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viernes, 27 de septiembre de 2019

Ancestro : los símbolos de la evolución


Los acordes fluyen sobre las terminales nerviosas del oído hasta que se transforman en impulsos eléctricos que de manera posterior serán traducidos por el cerebro para darles ritmo, coherencia y unidad: los tres elementos fundamentales de la música. Los ruidos coinciden hasta que adquieren un sentido, la fuerza del sonido muta en acontecimiento y las vibraciones acústicas encuentran su equilibrio para despertar sensaciones y motivar el viaje interno...

Luego de un tiempo de reflexión, cambio y silencio, Ancestro ha decidido su regreso sonoro a través de la publicación de su tercer álbum , una poderosa obra que provoca el paseo onírico a través del despertar de diversas sensaciones y la explosión eléctrica de sus instrumentos que ya se encuentra navegando las aguas de los algoritmos mientras espera su lanzamiento físico a través de Forbidden Place Records. Abandonando por momentos sus referencias chamánicas (El regreso de los brujos, 2016)  su esencia desértica (El gran altar, 2017), la banda de Trujillo ha construido un disco lleno de simbolismos que permiten el libre correr de las notas electrificadas dentro de múltiples significados más allá de los conceptos planteados dentro de los significados planteados en su sorprenderte arte.


El correr los tiempos ha provocado varios cambios en la alineación de Ancestro, algo que con la llegada de su tercera entrega titulada de manera homónima termina por determinar los nuevos papeles. Mientras el bajista Boris Baltodano se mantiene en su posición, Diego Cartulín cede las seis cuerdas al recién integrado Jorge Quevedo para ahora quedarse definitivamente tras los tambores y algunos teclados. Bajo esta nueva conformación, el trío peruano ha ganado precisión en los tiempos, fuerza en las melodías y elocuencia en cada uno de sus temas más allá del uso de blasones que les sirven de identificación gráfica y del carácter instrumental que ha distinguido al grupo tras el paso de los años.

Ancestro arranca de manera sombría a través de la zozobra provocada por unos sintetizadores omnipresentes que confiesan el nacimiento de un nuevo momento para el trío peruano (I), pero cuando pasamos al siguiente tema (II) todo se transforma en una tensa calma que denota el transcurso del alma dentro de este plano de la realidad, energía eléctrica entre diversas intensidades que de manera onírica revela el sentido de esta vida mientras transforma la obscuridad en iluminación.


Sin embargo, dentro de los densas tinieblas sonoras de su tercer álbum, Ancestro logra trascender sus ideas musicales hasta alcanzar momentos de potencia que logran incrustarse en las neuronas como si fuera un veneno fluyendo por el torrente sanguíneo. Aprovechando el poder de la distorsión, el quinto tema del disco (V) destroza aquella atmósfera de misterio para ofrecernos un melodía colosal donde coinciden el orden y el caos en un mismo espacio y tiempo dentro de la inmensidad del universo. La infinitud se muestra en su eterna plenitud mientras una tormenta de acordes nos ahogan hasta crear una marea incontenible que vaga entre el stoner, el metal progresivo y la psicodelia espacial.

La llegada de Jorge Quevedo no sólo ha traído consigo la imaginación lírica que ha alimentado de múltiples pasajes al estilo ya establecido de la banda de Trujillo, sino al mismo tiempo ha logrado construir una nueva posibilidad creativa a través del juego visual construido en la coincidencia de diversas representaciones gráficas de la alquimia y los signos de antiguas culturas que hacen referencias a las distintas concepciones del hombre como un ser en evolución frente al universo. Ya sea que la maldad se pose sobre el humano tras raptar y morder su desnudo tobillo como ocurre en la áspera IV, también podemos escuchar en el álbum la posibilidad de la redención, quizá la fe sobre una posible salvación que a través de VI fluye como un individuo extendiendo sus brazos hacia el cielo en espera del poder celestial hasta que todo explota en un orgasmo sonoro imposible de abandonar.


Como un puente de comunicación entre esta tercera producción y los materiales discográficos anteriores, Ancestro ofrece en III un track potente heredero del stoner que busca nuevos caminos a través de las figuras espaciales del rock progresivo y la psicodelia más densa. Mientras el símbolo de Júpiter se fusiona con el Ojo de Dragón en búsqueda de dominio total y poder supremo que controla los cuatro elementos, un solo de guitarra cósmico nos arranca los pies del suelo para dejarnos abandonados en algún rincón olvidado del manto estelar. Sin embargo, el tema demuestra la evolución sonora alcanzada por el trío peruano gracias al uso del mágico poder que cubre al número tres, una alegoría al equilibrio entre el cuerpo, la mente y el espíritu mientras el ser comprende que su paso el universo no es otra cosa más que aprendizaje perpetuo. El triskelion se posa sobre los tres integrantes de Ancestro y todo su andar toma un nuevo sentido, quizá la muestra de su designio y el trazo que permite comprender su destino...


Tratar de descifrar aquello que resguarda una colección de odas instrumentales puede resultar un afrenta a los oídos poco entrenados, el uso de extraños símbolos en coincidencia y superposición termina por ahuyentar ignoto. Sin embargo, Ancestro tienen la capacidad acústica para romper las fronteras del sonido y el esoterismo que provoca su uso de emblemas misteriosos gracias al poder de construir una colección de himnos sonoros que despiertan diversas sensaciones más allá de los significados y las historias que tan sólo sirven de guías o faros a la mitad de la noche. El trío se encuentra en plena evolución, pero ha alcanzado una idea concreta sobre su estilo y su concepto, una muestra de lo que resguarda el Perú dentro de los paisajes instrumentales del astral rock distorsionado...


miércoles, 25 de septiembre de 2019

ELCHIVO : cuando el metal se abre a todas sus posibilidades sonoras


Como si se tratara de un reguero de pólvora, el nombre de ELCHIVO comenzó a correr de boca en boca en las últimas semanas sin saber bien de qué iba su proyecto y quién formaba parte de él. Poco a poco se fue levantando el velo de misterio hasta que en los últimos días de agosto de 2019  fue liberado su álbum debut para su escucha digital. Luego de dicha publicación, la avalancha de comentarios sobre esta banda tras sus presentaciones, entrevistas y notas en la prensa; lo que obligó al Earthquaker a sumergirse en sus densas mareas para comprender el motivo del alboroto provocado a su alrededor.

