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miércoles, 14 de febrero de 2018

The Froys : entre mariscos, guitarras y fuzz


En un rincón del barrio de San Lorenzo Tezonco, dentro de la delegación Iztapalapa de la Ciudad de México, existe un famoso restaurante especializado en mariscos llamado El Tío Froy. Ustedes se preguntarán ¿en qué momento Earthquaker se convirtió en un blog de recomendaciones culinarias en lugar de musicales? Pues en este pequeño local nació una banda llamada The Froys, y para escribir sobre su historia y su estilo es obligatorio tomarlo de referencia... así que aquí van algunas palabras para esta reciente propuesta.

Tres generaciones bajo el nombre de Froylan trabajan en esta marisquería mexicana, pero en la última de ellas la semilla de la música creció hasta que fue compartido el trabajo entre el restaurante y una banda de rock. Dos hermanos y un primo decidieron formar un grupo en 2013, pero los compromisos escolares y laborales fueron llevando a la banda a diversos cambios de alineación y estilos musicales, siendo hasta mediados de 2016 que todo quedó bajo el nombre de The Froys (en honor a su familia) y un estilo de power trio con los miembros originales. 


Sin embargo, no todo quedó en un tributo a través de su bautizo, ya que The Froys recuperó la influencia marina en su música para crear un cóctel de surf, garage ruidoso y hard rock obscuro de principios de los setentas. En un primer momento, el grupo pasó de la música pesada vintage al estilo de Wolfmother o Apolo para dar paso a sonidos más crudos pasando por el garage alternativo de Pixies y la nueva psicodelia sucia de Ty Segall hasta llegar al poder del fuzz, quien tomó el control para no soltarlo jamás. 

Un click en el botón de play nos basta para sentir la brisa playera, recibir el olor a pescado fresco y tronar las bocinas con música directa que rasga los tímpanos con su áspero rugido. Sin embargo, no todo queda en ritmos acelerados enlatados en el esquema del surf garage clásico, pues de manera inesperada, la banda baja las revoluciones para sumergirnos en las profundidades abismales con la intención de obscurecer cualquier signo de luz solar.


Más allá de aquel look playero de camisetas coloridas y bermudas, los tres chicos de frondosas cabelleras que recuerdan a Buzz Osborne de The Melvins o a la pareja base de The Mars Volta nos ofrecen un sonido multifacético que no queda varado en el cliché. La guitarra ahogada en fuzz de Dylan, las dinámicas figuras en el bajo eléctrico de Kevin y la energía provocada por la batería de Brandon, logran despertar las esperanzas en la nueva generación de bandas mexicanas que se arriesgan y cruzan la frontera de lo establecido para crear sonidos frescos más allá de los estilos conocidos. 

A mediados de 2016, The Froys se encerraron en el Sierra León Studio para grabar algunos temas que posteriormente serían masterizados por Vesubios Grabaciones en su Studio V34, lo que nos hace inmediatamente sentir una relación entre su estilo y el sonido de Cardiel. Por el momento, solamente el tema "From the void" fue publicado en diciembre de 2016 como single de lo que será el EP debut de la banda, aunque el track forma parte del primer compilado de bandas latinoamericanas realizado por Burger Records.


"From the void" arranca con una suave guitarra surf para transformarse en un áspero sonido semejante al romper de una ola sobre nosotros. Una vez hechizados por el frenético ritmo, la melodía se transforma en una aletargada y atormentada figura cercana al proto-doom setentero que por momentos sufre de algunos latigazos sueltos que nos regresan al lecho marino. El agua salada mezcla el garage ácido con el rock denso para crear una ilusión sonora de ansiedad, pero todo vuelve a emerger para correr a toda velocidad con el viento a favor.

Con un trabajo visual realizado por Jess Aguirre y la edición de Iván Almanza, The Froys publicó el video promocional de "From the void" en marzo de 2017. Con las obligadas imágenes de un surf-rider montado sobre las olas, observamos a la banda desde alguna azote perdida de la gran ciudad entre lisérgicos efectos ópticos y amplificadores a todo volumen. Un ojo dirige su mirada de manera hipnótica sobre nosotros mientras la mar se vuelve violenta y tormentosa, pero acercándose al final de la historia, el arriesgado hombre sale de las aguas con la intensión de domarlas nuevamente.


Lo único que queda tras leer estos párrafos es echar un clavado al turbio océano de The Froys en cualquier lugar donde se presenten mientras esperamos la tan prometida publicación de su primer EP. Si aún así no les basta, quizá mientras piden un vuelve-a-la-vida y se toman una buena cerveza helada en El Tío Froy tienen la oportunidad de platicar con los chicos para que les confiesen cuándo demonios sale su disco...


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