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jueves, 28 de febrero de 2019

Spidergawd : una orgía acústica hecha en Noruega


Un grave saxofón ofrece la bienvenida gracias a una tormenta de notas escupidas desde su boca hasta inundar toda la atmósfera a nuestro alrededor. Salvajes figuras hechas a base de metal y viento anuncian el regreso de la quimera noruega que en más de una ocasión han quebrado tímpanos a base de colosales sonidos ahogados en intensidad y distorsión. El tiempo ha pasado hasta conseguir que el rugido de la bestia escandinava encontrara su camino tras la salida de uno de sus pilares, pero una vez orientada su brújula, ahora es el momento de entonar nuevos himnos y demostrar su fuerte imaginación.

Spidergawd vivió un periodo de construcción sonora cuando, tras la publicación del impresionante III en enero de 2016 (reseña-review), el bajista Bent Saether decidió concentrar sus esfuerzos con Motorpsycho, aquel indefinible monstruo de múltiples cabezas que él mismo fundó. Desde entonces, Hallvard Gaardløs se unió a la banda para cumplir varias fechas contraídas hasta que definitivamente se quedó con el control de las cuatro graves cuerdas. Desde esta manera, el siguiente álbum de la banda titulado IV  que fue presentado en febrero de 2017, terminó siendo un material de transición que navegó en grandes improvisaciones, largos puentes instrumentales y algunos momentos frenéticos construidos bajo el estilo ya definido previamente.

Tras un tiempo de adaptación vivido entre los estudios de grabación y los escenarios, Spidergawd logró establecer su marca auditiva a través de sus poderosas armonías que se levantan como grandes murallas de sonido construidas por el encuentro de las guitarras distorsionadas de Per Borten, el saxofón barítono de Rolf Martin Snustad y las líneas de bajo en manos del recién llegado Gaardløs. Si bien en IV la banda pudo explorar sobre nuevos terrenos, en el recién estrenado V podemos escuchar a un grupo suelto y confiado que puede dedicar a componer melodías memorables sin perder su estruendo característico. 

El quinto álbum de estudio ha sido publicado por Crispin Glover Records en enero de 2019 bajo su estética visual previamente definida por la artista Emile Morel, quien en esta ocasión nos satura la mirada con una barroca ilustración atascada en detalles y misteriosos personajes que hacen coincidir la fantasía y la naturaleza. Ante dicha portada, las múltiples posibilidades sonoras responden a las expectativas sembradas por la imagen, estilos y géneros que se funden para crear una orgía acústica sobre melodías llenas de riffs y ganchos que indudablemente quedarán anclados a las neuronas.


V está inspirado en las líneas melódicas y la intensidad del New Wave of British Heavy Metal (NWOBHM) según la reinterpretación hecha en la última década por bandas suecas como Hypnos, Horisont, Black Trip o Saturn; aunque todo termina bajo el tamiz estridente de Spidergawd que invariablemente recuerda a un zumbido de abejas que satura los tímpanos o la sensación de una tormenta de arena sobre la piel. Sobre la base NWOBHM, el cuarteto noruego diferentes toques para cada tema: "All and everything" es una oda in crescendo que remata con un estribillo viscoso imposible de soltar, "Ritual supernatural" está construida sobre una directa melodía pop que bien podría ser el primer single del álbum, y "Knights of C.G.R." es una granada a punto de explotar por medio de su adictivo y filoso riff tras una colosal introducción llena de misterio y zozobra.

Sin embargo, el nuevo álbum de Spidergawd recupera elemento de otros géneros como lo hace su alter-ego Motorpsycho, aunque todo termina sobre los ásperos dominios sonoros de la banda de Trondheim. Podemos detectar ciertos aires progresivos en "Green eyes" gracias a su inicial guitarra acústica y algunas figuras orientales sobre un ritmo constante que busca clavar los dientes en la yugular. "Avatar" es construida a partir de un heavy rock clásico, aunque con una velocidad moderada en sentido contrario de "Twentyfourseven", track que recuerda por instantes al clásico "Old fangs" de Black Mountain. Ante las múltiples posibilidades, Spidergawd termina por ofrecernos un impresionante sonido atmosférico que sorprende por su volumen y textura, algo que queda demostrado en los apocalípticos vientos de "Whirlwind rodeo" que se escuchan sobre sus constantes cambios de melodía.


Si un elemento distintivo de Spidergawd hacía falta en V, la cerradora "Do I need a doctor...?" lo tiene. Cuando se asiste a un concierto de la banda noruego, lo primero que se ve sobre el escenario es la impresionante batería de Kenneth Kasptad, elemento que funciona de centro de gravedad dentro del sonido del grupo. En el último track del quinto disco de Spidergawd podemos escuchar la potencia y la gran imaginación del baterista, quien a base de golpes nos ofrece un constante y acelerado ritmo, construye un poderoso himno a la intensidad. La poderosa velocidad es sólo quebrada por instantes gracias a la gravedad del saxofón de Snustad y la afilada guitarra de Borten, la cual nos ofrece en el clímax del tema un memorable solo lleno de magia y misterio. ¡¡Descomunal forma de concluir el álbum!!


El regreso de Spidergawd es espectacular. Así como es de barroca su portada, V también está saturado de sonidos hasta el punto de requerir un oído fino y tiempo suficiente de escucha para lograr identificar cada uno de sus elementos. Sin embargo, más allá de tecnicismos y especialidades, el último disco de los noruegos es una bomba que puede volar las neuronas de quien se atreva a pasear por sus pasillos; y aunque es alto el riesgo de perderse entre ellos, con tan sólo el deleite de escuchar esta majestuosa obra musical de alto nivel interpretativo, habrá valido la pena el salto hacia el abismo...


martes, 26 de febrero de 2019

Love Your Witch : el ruido de Medio Oriente


"-Y dígame -susurró tembloroso-,
dígame , criatura de visiones y hechizos,
¿cómo ha hecho para embrujarme de tal modo
que la he amando antes de verla?"
Antiguas brujerías, Algernon Blackwood (1908)

Una tormenta eléctrica se posa sobre el seco desierto judío. En su interior sobrevuelan brujas como si se trataran de aviones de caza dispuestos a bombardear su objetivo. El sonido es violento y todo se torna confuso entre la velocidad y la destrucción. Los demonios están sueltos y no queda más remedio que aceptar su infernal barullo que cierne las áridas tierras de aquella tierra disputada a través de los siglos. Mientras los lamentos se hacen escuchar de manera estridente, sólo queda resignarse y esperar que el embrujo nos muestre lo que hay detrás del umbral de la muerte.