Es inevitable escribir sobre esta banda sin hacerlo de sus orígenes. Entre los largos periodos de inactividad de la reconocida banda regiomontana Maligno, su bajista Marco Gil decidió construir con el recién integrado baterista Stefan Berdem un proyecto que buscara desarrollar otros senderos sonoros no alcanzados sin perder aquella esencia metalera y de hard rock que siempre ha caracterizado su gusto musical. En un principio tuvieron como guitarrista Jesús Osuna (quien decidió continuar con otros planes acústicos como The Dark Silence of Death), pero luego de un tiempo se integró Roi Zerda para darle una personalidad propia al sonido de la nueva agrupación; la cual obtuvo su sello final a partir de las líricas y peculiares voces de Viin Angelini.


Querer etiquetar el sonido alcanzado por ELCHIVO sería ocioso y hasta ofensivo. En la búsqueda constante de un estilo propio, de manera ineludible se han filtrado diversos elementos de la historia del heavy metal en todas sus facetas, desde los primeros instantes del género cuando surgió del encuentro entre el hard rock y la psicodelia hasta su desarrollo con el paso de las décadas en otras variantes como el stoner, el doom y hasta el southern  y groove metal. De esta manera, los ocho temas que conforman el debut del cuarteto regiomontano vagan entre diversas posibilidades sonoras sin que ello signifique la pérdida de una esencia definida sobre la totalidad de su propuesta.

El álbum gira alrededor de diversas temáticas que terminan contando historias sobre experiencias (propias o imaginarias, ¿quién podrá saberlo?) en las que el común denominador es el desarrollo de las más variadas emociones humanas. Si uno busca descifrar lo que guarda elchivo en su interior, es necesario escucharlo de manera detenida, desgranar cada uno de sus tracks y permitir que hablen por sí mismos sin prejuicios.


Mientras escuchamos por las bocinas los cantos rituales de algún tiempo pasado, una figura de guitarra entona una cruda melodía que entra a las neuronas como si fuera un afilado cuchillo bajo el nombre "Ayahuasca" y una historia de obvias referencias lisérgicas. Si uno esperar que el tema se quedara en su figura monótona hasta la hipnosis, el track rompe de manera agresiva para obligarnos a bailar alrededor de alguna hoguera sagrada; pero aprovechando la intensidad alcanzada, el cuarteto mexicano nos sumerge dentro atmósferas densas llenas de misterio a través de "Becoming" y sus hirientes acordes de gran fuerza sostenida que saben ofrecer cosas inesperadas.

Dentro de aquellas esencias psicotrópicas, nos encontramos con "Night queen" y su mágica figura descendente que hechiza desde sus primeros instantes, aunque "The oath" también contiene ese mismo ambiente electrizante que por momentos torna a sonidos lúgubres con su lírica sobre un ofrecimiento demoníaco que no pierde ni por un segundo la fuerza que distingue al material en su totalidad. Como lo hemos descrito, elchivo no se encierra en un solo género dentro de las diversas posibilidades del metal, lo que bien podemos escuchar en "Intoxicated" con su tufo al Mötley Crüe de los años noventas, en los latigazos thrash de la acelerada "Psychophrenia" y en la entrecortada "The lost & insane" con aquel devaneo con las figuras densas que recuerdan al Pantera de su "Walk".

"Soy la voz que llama desde el otro lado y estoy esperando a un costado de la cama de la moribunda novia. Soy el señor que hará que todo desaparezca. Sólo toma el último sorbo de la bola, la última gota. Mientras bailan alrededor del fuego del sol naciente, soy testigo de la corrupción de la inconsciente alma... tienes que alejarte.  Destruye el lugar, déjalo arder. Todo debe seguir adentro y al final tendrás que enfrentar la muerte de un hijo que ha venido a recoger. La voluntad de la bestia que viene golpeando con su hechizo. Llora tus palabras finales mientras te dejan ir, ayúdanos a cargarlas. Te nombro para el final del sol naciente mientras se pudren y corroen tus huesos rotos. Montarás sobre la serpiente, tienes que montar a la serpiente..."

ELCHIVO desarrolla el track promocional "My demons" a partir de una melodía directa de acordes cortantes y venenosos que encuentran lugar seguro en los amantes del metal ligero de los años ochentas. Sin embargo, la etiqueta que bien podría distinguir al estilo de los regiomontanos es la facilidad para encontrar la forma para romper con las estructuras armónicas de sus temas para otorgarles un mayor colorido. Aunque el peso del track está sobre la obscura lírica donde el señor de las tinieblas toma el control de la escena, "My demons" funciona gracias a su figura concreta y su intensidad que no decae ni por un segundo.


