Por: Clandestino Bocafloja
El rock estaba de luto. Las recientes pérdidas de creadores majestuosos del sonido estridente paralizaron la escena durante el 2017; la muerte de Chris Cornell fue la principal de ellas. Invadidos por una saga interminable de ritmos indeseables, aquel año cocinaba con paciencia esa recompensa para nuestras hambrientas almas deambulantes en busca de una pizca de seriedad en la música. Unos le llaman esperanza, otros le llamamos paciencia.
Estados Unidos de Norteamérica es
mucho, mucho más que políticas racistas y espionaje cibernético; hay pequeñas
ciudades como Frankenmuth en Michigan, en la parte fría de ese país, que de vez
en cuando brindan el destello que la humanidad necesita. Desde el 2012, un trío de
hermanos con apellido Kiszka; Samuel y los gemelos Joshua "Josh" y
Jacob "Jake" junto al
baterista Kyle Hauck, todos oriundos de
esta ciudad gringa, dieron vida a una banda denominada Greta Van Fleet. El
origen del nombre no es tan relevante, al menos no tanto como el estruendo que
estaba por nacer; aunque la curiosidad nos hace escribir que todo surgió del nombre de una vecina hasta mutar en un juego de palabras.
A lo largo de los años, varias
bandas han tomado el estandarte musical de Led Zeppelin e incluso imitado los riffs y acordes de la
legendaria banda comandada por Robert Plant y Jimmy Page; entre esa larga lista de varias décadas encontramos a Rush en los 70, a Soundgarden en los 90 o a Rival Sons en este siglo, grupos que en su momento nos dieron ese fulgor
de reclamo, ansioso y descarado.
Sin embargo, Greta Van Fleet confiesa que sus influencias van
más allá de Led Zeppelin y mencionan a John Lee Hooker y a Robert Johnson como
motivadores de su lírica; hay mucho de cierto en ello. Josh tiene ese alcance vocal similar
al de Robert Plant en sus primeros años, altas notas que estremecen y el
impulsivo jadeo sin restricciones, lo cual es una delicia que se agradece:
Jake, por su lado, tiene la mística y habilidad de Page en cada rasgueo;
entradas exactas y nada exageradas. Sam es un bajista nato, la
comparsa que marca el cambio en cada canción es suya; es la parte fundamental
que da soporte al grupo al distribuir las notas para que
la banda luzca como lo hace.
Hablando de Hauck, él sólo estuvo un
tiempo en la batería para en 2013 ceder el lugar a Danny Wagner quien mostró
que estaba a la altura del grupo; su forma de golpear los tambores es un
descaro que emociona, principalmente en los platillos que no ensucian el
siguiente redoble. No es el "Bonzo" Bonham, pero se acerca lo suficiente.
A finales del 2014, el grupo saca un EP en
vivo con temas que incluso grabaron antes de que el anterior baterista abandonara
el barco. “Cloud Train”, “Standing On” y “Highway Tune” formaron parte de este
primer puñetazo que invocaba al más fiel hard rock de los años 70's. Sin embargo, por razones obvias, sólo
“Highway Tune” fue considerada para aparecer en el primer EP de estudio junto a
tres temas más que completan la lista: “Flower power”, “Safari Song” y “Black
Smoke Rissing”, siendo este último el que da el nombre al disco que fue
presentado hasta abril del 2017 bajo el sello de Republic Records.
“Highway Tune”, el primer
sencillo, es un vaso con cerveza fría después de haber caminado por días
interminables bajo el desierto; Jake inicia con ese riff que no sacaremos de la
mente durante semanas completas. Después, Sam acompaña el sonido Zeppelin sin
prisa, generoso. El grito característico al puro estilo Plant se escucha a
los 13 segundos de iniciado el track y entonces, comprendemos que todo ha
valido la pena.
Para noviembre del mismo 2017, el
siguiente golpe de Greta Van Fleet fue sacar el segundo de tres EP´s que tienen planeado para complementar un álbum completo. Por lo pronto, el tercer lanzamiento está programado
para salir a mediados del 2018. Por lo pronto, bajo el nombre de From the fires encontramos los 4
temas del primer EP, además de 2 temas nuevos y 2 covers: “A change is gonna
come” de cantante de soul Sam Cooke y “ Meet on the ledge”, del grupo británico de folk Fairport Convention. Hablando de
los tracks propios, “Talk on the Street” y “Edge Of Darkness”, ellos mantienen la
influencia original, y sin la intención de mentir, fue lo mejor que pudieron hacer. Quizá esta última es sin duda la favorita porque tiene esa esencia acompasada de “D'yer mak'er”; pero en lugar de expresar del dolor y desesperación por el amor perdido, el cuarteto americano nos lleva de la mano y sin prisa: “ All my brothers we stand,
for the peace of the land is there meaning, I´ve got love in my heart for an
army apart, i´am bleeding”.
Los ocho tracks que componen From the fires no son suficientes para el melómano que llevamos dentro, así que esperamos que la tercera parte del proyecto de Greta Van Fleet sea tan bueno como los dos anteriores gracias a su intención de retomar
ese estilo que dio origen al hard rock y el blues eléctrico evocando a una
de las más grandes bandas de todos los tiempos gracias a la influencia de su padre quien vivió esos años musicales y esplendorosos de los 60's y 70's; añadiendo además un estilo fresco que sólo la juventud puede inyectar.
A raíz de su promoción en todas
las listas de música, Greta Van Fleet ha obtenido innumerables premios y reconocimientos,
lo cual le ha valido que sus canciones vayan tomando fuerza a nivel mundial. Sin embargo, el poder de la banda no se encuentra sólo en sus trabajos en estudio, sino en su calidad interpretativa sobre los escenarios; generando nuestro deseo ardiente por tenerlos pronto de visita en nuestro país...
Suenan bien, pero muy parecidos a Led Zeppelin. El texto muy bueno.
ResponderEliminarGracias por el comentario Martín, aunque no sé por que apareces como Desconocido! jajaja
ResponderEliminarNo sabía que tenía un blog el señor clandestino
ResponderEliminarHasta este mensaje llevo un par de rolas escuchadas y me suena más a sound garden
Pero me late, esperare a escuchar mas rolas
pero sin duda si trae toda la influencia de los led
Estaré pendiente de t blog maestro
Atte: el kow