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viernes, 23 de octubre de 2015

Crobot: ningún lugar dónde esconderse


Ya se escuchan los pasos del verdugo hacia nuestra celda.  Irremediablemente se acerca la hora final y no hay lugar dónde esconderse dentro de las paredes de nuestro calabazo. El martillo de la justicia cayó y no se pude escapar de la sentencia dictada. La mente se debilita hasta el punto de la locura. No hay nada más qué decir. Minuto a minuto se acerca el instante en que nuestro cuello sienta la fuerza de la soga… este el canto del ahorcado ante su inminente muerte.

Varias bandas en la historia del rock han abordado en sus líricas el tema del sentenciado a muerte y las fatídicas horas antes de que se cumpla la inapelable sentencia. La imaginación del condenado repasa una y otra vez el momento en que su existencia sea terminada, cuando la muerte cobre venganza por las fechorías realizadas en una vida de pecados y sinsabores. Este es el intento de Crobot a través de su “Nowhere to hide”.



Originarios de la pequeña Pottsville, en Pennsylvania, Estados Unidos, Crobot se conformó con Brandon Yaegley en la voz y Chris Bishop en la guitarra eléctrica, quien en la búsqueda de definir su sonido como banda, encontraron en los hermanos Paul y Jake Figueroa los compañeros musicales ideales. Trabajando a partir de la improvisacón y el jamming, Crobot empezó a componer hasta tener una excelente cantidad de rolas que comenzaron a tocar en cada lugar en donde podían.

Fue así que con la mano en la producción de Machine, quien ha trabajado con gente como Clutch o Lamb of God, Crobot entró a los estudios para grabar lo que sería su Crobot EP publicado en mayo de 2014 a través de Win-up Records. Gracias a este trabajo, Nuclear Blast se acerca a la banda para que a partir de la disquera se distribuyera el disco completo, el cual saldría en octubre de 2014 bajo el sugerente título de Something supernatural.


El disco fue acompañado por una fuerte campaña mediática en las plataformas de video, donde se empezó a compartir una serie de videos llamados "The super natural visuals", los cuales a través de animaciones se podía escuchar el disco completo y disfrutar del arte que acompañaba a la placa. Gracias a esto, Crobot ha tenido la oportunidad de compartir escenario con bandas como Clutch, Scorpion Child, The Sword, Truckfighters o Bloody Hammers.


El álbum debut de Crobot es un cocktail de sonidos donde se pueden escuchar las diferentes influencias del grupo: desde el hard blues al estilo de Led Zeppelin y Black Sabbath hasta el grunge muy cercano a los primeros discos de Soundgarden, pasando por el hard rock ochentero de Aerosmith, el pop de The Darkness, las energéticas presentaciones de Wolfmother o los efectos de guitarra y el sabor funk agresivo de Rage Against the Machine. Sin embargo, la propia banda autodenomina su sonido como "dirty groove rock".

La voz de Yeagley busca diferentes caminos, lo que nos lleva al recuerdo en momentos a los inicios de Chris Cornell, en otros al Myles Kennedy de los discos con Slash, aunque las líneas melódicas nos llevan directamente al recuerdo de Steven Tyler. Con su facha de roquero sureño de los setentas, Brandon Yaegley se impone en el escenario y nos toma de la mano para contarnos historias mágicas y misteriosas que juegan con la imaginación, el temor y las creencias; bien puede ser desde Lucifer hasta el Chupacabras, pasando por sacrificios rituales, brujos y magia negra.


"Nowhere to hide" es el segundo track del Something supernatural y fue la canción elegida como sencillo de promoción de la placa, la cual alcanzó el lugar 16 en el Billboard Mainstream Rock Song. Parte de su éxito se encuentra en el video que se hizo para ella y que fue publicado antes del disco, donde podemos observar una loca persecución entre muertos vivientes, atrapasueños, máscaras de Cthulhu, cazadores con sus rifles y a la propia banda en un accidentado bosque. ¿Quién persigue a quién? Sobre esta duda gira el video mientras vemos a Crobot tocando y haciendo lo que ellos saben hacer en el escenario. Al final de la imagenes, nos encontramos con una sorpresa que irremediablemente nos recordará el "No ones knows" de Queens of the Stone Age.


Musicalmente hablando, "Nowhere to hide" es una rola de riff entrecortado de guitarra que juega con un efecto de POG de Electro-Harmonix en una mezcla del sonido de Tom Morello de Rage Against the Machine y Audioslave con los característicos arreglos sonoros de Omar Rodríguez-López de The Mars Volta y Antemasque. Sin más, la voz de Yaegley cae como cuchilla de guillotina para advertirnos que la hora del cumplimiento de la sentencia a muerte a llegado. Con un tono que se queda a medio camino entre Robert Plant de Led Zeppelin y Andrew Stockdale de Wolfmother, cada línea de las estrofas queda remarcada con el alargamiento de sus sílabas finales, regalando una intensidad a la melodía. Un coro pegajoso nos llega con un juego de voces en coro y eco para abrirle paso a un espectacular solo de guitarra de Bishop, que con su efecto wah no puede negar la influencia de hard blues al estilo Jimi Hendrix. La fuerza rítmica de la batería de Paul Figueroa marca la fuerza y los cambios mientras el bajo EB-3 Gibson de Jake Figueroa hace mancuerna perfecta con lo dictado por la guitarra. Juegos de escalas pentatónicas que construyen una colección de ritmos que combinan perfectamente la idea de silencio y ruido.





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