Cuando una banda se encuentra en búsqueda de un sonido propio puede caer en posibilidades: crear un álbum monótono y repetitivo o de plano hacer una colección de temas de divagan sin rumbo fijo. Sin embargo ELCHIVO logra desprenderse de los fantasmas que representan las bandas que preceden a cada uno de sus integrantes mientras construye al mismo tiempo un faro sonoro muy definido que sabe orientar los temas hacia puerto seguro. Siendo éste un álbum debut, elchivo tiene de manera obvia muchas áreas de oportunidad que deberán ser trabajadas en materiales posteriores, pero el disco merece la pena ser valorado gracias a la frescura de su propuesta más allá de aquellos sonidos referenciales de los cuales ninguna banda se podrá escapar...


lunes, 23 de septiembre de 2019

Bretus : el vuelo del cuervo cósmico


Cuando una banda tiene tan asimilado su estilo y éste forma parte de un género tan definido durante el correr de los años, el reto de publicar un nuevo álbum se hace mucho más grande. Los lugares sonoros se hacen comunes y los recursos técnicos se tornan predecibles. Sin embargo, sólo algunos tienen la capacidad de seguir adelante sobre la comodidad de lo alcanzado para arriesgarse y saltar al abismo de la búsqueda y el crecimiento.

La banda italiana de doom Bretus se ha encontrado en dicha encrucijada y la próxima publicación de su Aion Tetra es una muestra de cómo enfrentarla y salir victoriosos de ella. Sin salir de la atmósfera densa y lúgubre que escuchamos en The shadow over Innsmouth (reseña-review) o de los inquebrantables muros de sonido construidos en ...From the twilight zone (reseña-review), para esta nueva entrega del cuarteto de Catanzaro nos enfrentamos a nuevos ambientes llenos de zozobra y senderos jamás recorridos.


Sin embargo, existen algunos cambios dentro de la alineación de Bretus para esta nueva entrega. A las ya conocidas vocales de Zagarus, las afiladas guitarras de Ghenes y las percusiones sacerdotales de Striges se ha sumado Janos en las cuatro graves cuerdas; cuatro entidades bajo las negras capuchas que a finales de 2018 fueron enclaustrados en el estudio de grabación para registrar el Aion Tetra, material discográfico que editará la disquera Ordo MCM.

El cuarto álbum completo de estudio de la banda italiana busca proponer nuevos ambientes de terror, misticismo y muerte sobre el soporte del doom como género musical. Tras algunos segundos de indecifrables sonidos dentro de una marea de inquietud, las guitarras eléctricas encuentran el riff inicial que rompa con el silencio. Así es como arranca Aion Tetra con "The third mystic eye", tema heredero del doom más clásico pero que se permite cruzar el umbral hacia un efímero metal básico mientras escuchamos la historia sobre un mortal dragón.


Lejos de lo que podríamos esperar dentro de la discografía de Bretus, un misterioso teclado sirve de introducción para "Priests of chaos", un track de fuertes figuras que saben herir con sus apocalípticas sentencias y abismales sonoridades. Sin embargo, y como un ejercicio en búsqueda de nuevos terrenos dónde recorrer, el Aion Tetra ofrece a través de "Prisioner of the night" la canción más metalera del álbum por medio de un desbocado ritmo sostenido que infecta las heridas sin perder aquellas líricas inspiradas en el gran H.P. Lovecraft; aunque los sonidos densos de las profundidades no son abandonados del todo cuando la velocidad es domada y caemos rendidos ante un vals macabre.

Tras un breve impase acústico que nombra al álbum, el cuarteto de Catanzaro nos sumerge en las profundidades desconocidas del espacio por medio de "Deep space voodoo" y "Fields of Mars", dos temas aletargados más allá de los esporádicos azotes eléctricos de sus guitarras que de manera contraria sí logran su imposición en "Mark of evil" gracias a su figura llena de maldad que construye sobre sí un poderoso himno dedicado al maligno. Aion Tetra cierra de manera colosal por medio de "City of frost", una ruidosa y helada oda que busca establecer sus dominios por medio de acordes fuertes y ambientes sombríos imposibles de abandonar mientras se escuchan los rugidos de bestias invisibles bajo el refugio de la obscuridad.


El primer single promocional del Aion Tetra fue "Cosmic crow", una canción hecha a través de una serie de acordes básicos sobre el doom clásico que permite a Zagarus expulsar su mística lírica y al mismo tiempo descifrar cada uno de los elementos que conforman el muro de sonido que se levanta frente a nosotros. Una vez que las notas quedan sueltas, Bretus logra domar al ruido para ofrecernos una onírica melodía de suaves pasajes y lúgubres atmósferas que nos transportan a obscuras zonas como si se trataran de algún vacío en la inmensidad del universo. Entre escenas de viajes películas de horror que han inspirado a Bretus y algunos instantes de la banda sobre los escenarios, "Cosmic crow" brota de las bocinas entre el embeleso de la melodía y la fuerza tormentosa de los instrumentos que no cesan de golpear como si de un vendaval se tratara.


Aion Tetra conocerá la luz este viernes 27 de septiembre de 2019, ese será el momento en que el mundo conocerá los nuevos senderos que marcan los pasos de Bretus en búsqueda de nuevas posibilidades sonoras dentro de claros límites del doom clásico. Los referentes acústicos de esta lúgubre bestia abismal vaticinan el estruendo que se resguardará en este nuevo material, una promesa que asegura el deleite de los amantes de los acordes fuertes y aletargados entre líricas tétricas sobre misticismo, horrores cósmicos y criptas abiertas.


viernes, 20 de septiembre de 2019

Luna Sol : cuando la arena se transforma en montaña


Cuando escribimos sobre David Angstrom, tenemos que referirnos a un guitarrista que experimentó desde distintas trincheras como Black Cat Bone y Suppafuzz durante los años 90's, pero no fue hasta que llegó a la banda de rock desértico Hermano donde tuvo la oportunidad de afianzar su nombre dentro de la escena cuando alternó con John García (Kyuss, Unida, Slo Burn) y Steve Earle (Afghan Wings). Sin embargo, iniciada la segunda década del siglo XXI, Angstrom decidió conformar un banda propia con la cual pudiera exponer su gusto por el rock crudo con aquel sabor arenoso, pero bajo la óptica de las montañas rocosas de Colorado.

