El deseo de todo
fanático es ver a su banda favorita sobre un escenario. Si aquel grupo se ha
desintegrado, el anhelo consiste en verlo reunido nuevamente; pero si no se
tuvo la oportunidad de disfrutarlos en su momento (ya sea por la edad, la falta
de dinero o por otra razón), tener la posibilidad de estar cerca de aquellos
músicos que se admira se convierte en un sueño hecho realidad. Sin embargo, las
aspiraciones pueden venirse abajo cuando los que fueron los integrantes de esa
banda no logran dejar a un lado sus diferencias, dejando a un lado los
proyectos, las presentaciones y, en última instancia (aunque debería ser una de
las primeras) a sus seguidores.
Tras la ruptura de
Kyuss en 1995, una legión de fans esperó por muchos años el retorno a los
escenarios de la banda que se convirtió en la insignia del desert rock y de lo
que muchos llamarían stoner. Por si fuera poco, con la escuela sonora que dejó la
banda, muchos grupos se formaron con la intención de seguir sus pasos hasta
construir una identidad, que para algunos,
hasta se convirtió en un género.
Cuando se anunció el
cartel para el festival Roadburn de 2010, la sorpresa fue grata: el vocalista
de Kyuss, John García, realizaría una presentación exclusivamente con rolas de
la banda que lo dio a conocer en el medio musical. Tras el éxito del concierto,
García decide invitar a los miembros originales del grupo a dar varias
presentaciones, lo que originó varias disputas aunque no la cancelación de los
eventos. Bajo el nombre de Kyuss Lives! el grupo giró por los escenarios hasta
que un anuncio provocó un enfrentamiento legal: la presentación de un disco con
rolas originales.
Con esta circunstancia
y con una sentencia en contra, el proyecto termina cambiando de nombre. Sin
embargo, el objetivo estaba claro y no había sido dañado: la creación de música
a partir de aquel camino frenado con la intención de presentarlo ante un
público ávido de deseos por escucharlos en vivo, ya sea para volverlos a
disfrutar, ya sea para verlos por primera vez. Esta es la historia de Vista
Chino.
¿Pero
quién carajos son estos tipos?
John García, el
legendario vocalista de Kyuss, tras la desintegración de dicha banda durante
1995, se involucró en varios proyectos musicales (Slo Burn, Unida y Hermano)
hasta que en el 2010 decidió realizar una presentación con puras canciones de
Kyuss para el festival de Roadburn. Con la excelente recepción del público,
decidió convocar al resto de los miembros originales del grupo, encontrando eco
a su petición en el baterista Brant Bjork y en el bajista Nick Oliveri. Sin
embargo, el guitarrista Josh Homme rechazó la oferta alegando que estaba con
los tiempos ocupados con la grabación de nuevas canciones para Queens of the
Stone Age, además de presentaciones en vivo con Them Crooked Vultures y Eagles
of Death Metal.
Fue así que para el año
2011 se presentó a Kyuss Lives! durante una larga gira por Europa y los Estados
Unidos, teniendo en sus filas a los arriba mencionados García, Bjork y
Olivieri. Para algunas presentaciones especiales, se uniría Scott Reeder (quien
también fuera bajista de Kyuss a la salida de Nick Olivieri en 1992), pero el
lugar de Homme sería ocupado por un músico poco conocido. John García decide
invitar a este proyecto a Bruno Fevery, un guitarrista belga a quien había
conocido en su participación en la grabación del disco de 2008 Lotuk de la banda electrónica Arsenal,
pero de quien sabía que había creado una banda tributo a Kyuss en su natal
Bélgica. Sin embargo, John García mantenía las puertas abiertas a Josh Homme
para cuando el deseara integrase a la serie de presentaciones y, ¿por qué no?,
encerrase a componer nueva música.
Tras esta gira, García
anunció que el grupo tenía planes de grabar un disco con material nuevo durante
el verano de 2012, además de presentar un disco en vivo con rolas de Kyuss. Lo
anterior llevó a la molestia de Josh Homme por el uso del nombre con fines comerciales,
por lo que decide interponer una demanda judicial a la cual se une
sorprendentemente el bajista Scott Reeder. Con el caso en las cortes y con las
viejas historias sobre diferencias con Homme, el bajista Nick Olivieri decide
salirse del grupo. Para poder cumplir con los proyectos comprometidos, se
integra con nuevo bajista de la banda Billy Cordell, miembro del grupo de
desert rock Yawing Man.
