto
desde arriba. El descanso de dichas escaleras sirve de encuentro de otras dos
que vienen de un piso abajo, lugar donde se puede observar una puerta entreabierta
que dirige a un lugar desconocido. Entre las sombras se puede divisar la
silueta de una mujer en ropa interior y un reloj de manecillas. La perspectiva
que nos coloca como observadores esta imagen nos recuerda el Cristo de San Juan
de la Cruz de Salvador Dalí, además de que el juego de imágenes contenidas
dentro de la principal en repetición infinita es un claro tributo a M.C.
Escher.
El
concepto
En una entrevista que
concedió Storm Thorgerson sobre su trabajo para Pressure and time de Rival Sons, decía que él buscaba despertar
intriga en quien escuchara el disco y viera la portada, mostrando así que
cualquier cosa es posible gracias al punto de vista con que nos acerquemos a la
obra. El genio del diseño acertó nuevamente con su concepto y describió bien lo
que el disco deseaba ofrecer: un mundo abierto a la interpretación donde la
presión del tiempo debe ser eliminada para su gozarlo en su plenitud.
El mensaje de la banda
queda así muy claro: no importa que en la obra se refleje claramente las
influencias que le dan origen, lo que interesa es dejar que la música llegue a
cada célula del cuerpo para disfrutarlo sin análisis ni comparación. El trabajo
para lograr esta colección de diez temas fue arduo y largo, pero la satisfacción
por la obra terminada se reflejará en toda aquel que disfrute los acordes que
la conforman y compre una localidad para admirar la calidad de la banda sobre
el escenario.
Sin embargo, es
imposible escuchar el Pressure and time
sin que viajemos a los primeros segundos de 1969 en California, a esos momentos
en que Led Zeppelin sacudió los escenarios del tufo romántico del flower power
con su fuerza de blues electrificado y sexo desenfrenado. Pista a pista del
disco de Rival Sons nos teletransportan a
los hoteles, groupies y carreteras del oeste norteamericano donde el dirigible
de plomo rompió con los ideales hippies para enfrentar a los escuchas con los sentimientos
humanos de goce placentero y ensoñaciones místicas que la acidez psicodélica traía
consigo a punta de guitarrazos y gemidos de vikingos forajidos.
Holiday y Buchanan junto con su maestro, Jimmy Page |
La base de hard rock
que se fusiona con el blues americano se respira en cada poro de la placa, pero
en algunos instantes podemos distinguir un poco de rhythm & blues, soul y
folk que alimentaron a la banda más importante de los años setentas, y que al
final de su camino, terminó siendo influencia para la posteridad. Es por ello
que en Pressure and time no sólo escuchamos
a Led Zeppelin, hay The Animals, The Yardbirds y Jeff Beck Group en mezcla
perfecta con Aerosmith, The Black Keys y The Black Crowes.
El disco está lleno de
amor, mucho amor que tiene que ser traspirado. Se habla de sexo, del amor
ideal, de los rompecorazones, del amor prohibido y de la búsqueda por conseguir
más allá de un beso. Paciencia y esfuerzo en contra sentido con la velocidad y
facilidad de la realidad californiana, la contradicción del músico de bar que
ahora se enfrenta a estadios y conciertos multitudinarios, la ironía que
representa la búsqueda del verdadero amor pasando de boca en boca, de cama en
cama. El resultado es agridulce, una mezcla de energía rockanrolera y
melancolía romántica que logran transportarnos al amargo despertar de los
ideales del “amor y paz”. Este es el encuentro con la realidad y el deseo de
regresar a ese mundo de la ilusión donde todo es posible, aquel que podemos
alcanzar gracias al poder de la música.
Canción
por canción
All
over the road: Un cadillac corre sobre la autopista
bajo los rayos ardientes del sol, quemando sus llantas y haciendo lucir a sus
tripulantes. Ellos hacen las reglas porque saben bien lo que tienen que hacer. A
la mitad del camino, el bólido se encuentra con el dulce que sabe apagar los deseos
sexuales. Un brusco viraje y el encuentro será inevitable. Si ella muestra lo
que tiene debajo de su vestido, la velocidad será incontrolable… Energética
melodía de ritmo entre cortado que nos pone sobre la carretera. Con una letra
que juega con el doble sentido sobre sexualidad y automóviles, Rival Sons abre
el disco con una rola prendida llena de juegos de guitarra que traen a la
memoria al primer Led Zeppelin que se enfrentó a la mágica noche de Los Angeles
llena de antros, mujeres y rock n’ roll. Los juegos vocales del final de la
rola se cruzan con un fabuloso solo de guitarra de Holiday, logrando que la
canción explote. En su video
promocional, podemos ver a la banda recorriendo las calles californianas en un
auto descapotado acompañados de bellas mujeres y amplificadores Orange entre
paisajes cósmicos y fuertes explosiones que recuerdan un poco la psicodelia
sesentera. Observar al grupo entre sombras en referencia directa al “Bohemian
rhapsody” de Queen, genera un extraño recuerdo por las raras aventuras sobre un
viejo Pacer de la película “El mundo según Wayne”.