El concepto sonoro con el que Luna Sol ha fundamentado su estilo es el high mountain rock, que otras palabras es una base de rock desértico californiano creado a partir de riffs venenosos pero que logra una mayor variedad a partir de un encuentro contradictorio entre líneas melodiosas, la magia nebulosa del stoner del nuevo siglo y armonías vocales que chocan literalmente contra los colosales abismos montañosos.


Cuando Angstrom publicó el debut de Luna Sol bajo el nombre Blood moon en abril de 2015, el disco llegó en el momento en que el stoner como estilo se había fragmentado en un millón de astillas, logrando de esa manera rescatar la esencia del rock desértico para alimentarlo con diversas posibilidades melódicas más allá del áspero e insistente sonido característico del género. De esta manera, Blood moon construyó nuevas bases para el rock con poder a través de temas impactantes que contaron con la colaboración del propio John García, de Nick Olivieri (ex-bajista de Kyuss y Queens of the Stone Age), Jason Grooves (bajista de Suppafuzz) y Dizzy Reed (tecladista de Guns n' Roses).

Sin embargo, David Angstrom se dedicó a conformar una banda que soportara a su proyecto, por lo que reclutó en el bajo y coros a Shannon Fahnestock, al guitarrista David Burke y al baterista Justin Baier. Con esta alineación, Luna Sol se dedicó a crear un poderoso segundo álbum a partir de la obscuridad y la zozobra que lograra desarrollar un rock directo e infeccioso sin perder la magia alcanzada en Blood moon.


De esta manera, en julio de 2019 fue presentado Below the deep, un material conformado por doce temas de gran cohesión entre sí que logran su identidad gracias a la portada realizada por Amplified Design donde observamos el cuerpo de una mujer flotando a los pies de un impresionante paisaje montañoso. En primera instancia, un riff asesino nos arranca de los cimientos para asestarnos el primer golpe sin piedad bajo el nombre de "Black cloud" y un ligero tufo al cliché stoner, pero la banda logra eliminar dichos sabores con temas más profundos como "Man's worth killin'" con su aletargada melodía cercana a un blues lastimero o la  directa "The dying conglomerate" con sus guitarras electrónicas que juegan con la imaginación.

Si uno espera que todo el segundo disco de Luna Sol sea un compilado de riffs poderosos rebotando contra las montañas de Colorado, Below the deep sorprende con temas de atmósferas mucho más tenues como se escucha en "Garden of the Gods" (un tema que logra explotar con furia sin abandonar su melancolía fundamental), en el misticismo que repta de manera sigilosa en "Mammoth cave", o en la lúgubre neblina que posa sobre "Home". Aun así, el álbum tiene otros dardos envenenados como la entrecortada "Hallelujah" con su asesina figura descendente, la melódica "Along the road" con aquel clímax intermedio y la áspera "Wait for it" con su inesperado juego vocal que logra explotar las neuronas.

Sirve otra ronda y llama a tu enemigo, recuesta tu cabeza y déjala subir con una armonía sureña.
Tú colocas la gloria pero debajo de tu piel, todos tus problemas circulan y te ahogan al final.

Tú tendrás el dinero y tú tendrás el pecado que llegarán con rejas y corazones rotos y noches sin final.
Una parte de ti está preocupada y el problema muere solo cuando en la duda lo escupes y lo arrojas a un agujero.

Algunas veces lo hacemos bien...

Tú tienes la enfermedad una y otra vez, te arrastras sobre un terreno vacío y te dejas aprisionar en él.
Todos se declaran culpables sobre cómo comienza la historia atando la mierda a una roca y echándola a la bahía.

Algunas veces lo hacemos bien...
Bien, si tú lo crees, yo no diría que es cierto

Tomando oportunidades día a día
Pero qué demonios, lucharemos contra ellos de cualquier manera
Siempre vamos de lo correcto a lo equivocado
Pregunta qué sabemos y qué tenemos todo el tiempo




Como primer single del Below the deep, Luna Sol presentó "Sometimes we get it right", track de rock infeccioso y melodía adictiva que de manera inmediata se queda atrapada en la memoria como si se tratara de un earworm (gusano musical). Sin negar su herencia desértica, Angstrom construye un tema de métrica exacta y rima directa que habla sobre cómo se niegan los problemas propios mientras se tiran por la borda sin compromiso ni preocupación. Mientras una persecución entre dos automóviles nos sirve de telón de fondo, escuchamos las armonías que logran crear un estribillo muy cercano a la escuela fundada por el rock arenoso de John García; pero quizá lo que vale la pena es el sentido solo de guitarra que sabe respetar la melodía del track y al mismo tiempo logra hacerla volar hasta la estratósfera.


El segundo trabajo discográfico de Luna Sol es una confirmación del estilo propio de David Angstrom, pero es claro que esta ocasión la banda afincada en Denver, Colorado ha logrado subir los vatios para crear un álbum poderoso que haga vibrar a las montañas mismas sin perder aquel sabor arenoso del primer stoner. Es momento de levantar el puño mientras entonamos los pegajoso estribillos de cada uno de los tracks que conforman al Below the deep mientras esperamos que poco a poco las aguas tomen su curso y podamos descubrir cómo madura este disco sobre los escenarios...



martes, 17 de septiembre de 2019

Viaje a Ixtlán : cuando la calma se transforma en un viaje interno


La música fluye sobre aire como si se trata de un río corriendo con paciencia y sin freno. Los acordes llegan a los tímpanos hasta que las vibraciones realizan su metamorfosis y, ahora como impulsos eléctricos, estimulan las sinopsis del cerebro, aquellos puentes de comunicación entre las neuronas llenos de química y electricidad. La atmósfera sonora demuestra la esencia intuitiva de un viaje a través de las sensaciones, ruido hipnótico que no tiene pausa y provoca el mantra del escucha, del músico y del ser humano que busca en su interior una forma de iluminación y reconocimiento...