Es poco lo que sabemos de los sonidos del Medio Oriente. Aunque gran parte de la cultura occidental tiene su origen en aquella arenosa parte del mundo, existe una reticencia a lo todo lo creado por aquellos desconocidos. Sin embargo, por el desarrollo y su orientación política, Israel es quizá la nación con mayor interacción con el poniente. El rock y sus diversas bifurcaciones se han filtrado en la nación judía para intentar construir un estilo propio. Desde el rock vintage de Electric Zoo hasta el stoner desértico de The Great Machine, y sin olvidar el hard psych inspirado en el proto-doom de Heavy Stone, la pueblo hebreo nos ha ofrecido su punto de vista sobre la música ahogada en distorsión; aunque su nueva propuesta se anime a dar un paso más allá de todo lo escuchado hasta este momento.


A través de la disquera Reality Rehab Records (aquella pequeña etiqueta hebrea dirigida por el baterista de Heavy Stone, Dan Deutsch), en septiembre de 2018 fue publicado el álbum debut de Love Your Witch, un trío originario de Tel Aviv que hace coincidir el stoner metal con el trash para crear un tenebroso zumbido que se desboca a la menor provocación. Banda joven que sabe jugar con fuego por medio de su violento sonido y mórbidas líricas que podrías atemorizar a cualquiera.

Las hirientes guitarras están a cargo de Michael Kozlovsky, las granadas de percusión están en manos de Amit Abrahami y la grave fuerza de las cuatro cuerdas más las vocales están bajo el dominio de Mor Gal. Tres jóvenes almas enamoradas de los poderes malignos que, por medio del ruido infernal, lanzan conjuros y hechizos imposibles de ignorar. Estruendo y velocidad que aluden a olvidados aquelarres y satánicos rituales escondidos en algún paraje oculto a los ojos de los temerosos y los ignorantes.


El debut de Love Your Witch fue grabado en Geezer Studios de su ciudad natal bajo el control técnico de Roy Ben Shmuel, quien logró capturar el poder del trío hebreo en los seis tracks que conforman el material. Los instrumentos siempre se encuentran en un primerísimo plano mientras las voces se pierden entre reverberaciones como si estuvieran encadenadas en alguna cripta olvidada. Aunque las figuras melódicas beben directamente de las aguas pantanosas del doom y los elementos ácidos del stoner más denso, la banda siempre opta por subir el volumen y la velocidad como si se tratara de una colosal estampida, lo que hace que su sonido se acerque peligrosamente al trash sin que ello haga perder el valor de cada tema.

La tétrica figura de "Queen of hell" está clavada en el doom más primitivo, pero como si se le inyectara gasolina hirviendo, todo se convierte en una loca persecución por los albores que separan a la vida de la muerte. Las misteriosas y graves armonías de "Virus Demons" y "Balthazur" podrían ahogarnos en la zozobra, pero sus ásperas guitarras desgarran cualquier misterio para convertirlo en tortura y enfermedad. Quizá las lisérgicas guitarras de "Salem" podrían confesar los orígenes stoner del trío de Tel Aviv, pero cuando escuchamos el tema que le dota de nombre y personalidad, logramos comprender que el estilo del grupo oscila entre las melodías densas que toman fuerza hasta dejar caer su furia sin clemencia ni temor.

El primer single del debut de Love Your Witch es "Beauty smoke", una pequeña granada de fragmentación con tan sólo tres minutos de duración. Apoyados en un trabajo visual realizado por el propio Dan Deutsch, la banda hebrea nos muestra su potencia más allá del imaginario y los clichés que podríamos tener de Israel y su cultura: guitarras eléctricas, largas cabelleras y playeras negras con logotipos de Venom y Slayer refugiadas en algún sótano o refugio antiaéreo abandonado. El hermoso humo se levanta frente a nosotros para regalarnos dentro de su tufo una acelerada melodía llena de furia sin clemencia. Las bocinas escupen la distorsión de los instrumentos mientras la batería no deja de golpear ni un solo instante, un impresionante solo de guitarra endemoniado y un grito de guerra que nos obliga a recitar junto con la banda: beauty smoke!!



La enigmática imagen de una misteriosa mujer realizando un negro ritual en algún bosque maldito  creada por Eyal Eliezer para la portada del debut de Love Your Witch rompe con los prejuicios que podrían nacer al conocer el origen judío de la banda, pero es quizá su colérico sonido el que rompe con el esperado doom clásico y su aletargado estilo que ha sabido congeniar las imágenes de brujas, aquelarres y demonios. Israel nos ofrece un desgarrador ruido dedicado a las obscuras damas, una sorpresa sonora que es seduce por su aspereza y suciedad, violencia auditiva que sacude el alma para entregarla a la maldad...



viernes, 22 de febrero de 2019

Fulanno : el correr de la negra cera derretida por el fuego



"Yo había visto la infernal astucia, la prudencia 
y la destreza de que había dado muestras la bruja.
No había nada que pudiera sorprenderme 
y, sin embargo, sentí miedo..."
El ojo invisible, Émile Erckmann & Alexandre Chatrian (1857)


Argentina ya había mostrado un fuerte atisbo de pasión por la música aletargada e hipnótica surgida directamente desde alguna cripta profanada. Aquellos densos y ásperos sonidos que simulan los lentos pasos de quien arrastra un grillete han hechizado al cono sur del continente bajo sinfonías obscuras que nos relatan sobre sangrientos rituales dedicados al maligno, aquelarres ocultos en algún paraje boscoso a la mitad de la noche, y los más diversos encuentros con lo desconocido al cruzar el umbral de la muerte.