En agosto de 2012 las
cortes legales deciden que John García y Brant Bjork no podrían utilizar el
nombre de Kyuss para publicar cualquier grabación, por lo que se les
recomendaba el cambio de nombre para evitar alguna pena mayor. Fue así que a
finales de noviembre se anuncia oficialmente que el proyecto se llamaría Vista
Chino.
Con el problema legal
terminado, la banda comenzaría a trabajar en el material propio, aunque las
cortes no les hubieran negado la posibilidad de interpretar en vivo el
repertorio original de Kyuss. De esta manera, y sin rencores, el grupo recibe
nuevamente a Nick Olivieri como bajista definitivo para trabajar con las nuevas
composiciones y la grabación del material, la cual se realizó durante el primer
semestre de 2013 en los estudios Thunder Underground de Palm Springs,
California bajo la producción del propio Brant Bjork. La mezcla correría a
cargo de Trevor Whatever ( quien ha trabajado con Slash y con la banda punk
Dwarves) y la ingeniería de sonido por Harper Hug, miembro del equipo de
producción de Robby Kriegger, guitarrista de The Doors.
Por si fuera poco, el
álbum debut de Vista Chino contó con la participación especial de Chris
Cockrell en una rola, bajista que fuera miembro original de Kyuss desde que la
banda comenzara en 1987 bajo los nombres de Katzenjammer y Sons of Kyuss.
Asimismo, otra participación como músico invitado en otra canción es la de Mike
Dean, bajista de la banda metalera Corrosion of Conformity; sin embargo, por la
personalidad tan inestable e impredecible de Nick Olivieri, él decide tras la publicación del disco
abandonar al grupo, dejando definitivamente a Dean como miembro oficial del
Vista Chino durante la promoción del álbum debut.
El
concepto
Tras la derrota legal,
John García y Brant Bjork se dieron a la tarea de buscarle un nuevo nombre la banda y que dejara atrás la leyenda de Kyuss. Fue
así que bautizaron al grupo como Vista Chino, en honor a una de las principales
calles de Palm Springs, California; la cual cruza la ciudad y llega al Chino
Canyon, al pie de las imponentes montañas de San Jacinto. Por si fuera poco,
Palm Springs es es lugar natal de los músicos y el espacio donde se creó y
desarrolló la escena del desert rock.
Una vez con la
personalidad renovada, la pareja comenzó a componer teniendo como referencia el
sonido que los hiciera conocidos en los noventas, pero con la experiencia que
habían adquirido con el paso de los años y su participación en la larga lista
de proyectos personales (Unida, Hermano, Fu Manchu. Ché, The Desert Sessions y
Slo Burn). La capacidad de crear melodías por parte de Brant (derivado de su
habilidad para tocar varios instrumentos como la guitarra, el bajo y la
batería) y las líricas de John (derivadas por la fértil imaginación que le
provoca el desierto y el uso de algunas drogas) en poco tiempo pudieron tener
una colección de rolas que fueron trabajadas en los ensayos con Bruno Fevery y
Nick Olivieri.
Al tener completada la
placa, la banda buscó entre las distintas firmas discográficas quién pudiera
promocionarla, anunciando finalmente en mayo de 2013 que lo habían hecho con
Napalm Records; y por si fuera poco, subieron a su página de Soundcloud una
maqueta de “Dargona Dragona”. Fue hasta septiembre de dicho año que Vista Chino
que publicó el disco completo bajo el nombre de Peace, un título que hace referencia al estado en que se
encontraban los integrantes del grupo ante la situación legal con sus ex
-compañeros de Kyuss y las constantes salidas de Nick Olivieri del grupo,
además del propio estado de tranquilidad encontrado por John García con su
elemento natural: el desierto.
En la portada de la
placa podemos observar una cobra con una cruz en su cuerpo que envuelve un
cráneo que porta el símbolo del dinero. Algunos buscaron algún obscuro y
misterioso significado a dicha ilustración, aludiendo al conflicto que tuvieron
los integrantes de la banda con Josh Homme y con Scott Reeder, quienes
expresaron en diversas entrevistas que habían interpuesto la demanda por un mal
uso del nombre de Kyuss, ya que con él se estaban generando ganancias
económicas que no serían compartidas con ellos. En respuesta, John García
declararía que lo último que le interesaba era el dinero y que lo que buscaba
era ofrecer nuevamente un grupo que tuviera el sonido y la actitud que alguna
vez tuvo Kyuss.