De manera constante pero de manera pausada, la banda argentina de Viaje a Ixtlán ha ido desmenuzando su tercer álbum con la intención de permitir al oyente tener la paciencia suficiente para descifrar, asimilar y retener cada uno de los temas que lo conforman. Bajo el  nombre de Calma, nos enfrentamos a un disco doble que muestra dos cara distintas de una misma banda como si se tratara de un ente siamés que juega con el sonido eléctrico y las ambientes para construir distintos paisajes imaginarios.


Calma está claramente dividido en dos entidades: una primera conformado por una serie de melodías ligeras y bien definidas que provocan la ilusión de un flotar etéreo sobre un onírico océano,  y una segunda más experimental donde el viaje lúdico divaga entre atmósferas auditivas que simulan a una neblina que poco a poco se acerca hasta ocultar todo bajo su manto misterioso. Como si se tratara de otro amanecer, el más reciente material de Viaje a Ixtlán nos demuestra que la suerte no está echada, sino al contrario, las posibilidades están abiertas hacia nuevos caminos sin recorrer que alimenten al espíritu con infinitas opciones.

Cuando escribimos sobre "Sueño de agua" como adelanto a lo que con el tiempo conoceríamos como Calma (reseña-review), detectamos aquella sensación de paso seguro y firme más allá de que al final de túnel encontrábamos quimeras escondidas en nuestro subconsciente. Bajo la lógica de la primera parte del proyecto en donde un espejo sonoro serviría de reflejo para las sensaciones más elementales del ser humano, aquel primer sorbo nos mostró el sendero a seguir para llegar a los zumbidos enigmáticos de "El puente" con los que pudiéramos cruzar "El río" que nos separa de nuestra realidad y todo aquello que es "Atemporal", aquel lugar donde está resguardado lo desconocido, la incertidumbre y el azar.


Desde que Mariano Bertolazzi lanzó al destino a su Viaje a Ixtlán en 2013, el proyecto se fundamentó en la búsqueda constante y el desafío a lo establecido. Varios compañeros de travesía han acompañado a su navegación con la intención de mantener la misma lógica de cambio y exploración sonora, así que para este nuevo capítulo otros inquilinos han sumado su propio paseo interno para construir juntos una estética acústica muy definida a partir de la experimentación sonora y las fugas eléctricas. Oníricos teclados en manos de Andrés "El Jeque" Raffo, profundas y sostenidas percusiones a cargo de Lionel  Fortunato, y concretas líneas de bajo creadas por Cherman para levantar un muro inquebrantable de sonido y soporte melódico.

Sin embargo, Calma muestra su otra cara de la moneda por medio de largas caminatas que merodean terrenos profundos y abismos que proponen la pesquisa por encima de lo determinado.  A partir de prolongados y sostenidos ritmos rompen la tranquilidad, la furia toma control del sonido para acelerar la marcha y perder la noción entre tormentas eléctricas y vacíos que son llenados por el poder de la música. El individuo se transforma en un vehículo que circula de manera constante por una "Autopista" como si se tratara de un ente "Motórico" que tiene el afán de seguir avanzando aunque desconozca lo que le depara el destino adelante suyo, que como si se tratara de "El Aliado" eterno, acompaña en la ruta y orienta los pasos sin que sepa de su presencia constante.


Calma toma su nombre de la quietud necesaria para la introspección, aunque ella no signifique de manera forzosa silencio o lentitud. Una muestra clara de ello es "Ruhe", track valvular sin posibilidad de freno que crea a su alrededor un mantra ideal para el sobrevuelo interior mientras se devoran kilómetros de asfalto. Utilizando la misma palabra que sirve como título para el álbum pero en idioma alemán, "Ruhe" aprovecha su melodía para inyectar adrenalina en el torrente sanguíneo y provocar el viaje neural hasta que los demonios que habitan los abismos del individuo son desatados finalmente.


Ante la era de la inmediatez y el correr líquido del tiempo, Viaje a Ixtlán nos ofrece su Calma como un remedio ótico que se suministra poco a poco mientras se potencia su efecto narcótico e introspectivo. Contra los materiales discográficos que se absorben en una sola toma como si se trataran de una cápsula instantánea, la banda argentina nos invita a recorrer detenidamente los laberintos de cada uno de ocho tracks que conforman su álbum por medio de la contradicción melódica y la ensoñación provocada por sus constantes ambientes de ruido eléctrico. Su veneno está corriendo por las venas tras el piquete del aguijón, ahora es momento para encontrar la calma y disfrutar la excursión por uno mismo...


viernes, 13 de septiembre de 2019

Rosalie Cunningham : entre bicicletas, mescalina y hermosas brujas lisérgicas


Cuando nos enteramos del final de Purson, nuestro corazón psicodélico y circense se rompió en un millón de pedazos. Luego de la publicación del Desire's magic theatre en 2016, su líder Rosalie Cunningham decidió hibernar de varios años con la intención de refrescar sus ideas musicales y construir su primer álbum solista, mismo que al fin ha sido publicado en los últimos días de julio de 2019 bajo un título homónimo y la publicación de Cherry Red Records.