Los nombres de Mephistofeles, Comeculebras, Los Planeta Rojo, Picapoters o The Black Furs galopan por la memoria cuando nos referimos a estos mórbidos temas, pero a ellos se ha sumado una nueva bestia abismal conocida como Fulanno; banda nacida a finales de 2010 en la pequeña y tradicional ciudad de Coronda, en la provincia de Santa Fe. Este monstruo de tres cabezas ha logrado fundir en un mismo sonido el doom más primitivo con el desgarrador sonido del fuzz heredero del stoner más ácido, provocando que las claras influencias de gente como Electric Wizard o Sleep salgan a flote inmediatamente.


La banda tuvo la oportunidad de presentar en diciembre de 2016 un EP titulado Hash negro en las misas fúnebres, material que fue grabado en su propio estudio de grabación llamado Juana Records. Durante sus cinco tracks podemos escuchar un violento ruido que llega al borde de la baja fidelidad y la aspereza más cruda, provocando el espanto de los oídos vírgenes y la difícil digestión de quien está acostumbrado a la densa dieta. Sin embargo, este disco demuestra las abismales aguas que la banda argentina busca navegar mientras prepara al público para lo que vendría después.

Mientras una bella mujer ofrece su pecho en sacrificio, unas fúnebres campanadas a la mitad de luna fría noche sirven de perfecto telón de fondo para el ritual sacrílego. Inesperadamente, Fulanno nos abofetea con "Metamorfosis", un denso y aletargado canto inspirado en aquel espíritu que abandona al cuerpo en el instante que cruza el umbral que divide a la vida de la muerte. Así es como arranca Velas negras, el segundo material de la banda argentina publicado en octubre de 2018 que busca primero enamorarnos la mirada con el impactante arte creado por Diego Rey (guitarrista de The Black Furs a través de ZZ Corpse Graphic Violence), para luego ahogarnos en un profundo abismo sonoro de ruido y obscuridad.


Al igual que el primer disco de Fulanno, Velas negras fue grabado, mezclado y masterizado por el trío de Coronda a través de Juana Records; pero el tiempo y la experiencia obtenida tras su paso se puede detectar en el nuevo material. Más allá del muro infranqueable de sonido creado por la banda, quien se atreva a recorrer por los mórbidos senderos del álbum podrá distinguir cada elemento que conforma el ruido; algo que permite al amante del áspero doom tener frente a sí una poderosa grabación de gran calidad técnica que logra servir de valioso soporte a las seis marchas fúnebres sepultadas en su interior.

La nueva entrega de Fulanno se alimenta directamente del stoner lisérgico, logrando así que en varios instantes del disco se escuche el correr de la negra cera derretida por el fuego, viscosos ruidos que arden mientras el cuerpo desea su sacrificio e implora caer en manos de lo desconocido. Quizá "Cosmos" y "Velo de la muerte" sea los temas que mejor ejemplifiquen esta sensación, aunque la memoria se queda atrapada en el estribillo de esta última mientras repetimos una y otra vez como plegaria: no soy de este mundo. Sin embargo, Velas negras se identifica por la aspereza de la distorsión que busca desgarrar la piel mientras asemeja el lento paso de un condeno a muerte, como si existiera un grillete amarrado a sus tobillos tal cual ocurre en "Sabbath negro". Aun y con las diversas posibilidades que ofrecen los argentinos, este álbum se distingue plenamente por el clamor que se escucha desde las tumbas olvidadas a la mitad de la nada mientras la monotonía hipnótica de su instrumentación nos ahoga en la zozobra y el dolor, algo que queda claramente demostrado en la concluyente "Necromancia".


Como si se tratara de alguna ceremonia prohibida, Fulanno nos ofrece una tétrica escena donde un hechizo logra arrancar la vida de un incauto de manera lenta y dolorosa. Bajo la tenue luz de las velas negras y la atmósfera de misticismo que generan con su ardor, una mujer lanza conjuros a través de palabras enigmáticas, asquerosos ingredientes y extrañas artimañas. Una vez terminada su macabra obra, su paciencia es puesta a prueba, y tras una larga espera, la posesión demoníaca cumple su cometido. El embrujo provocado por el deseo y el pecado arrastra al cautivo entre lamentos eléctricos y danzas erráticas frente al fuego ritual, un sacrificio ofrecido a los poderes del mal entre sangre y muerte.

Poco a poco llega un zumbido a los tímpanos, eléctrico ruido que aumenta su volumen hasta saturar los sentidos, enigmática figura que se acerca de manera sigilosa hasta devorar las neuronas. La distorsión desgarra la atmósfera y entra en escena la áspera guitarra de Fila Frutos bajo una hipnótica serie de notas hirientes como filo de navaja cruzando la piel. Secos golpes de percusiones rompen con el onírico clamor, tambores tribales de antiguos rituales dedicados al maligno en las precisas manos de José A. Frontera. Finalmente, todo encuentra su soporte por medio de las notas graves de un bajo aletargado dominado por Mauro Carosela. Barullo y hechizo que envenena el torrente sanguíneo hasta que un estribillo muta en bucle imposible de eliminar de la mente... noche obscura, velas negras, la bruja espera!!