Por lo anterior, Peace es una colección de temas que toma
las sensaciones despertadas y elevadas por el desierto. La magia, el calor, la
inmensidad del manto nocturno y la soledad escuchan en cada pieza como si se
tratara de una constante lucha entre la vida y la muerte hasta que todo queda
en paz. El disco es un viaje ácido que eleva a quien lo escucha a una
ensoñación sonora que lo arrastra a los paisajes desérticos que forman parte
del Valle de Coachella, dejando a su propia suerte a quien se adentra a sus
notas.
Cantado en primera
persona y con el poder de los instrumentos arañando la áspera piel, Peace es un disco totalmente personal
que busca redimir los demonios del pasado para construir un nuevo camino bajo
el calor y sobre la arena. Entendido como una victoria, Peace surge como un áve fénix que logra volar y nos lleva consigo
al sueño de escuchar a aquella mítica banda noventera creado cosas nuevas, que
como esas escasas gotas que caen sobre el desierto, nos traen paz para mitigar
el deseo y el anhelo.
Canción
por canción
Good
morning wasteland: El desierto nos da la bienvenida. Un
enorme espacio baldío comienza a iluminarse con los primeros rayos del sol. La
inmensidad de la naturaleza nos sorprende y apenas comienza a visualizarse… El
eco de unas guitarras se dejan escuchar en todo su esplendor. Misteriosos
efectos de feedback nacidos de las cuerdas de Bruno Fevery nos sirven de
introducción al Peace, una
preparación para lo que escucharemos y deseamos encontrar: música que nace del
desierto.
Dargona
Dragona: Ella sabe quiénes somos y cuáles han sido nuestros
pecados. No podemos olvidarla y mucho menos ignorar a qué viene. El temor nos
invade e irremediablemente dejamos que nos tome la vida… Un juego de palabras
alrededor de la mujer y aquel ser fantástico oriental que termina construyendo
una metáfora mágica sobre la muerte. Una guitarra ahogada en distorsión y delay
se deja oír como si fuera un loop. La batería entra en competencia con la
figura y marca el ritmo, tal y como si quisiera poner en su lugar a todos los
instrumentos. Riffs de guitarra nos llegan por todos los lados como su nos
atacaran sin piedad, trayéndonos a la memoria la nostalgia por el poderoso
sonido de Kyuss. Sin embargo, a la mitad de la rola se pueden escuchar una
agudas notas salidas de las manos de Bruno Fevery, y aunque sabemos que su
estilo es heredero al de Josh Homme, el sabor que queda en la boca es al Queens
of the Stone Age de sus primeros discos. El poder de las percusiones de Brant
Bjork y las notas descendentes de Nick Olivieri en el puente medio de la rola
nos dejan impactados al permitirnos escuchar que ese ruido desértico creado en
Palm Springs, California está de regreso tras largos años de ausencia. No es de
gratis que Vista Chino haya decidido escoger este pedazo de canción como su
carta de presentación antes del lanzamiento completo de la placa. Como detalle
anecdótico, el efecto sonoro en la particular voz de John García se realizó por
recomendación de Robbie Kriegger, guitarrista de The Doors, quien durante la
mezcla del disco aconsejó que utilizaran un micrófono U87 para la rola, el
mismo que utilizaba Jim Morrison para darle profundidad y presencia en varias
rolas de la clásica banda.