Tras el cierre de su etapa con aquella banda mágica de nombre demoníaco, la bella bruja psicodélica del sur de Inglaterra dejó que el tiempo pasara sin ninguna presión mientras la composición siguió fluyendo por sus venas. Sin abandonar el estilo que caracterizó a Purson, Rosalie Cunningham ha creado una colección de temas con arreglos naturales que viajan desde la psicodelia cruda hasta el vaudeville y el viejo teatro de variedades de principios del siglo XX, una colección de guitarras distorsionadas y teclados penetrantes que regresan indudablemente al pasado.


El debut de Cunningham como solista se distingue por ser un disco libre que se permite divagar por todas influencias musicales de la bella multi-instrumentalista sin abandonar lo alcanzado con Purson y su combo lisérgico con sabor vintage. Grabado en complicidad con Rosco Levee (aka Ross Wilson), la colorida bruja ácida ha buscado crear un disco de variados sabores donde destaca su gusto por aquellos Beatles del Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band  y el Magical Mistery Tour, el indie pop de finales del siglo pasado cercano al estilo de Belle & Sebastian y la música de cabaret/burlesque.

En cada uno de los temas del Rosalie Cunningham podemos escuchar aquel mosaico sonoro que identifica al estilo de la gitana cósmica sin que un género se imponga sobre el otro, aunque el secreto del disco está en que cada ritmo obtiene su espacio de manera natural sin que se sienta una inclusión forzada o fuera de lugar. De esta manera, los ochos tracks que componen el material transcurren de manera orgánica y logran funcionar como una unidad caleidoscópica.


El álbum es tan variado que por un lado nos ofrece el adictivo rock cabaretero en "Fuck love" con aquel tufo a los primeros discos de la cantante sueca Miss Li y por el otro encontramos temas muy suaves como "Nobody hears" de piano onírico y guitarras acústicas que poco a poco van ahogándose en las clásicas atmósferas del indie pop. Sin embargo, el disco logra recuperar aquella psicodelia lisérgica que desarrolló Cunningham con Purson como se oye de manera muy clara en "Dethroning of the party queen" con su entrecortado juego teatral mientras las guitarras en fuzz y los teclados recrean la vieja magia sesentera.

Asimismo, el disco se distingue por recuperar aquella psicodelia folk de guitarras acústicas y efectos sonoros oníricos que son perfectamente logrados como en la introducción de la obviamente beatlesca "House of the glass red", en la onírica "Buttlerflies" y en algunos instantes de la colosal "A yarn from the wheel", tema que en sus casi catorce minutos pasa de la distorsión total hasta la magia cósmica y la ensoñación lisérgica como si se tratara de una obra de rock progresivo construida en distintos movimientos. Aun así, el álbum tiene el suficiente espacio para regalarnos un ácido divertimiento que sabe explotar en el momento perfecto como en "Riddles and games" con su saturación estereo,  múltiples figuras melódicas y un solo de guitarra cortesía de la hermosa inglesa.


"Tú crees que estás vivo, ¿pero has viajado en mi bicicleta? Cuando tu apresurada y preocupada vieja rebanada de pan no la deja pasar, sacarás el signo de interrogación directo de tu cabeza. En la página, en el escenario, dentro de la consciencia corriente... yo sé que estamos destinados a ser. Bajando por los bosques y llevando aun amigo, escucho que hacen una bicicleta para dos. Y cuando la mescalina está golpeando dile que estás por recibir una gran sorpresa por la que sólo una vez el vientre será más grande que sus ojos. El hambre por el peligro nunca la cambiará y dice que sus amigos y yo estaríamos de acuerdo....
Déjame recomendarte a mi amiga, una medicina. Déjame tomarte para que andes en mi bicicleta. Caucho y calle haciéndome sentir justo como una híbrida criatura del futuro volando a través de un eléctrico cielo nocturno.  
Volando a la velocidad de la luz, las luces del tráfico me parpadean, todo va correcto...Beep, beep ¿he hecho algo mal? Me pregunto si me puedes seguir la corriente. Beep, beep. Así es como vamos desde tu cabeza hasta tus pies. Y yo estoy como 'estoy tratando de llevar el ritmo y pisar sobre tus zapatos gamuza azul'. Te recomiendo a mi amiga, una medicina. Déjame tomarte para que andes en mi bicicleta"

Con la finalidad de no decepcionar a los fans de Purson, Cunningham presentó como primer single a "Ride on my bike", tema de áspero riff asesino que tras algunos segundos logra mutar en una melodía circense multicolor que habla sobre un fuerte viaje lisérgico. Para acompañar al track, Rosalie nos ofrece el trabajo visual realizado por Louis Rangecroft donde podemos ver a la bella bruja recolectando misteriosos hongos en el bosque para transformarlos en lisérgicas bebidas que transforman bondadosas botargas de oso en endemoniados animales que terminan por hacer gemir a las guitarras en un lamento eléctrico.


Ahora ha llegado el momento para Rosalie Cunningham de presentar su álbum solista en directo, y para ello se ha rodeado de varios músicos que le ayudarán a recrear su burlesque multicolor: el baterista  de Purson Raphael Mura, su compañero creativo Rosco Leeve en la guitarras, el tecladista Lee Spreadbury y el bajista Alpha Michelle. Mientras todo comienza a caer por su propio peso, es nuestro deber digerir lentamente este pequeño hongo sonoro para permitir que su ácido recorra el torrente sanguíneo y con él logremos descifrar las múltiples opciones que nos ofrece Rosalie Cunningham en su esperado regreso...


miércoles, 11 de septiembre de 2019

Spiral Guru : cuando la jungla observa al manto estelar


El cielo siempre ha causado fascinación en el ser humano. Absorto en las luces que brillan sobre el manto obscuro, el hombre levanta la mirada y su imaginación encuentra figuras místicas en aquellos misteriosos cúmulos de estrellas. Leyendas e historias se desarrollan mientras el universo se posa sobre la humanidad, ensoñaciones inspiradas en la grandiosidad del firmamento...