Velas negras se instala directamente entre los mejores álbumes de doom ácido hechos en la América Latina junto al Whore de Mephistopheles, Necromance de Arteaga y Thrones in the sky de Son of a Witch, pero sólo el paso del tiempo lo colocará en su justo lugar. El poder de las obscuras odas ocultas en su interior comienza a ser descubierto, lo que ha provocado la edición del material en CD por la chilena Golden Dawn Recordings y en cassette por Southcave Records, una disquera radicada en Indonesia. Las hipnóticas melodías de Fulanno comienzan a levantar muertos desde sus sepulturas, sus colosales armonías caen como pesadas losas sobre los aún sorprendidos, sus mórbidas líricas asuntan a quienes se han atrevido ceder ante su mórbido encanto. Quizá éste sea el momento ideal para permitir que su enferma seducción infecte las venas hasta crear la adicción... y quizá, el hechizo de la bruja caiga sobre nosotros tras encender las negras velas y dejar caer sus vestidos al suelo bajo el resguardo de la noche y la obscuridad.


miércoles, 20 de febrero de 2019

Fool Magician : a la espera de una obscura promesa


"Mientras seguía mirando hacia arriba al arco profundo del firmamento,
una nube cruzó presurosamente el cenit aunque no había viento que la moviera
y ocultó las estrellas brillantes(...)
Y arriba, en el aire, como si surgiera de la profundidad de la nube,
brotó un sonido de voces confuso y dudoso."
El joven Goodman Brown, Nathaniel Hawthorne (1835)


La misteriosa atmósfera que generan los tétricos acordes distorsionados al husmear por lugares inhóspitos, puede provocar una zozobra que eriza la piel. Lo desconocido se torna en un deseo y el morbo comienza a orientar los pasos de quien osa cruzar el umbral de lo permitido. Los cielos comienzan a obscurecerse hasta que el peso de la noche cubre con su ausencia de luz toda nuestra visión. Un tenue y frío viento sopla mientras algunos seres aprovechan el denso ambiente para salir de sus guaridas y acechar a sus víctimas. Todo está dispuesto para que comience el prohibido ritual...

Durante los primeros instantes del año 2018 se conformó una cofradía de músicos en la cuidad mexicana de Monterrey con la intención de retormar el hard rock obscuro para crear nuevas odas entre los escombros de antiguos saberes y ceremonias olvidadas por el largo paso del tiempo. Inspirados en la psicodelia ácida y su encuentro maldito con el hard blues electrificado, los sonidos fueron surgiendo hasta que el proto-doom brotó más allá del infernal calor que ahoga aquel lugar al norte de México. 


Las cartas fueron lanzadas para que los arcanos hablaran. Su sentencia bautizó al proyecto bajo el sugerente nombre de Fool Magician, un fortuito encuentro musical de tres errantes entes que aprovechan el resguardo de las densas tinieblas para crear una colección de temas que poco a poco van tomando esencia a través del arduo trabajo de Alejandro Elizondo en el estudio Las Dunas. Un álbum que condense los obscuros himnos ya se vislumbra en el horizonte, pero es momento de frenar la ansiedad para saborear detenidamente los pequeños bocados que han sido liberados furtivamente.

De manera inicial, sólo tres espíritus se han ofrecido como sacrificio en el aquelarre propuesto por Fool Magician más allá del apoyo de amigos y músicos de sesión que han participado en la construcción sonora de su propuesta. Los sacrílegos riffs están en manos de Raúl González, el soporte grave que ofrece un terreno estable dentro de las pantanosas aguas es creado por Vader Paz y las  malignas alabanzas son relatan por Antonio Orta bajo la pesada neblina creada por una serie de mórbidas historias y obscuras narraciones dignas de ser escuchadas detenidamente. 


Más allá del hard psych de The Crimson Trip y el horror punk de Plan 9, estilos que fundamentaron el sonido de las bandas que en algún momento los integrantes de Fool Magician formaron parte, el nuevo proyecto tienen su brújula de manera indiscutible en las primeras semillas del doom que sembraron bandas como Black Sabbath o Pentagram a principios de los años setenta. Al escuchar "Wicked lady", tema liberado hace unos días, podemos escuchar aquel hard rock revival de frenético ritmo que termina cayendo en un profundo abismo de tétricas sensaciones que pocas bandas han logrado recrear. 

Es imposible que no llegue a la memoria un cierto tufo a Maligno, banda de la cual han sido teloneros como prueba de su sonido sobre los escenarios; pero Fool Magician se desmarca de manera inmediata al dejar a un lado el metal para ingresar por el túnel del tiempo para arrastrarnos a sonidos más  ásperos, ¿y por qué no?, hasta lo-fi. A partir de melodías directas y riffs hirientes, la banda nos sumerge en atmósferas llenas de zozobra donde moran ceremonias malditas, sacrificios rituales y ofrendas vedadas. 


"El cielo azul se torna obscuro, es momento del sacrificio. Y ahora muestras tu rostro y dices adiós. Esta noche es tu noche, puedes ir y borrar el sol. Levántate y brilla, sé tú mismo con lo naturaleza. Camina y vive en esta Vía Láctea. Puedes besar y alabar la mano de Goatcifer. El poder de sus cuernos nos pertenece, sólo ven conmigo y toma esa antorcha. Ven y libera tu alma, sé un elegido con el flujo del diablo. Matando en nombre de los mil demonios, vivimos sin amor y sin nuestro sucio pasado. Por favor, camina otra vez, camina conmigo y lavaré tus sueños rotos. El cielo se ha vuelto obscuro, es tiempo de decir adiós..."

El primer sorbo al sangriento cáliz de Fool Magician fue ofrecido en los últimos días de 2018, una sórdida melodía de penetrante figura que tras los primeros segundos rasga la piel y libera el líquido escarlata que resguarda. Su paso aletargado acompaña a la obscuridad de la cual se encuentra aferrado, pero más allá del intento de abarcar todo con sonido, los silencios otorgan la pausa necesaria para obtener fuerza, intensidad y sensibilidad. La lírica nos toma de la mano para invitarnos a un ritual de iniciación, evento ceremonial dedicado al maligno que aprovecha las tinieblas mientras ofrece su tierno sacrificio. El macho cabrío se adueña de la noche y sus súbditos se entregan a la danza hipnótica entonada por las ánimas de los olvidados, momento ideal para entregar el alma a los poderes del mal...


