Nuevamente rascamos en la escena distorsionada de Quebec y la fortuna nos vuelve a sonreír. La ciudad canadiense nos ha ofrecido en ocasiones anteriores el hard rock de Saidveiss, el stoner de Evil Can Evil, el hard blues áspero de Bronco o los sonidos multifacéticos de WhiteNails. Sin embargo, en esta ocasión tenemos a un grupo clavado en el proto-doom nacido del hard rock psicodélico de finales de los años sesentas que sorprende por el sonido que ha logrado construir.
Bajo el nombre de Sons of Geezora encontramos a un grupo inspirado en los obscuros y pesados riffs de Black Sabbath, el áspero sonido heredero de la psicodelia más ácida y el blues electrificado de Blue Cheer y la forma en que fueron asimilados estos sonidos por las bandas japonesas como la mítica Flower Travellin' Band hasta Church of Misery, pasando obviamente por Acid Mother Temple y Eternal Elysium. Con dichas influencias, no podríamos esperar más que un densa atmósfera sonora llena de distorsión, ritmos aletargados y grandes monstruos japoneses destrozando ciudades enteras.
La historia de Sons of Geezora nace en 2017 con el encuentro de Rocc Tremblay en guitarra principal y bajo, Alex Belziles en la batería y Mathiew Gagnon en las vocales y segunda guitarra, quienes sin ninguna advertencia previa lanzaron un EP homónimo en octubre de dicho año a través de la pequeña disquera independiente From the urn Records. Con un obsesivo sonido lo-fi que desgarra las bocinas sin piedad desarrollado en cinco temas impresionantes, la banda logró despertar la atención de aquellos enamorados del hard psych y proto-doom hecho en este siglo bajo la mirada de lo hecho en el anterior.
Sin embargo, los integrantes de la banda no son unos totales desconocidos. Rocc no es otro más que Simon Tremblay el guitarrista de The Dead Wheelers, aquel grupo instrumental nacido en 2015 de stoner y doom instrumental inspirado en motores y maldad que recientemente sacó su primer álbum completo por medio de RidingEasy Records; además de ser el soporte en vivo de Strange Broue, el abismal proyecto original de su hermano Max. Ante la falta de un bajista formal en Sons of Geezora, Max se integró a la banda para establecerla como un cuarteto.
Bajo la destrucción total provocada por Godzilla, misma que sirve de portada avasalladora para el primer EP de la banda, encontramos una colección poderosa de temas infecciosos hechos en base de manera innegable sobre los eternos riffs de Tony Iommi. Mientras la intensidad sube por medio de figuras asesinas que juegan entre la fluorescencia de la acidez psicodélica y la obscuridad de la música que busca ocultarse entre las tinieblas, Sons of Geezora nos recetan la fórmula perfecta para lograr el rescate de los primeros instantes de metal pesado y el doom con la intensión de alimentarlo y encontrar los medios suficientes para traerlo a nuestro presente cibernético.
En este primer material de los canadienses podemos encontrar desde la tenebrosa melodía que cae desde el manto nocturno y serpentea por los suelos de "King of the sky" hasta la hipnótica "Tokio" tras pasar por la estridente canción que le da nombre a la banda, sin olvidar la adictiva "Child of nuclear waste" con su figura lisérgica y la desgarradora "Stomping madness" con su descendente armonía que nos recuerda a aquellas avionetas cayendo tras el zarpazo de un kaiju, una de aquellas bestias extrañas con apariencia reptil que destruían las concentraciones urbanas en las películas japonesas.
Un mes antes de la publicación del EP, Sons of Geezora liberó en su página de bandcamp el single "Mighty iron knight", tema que serviría de bienvenida al primer material del grupo. Mientras escuchamos el ritmo aletargado que recuerda el pesado paso de los animales monstruosos ya referidos, una guitarra nos demuestra su imaginación con una serie de notas impulsivas y una voz nos hipnotiza con su canto perdido entre los escombros de algún lugar destruido. Poco a poco la atmósfera del track se hace pesada hasta que caemos rendidos ante su magia y obscuridad, pero su insistente melodía nos sostiene para no ser devorados por los abismos. Como si se tratara de una dense macabre, cada instrumento se reúne ante un fuego ritual para crear un baile maléfico, un eléctrico ensueño bajo una densa niebla de misterio y angustia.
Rendidos ante el embeleso sonoro creado por Sons of Geezora en su EP, lo único que podríamos pedir es su continuación, y como si los deseos fueran concedidos, la banda radicada en Quebec ya se encuentra trabajando desde abril en lo que será su álbum debut. Mientras éso ocurre, volvemos a darle una vuelta más a sus hipnóticos himnos para saborear su esencia obscura y áspera digna de compartir y presumir, nos adentramos en las mórbidas atmósferas de destrucción y maldad para sentir en nuestra piel el temor ante lo desconocido y la fuerza que produce el encuentro ante lo monstruoso...
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