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lunes, 22 de febrero de 2016

La Patrulla Espacial : un viaje (psicodélico) en el tiempo


Argentina siempre ha sido un país con una gran tradición roquera. Desde los años sesentas, la construcción de una escena propia logró que el género tomara nuevas directrices hasta crear un sonido propio. Si a ello le sumamos aquella época de los ochentas que, tras la guerra con Gran Bretaña por las islas Malvinas, se prohibió la trasmisión en los medios de comunicación de música y películas en habla inglesa; el rock se tuvo que cantar en español. Luego tomado como estandarte y medio de expresión contra las dictaduras, el rock se enraizó en lo profundo de la cultura argentina.

Sin embargo, existen pocas bandas nacionales que tienen la capacidad de mirar hacia atrás para recuperar las raíces de un género musical que logró crear lo que hoy en día escuchamos. La onda vintage que se ha vivido durante lo que va del siglo XXI se ha orientado ha desempolvar a los grupos norteamericanos e ingleses que dominaron la escena durante los años setentas. Rascando en los recuerdos nos encontramos con La Patrulla Espacial, una verdadera cápsula para viajar en el tiempo que nos lleva a escuchar en plenos años 2000 lo que era el rock en Argentina durante el amargo despertar tras el flower power y la época de la dictadura militar (autonombrada irónicamente "La revolución argentina").


Con cuatro chicos originarios de la Patagonia y radicados en La Plata, La Patrulla Espacial se convirtió en una de las bandas argentinas que tomaron realmente la bandera de lo retro para navegar sobre aquellas aguas pantanosas del recuerdo, donde gente como Pappo's Blues (reseña), Vox Dei o Pescado Rabioso (reseña) tronaban las bocinas con su mezcla de hard rock, acidez psicodélica y sentimiento bluesero. Como si no hubiera pasado el tiempo, los acordes del llamado "rock nacional" nos toman de la mano para pasear por el cosmos y llenarlo de colores. Bajamos la aguja sobre el vinil y la cuenta regresiva marca la entrada para el despegue.

Todos los ocasos fue su primer disco, publicado en 2009 pero creado desde los orígenes de la banda en el lejano 2005. La banda se metió un sábado de julio de 2007 en  "La Burbuja Estudio" junto con Gualberto de Orta para grabar las doce canciones que lo conformaron, aunque terminaron incluyendo voces y armónicas editadas en el estudio "Hombre en llamas" por el resto del año hasta mediados de 2008.  Por medio de Mandarinas Records, la placa fue editada en formato físico con la posibilidad de su descarga electrónica desde su página.


Para ese momento, la banda estaba conformada por Tulio Simeoni en la batería, Lucas Borthiry en la guitarra rítmica, Tomás Vilche en la voz y guitarra líder, y Werner Schneider en el bajo y segunda voz. Esta fue la alineación que puso algunos miligramos de ácido lisérgico al hard blues de la vieja escuela argentina, logrando conformar un hipnotizante disco lleno de imágenes technicolor y líricas que buscan la liberación de la mente.

El corte promocional para Todos los ocasos fue "El perfume", segundo track de la placa que resume su sonido: rock basado en las estructuras del blues electrificado, efectos sonoros nacidos de rock espacial y la psicodelia, líricas llenas de metáforas y estribillos que no se pueden dejar de cantar. Las guitarras llenas de pedal Wah, un ritmo adictivo que nos hace mover los pies, frases inspiradas directamente del "En el camino" de Jack Kerouac y la onda beatnik, y una melodía que tributa sin duda alguna a Norberto Napolitano, "El carpo".


"Nada es como lo piensas: todo es un engaño, una interpretación. Intentar domar a mujer desnuda como a la verdad será en vano. Su lengua bípeda susurra al oído mientras el naufragio irremediable se observa llegar. Bailamos sobre nuestra propia tumba una danza sexual y tribal que sin remedio nos empalaga hasta la perdición. Todo el universo contenido en el perfume de sus ojos, aquel embeleso que tiende un puente entre ella y todo aquel que la mira pasar como un hermoso cometa"



Con un video más cercano a lo hecho por las bandas de grunge noventero y rock alternativo de principios de este siglo que a un intento de recuerdo psicodélico con imágenes kaleidoscópicas incluídas, La Patrulla Espacial lanzó "El perfume" como promoción para su álbum debut. Fue así que la banda pudo hacerse de un nombre en el circuito de grupos de su natal La Plata, abriendo la posibilidad de incursionar a la metropolitana Buenos Aires.

El camino para La Patrulla Espacial se encontró con dificultades a pesar de la excelente aceptación del Todos los ocasos y su segundo plato con título homónimo a la banda presentado en 2012. La salida de Tomás Vilche obligó al grupo a una reconfiguración en su estilo y en su propio sonido, llevando a que Werner y Lucas tomaran las voces y cambiaran la ruta. La "viola" principal está ahora en manos de Fernando Naon, pero para los que se enamoraron del estilo ácido y blusero de los primeros años del grupo, seguirán reprochándole a Vilche su decisión de bajarse de la cápsula sonora que los llevó hasta la estratósfera hacia aquel pasado argentino.



Descarga del disco por cortesía de Mandarinas Records:
http://mandarinasrecords.com.ar/discos/la-patrulla-espacial-todos-los-ocasos/




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