A pesar de que la banda regia grabara de manera directa en el estudio sus primeros temas, el trabajo de masterización realizado por James Plotkin resguarda el sabor original del material mientras potencia cada instrumento dentro de su propio espacio; magia sonora que había sido previamente demostrada en diversos materiales de grupos como Iron Void, Harvester, Haunted, Egypt y los imprescindibles Electric Wizard, además de los mexicanos Vinnum Sabbathi. Pero más allá de los resultados obtenidos en el estudio, Fool Magician ofrece un retorno a lo más básico del occult rock que muy pocas bandas logran por medio de melodías fundamentales, letras místicas y un ambiente obscuro obtenido de forma natural. Sin temor a exagerar, cuando sea publicado el debut de los regiomontanos (según su promesa, en el transcurso de este 2019), vamos a tener la oportunidad de tener uno de los mejores álbumes del género creado en los últimos años...

miércoles, 13 de febrero de 2019

Gods & Punks : la irrevocable maldición del paso del tiempo


Cuando tu primer álbum logra romper cualquier expectativa propia, cruzar las fronteras y ser valorado por otras personas alrededor del mundo, siempre será muy difícil tomar la mejor decisión para dar el siguiente paso hacia adelante. Las excelentes reseñas y comentarios recibidos por el Into the dunes of doom de octubre de 2017, obligó a la banda brasileña Gods & Punks replantearse su sonido y la dirección a la cual orientar sus nuevas composiciones. Tras un año de arduo trabajo en el estudio de grabación, hoy tenemos la oportunidad de escuchar el Enter the ceremony of damnation, un compilado que termina por establecer al grupo como una de las mejores propuestas cariocas.

Gods & Punks es una banda nacida en 2015 dentro de la polifacética ciudad de Río de Janeiro a partir de la idea de los hermanos Alexandre y Pedro Canhetti de conformar un grupo que hiciera coincidir el primer doom con algunos elementos del stoner, lo que los llevó a encontrar a Danilo Oliveira en el bajo, Arthur Rodrigues en la batería y a Rafael "Psy" Daltro en la guitarra rítmica. Inspirados en el viejo estilo de la banda norteamericana Monster Magnet (lo que queda claramente demostrado por el nombre del grupo) Gods & Punks se encerró en ático de la casa de los Canhetti para trabajar en sus composiciones hasta lograr definir un estilo propio que terminó por explotar en el reconocido Into the dunes of doom.


Sin permitir que lo alcanzado por su debut frenara su impulso de trabajo, Gods & Punks decidió refugiarse en el estudio MATTA durante gran parte de 2018 para crear nuevos temas inspirados en el concepto de los viajes fuera de la realidad y encuentros con lo desconocido más allá del umbral de la muerte serían presentados en tres diferentes materiales discográficos. Fue así que la banda brasileña presentó Ceremony of Damnation en dos EP's con tres temas diferentes, el Pt.1 en mayo y el Pt.2 en octubre; ambos trabajos mezclados y masterizados por Arthur Rodrigues, baterista del grupo.

Finalmente, la banda carioca seleccionó cuatro temas trabajados en las largas sesiones de estudio y la unió a dos temas elegidos de cada uno de los EP's para conformar el Enter the ceremony of damnation, un álbum completo editado por Abraxas Records y Dinamite Records que guarda el mismo contexto de la exploración mórbida y el terror místico a través de las letras introspectivas de Alexandre Canhetti. Sin embargo, las influencias que se pueden detectar en el disco son bastante variadas, lo que permite demostrar el amplio horizonte sonoro que puede alcanzar Gods & Punks.


Enter the ceremony of damnation arranca con el hard psych de "The summoning", un breve tema instrumental que sirve de despegue ideal al universo sonoro de Gods & Punks cuando se une a la melancólica "Welcome to the ceremony" con su profundo hard blues que sin contratiempos podría ser calificado de proto-doom gracias a su lírica de sacrificios rituales realizados en arenosos altares olvidados. Bajo la misma atmósfera aletargada, comienzan los primeros acordes de "From sand to throne", track muy cercano al los primeros momentos del doom a finales de los años setentas. 

Mientras van corriendo los minutos sobre el álbum, Gods & Punks van sumando otros géneros a su palestra de sonidos. Las reminiscencias del heavy metal y sus múltiples derivaciones que claramente se escuchan en "Blood Moon Sky" bien podrían sorprender a más de uno, el hard psych de "Transparent chains" con su halo alucinatorio te transporta a otras latitudes fuera de la realidad, y el hard rock de riff directo de "The Gearlord" nos remite por algunos instantes al Black Sabbath experimental y lisérgico. Mas aún, si Enter the ceremony of damnation no logra romper con nuestras expectativas, el quinteto brasileño nos ofrece un caramelo instrumental nacido directamente del metal progresivo que sirve de ejemplo perfecto para demostrar la capacidad interpretativa del grupo.

"Un escalofrío a través de la puerta abierta como si fuera una llamada al vacío infinito. Ésto fue antes del primer cosa que recuerdes. Cenizas y llamas era lo que había antes. Todos vamos a purificarte, abraza tu condena y acepta tu destino. Aquí no hay juicio después de todo lo que se ha ido, nadie que señale quién tenía la razón o no. No hay planes desde la matriz hasta los ataúdes. Esta es una vida en vano que termina en una tumba. Pronto todos lo que has conocido se irán como tú que nunca tendría que haber nacido. Con toda tu historia dejada atrás deteriorada por las manos putrefactas del tiempo. Carne y huesos y nada más. Sangre y venas retenidas por una espina. Todo hecho como el resto condenado a decaer con el tiempo..."