Sweet
remain: Debajo de la superficie se puede sentir el
temblor. El frío se siente por la espina dorsal al descubrir quién ha sido el
culpable. Ellos han perdido sus almas gracias a sus acciones y a sus formas. ¿Quién
engañó a quién? Nosotros seguiremos peleando hasta el final, aunque el espíritu
recuerda lo dulce que fue el pasado… Brant Bjork nos sacude con un genial
golpeteo de su batería, el cual da pie a un ritmo desértico de la guitarra de
Bruno Fevery y el penetrante bajo de
Nick Olvieri completa la densidad del sonido. Con un tono fuera del rango
vocal, John García se esfuerza para cantarnos sobre el engaño y la decepción
que vivió el grupo tras la demanda legal que sobre ellos realizaron sus ex –compañeros
en Kyuss. Los arreglos de guitarra terminan con un sonido muy cercano al de
Josh Homme con Queens of the Stone Age, pero al llegar a la parte del solo,
Fevery construye su propia identidad y nos regala un gran momento. Esta pieza
es un golpe directo, una combinación de sentimientos que se encuentran y que
despiertan en quien la escucha una vibra muy especial. Este fue el primer
sencillo oficial del Peace, para el
cual se le realizó un video promocional donde podemos ver a la banda tocando
sobre las animaciones que acompañarían el arte del disco, jugando con imágenes a
blanco y negro contra otras llenas de color. Le metáfora de la lucha entre el
cosmos observado a través del manto nocturno y el calor abrazador del sol nos
lleva directamente al desierto, espacio fundamental de inspiración y vida para
los miembros de la banda.
As
you wish: El ave fénix renace de sus cenizas y nos muestra su
esplendor. Los sueños caen del cielo en búsqueda de futuros que conlleven amor.
Ahora aquí en la tierra, todo se puede observar, sentir y comprender… El bajo
de Mike Dean, miembro fundador de Corrosion of Conformity, se fusiona con la
rebuscada batería en destiempos de Brant Bjork. Una tímida guitarra entona
algunos acordes hasta que se integra en su distorsión con el ritmo anunciado.
Esta fue la primera canción con la cual el dúo Bjork-García comprendió cuáles
eran los pasos que seguirían sonoramente en su reencarnación como Vista Chino.
La hipnótica melódica se sostiene constantemente mientras una guitarra nos
arrastra a su mágico abismo del cual no podremos escapar.
Planet
1 & 2: La noche cósmica se encuentra con la
insolación diurna. El desierto nos permite observan el esplendor del universo y
su encuentro con la tierra. Cuando las sombras se convierten en piedras, se
borra el dolor provocado por las traiciones. Es momento de dejar a un lado el
odio, la guerra finalmente ha terminado… Un bloque de guitarras entonan un
mórbido riff muy a la Black Sabbath, pero tras unos segundos se trasforma en un
desbocado ritmo que evoca al hecho con Kyuss en su “Green machine” del Blues for the red sun de 1992. Dos
melodías unidas a través de la improvisación y el aprovechamiento de los feedback
de la guitarra de Fevery. La primera parte en una hipnótica entonación hecha
por Brant Bjork donde podemos escuchar su forma de expresar el dolor provocado
por el rompimiento con Scott Reeder y Josh Homme, a través de la magia en su
voz hecha gracias a los efectos y ecos que la adornan. Para la segunda parte,
el ritmo se hace lento y aletargado mientras John García retoma las vocales.
Con tan sólo ocho líneas y con la intensión de enamorarnos con su simplicidad,
García nos habla del dolor que causa poner los pies en la tierra tras un viaje,
un sueño o un deseo. Los solos de guitarra hechos Fevery envuelven la melodía
logrando que nos trasporte a otros universos. Por su estructura, quizá sea esta
pieza la más cercana a aquel Kyuss de improvisaciones y densos sonidos de sus
primeros discos.
Adara:
aquí está una de las estrellas más brillantes del manto nocturno, la última en
apagarse en el cielo. Su belleza deslumbra, pero ¿quién podría adorarla? ¿quién
le hará volar su mente? Lo único que sabemos es que es difícil continuar,
romper, olvidar y dar un paso adelante... Una suave melodía de notas de
guitarra que resbala sobre sus cuerdas, como si tratara de una misteriosa
tonada surgida en el medio oriente. Las percusiones acompañan sigilosamente
mientras entra la voz de John García de manera reptante sobre la fría arena del
desierto al amanecer. En el cielo todavía se ve una estrella que trae a la
memoria aquello hermoso que se desvanece de nuestras manos, abandonándonos a
nuestra suerte. Tras el salvaje ritmo, la velocidad de la canción baja hacia
una dulce melodía que remite a la añoranza gracias a su tenue guitarra.
Finalmente, unos remates sacuden hasta darle muerte a la rola.
