Vistas de página en total

martes, 26 de diciembre de 2017

Eternal Elysium : el retorno del pesado sonido japonés


En su libro de 2011 Retromanía: la adicción del pop a su propio pasado, Simon Reynolds hace referencia al proceso de apropiación que hace Japón de la música occidental, misma que se caracteriza por su "generosa e ilimitada atención al detalle estilístico". El reconocido autor inglés se remite a la tradición artística de la nación de sol naciente a seguir a los antiguos maestros, pero no como una repetición sin sentido, sino como un curso necesario que otorga legitimidad. 

Obviamente el rock no se ha escapado de esta lógica y existen muchos ejemplos para demostrarlo: desde la pasión desbordada por los conciertos en el Budokan de The Beatles en 1966 o la serie de presentaciones en Tokio y Osaka que realizó Deep Purple en 1972 que terminaron registradas en el mítico Made in Japan.  Pero más allá del gusto por el rock occidental, los japones fueron retomando las enseñanzas para asimilarlas a su propia escena, como lo ocurrido con la tendencia eleki (formación de diversas bandas de rock instrumental y surf inspiradas por las constantes visitas de The Ventures entre 1964 y 1966) y la conformación de una escena de hard rock psicodélico que abarcaba una influencia desde Jimi Hendrix hasta Black Sabbath (el rock ácido japones tiene a sus íconos en bandas como Speed, Glue & Shinki y en Flower Travellin' Band).


Dentro de la escuela stoner y doom japonesas, inmediatamente vienen a la mente Church of Mysery, Acid Mothers Temple y Boris, pero desde la década de los noventas existe una banda imprescindible para comprender estos géneros en Japón: Eternal Elysium. Conformada en la ciudad de Nagoya a través de la figura omnipresencte del guitarrista y vocalista Yukito Okazaki, el power trio ha construido una larga historia por medio de la publicación de seis discos completos, dos EP y cuatro material compartidos con otras agrupaciones. 

A partir de 2005 con la presentación del disco Searchin low & high, Yukito estableció la formación de la banda junto con Antonio Ishikawa en la batería y la bajista de origen norteamericano Tara Haugo. Hace unos meses fue re-editado dicho disco por medio de la disquera ucraniana Robustfellow Prods, lo que nos proporcionó el pretexto ideal para escribir sobre ellos. Escuchar nuevamente este material nos hace descubrir cómo el paso del tiempo sobre Eternal Elysium ha llevado a la banda a diversos giros sonoros: desde un primer stoner que abarca desde la tendencia desértica hasta la metálica, el grupo tornó a experimentar con algunos elementos de la psicodelia espacial en su Within the traid de 2009 hasta llegar al doom clásico y directo del Resonance of shadows presentado en mayo de 2016.


Escuchar nuevamente los densos acordes del Searchin low & high nos obligan a comparar lo hecho por la banda durante los últimos doce años, que como lo comenta el propio Yukito Okazaki en una entrevista otorgada a Steve Howe de Outlaws of the Sun, representan un ciclo perfecto dentro del zodiaco japones. La nueva mezcla y remasterización de dicho material nos lleva a disfrutar otra vez de aquel stoner que tributa el hard blues psicodélico de Hendrix, los acordes secos y ásperos del mítico Kyuss, además de vislumbrar algunos elementos del primer doom. El disco realmente es una joya sonora por lo que representó en su momento, sin reparar además de que fue confeccionado en el lejano oriente.

Sin embargo, quizá habría que regresar al poco valorado Resonance of shadows. Haciendo a un lado ese sabor arenoso de los materiales anteriores, la última producción del power trio japones es un verdadero tributo al doom setentero. El sonido analógico y atascado junto con las melodías densas nacidas del obvio gusto por Black Sabbath, Pentagram y The Obsessed, hacen del material una delicia.


Haciendo honor a su nombre, Resonance of shadows logra crear un obscuro ambiente abismal para sumergirnos en las profundidades de los crudos sonidos de la antiguedad, que de manera directa y sin mediación, atascan las bocinas hasta derretirlas. Si bien ya habían tributado a Flower Travellin' Band con su versión a "Map" incluída en su EP Highflyer de 2012, Eternal Elysium retoma aquel sonido setentero de sus maestros y hasta incluyen un nuevo cover: "Hiroshima". Sin dejar a un lado su idioma, la banda nos ofrece un viaje lisérgico que alcanza el estruendo en "Sekibaku"; pero tambien hay espacio para poderosos temas ahogados en wah como en "Cosmic frequency" o apocalípticas odas de guitarras aletargadas como en "The ancient soul". El disco es tan completo que hasta podemos encontrar hipnóticas melodías que beben directamente del hard blues que poco a poco suben de intensidad hasta convertirse en una ruidosa tormenta eléctrica como en "The breeze say go".

El tema inaugural de Resonance of shadows es "Ingah", canción que combina los idiomas bajo el sombrío riif de guitarra que tras algunos segundos se vuelve infernal, tormentoso e impresionante. Como si se tratara de una densa neblina, la melodía nos arrastra poco a poco a los abismos mientras los instrumentos golpean sin piedad a través de sonidos hipnóticos que explotan en las bocinas en una muestra de poder y furia. Sin referencia alguna con las composiciones anteriores de la banda, "Ingah" nos enseña el brazo más áspero del trío, pero al mismo tiempo confiesa su tributo a los dioses del hard rock setentero que sembraron las semillas del doom.


Eternal Elysium está vivo, ya sea en la re-edición de su Searchin low & high o con el repaso a su disco anterior Resonance of shadows. Si deseamos tener una referencia clara de lo que se hace en Japón con respecto a los sonidos revival del primer doom, de manera obligatoria tenemos que acercarnos a este power-trio. Gracias a este impulso, deseamos que Yukito Okazaki y los suyos regresen pronto a los estudios de grabación para ofrecernos nuevo material, música que seguramente será una nueva explosión sonora que retomará a sus maestros para llevarlos a nuevas dimensiones.


No hay comentarios:

Publicar un comentario