El tema que cierra el álbum es "Damnation", una mórbida oda de tétricas líricas sobre el irrevocable paso del tiempo y la muerte que llega con él. Inspirada en los más clásicos riffs del doom, las guitarras entran como cuchillos rituales sobre la carne para permitir el escape lento y constante de la sangre sobre la piel abierta. Mientras las escenas a blanco y negro de las antiguas caricaturas Mickey Mouse, Betty Boop y Skeleton dance nos sirven de telón de fondo, el hard rock se atasca de zozobra mientras se cumple la sentencia de la desaparición de la vida. Poco a poco nos acercamos a un abismo profundo hasta que la música se sumerge en él irremediablemente, y aunque un bajo ahogado en distorsión intenta regresar al sendero original, todo el ambiente ha quedado bajo la penumbra y el peso de lo inevitable.


Las imágenes de ciencia ficción y encuentros intergalácticos creados por Cristiano Suárez que forman parte de las portadas del quinteto brasileño  arrastran a nuestra imaginación hacia historias sobre planetas muertos y civilizaciones olvidadas, pero al permitir que las líricas se escapen por las bocinas, todo se torna lúgubre más allá del misterio cósmico que generan algunos pasajes instrumentales contenidos en el material. La banda de Río de Janeiro ingresa directamente al selecto grupo de sonidos desgarradores y obscuridad junto a Son of a Witch, Ruínas de Sade, Stone House of Fire, Necro, Pesta, MuñozBlind Horse y Dirty Grave; pero mientras Gods & Punks decide su siguiente paso, hoy sólo podemos perdemos en la desolación del vacío y la fuerza destructiva de la muerte que Enter the ceremony of damnation contiene en sus surcos hasta que la piel deje de erizarse y la conciencia acepte la irrevocable condenación...



viernes, 8 de febrero de 2019

The Lunar Effect : el sonido que se esconde tras el misterio


"Y de improviso se levantó la luna a través 
de la fina niebla espectral y su color era carmesí (...)
Cuando la luna brilló con un rojo más intenso
y al volverme y mirar otra vez hacia la roca
vi los caracteres que decían desolación"
(Silencio, Edgar Allan Poe,1832)  


Cuando Black Sabbath pisó de manera temeraria los desconocidos terrenos del misterio y la zozobra a través de su fuerza e intensidad, sin proponerlo creó un estilo único que con el tiempo se convirtió en todo un género. Aquella mezcla entre un aletargado blues eléctrico con la aspereza de la psicodelia más densa terminó por cuajar un sonido desgarrador con pies de plomo. Desde entonces han existido demasiados imitadores, pero hay muy pocas bandas que han entendido el sentido de dicha coincidencia sonora con la intención de cruzar el umbral de lo desconocido.

En los últimos días de enero de 2019 fue publicado el Calm before the calm a través de la disquera Kozmik Artifactz , el más reciente material de The Lunar Effect; una banda de origen inglés sobre la cual se ciñe una poderosa obscuridad que le sirve de ambientación perfecta para crear una colección de melodías intrigantes construidas a partir del concepto sonoro sabbathico, pero que finalmente recrea un sabor propio difícil de superar.


Ya desde su debut Stange lands de mayo 2016 se podía detectar la capacidad interpretativa de The Lunar Effect sobre composiciones enigmáticas, pero en dicho material los sonidos quedaban varados bajo un halo de psicodelia pesada que no terminaba por dar el siguiente paso. Sin embargo, la maduración ha alcanzado a la banda originaria de Londres para ofrecernos hoy un álbum que de manera inmediata se ha convertido en referencias obligatoria en cuanto hard rock vintage se refiere.

Es inevitable no pensar en otras bandas revival que se han refugiado en los sonidos de antaño para crear una nueva oleada de hard psych durante los últimos quince años, desde Wolfmother hasta Uncle Acid & the deadbeats pasando por Orchid y Rival Sons; pero lo alcanzado por The Lunar Effect por su último disco es digno de resaltar. Una guitarra afilada en manos de Jon Jefford rompe el ritmo marcado en la batería por su hermano Daniel y las armonías pantanosas de Brett Halsey mientras una voz potente y desgarradora que cruza el plano para arrastrarnos hasta abismos inexplorados.


Más allá de lo que podríamos esperar tras estas líneas previas, Calm before the calm es un álbum multifacético, pues bien te puede recetar un hard blues místico de proporciones cósmicas con algunos instantes stoner como en "Daughter of Mara" como también un hard psych basado en un fuzz destructivo como en "Stare at the sun". Sin embargo, la base fundamental del disco está en aquel rock obscuro que dio origen al doom en los primeros años de años setentas, algo que queda claramente establecido en "Call it in" y en "Deep blue sky" con sus tétricas figuras de reptante paso bajo la más clásica escuela sabbathica.

El blues acidificado de "Weaver" bien nos puede servir de un respiro ante las múltiples posibilidades sonoras con su ambivalente guitarra de suaves figuras que a la menor provocación se desintegra a cada acorde, pero aún así el Calm before the calm tiene  más elementos para sorprendernos. Por un momento tenemos el venenoso riff de "Filterdog" que nos regresa irremediablemente al instante cuando el rock se hizo áspero, pero también podemos escuchar la recuperación de la primera psicodelia por medio del tema que le da nombre al álbum gracias a sus sonidos acústicos, teclados enigmáticos y diálogos insertados. 


Para tener una ligera idea de lo que nos podemos encontrar en el Calm before the calm, The Lunar Effect lanzó como primer corte promocional la inaugural "Woman", un hard blues hiriente que ejemplifica el punto de encuentro entre la psicodelia más densa y el pesado proto-doom con sus misteriosas visiones. Para acompañar el lanzamiento del single, la banda presentó un video del tema creado a partir de un multicolor y lisérgico caleidoscopio basado en imágenes del cuarteto inglés y el striptise de una hermosa mujer que nos muestra sus múltiples tatuajes sobre la piel.