Más
vino: Una melodía instrumental que le sirve de
introducción a “Dark and lovely”, la cual le dio su título gracias a las frases
“wine for two… for three… for five”. Este corte fue tomado directamente de una
grabación en vivo hecha en el estudio a media noche entre Fevery y Bjork
mientras improvisaban sobre la estructura que finalmente se convirtió en “Dark
and lovely”.
Dark
and lovely: El vino corre por las venas. Se puede sentir el
lugar, el día, la noche y la necesidad. Todos tendremos que bajar,
irremediablemente caer y perderse en un viaje muy fuerte y sin regreso… Un
monótono riff de cinco golpes que da rienda suelta a los demonios internos, que
como el alcohol en el cuerpo, nos va ahogando hasta hacernos perder la noción
del tiempo, del lugar y de nosotros mismos. El poder hipnótico del desierto
tiene esa misma cualidad mágica del vino, donde una vez envueltos, es imposible
escapar de él. Vale la pena resaltar los juegos en la guitarra de Bruno Fevery,
los cuales se entrelazan con las figuras de Nick Olivieri en el bajo hacia el
final de la rola.
Barcelonian:
A lo lejos sobre la costa podemos observar su alma con esos ojos del mismo
color que el océano, aquellos ojos que convertirán tu corazón en piedra. La
vieja conspiración, todos los caminos llevan a Roma. Enamorados de los sueños y
de esas voces que sólo nosotros podemos escuchar. Aquellos días donde dormíamos
en el suelo y el desierto era nuestra casa han quedado olvidados. Ahora no sé
qué significas para mí… Otras de las rolas donde John García expone
metafóricamente el problema con sus ex -compañeros de Kyuss, aunque
irónicamente, esta canción sea la más alejada del sonido de la mítica banda. De
ritmo ligero y entrecortado donde la guitarra explora nuevas posibilidades y
abre nuevos caminos. Las percusiones que se escuchan en el puente son hechas
por Tom Brayton, las cuales dotan a la pieza de un misticismo especial.
Embelesados por la venenosa melodía, caemos en las redes del engaño, la imagen
y la creencia. Esta rola se convirtió en el segundo sencillo oficial del Paece, para el cual se realizó un video
que muestra varias imágenes del mar, el desierto y las calles de la pequeña
ciudad de Palm Springs entremezcladas con cortes de algunas presentaciones de la
banda. Bajo una estética psicodélica, podemos ver a una misteriosa mujer, que
como ser ponzoñoso y reptante, nos engaña y nos ofrece la bebida envenenada.
Acidize…The
gambling moose: No todas las palabras han sido
ciertas, sin embargo, ella está regresando ha casa. Aquí estoy, solo en casa y
en espera. La demora ha sido larga. Pasa el tiempo y poco a poco la mente se
pierde en sus deseos, en sus ensoñaciones, en sus viajes. Sólo estando hasta
“arriba” se puede tener esa sensación tan anhelada… La guitarra distorsionada
de Bruno Fevery entona una melodía mística, la cual se convierte en una serie
de acordes que el resto de la banda termina siguiendo. Una suave voz nos habla
de aquella dama deseada, pero el ritmo cambia a un juego de arpegios limpios
totalmente distintos a lo escuchado en todo el disco, los cuales recuerdan el
“Road trippin” de Red Hot Chili Peppers. De la nada surgen las distorsiones y
una guitarra heredera del más puro estilo de Josh Homme para entonar un solo de
notas infinitas, las cuales quedan ahogadas en su feedback. Una batería tribal,
casi india, da entrada un adolorido y pesado blues, un alce que da tumbos
contra lo que encuentra en su camino. Una extraña armónica se deja escuchar en
compañía de la guitarra mientras el ritmo baja todavía más de velocidad. Dos
canciones diferentes unidas gracias al poder de la improvisación de la banda
donde la lírica nos habla en primera persona del propio John García, el cual
busca perdernos en el viaje para darle punto final al disco.
Este es el Peace de Vista Chino, un disco donde se respira la búsqueda de paz interna tras una pugna y una traición que contrajo dolor. El desierto sirve de metáfora para las líricas mientras el recuerdo sonoro de Kyuss nos invade, que más que dejarnos una añoranza, abre un nuevo camino para aquella música que nació en Palm Springs, California.
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