Young
love:
El músico tiene que partir, deja todo lo que tiene para ganar algunos centavos
extra y así alcanzar sus sueños. Su pequeña enamorada no podrá acompañarlo en
su viaje, pero la promesa de dinero, joyas y autos mantendrá la esperanza del
pronto regreso… La guitarra marca un riff rockanrolero salpicado de soul
delicioso, mientras que algunos efectos sonoros y ecos recuerdan algunos
pasajes psicodélicos de Jimmy Page con The Yardbirds y el primer disco con Led
Zeppelin. Sin embargo, la tenue estrofa que sube de fuerza y volumen cuando se
acerca el coro con sus juegos vocales son un tributo directo a Eric Burdon y
The Animals.
Pressure
and time: El hombre pide lo que necesita, ¿acaso es mucho
pedir? Ha trabajado arduamente y el
hambre ha dominado su orgullo. Bajo presión y tiempos excesivos, la actividad
ha sido extenuante, pero sólo exige lo justo. Es por eso que al Dios que descansó
al séptimo día tras la creación, le pide que no lo olvide y que lo saque de
esta avalancha del “nada es suficiente”… La batería marca un ritmo salvaje,
otorgándole soporte a una figura de guitarra y bajo exacta y cortante como
navaja. Aprovechando los espacios que permiten los instrumentos, podemos
escuchar los reclamoss de Jay Buchanan por reposo tras largas jornadas
laborales. El riff de la rola nace directamente de canciones como “Out of the
tiles” o “The wanton song” de Led Zeppelin. Con “Pressure and time” podemos ver
la calidad de cada integrante de Rival Sons y su influencia zeppelinana: Michael
Miley y su energía en la batería se acerca mucho al estilo de John Bonham, los geniales
juegos en el bajo de Robin Everhart la forma única de John Paul Jones mientras se escucha el coro,
uno de los escasos solos de guitarra de Scott Holiday en el disco y que, irónicamente,
están lejos de las figuras y velocidad de Jimmy Page, y la potencia vocal de
Jay Buchanan que busca acercarse a un joven Robert Plant. El video de la
canción muestra a la banda tocando con todo su equipo de sonido mientras los
escenarios cambian a cada golpe de la batería: el desierto, una escuela, una
fábrica, un auditorio, una cárcel, una cancha de básquetbol, un jardín… todo en
completo abandono, sólo vemos a Rival Sons y su energía interpretativa.
Only
one: La melancolía llega con la noche. El artista tiene
su trabajo, pero su mujer tiene sus necesidades. Él deseo conseguir sus sueños,
pero también sabe que ella es el amor de su vida. Cuando los momentos son difíciles
sólo debe cerrar los ojos y ahí estará, pero el camino de regreso a casa será largo…
Esta es la primera pausa del Pressure and
time, una dulce balada que habla sobre el debate entre seguir los sueños y
las metas o quedarse en casa con el verdadero amor. Los teclados de Arlan
Shierbaum recrean una atmósfera rhythm & blues que embelesa la melodía,
logrando colocarnos en la encrucijada que se narra. Forzando la comparación de
los Rival Sons con Led Zeppelin, “Only one” sería el “Thank you” del Led Zeppelin II, guardando su debida
distancia.
Get
mine: El artista duerme con una pistola bajo la almohada.
Requiere mucho dinero, pero sabe muy bien la cuenta que tiene que pagar por
ello. Su problema es encontrar la manera de obtener lo que quiere, todo aquello
que desea… Guitarras fuzz atascan las bocinas en una melodía movida llena de
hard pop sesentero. Rola ideal para mostrar la calidad de Scott Holiday como
guitarrista, pero que quizá se queda a medio camino de lograrlo con plenitud.
Burn
down Los Angeles: Vengo de las montañas de donde bajan
los ríos, de donde el verano corta los caminos. Vengo con la rabia de mis
sueños rotos para reclamar lo que es mío. Vengo a quemar a Los Ángeles… Los
tambores marcan una rápida marcha, una donde se escuchan los pasos acercándose
sobre la ciudad del pecado. La guitarra resbala notas a través de su slide
atravesando todo lo que se le pone en el camino. Rola furiosa de golpe
sostenido y de claras intenciones.