A mediados del año 2013 en la ciudad de Piracicaba, en el estado brasileño de Sao Paulo, se conformó una banda con la intención de crear un grupo de stoner y doom inspirado en la ciencia ficción. Para febrero de 2014, el guitarrista Samuel Pedrosa, el bajista José Ribeiro Jr. y el baterista Jeff Pound presentaron su EP debut Let the journey begin... como una muestra de sus intenciones que llevaría por nombre Spiral Guru; pero al poco tiempo se sumó Andrea Ruocco como vocalista y letrista, llevando de esta manera a la agrupación hacia los senderos clásicos del hard rock  que quedarían registrados en The road, segundo EP que sería publicado durante agosto de 2015.


Spiral Guru mutaría nuevamente al entrar como nuevo baterista Alexandre Garcia e incorporarse como segundo guitarrista Eduardo Miguel, logrando con esta alineación una estabilidad sonora que sería registrada en febrero de 2017 con To the other side, tercer EP de los brasileños donde la búsqueda sobre atmósferas más densas los llevaría hacia nuevos horizontes. Sin embargo, en julio de ese mismo año, la banda se transformaría en nuevamente y de manera definitiva en un cuarteto tras la salida de Miguel.

Desde ese momento, la banda se reconstruyó hasta lograr definir su estilo sonoro entre el stoner doom de sus orígenes y una psicodelia espacial que ya se podría respirar durante sus encarnaciones anteriores. De esta manera, el grupo logra publicar su álbum debut en julio de 2019 bajo el nombre de Void, un material mágico que mezcla la fuerza de la instrumentación junto el misticismo de voces etéreas y atmósferas lúgubres que denotan el gran vacío del universo.


Void es un álbum sombrío que ha sido grabado de manera irónica con claridad en cada uno de sus instrumentos, obteniendo al mismo tiempo una gran definición sonora y un ambiente de zozobra que aprovecha al máximo la dualidad provocada entre el ruido y el silencio. Bajo el arranque de un riff concreto y voces sublimes que poco a poco nos enamoran como si de sirenas galácticas se trataran, "Signs"deja sobre las bocinas un halo místico que despierta la curiosidad y la duda. Una vez bajo el embeleso, la banda nos ofrece un rugido directo y entrecortado llamado "The curfew al dusk", tema que a pesar del cambio ritmo mantiene aquella esencia mística a través de las vocales femeninas.

El primer álbum completo de Spiral Guru alcanza su equilibrio a través de melodías intensas y juegos vocales que vagan entre la sutileza y el mundo onírico, lo que queda demostrado claramente en "Time traveler", aquel track de bajo áspero y canto fantasmal. Guardando la misma lógica, "Virtual horizon" nos ofrece un hard rock con reminiscencias del movimiento alternativo de los 90's; sin embargo, Void  ofrece instantes paradójicos entre sí como en la mística "Mindfulness" con sus aires orientales, las rastrera "Showcase of dreams" con su paseo por los abismos del inconsciente, o los tribales ritmos de la cerradora "Holy mountain" con su ritual realizado en el centro de la jungla como lo muestra la portada del álbum realizada por Wendell NarkEdmi.


"Las sombras y la luz se encuentra lado a lado. Las impresiones son sólo ilusiones de mi mente. Es difícil saber si todavía estoy vivo. La vida y la muerte están cruzadas por una línea. Mi poder está en ver el mundo a través de tus ojos. ¿Puedo echar un vistazo a tu mente? Muéstrame tus visiones qué tan alto vuelan. Los humos de difuminan, ¡estoy ciego! Necesitamos revelaciones de vez en cuando porque nuestra educación está completamente perdida. 'No hay futuro', ha dicho el sabio. ¿Qué haremos con este presagio?"

El primer single del Void es "Oracle", un tema de figura constante que aprovecha el impulso de su enigmático riff inicial para golpear de manera insistente mientras las voces de Andrea Ruocco nos hacen cruzar el umbral que divide la vida y la muerte. Quizá este tema funciona en quien lo escucha porque, luego de su embeleso lúgubre, se permite cambiar de ritmo hacia un aquelarre intenso mientras la banda gira torno a una gran bola de cristal y la guitarra eléctrica nos receta un onírico solo para marcar la irremediable conclusión. Con un poco más de tres minutos, "Oracle" envenena y al mismo tiempo condensa la posibilidad de sonidos que el disco contiene.


Dejando a un lado el proto-doom que dio origen al sonido de la banda, Void nos muestra como en Brasil han asimilado el heavy rock para llevarlo hacia los terrenos oníricos de la psicodelia suave como lo han hecho agrupaciones de otras partes del mundo como Kabbalah, Stonefield o Devil Electric. Quizá sea ahora el momento para dejar que el sonido alcanzado por Spiral Guru se asiente y sea asimilado por el propio grupo, esperando que su siguiente material discográfico mantenga a flote lo creado y pueda desarrollar su estilo en composiciones con mayor aguijón como en "Oracle"... Estemos atentos, entonces.


miércoles, 4 de septiembre de 2019

Pharlee : la etérea y psicodélica banda californiana


Bajo la lógica de una constante búsqueda sonora y apertura de horizontes auditivos, integrantes de diversas bandas se han permitido la posibilidad de conformar grupos alternativos a los que forman parte de manera habitual, logrando en algunos casos crear realmente un estilo propio y distinto al de sus fuentes originales. Las posibilidades son infinitas cuando músicos de diversos géneros se unen, pero al mismo tiempo se camina sobre la cuerda floja en el momento en que los seguidores de las agrupaciones esperan que se cumplan sus expectativas mediante un sonido cercano a su gusto.