A pesar de que el hard rock vintage se había convertido en la referencia obligatoria de la gran oferta sonora durante la última década, los sonidos inspirados en aquel ácido pasado comenzaba a declinar para acercarse hacia otros estilos mucho más distorsionados. The Lunar Effect ha regresado al punto de origen para crear un maravilloso álbum con amplio espectro y gran capacidad interpretativa que despierta el interés por escucharlo sobre los escenarios. La enigmática mujer sobre el omnipresente jo que nos observa desde la portada del Calm before the calm nos obliga a poner atención sobre él, pero una vez que la aguja posa sobre sus surcos, el veneno surte efecto y la infección en inevitable. La advertencia está hecha: este disco dará mucho que hablar por mucho tiempo.


martes, 5 de febrero de 2019

Holy Grove : cuando una promesa sonora es cumplida


Cuando el álbum debut de una banda funciona más allá de lo esperado, la expectativas para su continuación son tan altas que pocos pueden cumplirlas. Algunos esperan el desarrollo y establecimiento del sonido alcanzado en la primera producción, otros desean una transformación radical que demuestre las múltiples posibilidades de un grupo con gran versatilidad en estilos y géneros. Sin llegar a alguno de estos dos extremos, el segundo disco de Holy Grove logra despegar de aquel hard rock basado en el blues más denso inspirado en Black Sabbath para encaminarse hacia terrenos abismales sembrados por el doom, logrando que su II sea un material interesante que rompe con los prejuicios.

En el momento que escribimos la reseña del debut de Holy Grove (marzo de 2016, review), el álbum estaba siendo publicado en esos instantes; provocando que nuestras líneas no tuvieran la profundidad suficiente para el análisis. El tiempo ha pasado hasta colocar a la banda asentada en Portland, Oregon como uno de los mejores referentes de lo que llamamos hard rock obscuro en los Estados Unidos. Su larga trayectoria iniciada en 2012 logró ser fundamental para crear un disco potente con una gran intensidad, pero quizá sus temas no lograban concretar las ideas propuestas. Al enfrentarnos con su secuela, hoy descubrimos con agrado a un grupo dueño de su estilo sonoro con la capacidad de llevar cada una de sus composiciones hasta las últimas consecuencias.


La base principal de Holy Grove esta creada por la atmosférica guitarra Trent Jacobs, el concreto bajo de Greg Emley y la sugerente voz de Andrea Vidal, quienes para esta ocasión han sumado al baterista Eben Travis para crear un material aún más denso que el primero gracias a un pesado ambiente logrado a partir de impresionantes cambios de intensidad y momentos abismales que irremediablemente te pierden en la obscura profundidad. Aunque conformado tan sólo por cinco épicas canciones, II requiere toda la paciencia para que sus mórbidos sonidos logren penetrar los poros de la piel como si se tratara de una lenta neblina que cruza un bosque encantado hasta cegar completamente la visión.  

Es imposible no remitirse a lo hecho por las aletargadas melodías de Windhand construidas en sus últimos años o quizá en los abismales ambientes logrados por los italianos Messa, pero el segundo disco de Holy Grove tiene aun la capacidad de dar un paso más allá gracias a sus concretos riffs que poco a poco nos arrastran a misteriosos parajes hasta robarnos el último aliento sin que nadie se de cuenta con anticipación. 


La inicial "Blade born" nos hechiza desde el primer instante con su figura directa llena de rock concreto y sin fisuras, pero al paso de los segundos todo se torna tan denso que inesperadamente terminamos en una poza pantanosa sin escapatoria. "Solaris" mantiene esa misma esencia, pero aún así logra ser más abismal por medio de su melancólica melodía heredera del más profundo doom y las guitarras añadidas por Billy Andersson, productor del álbum y responsable del sonido de grandes monstruos como Sleep, High on Fire, Orange Goblin, Los Natas, Witchskull o Acid King.

Sin embargo, si se trata de un track basado sobre constantes giros inesperados, "Valley of the mystics" se lleva los honores. Luego de su estruendo inicial muy cercana al metal más rudimentario, la melodía se trastorna en un blues más obscuro que la noche hasta dejarnos abandonados en la nada del vacío espacial. Pero si aún este tema no logra sorprendernos con las múltiples atmósferas construidas a partir de sus muros de sonido, Holy Grove nos asesta un golpe mortal con la concluyente "Cosmos", una lúgubre oda de intensa instrumentación y voces fantasmales cortesía de  la sirena Andrea Vidal y la mágica voz de Mike Scheidt, guitarrista de Yob.

Para lograr el equilibrio perfecto, Holy Grove rescató un tema compuesto desde sus primeros años para completar su segunda producción. "Aurora" es un track lleno de rock venenoso por medio de su lisérgica guitarra que sube hasta las estrellas, un bizarro cencerro (cowbell) que marca el tiempo de manera incesante, un bajo impaciente que se convierte en la sombra de la melodía principal y una potente voz inspirada en las primeras musas del hard rock y el blues electrificado como Janis Joplin y Grace Slick. Buscando un calificativo perfecto para "Aurora", la palabra perfecta que llega a la mente es impresionante: el mágico solo de guitarra transpira la esencia de Hendrix, el frenético ritmo rompe con la obscuridad que domina el ambiente del álbum y la capacidad interpretativa que arrasa con cualquier duda sobre el nivel adquirido por el cuarteto durante años de arduo trabajo.


II fue publicado en noviembre de 2018 por la reconocida disquera Ripple Music y desde el primer momento ha recogido excelentes reseñas por los medios especializados, pero la respuesta del público es quizá la más importante y ésta se construirá con el tiempo a través de la maduración del álbum y las presentaciones de la banda sobre los escenarios. Este es el momento de prestarle la atención que merece, pues Holy Grove tiene entre las manos un disco que lo llevará a colocarse entre lo más reconocido de su país sin lugar a dudas...


viernes, 1 de febrero de 2019

Taiga Woods : el retorno del stoner noruego


Luego de varios días dando vueltas y vueltas el mismo álbum, era necesario buscar el pretexto ideal para hablar de él. Inesperadamente, la noticia perfecta aparece para escribir sobre una banda noruega enamorada de aquel stoner de velocidad constante. A unos cuantos clicks de distancia llega la información precisa: ¡¡la re-edición del álbum debut de Taiga Woods en versión vinil de 180 gr. sería publicada por Cursed Tongue Records el primer día de febrero de 2019!!