Save
me:
Todos necesitan a alguien a su lado, pero el músico mira a sus costados y no
encuentra a nadie, todos sus amigos le han abandonado. ¿Quién vendrá a salvarlo?
El río es profundo, el agua es helada y el sol quema los ojos, pero aún así
mantiene la promesa intacta y seguirá peleando hasta hacer realidad sus sueños…
Las guitarras rugen en una mezcla de clamor y furia. La batería no para de
golpear el tiempo mientras la voz de Jay Buchanan vomita frase tras frase como
lo hacía Robert Plant cuando el blues electrificado era el caballo de batalla
favorito de Led Zeppelin. El sonido de las guitarras de Holiday nos llevan
dentro del gran repertorio de Jimmy Page, desde el “How many more times” del Led Zeppelin I hasta el “Nobody’s fault
but mine” del Physsical Graffity.
Gypsy
heart: La vida del roquero puede ser comparada con la del
gitano. De lugar en lugar, de escenario en escenario, el corazón del artista no
encuentra razones para echar raíces. El sol anuncia un nuevo día, es momento de
emprender el viaje de nuevo… Notas resbaladas sobre el mástil en metáfora de
faldas gitanas agitadas por el viento y el baile. Guitarra muy eléctrica, muy
energética, muy Page. Sin duda alguna, “Gypsy heart” es la canción más Zeppelin
de todo el Pressure and time gracias
a las guitarras que se pierden en el eco de su slide, gracias a los gemidos de
Buchanan a la Robert Plant y gracias al hard blues de ritmo entre cortado y
notas descendentes.
White
noise: Este es el mensaje que presenta la pantalla de
televisión, aquel que cambia a los individuos hasta hacerlos inferiores e
incompletos. Este es el mensaje que se escucha tras el llamado del teléfono
celular, aquel que mata poco a poco con su energía y que nos recuerda que jamás
estaremos solos. Este es el ruido blanco, auqel que envenena a todos… Un intenso y monótono juego de notas
graves de bajo eléctrico hipnotiza al escucha mientras la batería lo acompaña
con fuertes golpes a los platillos hasta la estridencia. El escándalo que sirve
de base melódica a la canción trae a la memoria el recuerdo “Tomorrow never
knows” de The Beatles, aquel primer intento ácido que hizo el cuarteto de
Liverpool en su Revolver. La línea
melódica que canta la guitarra junto con la voz terminan siendo un lamento
místico que intenta escapar del ruido que lo abarca todo. Sin embargo, la
guitarra sobresale del muro de sonido por medio de golpes eléctricos, ecos y
efectos de fuzz y pedal wah, un tributo del Jimmy Page psicodélico de su época con
The Yardbirds.
Face
of light: Nuevamente la melancolía se postra sobre el
artista en esta noche. Ha gastado su tiempo en la arena esperando que su barco llegue,
sin saber ya ni quién es. Si logra pasar de esta dura noche, el amanecer le
traerá la respuesta que necesita. Por el momento sólo queda aferrase al rostro
lleno de luz del recuerdo, del amor, del pasado. Este es el instante de dejar
atrás lo errores y buscar lo verdadero… Segunda balada del Pressure and time, una rola electro-acústica de tintes folks y de reminiscencias
al Led Zeppelin III. La melodía va
subiendo de intensidad hasta que los instrumentos explotan junto la ansiedad relatada
en la letra, teniendo en los teclados un perfecto halo de magia. El sabor pop
refresca la canción, aunque la voz tan cercana a Robert Plant y la guitarra eléctrica contrapunteando la
armonía nos regresa en el tiempo hasta los años setentas. Observar a los Rival
Sons tocando “Face of light” en un paisaje campirano y frío, el ambiente folk
de la rola se hace más patente.
Aquí están los escasos treinta minutos del Pressure and time de Rival Sons, un disco que logró cimentar el sonido de la banda para encaminarlo como una de las propuestas vintage más sólidas en los Estados Unidos. Para la re-edición del disco, Earache adjuntó tres bonus track con la intención de alargar la duración de la placa; rolas que ya habían sido presentadas anteriormente en su EP: "Torture", "Soul" y "Sleepwalker". El tiempo ha pasado, el grupo ha lanzado dos discos más, ha formado parte de carteles en grandes festivales y han tenido cambios en su alineación; pero el gusto por recuperar aquel blues eléctrico al estilo Led Zeppelin no ha decaído, situación que para los que amamos este tipo de música deberíamos agradecer a este tipo de bandas.
Buenísimo tu artículo.
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