Si bien hace poco escribíamos sobre Lighting Born (reseña-review) y la unión de varios músicos de la escena de North Carolina, ahora les compartimos lo hecho por Pharlee, un grupo que conjuntó a diversos miembros de la escena del hard psych californiano. Sin embargo, lejos de lo que se podría esperar, esta banda nació en 2015 y desde entonces ha estado trabajando en su propio material hasta conformar un combo que mezcla al hard rock y al blues electrificado a través de la lisérgica magia de la vieja psicodelia remasterizada según el nuevo siglo.


Pharlee nace del encuentro entre la vocalista Macarena Rivera de The Budrows con el guitarrista Justin Figueroa de Harsh Toke, el baterista Zach Oakley de Joy y el bajista Dylan Donovan de Sacri Monti, a quien se uniría en un momento posterior el tecladista Garret Lekas. Sin embargo, no fue hasta abril de 2019 que por medio de Tee Pee Records tenemos la oportunidad de escuchar su debut discográfico titulado de forma homónima mientras observamos la imponente imagen de su frontwoman.

Condensada en menos de treinta minutos, la propuesta sonora de Pharlee navega entre aquel hard rock que sentó las bases para el llamado heavy metal y algunos pasajes oníricos cercanos a los primeros instantes del rock progresivo como queda de manifiesto en "Creeping", un tema de asesinas figuras que cortan como filosas navajas que por instantes logra reducir la tensión para permitir una tenue ensoñación que finalmente explota en un solo de guitarra energético. Aun así, el hard psych se convierte en la herramienta principal para unir cada elemento sonoro de la banda, como bien podemos escuchar en "Warning" con su mágica introducción de metálicas guitarras acústicas que logran transformase en un místico blues que poco a poco sube de tono hasta alcanzar un clímax psicotrópico.


A pesar de lo breve que es el debut de Pharlee, en él podemos encontrar certeros y fugaces golpes de hard rock como en "Darkness hour" con sus notas descendentes que poco a poco construyen una caída libre, pero al mismo tiempo tenemos la oportunidad de escuchar un tema con mayor desarrollo en "Goin down", track basado en un blues psicodélico donde Macarena enfatiza los colores ásperos de sus cuerdas vocales mientras la guitarra eléctrica se lamenta a través de su omnipresente wah. Finalmente, el álbum cierra con una tormenta de acordes y figuras que confiesan su deuda hacia el hard psych confeccionado por Radio Moscow y su escuela establecida en la costa oeste norteamericana.

Si bien el estilo del quinteto californiano se distingue por sus guitarras afiladas de insistentes riffs sobre poderosas bases de batería explosivas y bajos profundos, Pharlee aprovecha el sonido de los teclados para dotarle a su estilo una atmósfera vintage y psicotrópica imposible de dejar pasar. Pero lo que finalmente termina por cerrar el círculo son las retorcidas líricas de la banda, las cuales hablan de entidades mágicas más allá del plano de la nuestra realidad, sobre demonios que habitan el vacío de nuestras mentes y sobre ambientes sombríos donde la obscuridad toma el control de todo a nuestro alrededor.

Un mundo más allá de las sombras, ahí donde nunca termina la obscuridad. Sin reflejo de mí, conocimiento prohibido por los dioses. Mira a tu alrededor y pregúntales por qué. Cuando yo soy de las estrellas no hay pelea para sentirse vivo. Esta no es una batalla por el tiempo, es un espacio para sobrevivir de manera consciente. Mira más allá y no preguntes más. Levántate y cierra los ojos, date cuenta que morirás. ¿Tienes miedo de estar solo? Como el creador del miedo, ve más allá de la carne y los huesos. Todos los indeseados ya no están aquí. Con tus manos astrales mantenme paralizado, dejo mi cuerpo abajo lentamente a la deriva en el vacío. Mujer etérea que observa lo que no ves, y el hombre astral despertará en tu sueño.

Mientras observamos un obvio trabajo videográfico entre ácidos colores e imágenes superpuestas, Pahrlee nos ofrece "Ethereal woman", primer single de su álbum debut. Sus notas iniciales llenas de sustancias lisérgicas e insistentes figuras que se repiten como un bucle sin fin, logran de manera inmediata atrapar al escucha sin posibilidad de huida; pero una vez enganchados, el tema nos desgarra entre acordes entrecortados y teclados atmosféricos que nos hablan sobre almas perdidas en ultratumba y los temores de los vivos por lo que ocurrirá cuando atraviesen de manera irremediable el umbral de la muerte. Sin embargo, a pesar de lo esotérico de su letra, "Ethereal woman" es un track venenoso de alto octanaje que soporta su potencia en el eléctrico ambiente creado por los teclados y la fuerza de su línea melódica que no frena en ningún instante como si fuera un tobogán sin final.


Quizá algunos proyectos donde coincidan integrares de diferentes y reconocidas bandas no logren funcionar como podría esperarse de ellos, sin embargo, Pharlee no sólo cumple con las expectativas, si no deja al escucha con el deseo de escuchar más. Aunque no logra despejarse del velo protector del sonido neo-psicodélico de la California del siglo XXI, Pharlee busca desarrollar sus propios pasos sobre un sendero conocido y hasta reconfortante. Ahora será momento de que una vez iniciado el recorrido, la banda construya su identidad más allá de los pilares que soportan al hard psych como género establecido y repetido hasta el cansancio con la intención de hacer crecer su propuesta hacia nuevos horizontes...