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sábado, 9 de septiembre de 2017

Dream Machine : el irónico juego de la tecnología y la comunicación


Las redes sociales sacan lo peor de la gente, una ventana indiscreta que presume al egocéntrico y sirve de arma ideal para el voyeurista y el stalker. El uso excesivo de la tecnología personalizada se ha transformado en abuso y enfermedad que en lugar de acercar, aleja a las personas supeditándolas al manejo del gadget. La realidad queda sujeta a la pantalla aunque jamás logremos discernir entre lo falso y lo verdadero, engaño viral que a las mueve masas en búsqueda del top trending y likes impersonales. Dependencia obsesiva que orienta los gustos y las decisiones que terminan delimitadas a la existencia virtual...

Bajo la premisa de "las redes sociales son el demonio", en mayo de 2017 se publicó el álbum debut de la banda Dream Machine, grupo asentado en Austin, Texas creado por Matthew Melton quien le dió una pausa la propuesta power pop de su Warm Soda para hacer un combo psicodélico junto con su esposa Doris en los teclados, el bajista Rudy Spencer y el baterista Dillon Fernandez. Sin embargo, The illusion ha llegado a nuestros oídos gracias al uso de los vínculos electrónicos, así que es momento de escribir sobre su irónico concepto e hipnótico sonido.


Dream Machine es una banda que busca crear una propuesta sonora vintage a partir del gusto por la vieja psicodelia y su mezcla con el hard rock setentero y los primeros momentos que fundaron al progresivo y al metal. El inmediato recuerdo por bandas como Iron Butterfly, The Doors y Deep Purple se mezcla con las propuestas que en los últimos años nos han ofrecido gente como Glitter Wizard, Purson, Uncle Acid & the deadbeats, Salem´s Pot, Ruby the Hatchet o Golden Void

Sin embargo, la propuesta sonora de Dream Machine va un paso más hacia adelante. Bajo la idea de que toda la música desde la Segunda Guerra Mundial se ha hecho y grabado a través de frecuencias saturadas de A=440hz o las frecuencias bajas generadas por las computadoras y celulares que a primera instancia el oído humano no capta pero que provocan fatiga y distracción, la banda del matrimonio Melton hizo un disco grabado en sus estudios Fuzz City con la frecuencia A=432hz con la intención de lograr un sonido retro a través del lo-fi que desarrollaran un desarrollo en la actividad cerebral según diversos estudios de electroencefalogramas hechos con dichas resonancias. En otras palabras, el cuarteto texano quiere despertar a los zombies auditivos que la tecnología ha creado.


Es así como The Illusion fue concebido a través de la magia de un teclado YamahaYC30 modificado, un sintetizador Moog, un bajo amplificado a través de un equipo Ampeg y una batería Ludwig; pero si aún eso fuera poco, el material fue registrado a través de una grabadora multipistas Tascan 388. Este equipo le otorga al album debut de Dream Machine un mágico sonido análogo que se suma al ambiente psicodélico y progresivo que buscaba la banda.

Esta placa está conformada por once temas condensados en treinta y cuatro minutos que se escapan como agua entre las manos. El poder hipnótico de los teclados sirven de cimiento a melodías adictivas que critican al actual mundo de las TIC's pero que terminan utilizando sus diversos canales para llegar al público. Desde el ritmo sostenido de "Buried alive" hasta la enigmática "Caught in a trap", y sin olvidar la acidez instrumental de "Back to you" y a corrosiva línea de bajo en "All for a chance", The Illusion se convierte en un onírico disco que nos envuelve en su tufo pegajoso que mezcla sencillos temas y paisajes musicales místicos hasta ahogar las neuronas en sustancias psicotrópicas alucinantes.


El primer single de este disco fue "I walked in the fire", obvio tema incendiario que se convierte en obligada referencia para The Illusion y su propuesta sonora. Un riff asesino es logrado gracias a la combinación de los teclados y la guitarra en manos del matrimonio Melton para crear la plataforma perfecta a una obscura lírica de melodía directa. Proto-metal ácido que hace juego perfecto con las controversiales declaraciones hechas por la banda sobre inmigración y feminismo, logrando así obtener la atención mediática sobre ellos y obligar a la disquera Castle Face (quien edita el disco) a deslindarse de las opiniones de Dream Machine. Sin embargo, más allá del ruido creado alrededor de sus líricas, el cuarteto logra crear un regreso hacia aquel estado óptimo que maximiza el efecto de la música y el sonido como sentimiento estético. En una pequeña cápsula incisiva de un poco más de dos minutos obtenemos todo el sabor y la intención de una banda trasgresora que sabe lo que hace...


En el colmo de la ironía, Dream Machine presentó el video promocional para "I walked in the fire" el último día de febrero de 2017 a través del canal de YouTube del propio Matthew Melton. En dicho trabajo visual podemos ver a la banda interpretando el tema bajo una estética totalmente vintage al igual como se presentaban a los grupos en la televisión a finales de los años sesenta. Con diversos fondos de pantalla psicodélicos y luminosos, el cuarteto muestra parte de su equipo instrumental mientras la retadora mirada de sus integrantes nos invitan a prestar atención a su extraña lírica y a su música francamente venenosa.

Es precísamente a través de las redes sociales que nos ha llegado la música de Dream Machine a los oídos. Mientras las pupilas se dilatan ante el brillo deslumbrante  de las luces y la belleza de Doris Melton, los tímpanos vibran de manera diferente que con el resto de la música que estamos acostumbrados a escuchar. Quizá la banda texana no revoluciona ningún estilo que hayamos escuchado antes, pero su discurso transgresor y la forma como han grabado su The Illusion invita al curioso y al morboso ha sumergirse en sus ácidas aguas para permitirle que actúe como ellos nos lo han vendido. Si sus frecuencias armónicas logran o no un desarrollo en la actividad cerebral es una cosa que podemos hacer a un lado, pero la propuesta sonora a través de temas infecciosos es imposible desecharla, aunque ahora será momento de escuchar el material sobre el escenario y conocer sus efectos...


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