Ya sea por coincidencia o por casualidad, los frenéticos riffs creados por la banda originaria de Oslo corrían desbocados por las neuronas mientras agitaban el correr de la sangre por las venas. Aquella mezcla de rock desértico galáctico de Fu Manchu con el robot rock de los primeros días de Queens of the Stone Age y el stoner según a la escandinava de Truckfighters no dejó por un segundo de pisar el acelerador del viejo V8 que hacía arder sus neumáticos por los olvidados caminos de algún desierto olvidado. Quizá ésta sea una imagen extraña frente al cliché de los frondosos bosques noruegos, pero lo creado por Taiga Woods en su primer álbum realmente es digno de rescatar.


Lo que comenzó como un intento por crear un stoner que hiciera coincidir algunas de sus diversas tendencias de manera personal por el guitarrista Erik Skundberg, terminó en la conformación de una potente banda que tuviera la capacidad de reproducir lo hecho en los estudios de grabación. A mediados de septiembre de 2017, Skundberg publicó bajo el nombre de Taiga Woods un mágico álbum donde él mismo grabó todos los instrumentos con el apoyo de Eirik Myhrs en las percusiones y Kai Christoffersen en la grabación y mezcla del material capturado en Calmeyer Studio.

Sin embargo era necesario mostrar sobre los esenarios el arduo trabajo logrado en las salas de grabación, lo que llevó a Skundberg a la búsqueda de tres compañeros que lograran comprender la fórmula sonora para reproducirla en directo frente al público. Fue así que Taiga Woods se constituyó en un cuarteto con Skundberg en guitarra y vocales, Jonatan Eikum en la batería, Jøran Normann en la segunda guitarra y Ole Ulvik Rokseth en el bajo, quien fuera miembro de Hymn y Tombstones. 


Taiga Woods es un álbum de alto octanaje que usa el rock desértico de los noventas como punto de partida para crear una colección de canciones infecciosas llenas de guitarras insistentes sobre ritmos incontrolables. Sin embargo, el rasgo característico del proyecto de Skundberg es crear melodías vocales muy armónicas que bien podrían ir desde Greenleaf hasta lo hecho por cualquier banda de new wave ochentero. Con tan sólo siete tracks que se escapan como arena entre las manos, este material tiene todos los elementos para convertirse en uno de los discos más importate del género en Escandinavia, y sin temor a equivocarse, de Europa. 

Desde el instante en que las cuerdas resbalan por el mástil mientras la batería marca el primer tiempo de "Soul transmitter" y un solo de guitarra nos vuela la cabeza, sabemos que estamos frente a un disco importante. El ritmo toma su sendero de indudable stoner arenoso, pero las figuras lisérgicas de la guitarra y uno que otro teclado añadido para darle cuerpo al tema nos hablan de una banda sin temor a romper los cánones establecidos. Los juegos vocales que remite irremediablemente al rock pop son, quizá y de manera irónica, el elemento que atrapa la atención frente a los sonidos ya conocidos del género desértico y su derivación cósmica.


"Epic" es una tormenta de acordes que de manera sencilla se acerca al stoner metal y su derivaciones progresiva, pero una vez más, sus voces etéreas logran transportarnos a sitios insospechados más allá de su violencia sonora llena de rabia. Si bien "Do what you want" es una melodía pop donde el fuzz es silenciado por momentos para mostrarnos su verdadera esencia, "Garbageman" nos asesta un golpe directo a la cabeza a base de distorsión y guitarras psicotrópicas que sin compasión divagan hasta crear de manera fortuita una armonía propia para perderse en el vacío infinito del universo. La tormenta eléctrica de "Track of time" nos regresa al término de robot rock concebido por Josh Homme tras su salida de Kyuss, pero las voces nos recuerdan irremediablemente a los mejores éxitos de The Cars. Para cerrar de manera magistral, Taiga Woods se sube a un cohete de propulsión a chorro para romper la atmósfera y pasear entre los asteroides por medio de su concluyente "The great machine" mientras nos abandona cantando varios de sus pegajosos estribillos. 


Quizá sea su entrecortado ritmo lo que convierte a "Slow burning" en el tema más infeccioso del debut de Taiga Woods compuesta por Skundberg en 2007, pues mientras llevamos su tiempo bajo el recuerdo del primer Queens of Stone Age o hasta sus compatriotas de Spidergawd, los juegos vocales muy cercanos al Greenleaf de sus últimos discos nos remite a una realidad contradictoria bajo los prejuicios que cualquiera puede tener bajo el concepto de stoner. Mientras un conjunto de bestias estallan las bocinas con su melodía adictiva, una guitarra comienza a tomar el control hasta que nos regala un hipnótico solo lleno de hierba y pastillas. En tan sólo tres minutos y medio tenemos todos los elementos para caer rendidos a los pies de la banda noruega, pues una vez arrojados sus elementos constitutivos, Skundberg tiene la capacidad de ofrecernos algunas notas que logran romper con la intensidad para regresar de nuevo a su embrujo original mientras nos habla de la depresión y la forma de salir de ella. 


Mientras observamos el misterioso arte del disco creado por Erik Alm del Trøbbel Design, hoy tenemos una nueva oportunidad para deleitarnos con el debut de Taiga Woods. La banda noruega se dedicó a tocar todo el 2018, lo que los llevó a formar parte del cartel del Festival Høstsabbat junto con Lonely Kamel, Hällas, Domkraft, Elephant Tree y Brutus. El pretexto ha sido encontrado, así que tomemos una buena cerveza, subamos el volumen del stereo y permitamos que Taiga Woods nos ponga en trance con su delirante stoner atascado de estribillos inolvidables...